Psicoesfera

PSICOESFERA: NUESTRO MEDIO AMBIENTE ESPIRITUAL

Observar y percibir el mundo que nos rodea, requiere cambios de una  complejidad infinita.
El mismo objeto, una misma persona o un mismo escenario, pueden despertar interpretaciones completamente diferentes, conforme al sentimiento de quien lo observa.

El mundo en que vivimos sería otro si aquí solo viviesen soñadores, místicos, poetas y santos.

En términos neuropsicológicos, ya sabemos que nuestro  cerebro hace reconocimiento del mundo que nos rodea, "soñando" una idea a partir de lo que va percibiendo. De ahí que lo que para uno puede ser bonito, para otro  quizás no lo sea.

Cada objeto que vemos despierta en nosotros recuerdos y vivencias que son asociadas a nuestro juicio sobre este objeto.

Por eso, cada uno de nosotros "sueña" el mundo conforme sus experiencias psíquicas.

Podemos decir que en el día a día, al observar la realidad que nos rodea, estamos componiendo en torno a nosotros un escenario mental con formas y figuras que nos acompañan.

Lo más importante es que en este escenario psíquico es quien dirige nuestro comportamiento.

Nosotros siempre obramos de conformidad a la interpretación que damos a las cosas y a las personas y nuestras interpretaciones son en verdad juicios que el cerebro construye con representaciones e ideas que tienen forma y movimiento.

Considerando todas las mentes humanas capaces de pensar y crear, podemos deducir que estamos sumergidos en un mundo psíquico de proporciones gigantescas y seguramente interferimos unos sobre otros, induciéndonos a comportamientos colectivos masificadores.

Cuando toda una población ve una noticia por la televisión o lee la misma noticia en los periódicos, estas personas están creando representaciones mentales con referencia a esas noticias, reconstruyendo y  reviviendo los personajes envueltos o citados en los noticiarios, es como si el mismo acontecimiento se reprodujese en cada mente, uniéndose al episodio difundido.

Nuestra gran función es saber si ese escenario mental, con formas y personajes así creados, tienen alguna realidad física semejante, a la que estamos insertos en el mundo material.

En la interpretación de la física de hoy, el mundo de moléculas y átomos, fue sustituido por "campos de energía". El comportamiento aparentemente estable de la materia física, fue sustituido por "ondas" y "fardos" de energía que se alternan en la dependencia de opinión del observador.

Por tanto, la materia se densifica en partículas o se disipa en ondas, conforme al juicio mental de quien  observa el experimento.

La única cosa palpable que quedó de este mundo físico de apariencia estable, es una "espuma cuántica" donde la materia y la energía se relacionan.

Por lo menos en otros términos teóricos podemos presuponer otros estados de la materia, como la "materia radiante", sensible a los influjos de la mente. La fuerza mental que se expresa en pensamientos, crea ondas y partículas que también se coagulan, concretando las formas de los objetos y de las personas en quien pensamos.
En cuanto a la "espuma blanca" solidifica el mundo físico en que nos movemos, la materia radiante corporifica el mundo mental que idealizamos. Así como hablamos de higiene y polución del ambiente físico, podemos hablar, y ahora sí, hablar de limpieza  y polución psíquica.

Estamos todos sumergidos en un mundo psíquico más concreto de lo que podemos suponer, y en este ambiente, la selección de las ideas facilitará un clima mental más saludable o más seleccionado.

Una simple noticia en el periódico, una conversación que nos emociona, una película a que asistimos o un episodio que relatamos, crean junto a nosotros un ambiente psíquico que llamamos psicoesfera. Somos "Cajeros ambulantes " de ideas que pueden identificarnos facilmente identificar a los videntes de este mundo psíquico.

Estas formas pensamientos, un día harán una etiología  de las dolencias, principalmente psicosomáticas y el médico aprenderá a prescribir la oración y la meditación para el equilibrio de nuestra psicoesfera.

Cada uno de nosotros tendrá su propia responsabilidad individual para construir su propio mundo mental, seleccionando lo que habla,lo que ve, lo que oye, o que lee  o lo que piensa, porque todo esto implica para siempre, el material mental de nuestro psiquismo.

Nubor Orlando Facure-Exprofesor titular de Neurocirugía UNICAMP
                                     Director del Instituto del Cerebro,

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