Francisco Cándido Xavier |
LOS MEDIUMS Y EL MUNDO
Por Francisco Cándido Xavier
Nuestra reunión pública fue antecedida de acalorados debates en torno a la situación de los médiums. Algunos compañeros que nos visitaban traían diversas interpelaciones y surgieron otras numerosas preguntas.
¿Deben los médiums ser encerrados en retiros o colegios de consagración absoluta al mundo divino, como las sacerdotisas y sacerdotes de la Antigüedad? ¿Si los médiums guardaran la obligación de una vida en éxtasis espiritual permanente, en el intercambio exclusivo con los planos divinos, como vivirían la existencia que les fue concedida en la reencarnación, en la cual precisan trabajar para alimentarse, vestir, para instruirse y vivir a su propia costa?
¿Si los médiums necesitan de estar en la Tierra, como acontece con las otras personas se casen o no se caseisn; si no pueden trabajar sin apoyo de alguien; si precisan de motivación para aprender a servir; si no consiguen, de modo alguno, esa o aquella realización viviendo o caminando solos – como conciliar la tarea mediúmnica y reclusión sistemática?
¿Si los médiums deben dar con desinterés los resultados del trabajo que prestan, sean a los buenos espíritus o sea a los hermanos en Humanidad, dependiendo el tiempo y la fuerza que Dios les dio, como igualmente dio a las otras personas, como impedirles el relacionamiento con los otros de modo a encontrar trabajo y recursos para sustentar a los seres que se vinculan, a fin de no ser cargas pesadas en el grupo social a que pertenecen?
¿Los médiums deben ser criaturas angélicas en la Tierra o seres humanos naturales, procurando el perfeccionamiento propio a través de errores y aciertos, como sucede con cualquiera?
En ese clima de indagaciones fue iniciada nuestra reunión pública. El Evangelio según el espiritismo nos ofreció para estudio el ítem 10 del capítulo XIX, siendo que, en el término de nuestras tareas, nuestro querido Emmanuel escribió la Página a los Médiums que muchos de nuestros amigos presentes y nosotros mismos desearíamos ver además de con sus anotaciones y estudios, siempre valiosos para todos. “
PAGINA A LOS MÉDIUMS
Emmanuel
¡Mediums espiritas!
Cuando os concienciáis relativamente de la distancia entre vuestra condición humana y la espiritualidad sublime de la doctrina de luz y amor que abrazasteis, mucho de vosotros rehusáis ante las luchas por sustentar.
Comprendemos, no en tanto, que casi todos nosotros, compañeros encarnados y desencarnados, traídos a las tareas del espiritismo, somos seres endeudados de otras épocas, empeñados en el trabajo de perfeccionamiento gradual con el amparo de Jesús.
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Tiranos de entonces. Somos ahora convocados a ejercicios de obediencia y tolerancia para la adquisición de la humildad.
Autoridades absorbentes que dilapidábamos los bienes que se nos confiaban, en beneficio de todos, nos vimos inducidos, en la actualidad, a servir en régimen de carencia a fin de que aprendamos la moderación frente a la vida.
Inteligencias despóticas que abusamos de la frase escrita o hablada, perjudicando a las multitudes, estamos hoy entre inhibiciones y dificultades, en los dominios de la expresión verbal, de modo para que reconozcamos cuanto respeto se debe a la palabra.
Criaturas que hicimos infelices a otras muchas, deteriorando su existencia en nombre del corazón, nos hallamos en el presente en longos calvarios del sexo a fin de mejorarnos con los impulsos del propio amor.
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Nos incluimos en vuestros problemas, mientras despojados provisoriamente de los lazos físicos, debido a que vuestras luchas de hoy fueron las nuestras en el ayer, tanto como vuestros conflictos de hoy serán tal vez los nuestros del mañana, cuando, por la reencarnación, estemos en la posición que actualmente ocupáis.
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A pesar, sin embargo, de todos los obstáculos, empeñémonos en la construcción del bien del camino de la sombra para la luz.
