¿ Es racional la idea de la Reencarnación?
Se
puede llegar al convencimiento pleno de esta realidad simplemente a
través de la razón, aunque a veces estos razonamientos chocan con
principios religiosos asumidos anteriormente, que no contemplan esta
realidad y que se tambalean ante la lógica de la misma.
La
Reencarnación y todo lo que de esta idea se deriva ha sido uno de
los pilares básicos de una gran parte de las mas antiguas
religiones, incluido el Cristianismo, que se puede aceptar porque
arroja luz sobre las eternas interrogantes que desde siempre han
inquietado al Ser humano respecto a su origen, nuestra naturaleza o
realidad existencial y las grandes preguntas: por qué estamos aquí
en este mundo, y cual es finalmente nuestro destino o meta,
llegando a conocer a través de la filosofía que de esta idea se
desprende, a donde iremos o qué sucederá después de esta vida.
Si
aceptamos la idea de Dios como Causa Primera de todo cuanto existe, y
admitiendo que es infinito en todos sus atributos, nos podemos
plantear: ¿ Por qué este Principio, del que procedemos, que nos
ama infinitamente a todos por igual, nos iba a dejar estancados para
siempre en este pobre nivel mental y espiritual que tenemos
actualmente los humanos, sin darnos mas posibilidades de que lo
podamos mejorar?; ¿ Acaso los humanos no hacemos normalmente por
nuestros hijos todo lo mejor a nuestro alcance?; ¿Acaso somos los
humanos mejores o mas perfectos padres y madres que Dios mismo?.
Sin
la reencarnación tampoco tendrían mucho sentido esas vidas
infantiles segadas por la muerte, al lado de esas otras vidas tan
largas y tan llenas de experiencias y oportunidades de mejora y
progreso, y otras veces de dolor. ¿ Sería acaso justo que en la
corta existencia de un niño fallecido en su primera edad, este se
ganase el premio de su eterna felicidad al igual que el anciano que
para lograr lo mismo ha tenido que vivir largos años , a veces
llenos de experiencias dolorosas?. Y si el Espíritu del niño no
puede ser feliz igual que el del anciano, por no haber vivido lo
bastante para merecerlo, ¿ Por qué Dios le iba a privar de
semejante dicha llevándoselo tan temprano?, ¿Qué culpa tuvo él de
haber dejado este mundo tan pronto si su muerte no dependió de su
voluntad?.
Estos
hechos que hacen tan desiguales a los seres humanos, solo encuentran
explicación racional por la Ley de la Reencarnación y la de
Consecuencias.
A
cambio de las explicaciones racionales y lógicas que ofrece la
filosofía reencarnacionista , las religiones actuales que no
aceptan la reencarnación, y las demás filosofías ateas, no dan
sobre estas interrogantes nada mas que respuestas a todas luces vagas
e insuficientes para la razón y para el corazón.
También
el sufrimiento y el dolor humano solo encuentran explicación posible
a través de la idea de la reencarnación, porque ofrece una
hipótesis racional mediante lo que determina la ley de Causa y
Efecto, pues sabemos que ese sufrimiento es
generalmente el fruto de nuestros actos negativos cometidos en el
pasado; de ese modo viene a reajustar el
equilibrio íntimo del Ser.
Si
asumimos que existe una Justicia
Divina y un equilibrio inmanente en
todo el Universo porque vemos que todo se
mueve y evoluciona en el engranaje de la Creación, movido por una
sutil Inteligencia en donde la Perfección y el Orden se manifiesta
permanentemente, ¿cómo se comprendería que ese Principio
infinitamente perfecto y justo diese tan generosamente a unos lo
mismo que a otros niega?; ¿Cómo la Perfección Infinita, iba a ser
tan injusta y tan imperfecta?
La
aceptación de la reencarnación se debe a que da sentido a nuestra
existencia porque ayuda a comprender como todas las existencias o
vidas que hemos tenido como seres humanos se relacionan, y como el
bien y el mal que hacemos en unas vidas humanas, invariablemente
nos repercutirán mas tarde en otras existencias humanas futuras que
tengamos que vivir.
Comprender
esto va en beneficio propio y de quienes nos rodean, porque nos
capacita para dirigir nuestra vida de forma coherente y a ver a los
demás de otra manera más justa y con más sentido de la fraternidad
y de la caridad; además amplía el concepto de Dios como el Ser
Supremo origen y meta de todos los Seres, así como el concepto del
sentido de la Vida, mostrando la posibilidad que tenemos de dirigirla
conscientemente, forjando nuestro destino paso a paso.
Por
otra parte, el meditar sobre las consecuencias que se desprenden de
la reencarnación, supone asomarnos a un horizonte amplio y luminoso
que despierta nuestro entendimiento y nuestra Fe. No me refiero a
una fe ciega como la dogmática de carácter religioso, sino a la que
se adquiere después del razonamiento que nos aporta una seguridad
íntima.
El
solo hecho de comprender y admitir la reencarnación, conlleva la
comprensión de lo que es la muerte y el “Mas Allá” por lo
que, en consecuencia, se pierde cualquier temor ante estas realidades
transcendentes que nos guste o nó, algún día experimentaremos
todos.
Posiblemente
tenía mucha razón la Teósofa Annie Basant,
cuando afirmaba que “ el concepto de que pudiesen existir almas que
pasasen instantáneamente del “no ser” al existir , con
cualidades bien diferenciadas, es algo irracional y moralmente
monstruoso, tal como lo sería el que de repente apareciesen niños
procedentes de la nada, que no hubiesen nacido de nadie, y que
presentasen diferencias raciales ”.
- Jose Luis Martín-
*********************************
“Si eres paciente en un
momento de ira, escaparás a cien dias de tristeza”
-Proverbio chino-
************************
Traspasando un poco más, el más allá
¿Para qué son los mensajes del más allá?
Esta es la pregunta que suelen hacer con toda tranquilidad aquellos que ignoran el sufrimiento humano.
Y la respuesta es que semejantes comunicados transitan hoy por todo el mundo, en la dirección exacta y en el momento oportuno.
