En un controvertido programa de televisión, se ha discutido recientemente sobre la figura de Jesús de Nazaret, con arreglo a lo que dicen haber encontrado en los llamados evangelios apócrifos.
Que si el cristianismo sitúa su nacimiento en el comienzo del invierno porque es el símbolo de que a partir de esta fecha donde los días comienzan a crecer, la luz va venciendo a las tinieblas; que si Jesús y Cristo fueron dos seres diferentes; de que si Cristo nació unos cinco años antes que Jesús; de que Cristo fue un milagro de Dios que lo transmitió a la persona de Jesús cuando este ya era adulto; que si de niño tenía poderes sobrenaturales que a veces empleó en hacer el mal a otros niños; que si María Magdalena fue o no fue su esposa; que si huyó a Cachemira en donde vivió y murió y fue enterrado junto a su familia, etc.
Puede ser que entre tantas hipótesis haya alguna que pueda contener algo de verdad,... o no.
Como personaje histórico que es Jesús de Nazaret, estos detalles podrían tener alguna importancia, pero desde luego ninguna transcendencia. La única transcendencia que podrían tener es en cuanto a la inseguridad en la que podrían entrar las religiones cristianas al ver peligrar importantes dogmas sobre los que se sustentan, porque son la base fundamental de las mismas, como son los milagros y sobre todo el hecho de la resurrección, si existió o no existió, pues para atribuirle a Jesús su divinidad e identificación como Dios mismo, las religiones se han basado en los hechos milagrosos que relatan los evangelios, especialmente el suceso de la resurrección que nos abre las puertas a creer que los demás humanos también resucitaremos de la muerte, en lo que llaman "el último día", que para unos será cuando el mundo se acabe,( creyendo textualmente en el Apocalipsis), y para otros ya es después de que la muerte nos visita y nos lleva a lo que llaman "más allá" o al Cielo. Y es que las religiones han de velar mucho por la integridad y la sustentación de sus dogmas, porque si uno de ellos cae, se corre el riesgo inmediato de un " efecto dominó": los demás también caen con la caída religiosa y estrepitosa correspondiente, y lo que es peor: por ende otras muchas religiones también irían detrás en la caída, pues enseguida se crearía la inseguridad de que todas son falsas o al menos ninguna de ellas contiene la Verdad absoluta, como así es.
Sin embargo me parece que esta discusión y estas hipótesis alrededor de la figura humana de Jesús, son más bien desarrolladoras de novelas y guiones cinematográficos, antes que de una importancia transcendente para el ser humano, pues con esta clase de debates televisivos y novelescos, que aportan tan poco para que el ser humano mejore y progrese moralmente, haciendo con ello progresar el mundo, se crean- como digo- a modo de cortinas de humo que intentan apartarnos o de fijar la vista en lo que de verdad importa. Y esto no es otra cosa que la enseñanza y el ejemplo moral profundo que se extrae de cada relato de los evangelios.
Por el Espiritismo, que con sus amplias enseñanzas morales evangélicas, se nos confirma, - y cuanto más lo conocemos, más lo estudiamos y más lo analizamos, más se nos confirma-, como el Consolador que prometió Jesús , pues en la Codificación Kardeciana, elevados espíritus en cuanto a su nivel moral e intelectual, nos afirman en elevados mensajes de transcendencia moral, en los que reconocen a Jesús como el Ser humano más perfecto que encarnó jamás en la Tierra y al que podemos tomar como máximo modelo de perfección moral , y no solamente acreditan su existencia en los lugares y épocas señaladas por los Evangelios, sino sobre todo la enseñanza moral profunda que Él dejó y que está contenida en los mismos. El Espiritismo es el Paráclito que llegó- conforme a lo que El prometió-, para recordarnos y enseñarnos más cosas de cuanto El ya dejó dicho con la palabra y con el ejemplo, y estas enseñanzas y relatos, no fueron escritos por El mismo ni por ningún escritor o biógrafo de la época, sino por diversos y sencillos personajes que , o bien fueron testigos de los hechos, o bien fueron depositarios de los relatos de los mismos que en un comienzo del Cristianismo, cierto tiempo después de la muerte de Jesús, e inspirados desde planos espirituales, hicieron de cronistas de su historia y enseñanzas, con el fin de que la humanidad no lo olvidase y se pudiera comenzar a desenvolver con arreglo a la luz de las mismas.
Las circunstancias humanas de Jesús no dejan de ser una curiosidad que en sí mismas no aportan nada al ser humano en su desarrollo, pero la esencia moral evangélica de sus enseñanzas y ejemplos, si que aportan , y mucho, para que podamos alcanzar esos objetivos de progreso que todos sentimos como íntima aspiración en el fondo de nuestras almas, pues creemos que dentro del orden y la perfección del universo del cual formamos parte, si el caos y la maldad reinante en el género humano y en nuestro mundo, no tuvieran un final, para transformarse e integrarse en esa perfección de bondad y orden que se reflejan en la Naturaleza y en el Universo todo, esta transformación, - como digo -, es no solo posible, sino necesaria e inevitable, y la aportación de la moral de Jesús Cristo, es esencial para que la alcancemos y dejemos de ser como huesos dislocados dentro del gran organismo que es la Naturaleza entera, pues El en verdad , es el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie va al Padre si no es por El ( por sus enseñanzas). Por tanto el foco de nuestra atención no se debiera centrar en esas cuestiones por ser un tanto baladíes, sino en lo que de verdad importa: Qué nos enseñó con su palabra y su ejemplo, y para que sirve al ser humano conocer y aceptar el camino en la vida que supone el vivir y actuar con arrreglo a esas enseñanzas.
Realmente , estos debates y novelas pueden llegar a desconcertar a muchos y a hacerles dudar en cuanto a la existencia y persona de Jesús, y por tanto de cuanto este dijo o enseñó, Pero la cortina de humo que parece que con estos debates y novelas quieren hechar sobre la parte moral de Jesús, que al fin y al cabo es la importante y transcendente, se la hechan los mismos que centran su existencia en divagar sobre estos asuntos relacionados con su parte humana, y que no conducen a ninguna parte e impiden muchas veces ver y comprender lo que realmente interesa.
Quien tiene su fe asentada como una casa sobre las arenas movedizas del debate, la duda y la fantasía, sin duda al primer soplo de una tormenta, esta se derrumbará, pero quien la tiene bien asentada sobre la roca del enfoque correcto, la lógica y la coherencia, no temerá que ninguna tormenta y menos aún de tipo novelesco, la pueda derrumbar.
- José Luis -
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