Los vicios son manifestaciones inferiores del alma humana, y se presentan con un serio problema de Salud Pública para todos los países del mundo.
Son males resultantes del uso de sustancias que proporcionan una ilusoria sensación de bienestar, y que causan dependencia psíquica y a veces física, que se caracteriza por la necesidad compulsiva de la continuidad de su utilización y, otras veces, del aumento progresivo de las dosis usadas.
Expresan tendencia inferior de la individualidad, haciendo con que las personas cometan deslices de comportamiento que se vuelven, muchas veces, pesadas cargas para sí mismas, para sus familias y para la sociedad.
Las personas que se mezclan con los mismos son almas todavía imperfectas, que se comportan según su estado de vibraciones mentales, ajustados a su grado de evolución, inmersas en la esclavitud de los vicios, que dificultan su comprensión y discernimiento de las cosas, perjudicando su propio organismo y manchando su existencia, que debería ser aprovechada para realizaciones útiles a sí mismas y a los semejantes.
Por falta de fe, por invigilancia espiritual, por incapacidad para dirigir sus propios actos, impotentes para dominar una tentación, incapaces para apartar el asedio a sí mismas, ciertas personas son llevadas a entregarse al vicio, movidas por la ilusoria satisfacción que el mismo pueda proporcionarles, frente a sus angustias, ansiedad y depresiones.
El pensamiento positivo, la fe, la determinación, a parte de otros atributos del alma, como la inteligencia y la voluntad, puede proyectar la vida hacia lo alto, dando al ser humano las posibilidades para alcanzar su pleno desarrollo en todas las situaciones de la vida.
En la ausencia o en el desvanecimiento de las fuerzas anímicas, predominan las acciones instintivas del ego, dando margen para las manifestaciones de tendencias menos edificantes, como los vicios. Son males que pueden estar vinculados al inconsciente colectivo de cada uno.
El ser humano tiene en sí mismo un inconsciente individual o freudiano, y otro colectivo,según la concepción de Jung, que abraza su pasado y se proyecta en el futuro y, como realidad consustancial a su propia alma, que trasciende los límites de su propio conocimiento intelectual.
Alberto Lyra, en el libro Parapsicologí a e Inconsciente Colectivo, señalando el concepto deInconsciente Colectivo de Jung, dice: “Según él, no hay, en el ser humano, tan solo un repositorio de sus experiencias personales. El hombre trae, latentes y concentradas en sí, todas las experiencias pretéritas de sus ancestrales. No es solamente la experiencia individual que el hombre encierra, sino toda la sabiduría de la especie, la cual permanece latente, a la espera de la oportunidad para revelarse.
El inconsciente colectivo tiene un saber preexistente, causal, según Jung, no preso al condicionamiento sensorial y pudiendo revelar cosas no conocidas del intelecto”.
El insigne autor deja translucir, en ese mensaje, su condición de espiritualista, reconociendo que el saber, presente en el inconsciente colectivo, preexiste, y puede revelar cosas no conocidas del intelecto.
Según la Doctrina Espírita , el alma tiene memoria de su pasado, que puede manifestarse sin contenido definido. La memoria del inconsciente de Jung tenía, así, la participación del alma.
Sensibles a su inconsciente colectivo, lo seres humanos reciben las vibraciones de su pasado valorizando, en primer plano, las satisfacciones físicas y emocionales. Reviven, inconscientemente,los estigmas que le son enviados, como flujos de raíces de la propia vida.
Los seres humanos primitivos habían sido motivados por las fuerzas instintivas, haciendo con que se entregasen a los placeres de la vida material, poco aficionados a la alegría de las realizaciones del alma.
Desde la más remota antigüedad es posible encontrarse, en todos los pueblos, el hábito de usar alguna bebida de fermentación, o de ciertas hojas como las del tabaco o de la coca, fumadas o mascadas.
El vicio de fumar o de comer opio era muy común entre los pueblos asiáticos, sobretodo entre los chinos, cuyo placer más procurado consistía en fumar opio en cachimbas apropiadas.
