Abraham Linclon |
Se discute, frecuentemente, sobre la posibilidad de conocerse el futuro. Dicen algunos que el futuro pertenece a Dios. Entretanto, existen situaciones a través de las cuales algunas personas entran en una determinada faja vibratoria, por la revelación hecha directamente por Espíritus, sueños o clarividencia sonambúlica (el espíritu queda parcialmente liberado del cuerpo físico), y ellas tienen acceso a informaciones sobre el futuro.
No es tan raro como se imagina. Sin embargo la mayoría de esos fenómenos no son divulgados, cuando acontece entre personas ilustres despiertan más interés y divulgación.
Como ejemplo, recordemos dos casos bastantes conocidos: El de Martin Lutero King y el de Abraham Lincoln.
a) Martin Luther King
revela el periódico parisiense France-Dimanche en su número 1.130, que dos días antes de ser asesinado, el líder negro tuvo un sueño en que se veía tumbado en una caja mortuoria y rodeado de millares de personas. Impresionado con el sueño llamó a su amigo Andy Young y telefoneo a la esposa informándola de lo acontecido.
En la víspera de la tragedia, el se encontraba haciendo un discurso para los miembros de asociaciones sanitarias en Memphis, cuando sorprendió a todos diciendo: “Muchas veces pienso en mi muerte y en mi entierro. Si algún día alguien de vosotros sobre mi campa, diga que Martin Luther King dio la vida por sus hermanos, para vestir a los pobres y alimentar a los hambrientos”. Parecía sin sentido lo que decía. Sin embargo, la previsión, se torno realidad; algún tiempo después, el fue asesinado.
b) Abraham Lincoln
Unos días antes de ser asesinado, Lincoln tuvo un sueño que lo dejo impresionado. En una ocasión que estaba con algunas personas, inclusive su señora, el conto:
Hace unos diez días me recogí muy tarde. Poco después de estar acostado, caí en somnolencia, pues estaba fatigado y en breve, comencé a soñar. Parecía haber a mi alrededor, un silencio de muerte. Súbitamente escuche sollozos convulsivos, como si muchas personas estuviesen llorando. Juzgue haber dejado la cama y que vagueaba por las escaleras. Ahí el silencio fue roto por dolorosos sollozos, aunque la persona que así se lamentaba estaba invisible. Ande de sala en sala. No había a la vista cualquier persona viva, más, donde quiera que pàsase me esperaban los mismos lamentos de dolor, todos los muebles me eran familiares. ¿Donde estaban, con todo, aquellas personas que se lamentaban como si sus corazones estuviesen dilaceradas? Me sentía en verdad, confuso alarmado. ¿Qué significaría todo aquello? Decidido a descubrir la causa del misterio. Continua deambulando hasta la sala oriente.
Allí me esperaba una sorpresa macabra.
Ante mi se erguía un sarcófago, en el cual reposaba un cadáver envuelto con vestidos fúnebres. Alrededor se perfilaban soldados, haciendo guardía, y en una enorme multitud. Otros contemplaban lamentándose el cuerpo cuya cara estaba cubierta. Otros sollozaban piadosamente.
¿Quién murió en la Casa Blanca? Pregunté a uno de los soldados. El Presidente – fue la respuesta.
El fue asesinado.
“De la multitud vino, entonces, una explosión ruidosa de dolor que me despertó del sueño. No dormí más aquella noche,, y, se bien que se trató de un sueño; desde entonces me encuentro extrañamente indispuesto”.
No se demoró más que algunos días, el 14 de abril de 1865, en el Teatro Ford, de Washington. Abraham Lincoln, era alcanzado por un tiro de pistola, viniendo a fallecer al día siguiente.
Sean cuales fueran las definiciones dadas para los sueños, si no se considera la participación del Espíritu, se tornan estas sin consistencia.
Para una explicación más lógica, que elucide este misterio de los sueños (inalcanzable por la Ciencia materialista), saquemos a la luz la definición de Allan Kardec: “Los sueños son efecto de la emancipación del alma, que más independiente se torna por la suspensión de la vida activa y de relación. De ahí una especie de clarividencia indefinida que se alarga hasta los más apartados lugares, aun mismo a otros mundos (El Libro de los Espíritus, p.216)
En este estado de liberación, provisora (por el sueño), también el Espíritu podrá tener acceso a archivos del inconsciente, donde se encuentran registrados episodios importantes de su vida, tanto en relación a su pasado, como al planeamiento con relación al futuro. Como parte integrante de eso, la fecha y el género de muerte.
F. Altamir de Lima
TRADUCIDO POR: M.C.R
ALVES NETO, Aureliano. O Espiritismo explica. Editora Edicel.
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