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lunes, 31 de octubre de 2011

Psicología de la muerte

Herculano Pires

En la dramática Historia de la Psicología, en que tantos caminos y extravíos fueran trillados, surgió en este siglo de novedades violentas la psicología de la Muerte, resultante de las resurrecciones clínicas producidas en los hospitales, a través de las técnicas médicas del restablecimiento de las pulsaciones cardíacas en personas victimas de muerte súbita. En los Estados Unidos se hizo famosa la Dra. Ross, con sus investigaciones minuciosas sobre las sensaciones y visiones ocurridas durante el estado mortal y descritas por los pacientes resucitados. La Psicología volvió a la fase de la introspección, dependiendo de los relatos de los pacientes, mas ya ahora apoyada en grandes y profundas pesquisas instrumentales. Los relatos de los pacientes pueden ser comparados con las observaciones y los sondeos clínicos. La verdad es que estos hechos han ocurrido siempre, en todo el mundo, mas solo ahora están siendo sometidos a la pesquisa científica. La mecánica de la técnica de resurrección, con masajes y ejercicios de los brazos, dio tranquilidad al materialismo científico. Mas la inquietud provocada por los relatos orales de los pacientes creó algunos problemas, impidiendo la explicación simple de la vida como efecto de mecanismos orgánicos. La muerte perdería con esto su prestigio y la vida se transformaría en una cuestión de relojería. Bastaría accionar al péndulo parado para así poner al difunto en la línea y restablecer su tictac.


