Emmanuel |
Hay si, la tristeza constructiva, aquella que nos impulsa hacia la Vida Superior, encaminándonos para el trabajo de la mejoría íntima, delante de la sed de ascensión espiritual.
Existe, sin embargo, la otra la tristeza destructora que viste de luto, por dentro del corazón, todos los días, esparciendo desánimo y pesimismo donde pasa.
Observa en ti mismo a fin de que inmunices contra semejante dolencia del alma.
Toda vez que comentamos nuestros problemas, exagerándoles de tamaño o dramatizando las dificultades que nos llegan a la existencia; siempre que tomamos el tiempo ajeno a fin de recordar sufrimientos pasados que la Providencia Divina ya mandó a borrar, en nuestro beneficio, con la esponja del tiempo; en todas las situaciones en las cuales nos ponemos a exaltar los propios preconceptos, desconsiderando la posición y la experiencia de los semejantes; y, en la generalidad de los casos en que nos pusiéramos a lamentar disidencias y desacuerdos , contiendas y tristezas, estamos apartando de nosotros los mejores amigos, a través de la amargura y del resentimiento que destilamos con nuestras palabras. Naturalmente, cautelosos, esos compañeros prefieren distanciarse a la participación indebida de nuestras adversiones y frustaciones, antagonismos y quejas, aunque, siempre que generosos y leales, estén claramente dispuestos a apoyarnos en la restauración de nuestra armonía....
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Comprendamos que nadie estima la permanencia en un espinar y no escoge vinagre para brindar los lazos dilectos, y sepamos fortalecer la bondad y la paz, entusiasmo y optimismo a los que se aproximen a nosotros, por cuanto no hay quien no necesite de alguien para ejecutar los deberes que la vida le determine.
Para eso, nosotros que sabemos rogar a Dios protección y bendición, aprendamos igualmente a pedir a la Divina Providencia que nos conceda el necesario coraje para silenciar desilusiones y lágrimas, de manera a dar paz y alegría, seguridad y consuelo a los demás, tanto como esperamos esos beneficios de los demás en auxilio de nosotros.
Emmanuel.
Francisco Cândido Xavier.
Comentario. Hermanos y amigos, el amor del Padre nos abraza siempre, adelante buscando luz paz y armonía, antes de la victoria esta la lucha, Cristo el ejemplo a seguir.
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Luz progreso y amor.
marco antuan.
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