No se si usted conoce a las madres atormentadas por el pesar por los hijos que la muerte les arrebató el cariño, notadamente cuando apenas comenzaban a vivir; si ya vio a los padres tanteando las cruces que señalan los brotes de recuerdos por los rebentos queridos que viajaron para el Más Allá, a través de las fronteras de gris; si pensó, algún día, en el llanto de las viudas, relegadas a la soledad, ante la partida compulsoria de los compañeros transferidos para otros dominios de la existencia¸ si alguna vez reflexionó en el dolor de los hombres que apretaron las manos desfallecientes de las esposas inolvidables que ellos, en vano, quisieron arrancar al poder del silencio que les cerró los ojos para el mundo; si alguna vez, medito, en la angustia de los jóvenes que inultamente procuran algún trazo de los entes que amaban, muchas veces alimentando la desesperación que les abre camino para el suicidio; o si ya habrá visto, en algún lugar, a los portadores de enfermedades consideradas irreversibles, que atraviesan los días, entre la inquietud; y el desaliento…
Si usted tomo conocimiento de todos esos héroes de las lagrimas, afrontados siempre, por sufrimientos y humillaciones, entonces usted ya consiguió saber para qué son los mensajes de cuantos residen en el Más Allá, y de cierto, no precisará preguntar nada más.
Si se saben apreciar, muchas son las ventajas que reportan las comunicaciones con los espíritus, inmensas si se comprenden sus indicaciones generalmente moralizadoras. La comunicación con los espíritus rasga el tupido velo de los misterios religiosos.
Kardec nos dice, que hasta hace muy poco el hombre solo ha creado hipótesis acerca de su porvenir, sus creencias en esa materia están divididas en numerosos sistemas. Hoy en día los espíritus son testigos presenciales los actores mismos de la vida de ultratumba, los que vienen a decirnos lo que en eso hay, lo cual solo ellos pueden hacerlo.
Gracias a sus manifestaciones nos ha posibilitado conocer el mundo invisible que nos rodea y que ni siquiera sospechábamos, el cual por si solo es de una importancia capital, aun suponiendo que los espíritus no pudieran enseñarnos otra cosa.
Es como si llegamos a una ciudad extraña, en la que nunca hemos estado, ¿Quién de nosotros rehusaría las informaciones y los detalles para poder conducirnos en ella? Pues en lo referente a las informaciones de los espíritus, hasta el más humilde puede darnos instrucciones muy útiles.
Dios juzga a la Humanidad dispuesta para penetrar en los misterios de su doctrina, y contemplar con sangre fría nuevas maravillas, ha permitido que se descorriese el velo que separaba el mundo visible del invisible. La vida terrestre lo es todo para los que solo ven el presente, el mundo actual, los espíritus manifestando la vida espiritual que gozan; la vida terrestre no es nada.
Más allá de la tumba existen horizontes esplendidos e interminables. No nos damos cuenta de la causa de nuestro sufrimiento, y ahora más instruidos vemos en ellos la justicia de Dios.
La duda acerca de nuestra suerte ya no existe, y la tristeza y el desaliento ceden su paso a una risueña esperanza. La vida terrestre lo era todo para nosotros, porque no veíamos después de ella, en cambio ahora más instruidos manifestando la vida espiritual que gozamos: la vida terrestre no es nada.
Kardec en su libro la “Génesis” dice que el fluido cósmico universal , es el elemento primitivo del cuerpo carnal y del periespiritu, los cuales no son sino transformaciones del mismo. Este fluido por la identidad de su naturaleza, puede suministrar ak cuerpo los elementos reparadores de que tenga necesidad. Estando condensado en el periespiritu, el agente propulsor es el Espíritu encarnado o no, que infiltra en un cuerpo deteriorado una parte de sustancia de su envoltura física. La curación se verifica por la sustitución de una molécula sana por otra enferma. La potencia curativa será, pues, proporcional a la pureza de la sustancia inoculada; depende además de la energía y de la voluntad que provoca una emisión fluídica muy abundante y da al fluido mayor agudeza o fuerza de penetración, y en fin, de las intenciones que animan al que desea curar, sea hombre o Espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura, son como sustancias medicinales alteradas.
Los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos, son muy variados según las circunstancias: esta a veces es lenta y reclama un tratamiento, como es el del magnetismo ordinario; otras es rápido como una corriente eléctrica. Hay personas que tienen un poder tal, que obtienen en ciertos enfermos curaciones instantáneas con solo imponerle las manos y aun solo por el acto de su voluntad, entre los dos extremos de esa facultad hay matices muy variados hasta el infinito.
Todas las curaciones de este género son variedades del magnetismo, y no se difieren sino por la potencia y la prontitud de la acción. El principio es constantemente el mismo; es el fluido el que representa el papel del agente terapéutico, y cuyo efecto está subordinado a su calidad y a circunstancias especiales.
La acción magnética puede producirse de varias maneras:
1ª Por el fluido mismo del magnetizador, es el propio magnetismo, o sea el magnetismo humano, cuya acción está subordinada a la potencia y sobre todo a la calidad del fluido.
2ªpor los fluidos de los espíritus que obran directamente y sin intermediarios sobre un encarnado, ya para curar un padecimiento, ya para procurar un sueño sonambúlica espontaneo, ya para ejercer sobre el individuo una influencia física o moral cualquiera. Este es el magnetismo espiritual, cuya calidad está en relación con las cualidades del espíritu.
3º Por el fluido que los espíritus emiten sobre el magnetizador, el cual sirve de conductor. Este es el magnetismo mixto, semi-espiritual. El fluido espiritual, combinado con el fluido humano, da a este ultimo las cualidades que le faltan. El concurso de los espíritus en tal caso, es a veces espontaneo, pero las más de las veces es provocado por la evocación o llamamiento del magnetizador.
La facultad de curar por el influjo fluídico es muy común y puede desarrollarse por el ejercicio; pero la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara, y su apogeo puede considerarse como excepcional; no obstante, se han visto en diversas épocas y en casi todos los pueblos, individuos que la han poseídos en grado inminente. En estos últimos tiempos se han visto varios casos notables cuya autenticidad es incuestionable. Pues esta clase de curaciones tiene por fundamento un principio natural y que el poder hacerlas no es un privilegio, no se salen de las leyes naturales y no tienen nada de milagrosas sino en la apariencia.