     Mas la vida y la muerte no se muestran así tan dóciles, no quisieron satisfacer los biólogos y químicos empeñados en producir vida en laboratorios. No obstante, en este caso no aparecieron las intervenciones de poderes extracientíficos, como hicieran los clérigos en el pasado, al interrumpir las pesquisas con anatemas y maldiciones. Menos felices que los psicólogos de la muerte fueran los pesquisidores soviéticos que, en la Universidad de Kirov, consiguieran probar la existencia del cuerpo bioplasmático de los seres vivos, lo que les costó la excomunión estatal, reforzada fuera de la URSS por las condenas de las Iglesias a través de instituciones científicas por ellas controladas.
     Lo mismo había acontecido en los Estados Unidos con el problema de la reencarnación y el de las pesquisas parapsicológicas. El Prof. Rhine, de la Universidad de Duke, tuvo que reaccionar contra los psicólogos que lo criticaban, demostrando que usaban contra sus pesquisas métodos anticientíficos, con simples argumentos, sin la contraprueba experimental. Mas todo esto pertenece al proceso de desenvolvimiento de las Ciencias, que es una lucha incesante contra los preconceptos y las creencias institucionalizadas . La verdad es que, de todas estas luchas, quedó el hecho innegable de la posibilidad de elaboración de la Psicología de la Muerte. La pesquisa en el hombre vivo reintegra la muerte en su naturaleza psicobiológica, sacándole los aspectos misteriosos y el sentido de sobrenatural que teólogos y gurus le dieran a través de los siglos. Toda la mitología iglesiera de la muerte, de la resurrección y del renacimiento o reencarnación caen por tierra con sus arreglos y aderezos, para que la Muerte, como la Verdad, pueda salir del fondo del pozo con su desnudez clásica.
Al mismo tiempo, en el precioso filón de las exploraciones de la muerte, de que tanta gente ha vivido con las tripas afuera, surgieran los intentos de manutención de la muerte en conserva, con los cadáveres de millonarios congelados, en catalepsia forzada, en la manutención precaria de una subvida sin ninguna perspectiva. Nos faltan los recursos básicos para una experiencia realmente científica en este campo, que son el frío absoluto y un suero mágico que impidiese las quemaduras del congelamiento absoluto, que Barnayll inventó en En las Noches de los Tiempos, en términos de ficción científica. Mas como la esperanza es la última que muere y los millonarios pueden pagar todas las esperanzas, será evidente que estos intentos proseguirán libremente.
   Las pesquisas parapsicológicas probaran la existencia de la percepción extrasensorial en los animales. En las pesquisas espíritas, más antiguas y más profundas, las manifestaciones físicas de animales fueran ampliamente verificadas. Animales domésticos muertos fueran materializados, comprobando su sobrevivencia al fenómeno de la muerte. En Sao Paulo, en el famoso Grupo Espírita de Odilon Negro, se dio la manifestación ectoplasmática inesperada de un cachorro de raza, perteneciente a la familia de un amigo. Tres médiums de materializaciones participaron de la reunión: D. Hilda Negro, el Dr. Urbano de Assis Xavier, cirujanodentista, y el Dr. Luis Parigote de Sousa, médico. Ninguno de los presentes pensaba en el cachorro, que muriera en la Hacienda de la familia, en Sao Manuel. Fueron los espíritus controladores del trabajo quienes anunciaron la presencia del animal, por el fenómeno de voz directa (la voz del espíritu vibrando en el aire, sin intermediario mediúmnico). El Dr. Antonio, presente, fue quien reconoció al animal, que, materializándose, se dirigió a él, festejándolo. El prof. Ernesto Bozzano, famoso científico y pesquisidor espírita de Milán (Italia), verificó y estudió varios casos de esta naturaleza. Los anales de las Sociedades de pesquisas Psíquicas de Inglaterra y de los Estados Unidos registraron numerosas de estas ocurrencias espontáneas. Conan Doyle, el famoso escritor e historiador inglés, médico y pesquisidor psíquico, obtuvo fotografías de fenómenos semejantes. Kardec fue el primero en constatar esta realidad, hoy en pauta de las pesquisas parapsicológicas. John Gunter, famoso reportero y ensayista alemán, en su libro En estos Tiempos Tumultuosos, en vísperas de la II Guerra Mundial, relata curiosa manifestación de un cachorro de raza, de gran porte, que asombraba un Hotel de Lujo de Baviera. La manifestación se dio frente a él, en la escalera del Hotel. Estos hechos pusieron por tierra las teorías cartesianas sobre el animal-máquina, movido apenas por instintos, y las doctrinas religiosas que atribuyen alma exclusivamente para los seres humanos. Este antropocentrismo, bien al gusto de la vanidad de los hombres, fue también avalado por las pesquisas de la Psicología Animal y por las pesquisas parapsicológicas. Con esto, se reafirma el principio espírita de la evolución general de los seres a través de las especies, sustentadas por Roussell Wallace, el científico inglés que se opuso al materialismo de las teorías de Darwin. Resultados de pesquisas y de hechos espontáneos demostraron que la lógica de la naturaleza es superior a la lógica pretensión del alma humana, basándose en las teorías del reflexionismo ruso de Betcherev y Pavlov, pero acabó reducida a un sistema mecanicista de interpretación del hombre.
Freud no era espiritualista, pero fue obligado a penetrar en las profundidades da alma, en sus pesquisas del inconsciente. La complejidad del dinamismo anímico por él revelada se contradecía flagrantemente con la simplicidad generalmente ingenua de sus conclusiones negativistas. Contrariando a Descartes, quien descubrió en su propia alma la idea de Dios y elevó este hecho a la condición de ley universal, Freud se perdió en los subterráneos de la libido y consideró la idea de Dios como simple introyección del mito fálico en el inconsciente. Carl Jung, su discípulo, se rebeló contra el maestro, formulando la teoría de los arquetipos, en que el arquetipo Supremo es la idea de Dios, que Kant consideró como el supremo conflicto formulado por la mente humana. En su libro El Hombre Descubre Su Alma, Jung sustenta la imposibilidad ontológica de excluir al alma de la realidad intrínseca de la persona humana. En este libro, Jung declara, en 1944, estar convencido de que “el estudio científico del alma será la Ciencia del Futuro".  En el campo de la Parapsicología la contribución de Jung fue la más importante, con su teoría de las coincidencias significativas, con la cual superó las groseras comparaciones de la mente con las emisiones radiofónicas, demostrando que no hay emisiones de energías físicas en el proceso telepático, sino coincidencias mentales en un plano de afinidad suprasensible. En sus memorias, Jung relata hechos paranormales de los que fue participante y hasta también productor, cierta vez cuando discutía el problema con Freud, que se había negado a analizar la cuestión, que le parecía fuera de su campo de estudios.