Tales hábitos eran parte de los rituales sociales o místicos, intentando alcanzar un estado de euforia y bienestar, o propiciar sueños, u obtener comunicaciones con divinidades que darían la posibilidad para la interpretación de misterios, apartar malos designios o alcanzar soluciones para diferentes problemas.
Eran frecuentes las inhalaciones de substancias provenientes de la quema de ciertas hierbas de poder mágico, para atraer buenos augurios o apartar malas influencias, durante la práctica de cultos a las divinidades.
Con el correr de los milenios, las fuerzas anímicas tienden a evolucionar, y alcanzar condiciones para dar a los seres humanos la posición de vanguardia a que se destinan, como herederos de Dios y colaboradores de la creación de todo lo que está hecho por el hombre en el planeta Tierra.
Con todo, en ese campo de las realizaciones del alma, la humanidad todavía no alcanzó el desarrollo que puede elevarla al nivel de grandeza a que está destinada. En sus deslices, se entrega a los diferentes vicios, perjudicando la salud y su vivir físico, mental, espiritual y social.
Entre los vicios, están incluidos los del tabaco, las bebidas alcohólicas, las drogas, el juego y otros, como el uso de medicamentos que pueden ser perjudiciales cuando son tomados sin control médico.
En el presente trabajo, son considerados genéricamente, los vicios del tabaco, de las bebidas alcohólicas y de las drogas, teniendo en vista los aspectos educativos que la lectura del mismo pueda suscitar.
Su objetivo no es el de estudiar particularmente esos males que acometen a los seres humanos,seres que se envuelven frecuentemente con los mismos por desconocer los riesgos que acarrean,y se exponen al aniquilamiento de sus propias vidas y divulgan el sufrimiento a un gran número de personas.
El tabaco y las bebidas alcohólicas no dejan de ser drogas propiamente dichas, por sus características y por las peculiaridades de los maleficios que causan a los seres humanos. Las drogas como la marihuana, la morfina, la cocaína, la heroína y el crack, son consideradas conjuntamente en un mismo grupo.
Para evaluarse los maleficios causados por los vicios, a los seres humanos, basta considerar que, los vapores que emanan de las personas viciadas en bebidas alcohólicas, las vibraciones mentales de los drogadictos y de los viciados en el juego, las emanaciones de humo provenientes de los fumadores, forman niebla que se suma a la de los que se entregan a los disturbios de la sexualidad y a las resultantes de la agresividad humana, que expresan el negativismo y el atraso espiritual de millones de seres, de almas que pierden preciosos momentos de la existencia, envueltas en las mallas de esas degradaciones espirituales.
Las impregnaciones causadas al organismo por las substancias utilizadas en la manutención de los vicios, aparte de comprometer la salud orgánica, producen degradaciones psíquicas y morales,llevando a las personas, en desequilibrio, a un plano inclinado en la vida, de difícil retorno.
Para comprenderse la extensión de los males causados por los vicios, basta recordar quelos mismos asaltan a las personas, en su mayoría, después de la pubertad, alcanzando seres de diferentes clases sociales, en todos los países, seres que se atascan en el infausto delirio de entregarsea las satisfacciones instintivas, o para encontrar soluciones para problemas de ansiedad o de angustias existenciales.
Considerando que los vicios pueden comprometer la vitalidad de las criaturas en una faseproductiva de la vida, se puede concebir los perjuicios devastadores que causan a la propia persona y a la comunidad.
Juana de Angelis, en el libro Plenitud, destaca los males causados por los vicios, afirmando: “Ahí están los vicios sociales y morales debilitando vidas, produciendo el cansancio de los sentidos y, a medio, corto y largos plazos, conduciendo a la locura, al auto suicidio. Son algunos de ellos, el inocente cigarro de exhibición en el grupo social como afirmación de la personalidad, eliminando el tabú, respondiendo por graves problemas respiratorios, cánceres, enfisemas pulmonares; el placer etílico generador de resacas tormentosas, cirrosis hepáticas, úlceras gástricas y duodenales, disturbios intestinales y otros, aparte de las alucinaciones que llevan a la violencia, a la depresión, a la destrucción de otras vidas y todo cuanto es caro, precioso, con resultados funestos; las drogas que esclavizan, iniciándose las dependencias en las primeras tentativas que parecen proporcionar placer, estimulando la alegría, el coraje, la realización, victorias fugitivas sobre los fuertes conflictos psicológicos, luego convirtiéndose en desgracias, a veces, irremediables. ..”.