Ciertamente que existen médiums poderosos, pero no por eso se ha de creer que son santos bajados del cielo.
Tenemos que procurar ante ellos, no dar a nada ni a nadie un tinte mágico ni un carácter milagros; aceptar toso los efectos como sencillas demostraciones de las leyes naturales, y es indiscutible que el Espiritismo con sus manifestaciones han hecho pensar a muchos en lo que nunca habían pensado, y han desarrollado condiciones que ellos ignoraban.
Los engaños y las supercherías no implican nada en contra del Espiritismo que, como nos dice Kardec sobre los caracteres de los milagros. Aunque el espiritismo admita los efectos que son consecuencias de la existencia del alma, no se deduce que admita todos los efectos calificados como maravillosos, ni que traten de justificarlos y acreditarlos; que se haga campeones a todos los soñadores, de todas las utopías , de todas las excentricidades sistemáticas, de todos los romances y leyendas milagrosas. Es preciso conocerle para juzgarlo.
El progreso avanzara siempre, porque su destino es avanzar, y el Espiritismo es la síntesis del progreso, porque aspira a la regeneración de la humanidad.
Su lema es hacia Dios por la caridad y la ciencia.
Decía Hippel que la imaginación es el pulmón del alma, y nosotros decimos que el Espiritismo es el pulmón de la eternidad.
El carácter esencial del milagro en el sentido teológico es el de ser una excepción a las leyes de la naturaleza, siendo por consiguiente inexplicable por las mismas.
Desde el instante que pueda explicarse un hecho y se relaciona con una ley conocida, cesa de ser un milagro. Así es como los descubrimientos naturales de la ciencia han hecho entrar en el dominio de los acontecimientos naturales ciertos efectos calificados de prodigiosos, mientras fue desconocida su causa.
La clave de los fenómenos del orden psíquico, la han dado el conocimiento del principio espiritual, de la acción de los fluidos sobre la economía del mundo invisible en medio e la cual vivimos, de las facultades del alma, de la existencia y propiedad del periespiritu, y a probado que al igual que los otros, no son derogaciones de las leyes de la naturaleza, sino que, por el contrario son aplicaciones frecuentes de las mismas. Todos los efectos del magnetismo, del sonambulismo, del éxtasis, de la doble vista, del hipnotismo, de la catalepsia, de la anestesia, de la transmisión del pensamiento, de las curaciones instantáneas, de las posesiones, obsesiones, apariciones y transfiguraciones, etc., que constituyen casi la totalidad de los milagros del Evangelio, pertenecen a semejante categoría de fenómenos.
Actualmente se sabe que esos efectos son el resultado de actitudes y de disposiciones fisiológicas especiales; que se han producido en todos los tiempos, en todos los pueblos, y que no tienen más títulos para ser considerados como sobrenaturales que todos aquellos cuyas causas eran desconocidas.
Esto explica porque todas las religiones han tenido sus milagros, que no son más que hechos naturales, pero casi siempre amplificados hasta el absurdo por la credulidad, la ignorancia y la superstición, a los cuales empero, reducen a su justo valor los conocimientos actuales, descartando la parte legendaria.
Las religiones deben cambiar de rumbo y progresar como progresa toda la Creación, y seguir la marcha ascendente de las ideas. La humanidad ha tenido una infancia muy prolongada; justo es que entre en el periodo de la juventud, de la virtud, de la fuerza, del entusiasmo y del deseo, trabaje para si misma. Que se instruya, que lea en la obra de la Creación, que en la Biblia de la naturaleza estudie la historia sagrada de los siglos.
Ante las maravillas de la Creación, que nadie vio comenzar, ni nadie vera su fin; la imaginación se abisma en medio de tanta grandiosidad, y todas las religiones de la tierra parecen cuentos, leyendas infantiles consejos tradicionales , fabulas piadosas, místicas fantasías. Nos parece el mundo de lo infinitamente pequeño, mirando con el gran microscopio del tiempo, lente de un tamaño prodigioso que centuplica el tamaño de cuanto se mira a través de sus cristales.
A las religiones se las ve nacer y se las verá morir , pero a la verdadera religión, la aspiración suprema del alma , el amor divino del Espíritu, la intuición deísta que hay en el hombre , esa inteligencia secreta que reina entre Dios y las humanidades esa durará tanto como nuestra vida… ¡Es eterna! La humanidad tiene que ser deísta siempre le quedara a los hombres ¡Un Dios a quien adorar y un infinito para vivir!
Trabajo realizado por Merchita extraído del libro “La Luz del Porvenir de Amalia Domingo Soler. Y del libro: Presencia de Luz de Francisco Cándido Xavier.
************************
LA VOZ DE DIOS
¿Qué es la creación sin el Espiritismo?
¿Qué es la vida sin la esperanza del mañana?
La creación es una obra incompleta.La vida un caos, El amor un manantial de desengaños. La caridad la primera piedra que sirve de base a la ingratitud.
La tierra sin el Espiritismo nos parecería un nido de víboras.
Considerando el hombre, vale tan poco, tan poco…, que si lo contempláramos demasiado, si lo
examináramos con detenimiento, haríamos como Diógenes, no meteríamos en un túnel, huyendo del contacto de la humanidad.
¡La sociedad!. Esa necesidad imperiosa de la civilización, ese cambio de palabras y de sonrisas, de agasajos y de mentiras, de ideas y de hechos, produce nauseas cuando se penetra en su fondo.
¡La política! ¿Qué es la política?. El
egoísmo puesto en acción.
¿Qué son las religiones?. Distintas ambiciones.
¿Qué son los grandes hombres?
En su mayor numero pigmeos disfrazados de gigantes.
¿Qué es Dios, sin el Espiritismo?
Un mito para unos. La negación para otros. Algo absurdo para todos.
¿Qué es el hombre en la infancia de los siglos?
Una fiera melancólica y sombría.
¿Qué es el hombre en la edad media?
El noble, un tirano envilecido.