Es natural que tropecéis, a través de caídas y desilusiones, muchas veces necesarias para la formación de nuestras mejores experiencias. Entretanto, os marginalicéis en la estufa de la ociosidad o en la urna de la autocompasión.
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Trabajemos comprendiendo y sigamos sirviendo.
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Flaquezas e imperfecciones las tenemos aun con nosotros y tal vez por largo tiempo, una vez que el mejoramiento espiritual no es asunto mágico.
Convenzámonos, sin embargo, de que únicamente con la adopción de lo mejor de nosotros mismos, en la edificación del bien de todos, es que descubriremos la senda trazada para nuestra mejoría y elevación.
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Recordemos.
El oro no se desentraña de la ganga simplemente porque leamos algún compendio de minas ante la grava que segrega, mientras que el compendio de las actividades relacionadas con la minería favorece la extracción y el acrisolamiento del oro. Unicamente en el crisol del clima esfogueante, es en verdad, que se purifica el metal.
Un médico retendrá consigo la ciencia de curar, más eso no quiere decir esté inaccesible a la dolencia, sin embargo el deber que le cabe en la preservación del equilibrio orgánico.
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Un día Jesús nos afirmó que los obreros del Evangelio serán conocidos por los frutos. Y Allan Kardec, en el ítem 1º del capítulo XIX del Evangelio según el espiritismo os comparo a los arboles provechosos. No nos será licito olvidar que todos los arboles de la Tierra, por más preciosos, arrojan ramas, flores y frutos en la dirección de los cielos, ninguna de ellos producirá si no tuviera las raíces vinculadas a los ingredientes en el suelo.
MEDIUMNIDAD Y SERVICIO
Hermano Saulo.
Ahora, que las clausuras religiosas comienzan a abrirse y el aislamiento sacerdotal se convierte en vivencia social, sería curioso si los espiritas instituyesen un sistema de segregación para los médiums. Tanto más que el espiritismo es una doctrina abierta, solo comparable al cristianismo primitivo de los tiempos en que Jesús y sus discípulos vivían en medio del pueblo, sirviendo a Dios en el servicio a los hombres.
La mediúmnidad no es privilegio no es concesión especial, más si facultad humana natural. Todos la poseemos, en mayor o menor grado, conforme a nuestras necesidades, así como debemos emplear nuestra inteligencia y nuestras habilidades al servicio del prójimo, así también debemos utilizar nuestra mediúmnidad en la buena orientación de las relaciones sociales. El médium aislado seria un contrasentido, como la lámpara bajo el bushel de que nos habla el Evangelio. Su función no es esconder la luz que posee, más si irradiarla en beneficio de todos.
La misión mediúmnica es semejante a todas las demás misiones que el espíritu, al encarnar, trae para la tierra. La naturaleza social de la mediúmnidad condiciona al médium a todas las exigencias de las relaciones humanas. En verdad, la sociabilidad atiende en la mediúmnidad a su más alto grado, pues el médium es el individuo colocado a servicio de dos colectividades, la visible y la invisible. Su función social transciende al plano horizontal de las relaciones existenciales, estableciendo las relaciones del plano vertical entre los hombres y los espíritus. y esas relaciones, hasta entonces consideradas sobrenaturales, son hoy reconocidas como naturales, comunes a todas las criaturas.
Como acentúa Emmanuel, los médiums por más elevados que sean no pasan de criaturas en rescate de los errores del pasado. Aislarlos, negarles el derecho a la vida normal de los hombres, frustrarlos a experiencias de la vida, seria regresar en el tiempo, olvidando los principios fundamentales del espiritismo para caer de nuevo en el concepto erróneo de los privilegios espirituales. Mediúmnidad es servicio, más, sobretodo servicio fraterno – que solo puede ser realizado con provecho de hombro a hombro en la vida común.
Enviado y traducido por M.C.R.
Consultar otro blog del mismo autor y temática: inquietudesespiritas.blogspot.com
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