No es necesario que alguien asegure la existencia de entidades espirituales, para que ellas actúen de las formas más diversas en la vida de las personas.
No se hace indispensable que alguien sea espiritualista, con el fin de estar bajo la influencia de los espíritus desencarnados en los caminos humanos.
Es importante recordar que la humanidad terrena esta compuesta por todos los espíritus que el creador a ella destinó, en razón de la ley de afinidades, y los coloco bajo la coordinación de Jesús, El Cristo.
Desde hoy, no será difícil comprender que en un mundo con tantas potencialidades, con tantos recursos para ser explorados, como es la Tierra, la gran masa de los espíritus a el vinculados se allá desencarnada.
Hay muchos más espíritus en el plano espiritual que encarnados. Esto explica por que el número de los mortales creció tanto, a través de los siglos.
Viviendo esa realidad de un mundo considerado en dos niveles generales, el nivel de los que están en el cuerpo físico y el de los que se encuentran fuera de el, no es sorprendente la constitución de que ocurran influencias reciprocas de un nivel sobre el otro.
Inmensa es el grupo de desencarnados que procura contactar con los encarnados, sea para ayudar, en cualquier cosa, o sea para participar de cualquier tarea, o sea para perturbar, de cualquier forma.
Enorme es la masa de encarnados que desea contactar con los desencarnados, sea para pedir una ayuda banal, sea para vengarse de los desafectos o sea para rogar un socorro directo en casos complejos.
Hay entidades espirituales que gustan solamente de hacer el bien, de ayudar para el bien, de participar en cualquier esfuerzo por el bien.
No en tanto, hay otras enteramente volcadas para lo contrario, dando baza a sus inclinaciones inferiores, aun no debidamente transformadas.
Una vez que usted sabe de eso, observe el tipo de sintonías, de contactos mentales que hace y que desea hacer con los espíritus.
Analice los contenidos de sus pedidos dirigidos al más allá y el tenor de sus expectativas ante la vida, manteniendo la certeza de que cualquiera que sea su búsqueda, alguna entidad a ella se asociara.
Sus decisiones como el estilo de vida, sus relaciones de afecto o desafecto, el rumbo que de a sus realizaciones en la faja de la honestidad o de la deshonestidad, funcionaran con ideas tomadas con su ligación a nobles mensajeros de la luz o con desafortunados agentes de las sombras.
Busque a Jesús y únase a El en todo lo que haga. Viva con alegría interior, aprenda a enfrentar y superar los problemas sin odios, sin guardar amarguras de nadie.
Libérese. Viva en clima de libertad espiritual, para conservar el corazón y la mente libres de vínculos con espíritus perturbadores.
Busque a Jesús y todo lo que se refiera al bien, y esté seguro de usufruir la mejor asistencia invisible, atraída por sus felices predisposiciones morales.
Cuando un familiar fallece y vuelve al mundo de los espíritus, no se torna mejor ni peor de cómo era cuando estaba en el cuerpo físico.
Por esa razón, no lo perturbe con pedidos que el no puede o no debe atender.
Confié siempre en Dios, Padre de todos nosotros, y a el dirija su oración o su pedido.
Más recuerde de llevar en cuenta que el Padre conoce nuestras necesidades y siempre nos da lo que necesitamos, que no siempre es lo que queremos.
-Merchita-
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