El plebeyo, un siervo degradado. ¿Qué es el hombre en la época actual? El embrión del progreso. El feto de la razón.
¿Y es posible creer que todas las
generaciones que nos han precedido, y nosotros que aun no valemos nada, hemos de
haber sido creados para cumplir tan pequeña, tan insignificante
misión?. No; es imposible, absolutamente imposible creer en semejante locura. El criminal, el asesino, no ha de tener mas vida que la degradación en la tierra, y después la tortura del infierno.
El niño, el alma cándida que muere cuando principia a sonreír, ¿por que ha de gozar de las delicias del empirio cuando nada ha hecho en la tierra mas que llorar y dormir?.
¿Por qué para unos todo y para otros nada?
¿Por qué esa necesidad imperiosa de que Dios ha de crear espíritus inferiores y superiores?
¿Por qué esas razas degradadas?
Insensato delirio es creer que el mal pueda tener origen divino.
El Dios que ha creado las violetas y las tórtolas, los lirios y las palomas, las azucenas, y los cisnes, no le puede infundir su hálito supremo a hombres como Nerón y Caligula, a seres como Felipe II y Catalina de Médicis.
¡Cuánto mas lógica, cuanto mas razonable y mas natural es la teoría espirita!
¡Dios.!, ¡Increado!, ¡Infinito!
¡Hijo de si mismo!,¡Siendo siempre!
¡En la luz, en la sombra y en el caos!
Nosotros llamamos caos a la tierra en formación, ¿Y que es la agrupación de los átomos que forman un planeta, para el todo del universo?.
Es un estado secundario en una hectárea del infinito. Pues bien; ese Dios incorpóreo, intangible, savia de los mundos y esencia de la creación, luz divina que dio su eterna lumbre al sol, “a ese Dios material representante del desconocido que le ha escogido para su sombra”, según dice Lord Byron, en su inimitable canto al sol, esa fuerza motora de todos los elementos, creo a los espíritus y les dio el infinito para escenario de su eterna representación, dejando que tomaran los primeros rudimentos de su vida en el mineral, en la planta, en el animal, en el hombre primitivo o sea el antropófago, y por su ultima envoltura (es decir, de nosotros conocida), le dio la del hombre racional.
Estas son las encarnaciones que nosotros conocemos, las que toma en mundos superiores, si bien tenemos algunas nociones
de ellas, no podemos con tanta seguridad describirlas, por que no tenemos exactos modelos.
Los médiums videntes casi siempre ven a los espíritus o en focos luminosos, o materializados con nuestras mismas envolturas, y traje usual exceptuando algunos que se presentan con ropas talares; pero dejando a un lado la forma que tengan en otros mundos, nuestra organización deja comprender, por mas que sea perfecta el su mecanismo, que nuestro cuerpo puede ser menos grosero en sus necesidades, y mas espiritual en sus aspiraciones.
Nuestra vida es aun muy material y muy positivista. Dedicamos mucho tiempo al sueño. Gastamos largas horas en saborear el alimento. Perdemos luengos ratos pensado en los vestidos, en los paseos, en los trenes de unos, en la vida privada de otros, y en todo aquello que menos útil nos puede ser para progresar. Somos aun demasiados egoístas.
Nuestro orgullo y nuestra pretensión no tienen limites, por mas que los revistamos con el antifaz de la modestia.
Mientras mas pequeños y mas humildes queremos aparecer, mas grande nos creemos en nuestros fuero interno, y decimos con un soberano desprecio el mundo no me comprende.
Esta es frase sacramental que empleamos siempre contra la sociedad cuando esta anatematizada algún acto de nuestra vida.
Somos la imperfección personificada.
Somos la simbolización del orgullo, siempre nos creemos mejor de lo que somos, y sobre todo, mejor que los demás.
Aun amando, aun poniendo en practica el sentimiento mas generoso y mas noble que tiene la criatura, le decimos a la persona amada:
¡Yo te quiero mas que tu!
¡Yo te amo mucho mas que tu a mi! Y la atormentamos con nuestros celos, y la acriminamos injustamente, y desconfiamos de todos menos de nosotros mismos que, a veces es de quien debemos desconfiar mas.
Al contemplar la creación, y al leer la historia de la humanidad, lo que encontramos mas pequeño en el universo es el hombre. Rey de lo creado le llama. Esto debe ser una mala traducción.
Será, si el soberano del infinito.
Hay en él gérmenes de un algo divino, pero tiene sentimientos infernales.
La envidia corroe sus entrañas.
La ambición, es el virus que acompaña su pensamiento.
La vanidad, es la serpiente astuta que se enlaza a todo su ser.
Cuantas veces hemos asistido a sitios y lugares donde hemos visto una gran multitud, desde el estreno de un drama donde el arte hablaba a nuestros sentidos, hasta sentirnos empujados por la barbarie de rancias costumbre, como son las corridas de toros, y las ejecuciones de los criminales, y comedias bajas que se representan el día de los difuntos, en los cementerios, y por ultimo, la tragedia social llamada revolución, cuando en semejante espectáculo hemos, contemplado a la muchedumbre, tal como es, demostrando todo sus perversos instintos, no hemos podido menos que murmurar con
desconsuelo:
¡Dios mío!, ¿Seremos nosotros la ultima obra?. Si fuéramos el principio, la crisálida de la mariposa, pase; pero el fin…¡oh! el fin es imposible. ¿Qué hay en nosotros que nos enlace a ti…?.
Algo súbito ilumina nuestra mente, una voz resuena en nuestros oídos que nos dice: ¡La conciencia!.
Es verdad; por infatuados que
estemos, hay momentos en la noche de nuestro días en que nos miramos con repugnancia, por que nos vemos a través del telescopio de la razón.
No hay pensamiento, no hay acción, por insignificante que nos parezca, que no nos atormente si no reúne todas las condiciones de la mas perfecta moralidad.
“Quiero mejor ser justo que parecerlo”, decía Esquilo, el gran poeta griego, y cuanta, cuanta razón tenia; de nada me sirve la consideración de los demás, sino nos consideramos dignos de ella.