Son los vicios quienes aniquilan a las personas física, psíquica, social y espiritualmente, pudiendo llegar a desequilibrios profundos de la personalidad.
El Tabaquismo
Es el insinuante cigarro exhibido desde la juventud, como autoafirmación en grupos sociales,para evidenciar independencia de actitudes y de aparente situación de igualdad con relación a sus semejantes.
Es frecuentemente procurado para aminorar problemas psíquicos, de insatisfacción, de ansiedad y de angustia existencial.
El fumarse un cigarro provoca, en la mucosa de los bronquios, lesiones del epitelio cilíndrico ciliado y de las células que segregan mucosidad, disminuyendo la resistencia del organismo a las infecciones respiratorias.
Es responsable de bronquitis crónicas, enfisema pulmonar y el cáncer, de infecciones de garganta y de la faringe, de gastritis y úlceras gástricas y duodenales, de males cardio circulatorios como la angina de pecho y el infarto de miocardio, aparte de causar serios problemas circulatorios.
Compromete, todavía, al sistema circulatorio de los miembros inferiores, pudiendo causar la tromboangitis obliterante, de graves consecuencias.
El Alcoholismo
El ilusorio placer resultante de la ingestión de bebidas alcohólicas puede causar serios disgustos orgánicos, psíquicos, emocionales, económicos, espirituales y sociales.
Son los males hepáticos que culminan con la cirrosis, causando la ascitis y disturbios gástricos e intestinales, llevando al sufrimiento y a la muerte.
El compromiso del córtex cerebral, causando estados de excitación psicomotora, llevando a la agresividad y a la euforia y consecuente depresión, con la debilitación de las energías vivificadoras del alma.
La continuidad del uso de bebidas alcohólicas lleva a la completa desintegración del psiquísmo humano, manifestándose a través del delirio (delirium tremens), que se caracteriza por alucinaciones,por visiones de fantasmas, de animales feroces, entre otras, que los llevan al desespero y a la locura.
Por los graves problemas psíquicos que acarrea, desarticula completamente la estructura afectiva de la familia, siendo igualmente responsable de un gran número de accidentes y de la incapacitación física para las diferentes actividades, por su degradación psicomotora progresiva.
El alcohólico siente el impacto irreversible de su degradación en el trabajo, en la familia y en las diferentes actividades de la vida.
El alcoholismo compromete seriamente la relación afectiva de los casados, siendo igualmenteuno de los principales responsables de la impotencia y del desinterés sexual de las personas.
El Vicio de las Drogas
El vicio de las drogas se caracteriza por el impulso prácticamente incontrolable del viciado en buscar satisfacción en el ilusorio placer que las mismas pueden proporcionarle.
La búsqueda de la droga evidencia la esclavitud en la que se encuentra el viciado, que busca en la misma manifestar su independencia con relación a sus semejantes, o a una situación que aparentemente disminuye su posición en la familia o en la sociedad, y reacciona agresivamente, procurando evidenciar un sentimiento de superioridad.
La inducción a las toxicomanías vienen, casi siempre, de la influencia o de la convivencia con los viciados, que pueden despertar, inicialmente, la curiosidad de las personas hacia su uso, llegando, así, a las primeras experiencias, aparentemente inocuas y que pueden proporcionarles un estado de euforia, de ilusoria disposición y coraje, para enfrentar situaciones en la vida, pero que exigen la continuidad de su ingestión.
Los principales efectos de esas substancias en el organismo, están subordinados al área neuropsíquica, afectando a su propio juicio, los conceptos e ética y de moral, y donde van surgiendo lagunas progresivamente crecientes, que se caracterizan por la falta de respeto a los valores humanos, llevando a la persona a volverse un antisocial, que no reconoce las barreras de respeto que debe mantener con los semejantes, tanto en la familia como en la sociedad.
