Esta clase de experiencias conocidas en Parapsicología como Proyecciones astrales ( PES), constituyen un fenómeno universal a lo largo de la historia.
Estos casos constituyen experiencias profundas que afectan a la vida de las personas que las han experimentado, pues siempre les queda una sensación y un recuerdo agradable de la experiencia.
Suceden a veces en personas que en estado de relajación o semidormidos, sienten como abandonan su cuerpo físico del que se alejan,a veces acompañados de una sensación de vértigo, y pasan a contemplar el mundo exterior desde una posición totalmente separada e independiente del mismo.
Han sido experimentadas por algunas personas de modo espontáneo y natural, en cuyo caso esto a veces solo sucede una vez en la vida ( a los que les sucede), o en otros casos es provocado bajo estado hipnótico o causado por algún accidente traumático que ha colocado al sujeto durante un periodo de tiempo en una situación límite, al borde de la muerte.
Estos fenómenos , que nada tienen que ver con las ensoñaciones experimentadas durante el sueño fisiológico, se han podido comprobar después en cuanto a su veracidad, porque han descrito hechos y detalles puntuales sobre lo que han oído, visto y hasta olido en determinado lugar lejano de donde él se encontraba físicamente y en un momento determinado, aportando toda clase de datos o detalles que se han podido verificar después , acreditando y comprobando así su autenticidad. Esto nos lleva a la única y mas lógica explicación posible , de que realmente el sujeto ha estado allí personalmente o se ha proyectado mentalmente hasta allí, en el momento comprobado, aun manteniendo la certeza de que su cuerpo físico se encontraba en otra parte.
Según relatos de quienes las han experimentado alguna vez, parece ser que la sensación general durante la proyección astral, es de bienestar y de optimismo. Algunos sujetos, curiosamente también han descrito a su propio “fantasma” o “cuerpo astral” como otro cuerpo desde el que se ven fuera de su propio cuerpo, y sobre el que se sintieron flotar a mas o menos altura, quedando unidos a este solamente por un delgado cordón luminoso que les permitió regresar después como “refundiéndose en él y regresando conscientemente al estado normal.
Este hecho tiene aspectos interesantes que debemos conocer: A veces también se ha producido en sujetos que han sufrido “muertes clínicas aparentes ” de las que regresan tras un cese completo de su
actividad cerebral, con ausencia de signos vitales como el latido cardíaco, y dilatación de las pupilas, no habiendo ninguna explicación médica a este hecho.
También se han dado casos parecidos en personas aparentemente muertas por congelación que presentan un profundo letargo y una gran hipotermia durante su muerte aparente, sin presentar signo alguno de actividad cerebral, y sin embargo más tarde recuperan la conciencia y la actividad cuando se vuelven a calentar progresivamente.
Todos estos datos nos pueden llevar a la conclusión de que los electroencefalográmas “planos” no constituyen por si solos una prueba exacta y definitiva de la actividad cerebral, y por tanto de la muerte definitiva, porque puede ser factible que el cerebro se encuentre a tan bajo nivel de actividad, que esté practicamente inactivo, y que el “ electro” no registre actividad alguna, y sin embargo la persona aparentemente muerta, en realidad aún esté viva y sea susceptible de poder “volver” a su estado vital normal.
La experiencia fuera del cuerpo cuando es provocada voluntariamente por el propio sujeto, es también conocida como “viaje astral”, y suele ser frecuente entre algunos maestros y lamas tibetanos e indios durante sus prácticas de meditación y yoga.
Las personas que han vivido esta experiencia, realmente guardan un buen recuerdo de la misma, y pierden el temor a la muerte, aunque no por eso desean morir, pues como cualquier persona, también tienen el fuerte y natural instinto de supervivencia. Además quienes han vivido esta experiencia de existir conscientemente fuera de su cuerpo, suelen experimentar un cambio interno muy positivo en sus vidas.
Resultan también muy interesantes los casos de sujetos que han tenido la experiencia de una “muerte clínica” a causa de algún accidente con parada cardiaca momentánea. Algunos quedan en ese estado algunos segundos o minutos, de los que después no son conscientes ni recuerdan nada, porque durante su “muerte aparente”, abandonaron su cuerpo y su cerebro, perdiendo el sentido del tiempo y el espacio, debido a que estos no existen en la dimensión astral en donde estuvieron mientras duró la experiencia.
“ Los hombres saben cada dia más del Cosmos y cada día menos de sí mismos”
- Anthony de Mello -
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