Campoamor en su poema. El drama universal, pinta la escena de unas honras fúnebres inmerecidas, y el espíritu ensalzado, al ver la ceguedad de los hombres, lanza una imprecación magnifica, de la cual, para darle más vida a nuestros pensamientos copiaremos algunas estrofas:
Cuando más sin razón se vio ensalzado,tanto más se vio Honorio despreciable, y el lúgubre fantasma del pasado, se alzó delante de él inexorable, Y solo y abismado en su presencia,en silencio después sufre el castigo de sea Elucha infernal de la conciencia que tiene a Dios tan solo por testigos.
Permitidme, exclamó, que dignamente, solo un pesar sin deshonor me venza,haced que un gran castigo me atormente, más no que me atormente la vergüenza.
¿Qué diremos nosotros después de lo que
dice Campoamor?. Que no hay desprecio que más nos humille que aquel que pasa
desapercibido para todos: el de la nuestra conciencia.
¡ Primera letra del alfabeto
infinito!
¡ Primera nota de la
armonía universal!
¿ Cómo podrá haber hombres que nieguen a Dios?
¿ Cómo podrán los materialistas tener ojos y no ver, tener oídos y no oír?
Si se encierra en los manicomios a todos
los que padecen enajenación mental…, Cuántos serian los detenidos.
Para creer que hay Dios, no hay mas que
fijarse en uno mismo. No hay necesidad de milagros ni de apariciones, ni de
cielos ni de infiernos; cada hombre lleva consigo su castigo y su recompensa;
Lord Byron, mejor que nosotros, nos lo prueba en su poema Manfredo, cuando este le dice a un
enviado de Satan:
“¿Qué importan mis crímenes a seres como
tu?. Deben ellos ser castigados por seres maso culpables; vuélvete a tu infierno, tu no tienes ningún poder sobre mi, de sobra lo se; jamás me poseerás; llevo dentro de mi un suplicio al cual nada tienes que añadir. El alma inmortal recompensa o castiga ella misma sus pensamientos virtuosos o culpables; ella es a la vez el origen y el fin del mal que existe en ella, independiente del tiempo y del lugar; su sentido intimo, una vez libre de sus ligaduras mortales, no presta ningún color a las cosas fugitivos del mundo exterior; pero se absorbe en sentimiento o el la dicha que le da la conciencia de sus actos; tentado, tu
no podías tentarme ni he sido tu hechura, ni seré jamás tu presa, he sido y seré
mi propio verdugo; retiraos, ¡demonios impotentes, la mano de la muerte esta
extendida sobre mi, pero no la vuestra!.
“¡Que suplicio futuro puede igualarse a
la justicia de un alma que se condena así misma!.
¡Cuan cierto es esto!, y hay épocas en la
vida en que el pasado forman resúmenes.
La antigua divisa de los pitagóricos de
que los números rigen al mundo, es una gran verdad. El tiempo tiene sus
cantidades de puntos, segundos, minutos, horas, días, noches, semanas, meses, años, olimpiadas. Lustros, siglos y cielos.
Al terminar un año, sea que finaliza en
el invierno, cuando todo se agosta, cuando la sombra nos envuelve, cuando el frío nos entumece, cuando en todo encontramos un tinte melancólico y sombrío,
sea lo que sea, es lo cierto que generalmente parece que miramos en un cosmorama
los hechos de nuestra vida y nos preguntamos con tristeza:
¿De que a servido un año mas de prueba?
¿Me he alegrado verdaderamente del bien de los demás?
¿No he sentido envidia cuando he oído reír en torno mío, en tanto que mi corazón lloraba?
¿Me he privado de un placer para dar pan al necesitado?
¿He perdonado a mi enemigo y he tratado de amarle, por que perdonar es una cosa y amar es otra?
A todas estas preguntas y a muchas mas que nos hacemos; escuchamos unas respuestas desconsoladoras, un No seco, contundente y frío.
¡En los exámenes de la conciencia, nuestro calendario la razón nos da por perdido el año, y volvemos de nuevo a estudiar en el año entrante la incomprensible ciencia de la vida.
Solón, próximo a la muerte, mando que le
leyeran repetidamente algunos versos, al fin de morir mas instruido, nosotros también en
la agonía del año 76, del siglo del hierro y del carbón de piedra, hemos leído varios pensamientos de una mujer desconocida en el mundo de las letras, pero que, entendida y pensadora, consagro muchas horas de su vida a la lectura y a la meditación; su máxima son un buen plan de estudio, que ojalá pudiéramos estudiar con aprovechamiento algunas de sus asignaturas, que anotaremos con placer.
“La economía es el origen de la independencia y de la libertad”.
“Dios es el único bienhechor desinteresado; quien en Dios confía y espera, nunca se entregara a la desesperación”.
“La cólera es el principal obstáculo a la
tranquilidad de nuestras vidas y a la salud de nuestro cuerpo; ofusca nuestro criterio, ciega nuestra razón y nos hace perder muchas veces en un momento los amigos adquiridos al precio de muchos años”.
“La hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud”.
“La vida humana sin religión, es un viajero que ha perdido el camino”.
“El egoísmo es una especie de vampiro que pretende nutrirse sobre la existencia de los demás”.
“La prudencia es un arma defensiva que subyuga y desarma a nuestros adversarios”.
“Si en el año próximo pudiéramos llegar a ser económicos, si no gastáramos en nada superfluo, podríamos enjugar algunas lagrimas”.
“Si siempre esperáramos en Dios, no dudaríamos nunca”.
“Si no nos encolerizáramos viviríamos mas queridos de todos”.
“Si siempre fuéramos prudentes, llegaríamos a ser sabios”.
“A dios, año 76, pequeña suma de nuestra vida cifra de dolores y de remordimientos; en el transcurso de tus horas nos hemos entregado a la audición de la conciencia, y hemos comprendido que el alma es inmortal, que como dice Flammarión, “La ignorancia había humanizado a Dios y la ciencia lo diviniza”.
Ciertamente, así es innegable que en el siglo XIX formara época en la historia del tiempo. El espiritismo ha tomando gigantescas proporciones y se cree en un Dios grande y justo por que principiamos a comprender el sentido de los versos de Xenofanes, que los escribió 600 años antes de la era vulgar profundo pensamiento que sirve de base al verdadero espiritualismo. ¡Cuánto dicen estas cuatro líneas!.