Para satisfacer sus necesidades puede realizar asaltos, robos, secuestros o llegar al propio homicidio, llegando a la adquisición de drogas.
Son vicios que no miran edad, sexo, raza, profesión o situación social, envolviendo, paralelamente, innumerables personas que se encuadran como mercaderes, traficantes y camellos, poniendo en riesgo la seguridad y la tranquilidad de la sociedad.
Prevención de los Vicios
La mejor manera de combatir los vicios consiste en evitarlos. Para ello, son los mismos aquí señalados, para que las personas, responsables de la educación y orientación de los jóvenes, tengan siempre presente el riesgo a que los mismos están sujetos, envolviéndose descuidadamente en compañías de personas viciadas y en la realización de las primeras experiencias con las sustancias causantes de los vicios.
La represión de los vicios no puede hacerse solo con medidas policiales, por más enérgicas y continuas que sean, debiendo comprometer la colaboración de la sociedad, a través de la formación de buenos hábitos de vida de juventud, que está particularmente expuesta a los mismos.
Son acciones que deben integrar a las familias, a las asociaciones deportivas y culturales, a las instituciones religiosas y, particularmente, a las escuelas, basadas en la educación integral, mostrando a los jóvenes que ellos son seres humanos, son almas vivientes, responsables delante de la Creación, y que pueden superar las tendencias que los llevan a las ilusorias facilidades en la vida.
La educación es una fuerza poderosa que, vivificada por el ejemplo, por el interés y por elesclarecimiento en el momento oportuno, puede contribuir para formar a las criaturas responsables,dedicadas al trabajo y a la solidaridad que deben envolver a las atribuciones de la vida.
Considerando que los vicios están relacionados a disturbios del alma, no se puede esperar que los mismos sean sanados en un corto periodo de tiempo.
La Educación Espiritual va de encuentro a las necesidades de esclarecimientos del alma,mostrándole su naturaleza y sus posibilidades de ascender a planos más elevados de esclarecimiento,alcanzando su liberación, de moldes a que se mantenía, sometida por la condición de supervivencia humana.
La Educación Espiritual quiere promover la reforma interior del ser humano, que asume una nueva dimensión de vivencia, al vencer ese escalón de su evolución espiritual, volviéndose capaz de dirigir sus propios actos, y alcanzar planos más elevados de desarrollo.
Tratamiento
Para el tratamiento de los males resultantes del uso de las drogas, la Medicina dispone deadmirables recursos, importantes para controlarlos, prácticamente en todos los rincones de la Tierra ,aunque ese trabajo no dependa tan solo de las acciones médicas, requiriendo de la sociedad mucha dedicación, respeto y amor.
Abordando ese problema, André Luiz, en el libro En El Mundo Mayor, afirma: “La medicina inventará mil modos de auxiliar el cuerpo alcanzado en su equilibrio interno; por esa tarea edificante, ella nos merecerá siempre sincera admiración y ferviente amor; mientras, compete a nosotros practicar la medicina del alma, que ampare al espíritu ligado a las sombras...”. Y continúa: “Es menester encender, en derredor de nuestros hermanos encarnados en la Tierra , la luz de la compasión fraterna, trazando caminos definidos a la responsabilidad individual. Haya más amor ante los valles de la demencia del instinto, y las derrocadas cederán lugar a experiencias santificantes”.
El tratamiento médico se basa fundamentalmente en la asistencia médica y psiquiátrica. Paralelamente, debe hacerse el tratamiento espiritual como la fluidoterapia y demás recursos que se aplican, igualmente, tanto para la prevención como para el tratamiento de las enfermedades del alma.
Existen muchas personas que buscan el tratamiento espiritual y esperan obtener la cura inmediata, en un abrir y cerrar de ojos, como si fuese un acto de magia, que las hiciese volver a la normalidad.
Por lo general, la cura espiritual requiere profundidad de propósitos y continuidad de acciones,que llevan a la transformación íntima de la persona, sobre el problema que está enfrentando.
Esa transformación, también llamada de reforma íntima, es un proceso que resulta de la educación del alma y requiere la completa adhesión del enfermo al tratamiento instituido.
