La realidad permanente de la muerte del ser humano, nos lleva a reflexionar sobre los por qués de nuestra existencia y sobre el sentido que esta tiene.
La persona espiritualmente adelantada, vislumbra que en realidad existen dos categorías de “muertos”: los que han dejado su vestimenta carnal y los que todavía están en este mundo, pero están muertos para la vida espiritual, pues solo viven una vida material como lo hace cualquier animal. Para el mundo, “muertos” son los que dejaron la carne de su cuerpo, y una vez desaparecido este ,dejando credos religiosos aparte, ya consideran perdido para siempre al Ser que se fue, aunque no se sabe muy a donde…. Sin embargo para nosotros, como dijo Jesús de Nazaret, muertos son los que viven inmersos en la materia alejados de la primitiva vida del espíritu, que es vivir en la Voluntad Divina y en el Amor del Padre. Los muertos en este caso son muchas veces las personas que habitan la corteza terrestre atrapados en la materia y en los vicios, pero que no están vivas para el Mundo Espiritual., pudiendo ser llamadas como “muertos-vivos” y cuando después de que tras la muerte del cuerpo dejan la materia, se les podría llamar con razón, los muertos, pues ya estaban espiritualmente muertos cuando vivían en este mundo, y después continúan muertos también para la vida espiritual, hasta que por misericordia Divina y por imperativos de la ley de Evolución, se les ofrece una nueva oportunidad de existencia terrestre. Sin embargo los vivos en cuanto a vivir una vida espiritual de relacción con Dios , cuando pasan al más allá continúan viviendo plenamente felices en los planos y mundos de Luz; a estos por el contrario se les podría llamar “vivos-muertos”, o sea muertos aquí, pero bien vivos y felices allá, en otra dimensión.
Por lo analizado en el punto anterior, ya conocemos que el sentido básico de nuestra vida es el de aprender y madurar espiritualmente con la experiencia de cada día y esto lo hacemos inmersos en la Ley de Consecuencias, cosechando de aquello que antes sembramos voluntariamente mientras con nuestras actuaciones de ahora, vamos a su vez sembrando el bien o los errores que deberemos continuar cosechando en el futuro.
De lo expuesto se deduce que tiene mucha mas importancia el mantener una vida espiritual consciente y provechosa , haciendo el bien a los demás , evolucionando y aprendiendo cada vez más lo que afecta al espíritu , y sobre todo esforzándonos por ser cada vez mejores personas, viviendo conscientemente en la Voluntad Divina del Padre, plenos de Su Amor, en lugar de una vida a semejanza con cualquier ser del reino animal, apegados al medio físico y a todo lo que sea material, sin otro horizonte que satisfacer las apetencias corporales para esta vida que el medio físico nos reclama.
“Es mejor el día de la muerte que el día del nacimiento”
- La Biblia (Eclesiastes 7:1)-
- Jose Luis -
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