“Existe un solo Dios superior a los dioses y a los hombres, y que no se parece a los mortales, ni por su tiempo ni por su espíritu.
Ya era tiempo que comprendiéramos en algo
el valor de tan notable argumentación. Ya era tiempo que la teoría que espiritualizo Grecia nos elevara del polvo de la tierra y no nos creyéramos ser el ultimo cuadro de Apeles universal, ni la ultima estatua del Fidias eterno.
Hora es ya que nos convenzamos de que
somos simples bocetos, sin perfiles ni colores. Grupos de figuras sin habernos animado el soplo de Pigmalion.
El hombre esta llamado a ser el rey de la creación y lo será.
La comunicación es el Oráculo que nos predice el porvenir. ¡Año 76!, al hundirte en la tumba, nuestros hechos le cantan el de profundis; nuestros recuerdos entonan el oficio de difuntos. Su canto nos despierta y hemos dicho con
amargura:
¿Qué hemos hecho de nuestras horas?. ¿Hemos avanzado a retrocedido?. ¡Quien sabe! El tren de la vida nos hace entrar en la estación del año 77; la conciencia nos dice:
“Trabaja, ama y perdona; el progreso es la tierra prometida; que la civilización te sirva de brújula y el amor infinito sea tu piloto”.
¡Espiritista!, escuchemos atentamente ese acento intimo.
Ese sonido que siempre vibra.
Ese eco que siempre murmura.
Ese consejo que nunca nos falta.
Ese reconvención que siempre nos acusa.
Esa campana de la eternidad.
¿Sabéis los que es la voz de la conciencia?
¡La voz de Dios!
¿Qué es la creación sin el Espiritismo?
¿Qué es la vida sin la esperanza del mañana?
La creación es una obra incompleta.La vida un caos, El amor un manantial de desengaños. La caridad la primera piedra que sirve de base a la ingratitud.
La tierra sin el Espiritismo nos parecería un nido de víboras.
Considerando el hombre, vale tan poco, tan poco…, que si lo contempláramos demasiado, si lo
examináramos con detenimiento, haríamos como Diógenes, no meteríamos en un túnel, huyendo del contacto de la humanidad.
¡La sociedad!. Esa necesidad imperiosa de la civilización, ese cambio de palabras y de sonrisas, de agasajos y de mentiras, de ideas y de hechos, produce nauseas cuando se penetra en su fondo.
¡La política! ¿Qué es la política?. El
egoísmo puesto en acción.
¿Qué son las religiones?. Distintas ambiciones.
¿Qué son los grandes hombres?
En su mayor numero pigmeos disfrazados de gigantes.
¿Qué es Dios, sin el Espiritismo?
Un mito para unos. La negación para otros. Algo absurdo para todos.
¿Qué es el hombre en la infancia de los siglos?
Una fiera melancólica y sombría.
¿Qué es el hombre en la edad media?
El noble, un tirano envilecido.
El plebeyo, un siervo degradado. ¿Qué es el hombre en la época actual? El embrión del progreso. El feto de la razón.
¿Y es posible creer que todas las
generaciones que nos han precedido, y nosotros que aun no valemos nada, hemos de
haber sido creados para cumplir tan pequeña, tan insignificante
misión?. No; es imposible, absolutamente imposible creer en semejante locura. El criminal, el asesino, no ha de tener mas vida que la degradación en la tierra, y después la tortura del infierno.
El niño, el alma cándida que muere cuando principia a sonreír, ¿por que ha de gozar de las delicias del empirio cuando nada ha hecho en la tierra mas que llorar y dormir?.
¿Por qué para unos todo y para otros nada?
¿Por qué esa necesidad imperiosa de que Dios ha de crear espíritus inferiores y superiores?
¿Por qué esas razas degradadas?
Insensato delirio es creer que el mal pueda tener origen divino.
El Dios que ha creado las violetas y las tórtolas, los lirios y las palomas, las azucenas, y los cisnes, no le puede infundir su hálito supremo a hombres como Nerón y Caligula, a seres como Felipe II y Catalina de Médicis.
¡Cuánto mas lógica, cuanto mas razonable y mas natural es la teoría espirita!
¡Dios.!, ¡Increado!, ¡Infinito!
¡Hijo de si mismo!,¡Siendo siempre!
¡En la luz, en la sombra y en el caos!
Nosotros llamamos caos a la tierra en formación, ¿Y que es la agrupación de los átomos que forman un planeta, para el todo del universo?.
Es un estado secundario en una hectárea del infinito. Pues bien; ese Dios incorpóreo, intangible, savia de los mundos y esencia de la creación, luz divina que dio su eterna lumbre al sol, “a ese Dios material representante del desconocido que le ha escogido para su sombra”, según dice Lord Byron, en su inimitable canto al sol, esa fuerza motora de todos los elementos, creo a los espíritus y les dio el infinito para escenario de su eterna representación, dejando que tomaran los primeros rudimentos de su vida en el mineral, en la planta, en el animal, en el hombre primitivo o sea el antropófago, y por su ultima envoltura (es decir, de nosotros conocida), le dio la del hombre racional.
Estas son las encarnaciones que nosotros conocemos, las que toma en mundos superiores, si bien tenemos algunas nociones
de ellas, no podemos con tanta seguridad describirlas, por que no tenemos exactos modelos.
Los médiums videntes casi siempre ven a los espíritus o en focos luminosos, o materializados con nuestras mismas envolturas, y traje usual exceptuando algunos que se presentan con ropas talares; pero dejando a un lado la forma que tengan en otros mundos, nuestra organización deja comprender, por mas que sea perfecta el su mecanismo, que nuestro cuerpo puede ser menos grosero en sus necesidades, y mas espiritual en sus aspiraciones.
Nuestra vida es aun muy material y muy positivista. Dedicamos mucho tiempo al sueño. Gastamos largas horas en saborear el alimento. Perdemos luengos ratos pensado en los vestidos, en los paseos, en los trenes de unos, en la vida privada de otros, y en todo aquello que menos útil nos puede ser para progresar. Somos aun demasiados egoístas.