Para Rhine, la Psicología no podría desviarse de su objeto, que es el alma. Por esto acusó a la Psicología actual de haber perdido su objeto, transformándose en una ecología, como ciencia del comportamiento humano, de las relaciones del sujeto con el medio en que vive. La Psicología del Alma abarca necesariamente al nuevo ramo de las Ciencias Psicológicas, que revela la dinámica esencial de las relaciones cuerpoalma durante la vida y en el momento de la muerte, cuando el alma u espíritu se libera de su condicionamiento carnal. Ya decía el padre Vieira: “Queréis saber lo que es el alma? Ved un cuerpo sin alma.” La muerte es el momento en que el alma y su instrumento de manifestación material, el cuerpo carnal, se muestran separados. En este estado de separación el cuerpo material se inmoviliza y el cuerpo bioplasmático de los pesquisidores rusos de la Universidad de Kirov continúa en actividad, desprendiéndose del cuerpo carnal. El cuerpo espiritual de la tradición cristiana, que Kardec llamó periespíritu, puesto que se presenta como una envoltura semimaterial del espíritu propiamente dicho, fue considerado por los rusos como la vida. La designación científica de bioplasmático lo define en su naturaleza y en sus funciones. Bio, porque es vida, cuerpo vital, yplasmático porque está constituido por un plasma físico, elemento formado de partículas atómicas libres, no ligadas a ninguna constelación atómica, a ningún átomo. Este cuerpo, que fue fotografiado por los rusos, a través de cámaras Kirlian de fotografías paranormales, se presenta brillante y transparente como si fuese de vidrio. Las pesquisas con vegetales y animales, en Kirov, probaron que este cuerpo rige todas las funciones del cuerpo carnal y ofrece una visión total del estado de salud, enfermedad u aproximación de estados mórbidos del cuerpo carnal.
    Todo esto corresponde exactamente a lo que la pesquisa espírita ya había revelado sobre el periespíritu. El cuerpo carnal solo se cadaveriza cuando el cuerpo bioplasmático se desliga completamente de él. Entonces la muerte se consuma. Es importante que este descubrimiento se hubiese hecho en la URSS por científicos materialistas, confirmando plenamente las conquistas de la Ciencia Espírita, hechas por Kardec y por científicos del mayor renombre como Crookes, Richet, Crawford, Zöllner, ScherenckNotzing, Paul Gibier, Ochorovicz y otros. Tuvimos la oportunidad de ver este cuerpo en algunas de nuestras experiencias mediúmnicas, mucho antes de las pesquisas de Kirov. Las pesquisadoras de la Universidad de Prentice Hall, en los Estados Unidos,  fueron a la URSS, y vieron las fotografías y entrevistaron a los científicos responsables por las pesquisas de Kirov, se mostraron deslumbradas con el cuerpo espiritual del hombre El relato completo de este descubrimiento puede ser leído en el libro Experiencias Psíquicas Detrás de la Cortina de Hierro, de Lynn Schroeder y Sheila Ostrander, de la Editora Cultrix, Sao Paulo. El título inglés no se refiere a experiencias, sino a descubrimientos. La edición original americana es de la propia Universidad de Prentice Hall, pero hay ediciones posteriores de la Editora Bentam Books, de Nueva York.
    La Psicología de la Muerte no quedará, ciertamente, restringida a los problemas específicos de la relación alma cuerpo. La muerte nace de las entrañas de la vida; por esto, vida y muerte caminan juntas, de manos unidas, a lo largo de la existencia. Se acostumbra decir que comenzamos a morir desde que nacemos. Buda decía que la muerte nos visita 75 veces en cada una de nuestras respiraciones. La Psicología de la Muerte, por lo tanto, debería comenzar en la vida, pesquisando las diversas formas por las cuales las criaturas en general encaran la muerte; cómo la sienten en relación a si mismas y en relación a los otros; qué influencias  ejerce la muerte  en la vida de las personas; cuáles son los sentimientos que determinan ciertas actitudes frente a la muerte; cómo se encara hoy el problema de las exigencias religiosas en la hora de la muerte y en los funerales; cuál es el efecto del terror de la muerte en el comportamiento de las criaturas ; cómo se podría cambiar todo esto en favor de condiciones mejores y así por delante. La observación de Heideggard sobre nuestra tendencia de siempre hablar de la muerte como la de los demás y no de la nuestra, merecerá especial atención en las pesquisas. Vivimos en un mundo del que solo conocemos por una cara, aunque sabemos que la otra cara nos espía. Conocemos la cara de la vida, siempre volcada hacia nosotros, pero nada o casi nada sabemos de la cara de la muerte. ¿Qué efectos tendrá esta situación en nuestro psiquismo? Los hombres se matan por cosas mínimas. ¿Cuales serían los impulsos reales que llevan a los hombres a esta situación brutal e inconsecuente? Por qué la muerte parece no afectar a la mayoría de las criaturas, que viven sin preocuparse con ella?
  Si la Psicología de la Muerte no se interesara por la vida, fracasará en su intento de esclarecer los problemas de la muerte y ajustarnos conscientemente al hecho de que nacemos para morir. Solo podremos comprender la vida después de que comprendamos la muerte. ¿No será extraño que hayamos hecho todo al contrario, hasta ahora, temiendo y al mismo tiempo despreciando la muerte? La muerte es segura, dicen con indiferencia. No obstante, la muerte es generalmente incierta, puesto que no sabemos cuándo y de qué manera llegará. ¿Si todos nos interesáramos más por la muerte, no podríamos vivir mejor, con menos ambiciones y menos desesperaciones inútiles? La Psicología de la Muerte no surge por acaso. En la mortalidad masiva de nuestro tiempo la muerte adquiere mayor importancia que la vida; porque sabemos que estamos en la vida y la conocemos bien.  Pero y la muerte?
 Tomado de: Educación para la Muerte Herculano Pires



No te indispongas con nadie. Continúa trabajando y sirviendo en paz . Aguarda el tiempo, en la certeza de que por las circunstancias de la vida, en las páginas del tiempo es donde se manifiesta más claramente la voz de Dios. 
Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Cándido Xavier, CEU)

( Ver inquietudesespiritas.blogspot.com )