Es a educación que se realiza con la libertad de culto y con responsabilidad de propósitos,de acuerdo con el concepto según el cual Jesús no está encerrado entre las paredes de un templo,sino que alcanza la inmensidad del Universo, como Cristo cósmico, y está presente entre las personas de buena voluntad que pautan sus propias vidas según la Ley de “Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”. (Mt 22, 37-39).
A través de la educación espiritual, la persona procura valorizar el conocimiento basado en la realidad del alma y comprender los recursos que le son proporcionados para aminorar sus problemas.
Consecuencias Espirituales
Espiritualmente, los vicios acarrean vínculos espirituales, cuyas consecuencias se proyectan en la vida espiritual futura, después que el alma se desprende del cuerpo físico, con la agravante de poder ser responsable de enfermedades kármicas en reencarnaciones venideras.
Es oportuno recordar, todavía, que los viciados son, en su mayoría, personas dotadas de mediumnidad, comportándose como víctimas de la actuación de entidades espirituales que sintonizan con sus pensamientos, y se complacen en hacer con que se mantengan en el vicio, y dificultan su recuperación, indicando la necesidad de un tratamiento espiritual que debe ser hecho paralelamente al tratamiento médico. Aparte de la oración y de la fe, que son fundamentales para ese tratamiento,otros recursos son utilizados, como el pase magnético, el agua fluidificada y la desobsesión siempre que sea necesaria.
Los vicios evidencian la degradación de los seres humanos comprometidos, desgraciando familias, agrediendo a la sociedad y a la dignidad humana.
Como están vinculados al alma, constituyen un atraso espiritual de las criaturas que se mantienen presas a una situación que mancha su propia condición humana.
La Psicología Transpersonal revela que la consciencia es el substrato secreto del alma que juzga los actos de cada uno. Aunque presente en todas las personas, se mantiene apagada entre los viciados, que se encuentran bajo el dominio de las acciones instintivas que se agigantan, conduciendo innumerables seres a la degradación de su personalidad, destruyendo hogares y traumatizando a la sociedad.
Consideraciones Finales
La excelencia de la vida consiste en vivir la realidad del alma, el bien mayor que sobrevive a las limitaciones del cuerpo.
La Medicina, en su sublime misión de aminorar los sufrimientos humanos, más tarde o temprano deberá reconocer la realidad del alma y su importancia en la vida humana, su participación como responsable de innumerables enfermedades y los recursos que puede ofrecer para ayudar a las personas durante su trayectoria terrena.
La actuación del instinto, que expresa la influencia del cuerpo físico, presenta un estrecho antagonismo con la voluntad, que es un atributo del alma, la cual dispone, con su libre albedrío, de la capacidad de escoger las acciones realizadas por el ser humano.
Para haber predominio de las acciones instintivas, es necesario que haya consentimiento del alma, por desliz de comportamiento o por su poca evolución. Porque es el alma quien va a responder en el mundo espiritual, por lo que el ser humano haya hecho durante la vida terrenal.
En idéntica situación, debe considerarse la posibilidad de estar la persona bajo la influencia de entidades espirituales que buscan inducirla a la practica del vicio, pero que solamente lo consiguen si existe una sintonía de vibraciones mentales, solidarias al mismo, o si trae débitos con otras personas, cuyas faltas fueron cometidas en existencias pasadas, y cuyos acreedores reclaman justicia,lo que caracteriza una obsesión.
El ser humano es independiente, actuando a través de la voluntad y de libre albedrío, para practicar el bien o el mal, como enseña Allan Kardec, en el libro El Cielo y El Infierno, cuando habla sobre el código penal de las penas futuras en su ítem 20: “El Espíritu debe mejorarse por el hecho de su propia voluntad, y no a consecuencia de una fuerza cualquiera. Obra bien o mal en virtud de su libre albedrío, pero sin ser fatalmente inducido en un sentido o en otro”.
Lo que vale a decir que para preservarse de los vicios, la persona debe fortalecer los recursos del alma, con pensamientos positivos y disposición para dar a su existencia una connotación concordante con su aspiración más noble.