Nuestro orgullo y nuestra pretensión no tienen limites, por mas que los revistamos con el antifaz de la modestia.
Mientras mas pequeños y mas humildes queremos aparecer, mas grande nos creemos en nuestros fuero interno, y decimos con un soberano desprecio el mundo no me comprende.
Esta es frase sacramental que empleamos siempre contra la sociedad cuando esta anatematizada algún acto de nuestra vida.
Somos la imperfección personificada.
Somos la simbolización del orgullo, siempre nos creemos mejor de lo que somos, y sobre todo, mejor que los demás.
Aun amando, aun poniendo en practica el sentimiento mas generoso y mas noble que tiene la criatura, le decimos a la persona amada:
¡Yo te quiero mas que tu!
¡Yo te amo mucho mas que tu a mi! Y la atormentamos con nuestros celos, y la acriminamos injustamente, y desconfiamos de todos menos de nosotros mismos que, a veces es de quien debemos desconfiar mas.
Al contemplar la creación, y al leer la historia de la humanidad, lo que encontramos mas pequeño en el universo es el hombre. Rey de lo creado le llama. Esto debe ser una mala traducción.
Será, si el soberano del infinito.
Hay en él gérmenes de un algo divino, pero tiene sentimientos infernales.
La envidia corroe sus entrañas.
La ambición, es el virus que acompaña su pensamiento.
La vanidad, es la serpiente astuta que se enlaza a todo su ser.
Cuantas veces hemos asistido a sitios y lugares donde hemos visto una gran multitud, desde el estreno de un drama donde el arte hablaba a nuestros sentidos, hasta sentirnos empujados por la barbarie de rancias costumbre, como son las corridas de toros, y las ejecuciones de los criminales, y comedias bajas que se representan el día de los difuntos, en los cementerios, y por ultimo, la tragedia social llamada revolución, cuando en semejante espectáculo hemos, contemplado a la muchedumbre, tal como es, demostrando todo sus perversos instintos, no hemos podido menos que murmurar con
desconsuelo:
¡Dios mío!, ¿Seremos nosotros la ultima obra?. Si fuéramos el principio, la crisálida de la mariposa, pase; pero el fin…¡oh! el fin es imposible. ¿Qué hay en nosotros que nos enlace a ti…?.
Algo súbito ilumina nuestra mente, una voz resuena en nuestros oídos que nos dice: ¡La conciencia!.
Es verdad; por infatuados que
estemos, hay momentos en la noche de nuestro días en que nos miramos con repugnancia, por que nos vemos a través del telescopio de la razón.
No hay pensamiento, no hay acción, por insignificante que nos parezca, que no nos atormente si no reúne todas las condiciones de la mas perfecta moralidad.
“Quiero mejor ser justo que parecerlo”, decía Esquilo, el gran poeta griego, y cuanta, cuanta razón tenia; de nada me sirve la consideración de los demás, sino nos consideramos dignos de ella.
Campoamor en su poema. El drama universal, pinta la escena de unas honras fúnebres inmerecidas, y el espíritu ensalzado, al ver la ceguedad de los hombres, lanza una imprecación magnifica, de la cual, para darle más vida a nuestros pensamientos copiaremos algunas estrofas:
Cuando más sin razón se vio ensalzado,tanto más se vio Honorio despreciable, y el lúgubre fantasma del pasado, se alzó delante de él inexorable, Y solo y abismado en su presencia,en silencio después sufre el castigo de sea Elucha infernal de la conciencia que tiene a Dios tan solo por testigos.
Permitidme, exclamó, que dignamente, solo un pesar sin deshonor me venza,haced que un gran castigo me atormente, más no que me atormente la vergüenza.
¿Qué diremos nosotros después de lo que
dice Campoamor?. Que no hay desprecio que más nos humille que aquel que pasa
desapercibido para todos: el de la nuestra conciencia.
¡ Primera letra del alfabeto
infinito!
¡ Primera nota de la
armonía universal!
¿ Cómo podrá haber hombres que nieguen a Dios?
¿ Cómo podrán los materialistas tener ojos y no ver, tener oídos y no oír?
Si se encierra en los manicomios a todos
los que padecen enajenación mental…, Cuántos serian los detenidos.
Para creer que hay Dios, no hay mas que
fijarse en uno mismo. No hay necesidad de milagros ni de apariciones, ni de
cielos ni de infiernos; cada hombre lleva consigo su castigo y su recompensa;
Lord Byron, mejor que nosotros, nos lo prueba en su poema Manfredo, cuando este le dice a un
enviado de Satan:
“¿Qué importan mis crímenes a seres como
tu?. Deben ellos ser castigados por seres maso culpables; vuélvete a tu infierno, tu no tienes ningún poder sobre mi, de sobra lo se; jamás me poseerás; llevo dentro de mi un suplicio al cual nada tienes que añadir. El alma inmortal recompensa o castiga ella misma sus pensamientos virtuosos o culpables; ella es a la vez el origen y el fin del mal que existe en ella, independiente del tiempo y del lugar; su sentido intimo, una vez libre de sus ligaduras mortales, no presta ningún color a las cosas fugitivos del mundo exterior; pero se absorbe en sentimiento o el la dicha que le da la conciencia de sus actos; tentado, tu
no podías tentarme ni he sido tu hechura, ni seré jamás tu presa, he sido y seré
mi propio verdugo; retiraos, ¡demonios impotentes, la mano de la muerte esta
extendida sobre mi, pero no la vuestra!.
“¡Que suplicio futuro puede igualarse a
la justicia de un alma que se condena así misma!.
¡Cuan cierto es esto!, y hay épocas en la
vida en que el pasado forman resúmenes.
La antigua divisa de los pitagóricos de
que los números rigen al mundo, es una gran verdad. El tiempo tiene sus
cantidades de puntos, segundos, minutos, horas, días, noches, semanas, meses, años, olimpiadas. Lustros, siglos y cielos.
