Les hago llegar este bello, mensaje que nos envió la Hna Laurete Godoy, del Brasil, en Homenaje a nuestra querida Amalia, el cual a sido traducido por nuestra Hna. Martha Carlin.
Doña Amalia Domingo Soler
Hay mujeres que merecen respeto, aplauso y gratitud, por haber precedido, siempre, a aquellos que marcaron y marcan la historia de la humanidad con ejemplos de fe, caridad y amor. Ellas se volvieron madres, por el bendito mecanismo de la procreación física. Otras generan hijos en el corazón, alimentándolos con leche de puro amor, abrigándolos con el abrigo de la comprensión, incentivándolos con palabras de esperanza. De entre estas últimas, surge Doña Amalia Domingo Soler, que consoló a sufridores como si estuviera acariciando a sus propios hijos.
Nuestro homenaje es para Doña Amalia Domingo Soler, paradigma de Mujer Espírita.
Ella nació en Sevilla, España, el día 10 de noviembre de 1835. A los 10 años, huérfana ya de padre, escribía poesías y era costurera. El exceso de trabajo provocó que perdiera la vista, pero poco a poco la fue recuperando. A los 25 años de edad, cuando su madre desencarnó, se sintió completamente sola, caminando por un verdadero valle de lágrimas. Se mudó a Madrid y de allí a Barcelona, donde fallece el 29 de abril de 1909.
Frágil, pobre, sufrida, Amalia buscó amparo en la religión. Recorrió varios caminos y si las necesidades del cuerpo fueron satisfechas, el alma permaneció hambrienta de la verdad. El Espiritismo gateaba tímidamente y cuando Amalia lo encontró, se entregó a él incondicionalmente. Obtuvo de la doctrina codificada por Allan Kardec, el pan bendito que venía buscando con tanta ansiedad.
En 1872, con el artículo La Fe Espírita, publicado en la primera página del periódico El Criterio, se estrena en el periodismo de una España eminentemente católica. Provocó polémicas a las que enfrentó gallardamente. Sin embargo, la gran hazaña de esta maravillosa criatura ocurre en el mes de marzo de 1879, hace exactamente 130 años, cuando ella funda el periódico La Luz Del Porvenir. Se trata de un semanario espírita exclusivamente femenino, que durante veinte años hizo llegar a lugares distantes la luz del porvenir, para aliviar las angustiadas almas de encarcelados, enfermos y sufridores.
Periodista, poetisa y escritora de rara sensibilidad, Doña Amalia encadena las palabras de forma simple, elegante y optimista. Sus historias y presentaciones son, a veces directas e impactantes como la realidad trágica de la vida y a veces espontáneas y alegres como un riachuelo en medio del bosque.
Esa mujer valiente, osada, fraternal, brillante, sufrida, que en su juventud llegó a pensar en el suicidio, usó el arma de la certeza, la lanza eficaz de la inteligencia y el escudo fuerte de la fe para defender el Espiritismo. Y lo hizo con el vigor de todas las palabras que la inmortalizaron por medio de las Memorias del Padre German, Palabras del Amanecer, Mi Vida y otras publicaciones.
De 1872 a nuestros días, Doña Amalia Domingo Soler prueba que El Espiritismo viene a recordar a los hombres la única ley eterna: el Amor. Ley que ella cumplió en todos los artículos e incisos.
Para terminar este pequeño homenaje emplearemos para la Dama-Fuerte del Espiritismo del siglo 19, las mismas expresiones que ella usó para concluir el bello poema que compuso para Allan Kardec:
"Bendita Doña Amalia Domingo Soler
Bendita seas..."
No solamente el mes de abril marcó el centésimo segundo aniversario de la desencarnación de esa extraordinaria Mujer Espírita. Sino en todos los meses y por siempre.
Por: Laurete Godoy
Investigadora y escritora.
( Ver el blog inquietudesespiritas.blogspot.com )