ENCARNACIÓN Y REDENCIÓN
Las inescrutables leyes de justicia son inderogables y nadie consigue burlarlas conforme muchas personas suponen hacerlo.
Las simientes de la insensatez, se reproducen siempre en modalidades diferentes, hasta que el orden, la templanza y la acción proficua les erradiquen la cultura perniciosa en las criaturas. He aquí porque, a todos los que Jesús atendía, no les dejó de amonestar en cuanto a los actos futuros, imponiéndoles como condición de paz, de conservación de salud, que no volvieran a pecar, cometiendo faltas contra el propio equilibrio, el del prójimo o el de la Vida.
En lo referente a las subyugaciones físicas, nos acordamos del Maestro, enfrentando en diversas oraciones, entidades perversas, que producían impedimentos motores y disturbios fisiológicos en sus víctimas, así como perturbaciones en el área mental. El evangelista Mateo se reporta, en los versículos treinta y dos y treinta y tres del capítulo noveno, al hecho de que “Le fue traído un mundo endemoniado. Expulsado el Espíritu inmundo el mudo habló… Más adelante, el mismo Evangelista, en el capitulo doce, versículo veintidós, comento que,… “Le trajeron un endemoniado, ciego y mudo; El lo curó, de forma que el enfermo hablaba y veía.” Epilepsia, paralasis de las piernas, hidropesía, deformación orgánica, sordez bajo acción espiritual enfermiza, recibieron del Maestro la cura, mediante el alejamiento del factor causal – el espíritu obsesor en trama de cruel venganza. En ella rea mental, la interferencia de Jesús, enfrentando los alineados por obsesión está, reiteradas veces, narrada por los testigos y por los que oyeran las informaciones de los que se presenciaran, o de la boca de sus propias víctimas. “Cuando los estudiosos del fenómeno paranormales penetren mejor en los intrincados mecanismos de las causas morales que rigen la vida, más fácilmente elucidaran los graves problemas en el área de la salud, ya sea física como mental, comprendiendo que, en el espíritu, se encuentran las llaves para solucionarse los aparentes enigmas del comportamiento y de la vida humana. Por los hábitos mentales y morales, por la acción, el hombre reúne los valores para la paz o elabora las cadenas con las que se ata por tiempo indefinido.
En razón del mal uso de su inteligencia, en vidas anteriores, aunque no lleguen a ser retrasados mentales, muchos espíritus reencarnan con dificultades en el raciocinio y la memorización.
En las casas de Beneficencia y Sociedades el trabajo es una bendición mayor para aquellos que la desarrollan. Se ve a compañeros dedicados y entusiastas trabajando con optimismo en Obras Sociales que crean y mantienen, siendo, lentamente descorazonados, cayendo en el desanimo, ante los resultados, a veces decepcionantes, bien distintos, de lo que esperaban. Se agotan, hora tras hora para que nada falte en la Obra y que todo este en orden, dándose con amor y luchando con fervor en los nobles objetivos. Los beneficiarios, no obstante salvadas raras excepciones, se vuelven exigentes, se hacen ingratos y difamadores, reaccionando a las buenas orientaciones y asumiendo actitudes soberbias, ofensiva, que insuflan rebeldía y malquerer.
Oímos a personas dedicadas al bien formulando doloridas interrogaciones sobre sus posibles fallos y fracasos, impelidas a desistir por falta de estimulo de aquellos que son o fueron socorridos por su dedicación y renuncia. Sucede que los donadores de hoy son los usurpadores de ayer en recuperación; anteriores servidores desastrados, ahora honestamente arrepentidos, gozan de paz con la feliz oportunidad de realización; forman los grupos de obreros que despertaron para servir, antes que recibir, ya que no deben guardar cualquier resentimiento ante la ingratitud o la ofensa de sus pupilos transitorios, y si perfeccionándose, cincelando las aristas morales y creciendo para Dios mediante el trabajo libertador. La aflicción y el desconocimiento del bien que esparcen, han de constituirles emulación para producir más y mejor. A pesar de saberse humanos y débiles, deseando comprensión y amistad, les cabe reconocer que, por el momento, esas monedas luz todavía son escasas, y ellos deben ser los ofertantes de esos tesoros que, en sus manos, cuanto más los distribuyan más se les multiplican, no desanimándose, ni desatendiendo nunca.