En las personas dominadas por el vicio, las fuerzas instintivas mantienen cierta supremacía sobre las fuerzas volitivas del alma, que, por falta de voluntad o por invigilancia, presenta deslices,volviéndose incapaz de actuar positivamente, a través del pensamiento, de la disposición y del libre albedrío.
Vale la pena indagar: ¿cómo puede el ser humano proceder para liberarse de la carga instintiva que lo mantiene prisionero frente a su propia consciencia? , ¿cómo puede volver a ser el señor de su propia vida, a través de la vivencia de su verdadero yo, de su alma inmortal?.
La adhesión de los jóvenes y adultos a los vicios, puede estar relacionada a la ilusión de procurar nuevas emociones o a la falta de responsabilidad frente a las situaciones de la vida, que se manifiestan por la insatisfacción, ansiedad, angustia o soledad.
El ser humano es movido por dos tendencias: la del alma, a través de las fuerzas volitivas que lo llevan continuamente hacia el frente, para realizaciones elevadas, en busca del altruismo, de la ética y de la perfección; y de las tendencias instintivas que lo atan a su lado egoísta, a los placeres transitorios del cuerpo físico y a la satisfacción de las emociones que le corresponden.
El instinto, con todo, no debe ser considerado un factor negativo, perjudicial por sí mismo,al ser humano.
Sócrates (470- 339 a .C.), sintió ese problema y decía que el conocerse así mismo es condición que lleva al conocimiento de la propia alma, que una vez identificada se vuelve independiente para dirigir todos los actos de la vida.
Ese dualismo es muchas veces experimentado por las personas, así como en las acciones más simples de la vida diaria.
Sigmund Freud (1856-1939), trabajando con valores relacionados al sexo, consideraba el instinto como fuente motivadora de la conducta humana, siendo igualmente del parecer que las acciones instintivas del ser humano son diferentes del instinto de los animales.
Antropológicamente, constituye reminiscencia del hombre primitivo, que en la fase preanímica era tan solo instinto y, cuando en el se incorporó el alma inmortal, se estableció un evidente dualismo entre el instinto y el alma.
Con la evolución del alma, a través de las reencarnaciones, experimentando los sufrimientos como ser humano, como la agresividad, los vicios, los disturbios espirituales y de la sexualidad que atormentan milenariamente a la humanidad, ese dualismo deberá ser progresivamente superado,para alcanzar el completo dominio del alma sobre los valores negativos del instinto y del apego a los bienes transitorios de la vida.
El apóstol San Pablo distinguió bien ese dualismo del ser humano. En el capítulo 7 de la Epístola a los Romanos, identifica el pecado con lo que reconocemos como instinto,afirmando:
“Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero,ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mi” (Rom. 19-20).
Y continúa diciendo: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; Mas veo otra ley en mis miembros,que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”.
Instinto y alma son dos fuerzas en potencia, presentes las dos en el ser humano. Cuando el instinto domina el alma se apaga y cuando el alma alcanza la plena autonomía, la persona se eleva a la plenitud del ser.
La vivencia de los instintos hace con que el alma se vuelva sumisa, incapaz de dejar traslucir su excelsa luminosidad.
Liberar el alma consiste en reconocerla y darle primacía en la realización de todos los actos de la vida personal, y en las relaciones humanas.
El cristianismo enseña que, la mejor forma de liberar el alma del yugo del instinto, consiste en practicar efectivamente la caridad, sin limitaciones.
Lo que conviene obtener es que el instinto tenga tan solo sus funciones especificas, que no son menos importantes, como las de proveer las necesidades innatas del organismo, y que el alma, a través de sus atributos, del pensamiento, de la inteligencia, de la voluntad, del querer, del entusiasmo,del coraje, de la fe, de la iniciativa, del optimismo, de la creatividad y de la determinación, tenga independencia para dirigir todas las actividades del ser humano, tanto en la presente existencia como en las posibles existencias futuras.
Del libro «Dolencias del Alma»,Capítulo XIII, Dr. Roberto Brólio
Traducido por Johnny M. Moix
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