Raul Teixeira, Medium Psicógrafo brasileiro y brillante orador. |
Con motivo de la IV Conferencia Estatal Espírita, celebrada en agosto de 2000, Raúl Teixeira, uno de los oradores, abordó el tema de las aristocracias y contestó, al final, a preguntas de los presentes, entre las cuales seleccionamos la que se reproduce aquí, a modo de Editorial, dada su importancia ante la situación política actual.
Pregunta: Si es cierto que a cada uno le es dado de acuerdo a sus necesidades o méritos ¿Cuál parece ser el mejor modo de proceder para la gente que está interesada en la política de forma sana y consciente, vivir su vida privada lo mejor que pueda o dedicar su tiempo a problemas políticos, sociales, etc.?
Raúl: Ambas cosas se encuentran enlazadas desde que el anciano Platón estableció que el ser humano es un animal político. En todas nuestras acciones en la sociedad está el gusto de nuestra participación política. Incluso aquellos que dicen ser apolíticos ya están mostrando su posición política. Ellos son apolíticos y que ésta una posición política: quieren decir que no se involucran, y éste es uno de los posicionamientos más horrendos, por cierto. Es como si viviéramos en una casa, y cuando alguien señalase la necesidad de su limpieza dijésemos "yo no quiero saber nada, no vivo en ella"; cuando alguien nos dijese que tenemos que pintar: "yo no quiero saber nada, odio las casas"; cuando alguien nos dijese que la casa se está cayendo, "no tengo nada que ver” ¿Con quién tiene que ver? ¿Con los vecinos? Así que por lo general cuando las personas dicen dice que son apolíticas pueden querer decir que no son partidarias, eso sí. A algunas personas les gustan los deportes, pero no se decantan por ningún equipo, les gustan todos; hay personas que disfrutan de la política como una ciencia, como una doctrina, como una filosofía, pero aborrecen los partidismos políticos. Así pues, esa persona tendrá en su vida común posiciones políticas de acuerdo con las doctrinas políticas que conoce, en función de su filosofía política, pero no está dando importancia a esos partidismos que, principalmente en Brasil, perdieron su grandeza ideológica, convirtiéndose en barracas de conveniencias que la gente no respeta. Es imposible que alguien que es socialista hoy, y mañana ya sea capitalista. Es una señal de que nunca fue nada, era de aquellos que sacaban provecho de su posición política en la sociedad. Por lo tanto, es importante que trabajemos en torno a una ideología política, a una doctrina política. Lo que sea importante para nuestro estado, para nuestra ciudad. Si sabemos esto, entonces vamos a trabajar en este sentido, ya sea en mi trabajo voluntario en la sociedad, ya sea en mi actuación profesional, ya sea en mi acción como ciudadano al elegir a mis representantes en las Cámaras de los gobiernos constituidos. Voy a hacer valer mi participación de forma consciente, lúcida, madura, sin vender mi voto, sin intercambiarlo por conveniencia. Cuando hagamos esto, vamos a mostrar una madurez en nuestras concepciones políticas. Cuando venda mi voto por esto o aquello, todavía no habré alcanzado la política como una doctrina, como una filosofía; estaré cerca del politicastro, queriendo obtener provechos. Y si quiero sacar provecho a costa del erario, tendré que devolverlo algún día. No olvidemos nunca que todo aquello que gane fuera del esfuerzo de mi trabajo, tendré que devolverlo, no me pertenece. Todo lo que alguien me dé y tampoco le pertenezca, tendré que devolverlo. Habremos sido receptores de bienes hurtados o robados y por lo tanto también seremos reos.
Luego, nuestra participación política no sólo será el día de la elección o los días de las elecciones. La participación política es saber recoger las cosas que van mal en la sociedad, ya sea para ir a la prensa, ir a nuestro concejal, a nuestro Diputado, a nuestro Gobernador, escribir en los periódicos, en la columna de los votantes, participar diciendo, hablando, no adoptar aquella postura de "no sirve para nada". No servirá de nada si se trata de media docena de individuos, pero si se trata de nuestra Asociación de Vecinos, la Asociación de Residentes, el Colegio de Abogados, los órganos de gobierno, las iglesias, si nos unimos como organismos de la sociedad, las cosas cambian. Ésta es la fe del individuo político. Él sabe cómo reclamar, él sabe cómo presionar. Es importante que sepamos reclamar nuestros derechos. No podemos olvidar el cumplimiento de nuestros deberes. Así que quien cumple sus deberes y exige sus derechos es un ciudadano políticamente correcto.
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