Al terminar un año, sea que finaliza en
el invierno, cuando todo se agosta, cuando la sombra nos envuelve, cuando el frío nos entumece, cuando en todo encontramos un tinte melancólico y sombrío,
sea lo que sea, es lo cierto que generalmente parece que miramos en un cosmorama
los hechos de nuestra vida y nos preguntamos con tristeza:
¿De que a servido un año mas de prueba?
¿Me he alegrado verdaderamente del bien de los demás?
¿No he sentido envidia cuando he oído reír en torno mío, en tanto que mi corazón lloraba?
¿Me he privado de un placer para dar pan al necesitado?
¿He perdonado a mi enemigo y he tratado de amarle, por que perdonar es una cosa y amar es otra?
A todas estas preguntas y a muchas mas que nos hacemos; escuchamos unas respuestas desconsoladoras, un No seco, contundente y frío.
¡En los exámenes de la conciencia, nuestro calendario la razón nos da por perdido el año, y volvemos de nuevo a estudiar en el año entrante la incomprensible ciencia de la vida.
Solón, próximo a la muerte, mando que le
leyeran repetidamente algunos versos, al fin de morir mas instruido, nosotros también en
la agonía del año 76, del siglo del hierro y del carbón de piedra, hemos leído varios pensamientos de una mujer desconocida en el mundo de las letras, pero que, entendida y pensadora, consagro muchas horas de su vida a la lectura y a la meditación; su máxima son un buen plan de estudio, que ojalá pudiéramos estudiar con aprovechamiento algunas de sus asignaturas, que anotaremos con placer.
“La economía es el origen de la independencia y de la libertad”.
“Dios es el único bienhechor desinteresado; quien en Dios confía y espera, nunca se entregara a la desesperación”.
“La cólera es el principal obstáculo a la
tranquilidad de nuestras vidas y a la salud de nuestro cuerpo; ofusca nuestro criterio, ciega nuestra razón y nos hace perder muchas veces en un momento los amigos adquiridos al precio de muchos años”.
“La hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud”.
“La vida humana sin religión, es un viajero que ha perdido el camino”.
“El egoísmo es una especie de vampiro que pretende nutrirse sobre la existencia de los demás”.
“La prudencia es un arma defensiva que subyuga y desarma a nuestros adversarios”.
“Si en el año próximo pudiéramos llegar a ser económicos, si no gastáramos en nada superfluo, podríamos enjugar algunas lagrimas”.
“Si siempre esperáramos en Dios, no dudaríamos nunca”.
“Si no nos encolerizáramos viviríamos mas queridos de todos”.
“Si siempre fuéramos prudentes, llegaríamos a ser sabios”.
“A dios, año 76, pequeña suma de nuestra vida cifra de dolores y de remordimientos; en el transcurso de tus horas nos hemos entregado a la audición de la conciencia, y hemos comprendido que el alma es inmortal, que como dice Flammarión, “La ignorancia había humanizado a Dios y la ciencia lo diviniza”.
Ciertamente, así es innegable que en el siglo XIX formara época en la historia del tiempo. El espiritismo ha tomando gigantescas proporciones y se cree en un Dios grande y justo por que principiamos a comprender el sentido de los versos de Xenofanes, que los escribió 600 años antes de la era vulgar profundo pensamiento que sirve de base al verdadero espiritualismo. ¡Cuánto dicen estas cuatro líneas!.
“Existe un solo Dios superior a los dioses y a los hombres, y que no se parece a los mortales, ni por su tiempo ni por su espíritu.
Ya era tiempo que comprendiéramos en algo
el valor de tan notable argumentación. Ya era tiempo que la teoría que espiritualizo Grecia nos elevara del polvo de la tierra y no nos creyéramos ser el ultimo cuadro de Apeles universal, ni la ultima estatua del Fidias eterno.
Hora es ya que nos convenzamos de que
somos simples bocetos, sin perfiles ni colores. Grupos de figuras sin habernos animado el soplo de Pigmalion.
El hombre esta llamado a ser el rey de la creación y lo será.
La comunicación es el Oráculo que nos predice el porvenir. ¡Año 76!, al hundirte en la tumba, nuestros hechos le cantan el de profundis; nuestros recuerdos entonan el oficio de difuntos. Su canto nos despierta y hemos dicho con
amargura:
¿Qué hemos hecho de nuestras horas?. ¿Hemos avanzado a retrocedido?. ¡Quien sabe! El tren de la vida nos hace entrar en la estación del año 77; la conciencia nos dice:
“Trabaja, ama y perdona; el progreso es la tierra prometida; que la civilización te sirva de brújula y el amor infinito sea tu piloto”.
¡Espiritista!, escuchemos atentamente ese acento intimo.
Ese sonido que siempre vibra.
Ese eco que siempre murmura.
Ese consejo que nunca nos falta.
Ese reconvención que siempre nos acusa.
Esa campana de la eternidad.
¿Sabéis los que es la voz de la conciencia?
¡La voz de Dios!
AMALIA DOMINGO SOLER
*******************
SOBRE LA REENCARNACION.Feflexion.
Normalmente encarnamos en el mismo mundo, en situaciones y pruebas diferentes, excepto cuando ya se progreso mucho y reencarnas en un mundo un poco mas superior, deacuerdo con tu evolucion conseguida.
En ocasiones tienes otras familias, en las que algunos miembros pueden ser, incluso, enemigos de otras encarnaciones, son estos familiares, en los que sientes que su alma ninguna afinidad tiene con la tuya ( son espiritus antipaticos, con los que no sientes ninguna o casi ninguna afinidad ), normalmente son los que nos dan las mejores lecciones de tolerancia y aprendizaje.
En otras ocasiones es la misma familia de anteriores reencarnaciones, *espititus simpaticos* que se distingen por el entendimiento, la comprension, la union y el amor entre sus miembros, pero con diferentes parentescos.
Por ejemplo, tu hermano podria haber sido tu padre en otra vida, etc,etc.
Según vamos adelantado espiritualmente asi vamos a diferentes mundos.
Hay muchas moradas en la casa del señor. Igualmente nuestra imagen exterior cambia, es mas grosera o más ligera segun la evolucion moral del mundo que vamos a habitar.
Angeles C.M
**************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario