Existen unos seres dotados de ciertas
facultades, las cuales dependen mas
bien de su constitución física que de
la intelectual y moral, que con el auxilio
de ellas se ponen en relación con
los seres de ultratumba, los cuales se
manifiestan de ese modo con sus
hermanos de la Tierra que todavía no
han dejado su vida material, dándoles así una prueba
de su existencia real y positiva.
Estos seres a los cuales se les da el nombre de médiums porque sirven de intermediarios, o más bien,
de intérpretes entre los espíritus y los hombres terrestres, que desempeñan un gran papel dentro del mundo moral:
por medio de ellos sabemos nuestro pasado histórico,
puesto que son en cierto modo, nuestros ecos del ayer,
cuando nos refieren del modo en que la humanidad ha
ido poco a poco progresando y saliendo de la oscuridad
en que se hallaba envuelta en su infancia. Todo lo cual
es muy hermoso y grande; además por ellos ha sido
desenvuelto el gran problema de la inmortalidad
del alma y los goces futuros,por medio de la práctica y
del estudio, y hoy lo sabemos positivamente, no porque
nos lo haya dicho un hombre sabio y eminente, que tan
solo podía decirlo como hipótesis, sino porque nos lo ha
demostrado el mismo espíritu inmortal con el auxilio de
un médium que nos ha dado pruebas palpables de su mediumnidad, y el hombre que antes dudaba se ha convencido de la verdad y ha experimentado ese placer
del conocimiento de los grandes ideales; pero todo eso
no es nada comparado con la misión que viene a
cumplir el médium en este mundo.
Los médiums no tan solo sirven para mostrarnos la
verdad que existe en el mundo espiritual, que es la
inmortalidad de las almas, sino que sirven para algo
más,abraza muchos más conceptos de lo que
generalmente se cree, y aparte de la grata impresión
que nos causa el podernos comunicar por medio de ellos
con los seres que nos son queridos, debemos
considerarlos como instrumentos del progreso moral,
puesto que por su intervención hemos conocido las sanas
doctrinas que están llamadas a inundar el mundo con su
Luz.
Jamás Allan Kardec hubiera escrito el Libro de los
Espíritus, si los médiums no hubiesen existido. Sin su
poderoso auxilio, ni los espíritus se hubieran manifestado
jamás a los hombres terrenales en todas las épocas y en
todos los países desde la más remota antigüedad sin la
existencia de estos seres llamados a esparcir la Luz por
todas partes.
¡ Cuan bella es su misión !. Ellos son los sacerdotes de
la religión del porvenir. Por medio de ellos se
resolverán grandes problemas que la humanidad de
hoy todavía no comprende, y ganarán mucho las ciencias
que se dediquen al estudio de la verdad por medio de los
poderosos auxiliares que la divina providencia ponga en
su camino, porque aparecerán mediumnidades tales,
que serán el asombro de la humana inteligencia. ¡ Ah, sí
todos los médiums comprendiesen la grandeza de su
misión !, no caerían en los más crasos errores, ni serían el
ridículo y la burla de los enemigos de la verdad y del
progreso, porque los médiums son instrumentos pasivos,
por medio de los cuales los espíritus se comunican según
la simpatía que por ellos tienen; así es, que tan pronto se
elevan a lo ideal, siendo la admiración de los que tienen
el placer de escucharlos, como a veces descienden en los más intrincados laberintos de la confusión y del error.
¿ Y cual es la causa de semejante contraste?; ¿Por
qué vemos a un medium dar una conferencia hermosa,
que al escucharla parece que nos sentimos transportados
a otras esferas mucho más felices que por las que por
nuestro atraso mal vivimos, y después este mismo
médium de cuya boca salieron tan dulces verdades, nos
aburre con cosas pueriles y ridículas, causa de
vacilaciones y dudas?.
Sin duda alguna la falta de instrucción contribuye
mucho a que el medium no tenga todas las protecciones
como debiera ser, dedicadas a desarrollar grandes
problemas y a poner siempre de manifiesto la más sana
moral, y aparte de esto, el convencimiento de la grandeza
de la misión que Dios le ha confiado, la pureza de sus
acciones y la práctica de la caridad. El médium puesto
que conoce practicamente la verdad, debe ser quien más
empeño tenga en practicarla para que no se diga de él
lo que de aquellos que dicen y no hacen, y es mucho más
responsable de sus acciones y de sus palabras, que no
los que ignoran las sabias Leyes de Dios.
El orgullo y la vanidad son dos cosas gravísimas que
debe desterrar de su corazón todo buen médium, si no
quiere caer bajo el dominio de espíritus imperfectos que
le arrastrarán a la perdición obsesándolo, y una vez bajo
su dominio, harán de él un juguete de sus caprichos, y
si sus disertaciones son censuradas por hombres de
más inteligencia que ellos, no deben enojarse ni
resentirse por ello, pues han de pensar que pueden
tener una venda en sus ojos, que les impida ver sus
propios errores, o lo que es igual, que pueden estar
fascinados por algún espíritu que les haga creer lo
contrario de todo cuanto dicen o escriben, y hacerles
creer con sus halagos que son grandes médiums,
cuando en realidad lo que expresan no son más que
grandes disparates.
Instrucción, he aquí la gran palabra; Caridad y
Humildad, son la práctica, y junto a una conducta
intachable los médiums se atraerán hacia sí Espíritus
Superiores de mucha Luz, los cuales formarán a su
alrededor una muralla que les hará inaccesibles a los
malos espíritus, puesto que cada obra buena que
hagan, atraerá hacia ellos a Espíritus Superiores que
formarán una verdadera muralla a su alrededor que
les hará inaccesibles a los malos espíritus, ya que cada
obra buena que hagan, atraerá hacia ellos a espíritus
más puros a la vez que irán alejando a los del mal, pues
estos se unen a los hombres por afinidad y simpatía.
Procurar pues, seguir y practicar los consejos del
sabio maestro si es que quereis ser los fieles intérpretes
del Espíritu de la Verdad, y nada habreis de temer,
porque solo se os comunicarán espíritus buenos que con
sus sabios consejos harán marchar la humanidad por la
senda que lleva a la felicidad eterna, y después de
cumplida la misión seréis elevados a las esferas de Luz.
Sois de los llamados, pero si no mereceis ser de los
elegidos porque os dieron oportunidad y elegisteis las
tinieblas, en ellas quedareis envueltos durante largos
siglos si no procurais imitar en cuanto os sea posible
al gran Médium de Dios que descendió a la Tierra para
enseñarnos a amar y sufrir, y que ahora se cierne sobre
los mundos superiores, protegiendo al nuestro y
haciendolo marchar por la senda de la Verdad, que es el
único camino que conduce a la mansión de los grandes
elegidos.
( Extraido de la Revista Fraternidad Cristiana Espírita y del libre pensar, edic, Enero y Febrero de 1991 )
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamín Franklin.
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