En la oración en la meditación, en la lectura edificante y en los ejemplos de los héroes de todos los matices encontraran la fuerza e inspiración para el proseguimiento, sin detenerse en el examen negativo de las ocurrencias, sino cuando la necesidad de mejorar o corregir algo adquiriendo el salario de la armonía de conciencia por el deber rectamente cumplido, en un ofrecimiento espontáneo a la Vida, siguiendo los pasos el Donador no comprendido, el Maestro Jesús.
Muchos espíritus cuando son favorecidos con el renacimiento carnal se consideran punidos, arrojados a un exilio que dicen no merecer o que se sienten olvidados en procesos de expurgación de los que no son merecedores. Otros innumerables, al recogerse en el cuerpo material, anestesian los centros de los recuerdos y, deliberadamente, dejándose enloquecer por los más groseros placeres, se desligan de los compromisos firmados al otro lado de la vida, comprometiéndole más dolorosamente y haciendo el viaje de regreso en lamentable estado de descomposición emocional y de perturbación interior. Otros tantos, acordándose de los locales purificadores donde permanecieron en la Erraticidad, se entregan al pesimismo y a la depresión, sin abrir claros a la esperanza o espacio mental a la liberación de si mismos. No faltan aquellos que se reencuentran con amigos y adversarios antiguos, a fin de santificar el afecto; sin embargo, derrapan en delitos de amor que se corrompe o, en vez de reconquistar para la ternura, iluminados por el pendón, a aquellos que se apartaron, albergando animosidad y rencor, se aferran al egoísmo y resucitan, inconscientemente , las amarguras; empeorando la situación que deberían superar por la conquista de títulos de ennoblecimiento, mediante los cuales ampliarían los círculos de la amistad fraternal… Pocos espíritus valoran debidamente la oportunidad redentora, invirtiendo el esfuerzo hasta el sacrificio y la devoción al deber; con renuncia a las invitaciones fascinantes de la degeneración moral, que produce placer por un breve instante y se hace notar después por el amargor infeliz de la hiel del arrepentimiento o por la amargura sin paz… l
La victoria contra las vicisitudes está al alcance de todos aquellos que se empeñan honestamente por conquistarla. El trabajo edificante bien dirigido; el culto al deber conscientemente realizado; la integración en una ética optimista como la evangélica, constituyen metodologías de perfeccionamiento, en cuya aplicación personal nadie fracasa.
La reencarnación representa una de las revelaciones más antiguas de que la humanidad terrestre ha conocido. Krisna en la antiquísima India; Hermes, en el remoto Egipto; Lau-Tseu, en la viejísima China heredaron de las culturas as centrales desaparecidas el conocimiento de la polinganesia- y transmitieron a las Escuelas Exotéricas y a los templarios de las civilizaciones orientales la edificante información de los renacimientos, instruyendo al hombre con los recursos necesarios para el éxito durante la temporada humana, preparatoria para la liberación del espíritu, tras los compromisos realizados…. Sócrates en Grecia; Jesús en Israel confirmando la enseñanza de los Esenios. Buda cambien en la India; Pitagoras, en Crotona los druidas en la Galicia y otros misioneros como Plotino, Perfirio, Orígenes, Tertuliano, en el Cristianismo primitivo confirmaron este hermoso mecanismo de crecimiento hacia Dios, convocando a los hombres a la lucha, a la liberación del alma que en ellos se detiene, a fin de alcanzar el bien que los aguarda. Allan Kardec, actualizó los postulados reencarnacionista sirviéndose de una dialéctica profundamente racional y científica que puede enfrentar el escepticismo y la negación, ofreciendo la visión anticipada del futuro feliz que se encuentra al alcance de cuantos se empeñen, honesta y sinceramente, por conquistarlo.
Las criaturas se reencarnan en verdaderos clanes unidos unos a los otros por las realizaciones conjuntas en que fracasan, a veces, o crecen para la Vida. Todos nos encontramos todavía unidos a la atmósfera terrestre, donde se detienen afectos poderosos que nos llaman al retorno, y caídos que nos aguardan para la recuperación.
“Como el pasado nos significa dolor y arrepentimiento, el hoy hace surgir bendita hora de recuperación y productividad para el futuro de paz y alegría que nos espera.
“No nos desanimemos nunca ante el esfuerzo de redención, ocurra lo que ocurra, y recogiéndonos en oración, busquemos las fuentes inspirativas de la Verdad, adquiriendo fuerzas para proseguir y jamás desesperar. “
Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro “Cuadros de la Obsesión” de Divaldo Pereira Franco
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¿Existe la Música espírita?
Cuando escribimos un artículo sobre música espírita, la primera pregunta que nos viene a la mente es: ¿qué es, por fin, la música espírita? ¿Será la música hecha para cantar dentro de un Centro? ¿Aquella cuya letra contiene palabras como «reencarnación», «mediumnidad» o «Evangelio»? ¿Solamente las músicas psicografiadas? ¿O cualquier música hecha por un compositor que se dice espírita?
Es claro que en este asunto, como en cualquier otro, prevalece el buen sentido. Kardec nos dio el mayor ejemplo de eso, a través de la manera como abordó los más diversos temas en sus libros y en la Revue Spirite. El caso aquí no es el de rotular o no, una determinada composición musical como siendo «espírita», pero sí la de saber identificar en ella elementos de utilidad para el engrandecimiento del alma, elementos que contribuyan para la evolución espiritual de los individuos y del orbe como un todo.
Dentro de esa óptica, percibimos que hay varias «músicas espíritas», o, en otras palabras, hay varias clasificaciones posibles para una música compuesta con objetivos espíritas, de acuerdo con su función, su utilización, su forma. Aquí presentamos una clasificación simple, basada en la observación y en el análisis de lo que es practicado en el movimiento espírita brasileño actual. Como este país es muy vasto y no conocemos de cerca todas sus manifestaciones musicales, podemos haber incurrido en alguna incorrección, o la clasificación puede estar incompleta. Debemos tener en cuenta también que ninguna de esas clases es absoluta, muchas de ellas se interpenetran, y una misma composición puede pertenecer a dos o más clases. Veamos seguidamente.
- Música para Evangelización – Es aquella música compuesta con el claro objetivo de enseñar el Evangelio, dar nociones de moral y cristianismo. Generalmente es dirigida a los pequeños. El mensaje contenido en la letra es explícito, sin figuras poéticas herméticas. Puede aún ser dividida en dos subclases:
a. Para Infancia - Por ser dirigida al niño, su estructura melódica es simple, de fácil aprendizaje. El lenguaje es adecuado al universo infantil. La armonía (acordes de acompañamiento) también acostumbra ser simple, para que los evangelizadores puedan ejecutarla en clase sin dificultad.
b. Para la Juventud - Puede no ser tan simple, pero generalmente lo es, para que pueda ser cantada y tocada por los jóvenes; frecuentemente, los propios jóvenes la componen. Es común que el estilo corresponda al estilo de la moda, las músicas sean animadas, alegres, etc.
- Música para Ambientación - Puede ser instrumental o cantada, y sirve para preparar la vibración del ambiente. Antes de una oración, o de una reunión mediúmnica, se usan músicas suaves, para tranquilizar la mente, calmar el corazón, ayudar a la sintonía del sentimiento. Antes de un trabajo de pase, la música con letra es útil para dirigir el pensamiento de los hermanos que reciben la transfusión fluídica. En un encuentro de jóvenes, músicas que induzcan a la alegría sana son utilizadas para estimular al estudio, al trabajo cristiano, a la convivencia fraterna (aquí, ambientación significa animación).
- Música para Divulgación - Tiene por objetivo principal divulgar la Doctrina Espírita fuera del ámbito del movimiento. Ya pensaste llegar en casa luego de un día exhaustivo, y, en vez de colocar en el equipo un disco de aquel artista famoso, ¿colocar uno de música espírita? o encender la radio y oír aquella música que se canta en el Centro, ¿lado a lado con los sucesos de la semana? Para eso, la música lleva el mensaje de forma no explícita, sin dejar de ser fiel a los postulados de Kardec. Es aquella que es trabajada con profesionalismo y calidad técnica, lleva al oyente a meditar sobre asuntos más elevados, a modificar sus padrones de conducta y a sentirse mejor. Puede ser cantada en el Centro también, en momentos adecuados:para ambientación, si fuera suave, para evangelización, para abordar un tema cristiano en lenguaje juvenil.
En cuanto a la forma, músicas de cualquiera de estas clases pueden ser cantadas o instrumentales, para la voz a capela o con acompañamiento instrumental, para voz sola o para coro... En cuanto al estilo, pueden ser los más variados posibles… Y la buena música espírita puede ser utilizada en las más diversas situaciones: en visitas a hospitales, orfanatos, etc., donde encaja música de cualquier clase; en fiestas o reuniones de confraternización del grupo, donde todos participan del mismo ideal (divertirse no significa abandonar los principios abrazados, principalmente si la música es buena, suficiente para alegrar el momento, para distraer en el grupo de guitarra…); para ser regalada en forma de discos o casetes, aunque el que recibe no sea espírita (también para esos casos es hecha la música para divulgación)… Por fin, música espírita es aquella que, como dice Kardec, «complementará y transformará el arte cristiano». No solamente siendo creada y «consumida» por personas espíritas, sino también con el potencial de influenciar positivamente todo el arte musical del planeta, cambiando los rumbos de su evolución.
Flavio Fonseca
Tomado de la Revista Espirita
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¿Qué es el espíritu?
- El principio inteligente del Universo.
23 a. ¿Cuál es su naturaleza íntima?
- Con vuestro lenguaje el espíritu no resulta fácil de analizar.* Para vosotros no es nada, porque el espíritu no constituye una cosa palpable. Mas para nosotros es algo. Sabedlo bien: nada es la Nada, y la Nada no existe.
24. Espíritu ¿es sinónimo de inteligencia?
- La inteligencia es un atributo esencial del espíritu. Pero una y otra se confunden en un principio común, de suerte que para vosotros constituyen una misma cosa.
25.El espíritu ¿es independiente de la materia, o sólo constituye una propiedad de ella, así como los colores son propiedades de la luz y el sonido una propiedad del aire?
- Uno y otra son distintos. Pero se precisa la unión del espíritu con la materia para comunicar inteligencia a esta última.
25 a. Esa unión ¿es asimismo necesaria para la manifestación del espíritu? (Entendemos aquí por “espíritu” el principio de la inteligencia, prescindiendo de las individualidades designadas con este mismo nombre).
- Es necesaria para vosotros, debido a que no estáis constituidos para percibir al espíritu sin la materia. Vuestros sentidos no han sido hechos para ello.
26.¿Puede concebirse al espíritu sin la materia, y ésta sin aquél?
- Se puede, a no dudarlo, mediante el pensamiento.
27.De esta manera, ¿habría, pues, dos elementos generales del Universo: materia y espíritu?
- Sí, y por encima de todo ello está Dios, el Creador y Padre de todo. Esas tres cosas constituyen el principio de cuanto existe, la trinidad universal.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Pablo Neruda
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DEL MANUSCRITO DE AMALIA
La redención del hombre es muy sencilla; solo consiste en amar al prójimo como a si mismo; pero dentro de esta sencillez hay un obstáculo que levanta una muralla entre el “bien” y el “mal” es el orgullo.
Cuando el espíritu desciende a la tierra y promete a esa “naturaleza divina” llamada Dios, que ya es enérgica y firme, para pasar del “mal” al bien le envuelven unas fuerzas superiores a las suyas y encarna desconocedor de todo cuanto a prometido; pero entre la promesa y el Yo se constituye una ley, y esa ley es la que rige durante nuestro paso por la tierra; y así empieza para el Espíritu una existencia de lucha y progreso.
Vivimos dentro de la oscuridad y la ignorancia, sin conocer esa ley que nuestro arrepentimiento ha creado y que es la única que nos conduce a puerto de salvación. Todas las religiones tienen la tendencia de inculcar al hombre el arrepentimiento y el acto de contrición; pero la equivocación de todas está en dar al hombre un plazo tan corto para arrepentirse.
El hombre tiene una eternidad para reconciliarse. El hombre ha sido, el hombre es, y el hombre será. Los mismos obstáculos, y alfilerazos que recibe le van enseñando el camino de su propia regeneración. Cuando está cansado por el peso de sus culpas, que consciente o inconscientemente pesan en su conciencia, y no puede más, entonces el hombre invoca su regeneración.
Cuando un espíritu ha pasado por la tierra lleno de adulaciones y placeres, al penetrar en el mundo de la verdad es tan grande su desengaño, que el llanto es el fluir de su alma y este es el Jordán de su regeneración.
Cuando el acto de contrición es puramente verdadero, es cuando el espíritu no puede retroceder de lo que ha prometido, siendo el llanto el bautismo del alma. El hombre solo se bautiza cuando retira el velo del orgullo que lo domina; entonces ve la verdad y se redime por el sufrimiento que sus mismas pequeñeces le han proporcionado.
Por el llanto que brota de su alma se redime y e bautiza; y esa redención y ese bautismo es obra propiamente suya; y entonces es cuando prepara una nueva existencia, dando a Dios lo que e de Dios y a Cesar lo que es de Cesar, descendiendo a esa penitencia dispuesto a luchar y a vencer.
Los que niegan la existencia de Dios son almas tan pequeñas que aun no han comprendido de donde emana esa inspiración que los alienta y los guía por el destierro de la vida; y si no se conocen ellos mismos ¿Cómo van a conocer a Dios es muy difícil y muy fácil.
El Espíritu conoce a Dios cuando ha sufrido y llorado mucho, porque para conocer lo bello y lo grande se tiene que haber pasado antes por esos estados atmosféricos en que el hombre se asfixia; y dentro de esa misma labor es cuando el hombre analiza y conoce la verdad. Para que el hombre ore con el alma, es necesario que se encuentre en un lugar donde las zarzas obstaculicen su paso; pues al verse imposibilitado para salir de ese laberinto es cuando decae su cuerpo y se eleva su alma. Para el alma nunca se cierran todas las puertas en el momento en que su cuerpo gime y llora ella comienza a cambiar de actitud.
La tierra es un vergel de flores; solo en sus troncos guarda las espinas, y esos troncos y espinas no los confecciona Dios, sino que es la sombra de la imperfección del hombre. Cuando el hombre desee ser feliz, ha de poner la parte que le corresponde que es la de cumplir todos sus deberes. Cuando el hombre comprenda que su paso por la tierra es un trabajo de prueba, empezará su verdadera labor, fatigando el cuerpo y ensangrentándose las manos para arrancar las espinas del tronco de la inmortalidad, del orgullo, de la envidia de los celos etc. que el mismo ha fabricado.
Es un trabajo duro, pero para limpiar el planeta de imperfecciones, la obra es enteramente del hombre. El hombre es el que ha hecho crecer las espinas; el ha convertido el jardín en un campo árido y sin placer ninguno. Pero el hombre se cansará de sufrir, y se cansará de llorar, y fatigado en la “playa de su vida” escuchando el lenguaje de su conciencia, empezará su redención.
En el siglo que está pasando aun no es concedido al hombre el poder contemplar de cerca las maravillas. Antes ha de purificarse por el sufrimiento, que le reporta una eternidad de goce; menos que un granito de arena en la inmensidad del océano.
¡Benditos los justos; dichosos los humildes y los limpios de corazón, que para ellos será la felicidad eterna!
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