EL HOMBRE NO ES EXTRANJERO
EN NINGUNA PARTE
Exponer este tema para aquellos que no tienen un conocimiento filosófico o que no pertenecen a alguna escuela espiritual o metafísica resulta una tarea arduo difícil. Sin este conocimiento espiritual sería casi imposible comprender por qué el hombre no es extranjero en ninguna parte.
Nuestro planeta se encuentra dividido en diferentes continentes, países, razas, idiomas, culturas, religiones, etc. Los pueblos están delimitados por fronteras que vienen a determinar un supuesto territorio sobre el cual se dice que existe soberanía; pero esta soberanía no es más que la consecuencia de los deseos de poder y ambición en la que está sumergido el hombre. Cegado por el mundo de los sentidos centró sus intereses en obtener riquezas y beneficios materiales, olvidándose de desarrollar la parte espiritual que lo conforma y obviando las palabras del sabio Galileo: “Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Remitiéndonos a la historia, vemos cómo para obtener esa soberanía ha prevalecido el dominio del hombre por el hombre. A base de guerras, conquistas, exterminios y violaciones, muchas de ellas en nombre de Dios, hemos producido todas estas divisiones étnicas, culturales y territoriales; pero ¿Somos realmente diferentes por tener diferentes culturas o creencias? ¿En qué nos diferenciamos los unos de los otros?
Parodiando a Hegel, ésta es una “diferencia que no es diferencia” porque el ser humano es un ser infinito-finito. En el mundo de los sentidos nos vemos deslindados de nuestro prójimo; pero en realidad estamos unidos por un lazo indisoluble, común a todos los seres que habitan el infinito Universo.
Si se tiene la oportunidad de conocer diferentes países, uno va poco a poco apropiándose de culturas y maneras de pensar distintas, aparentemente contradictorias, pero cuando se analiza al ser humano, se llega a comprender que las necesidades del hombre, son iguales en todas partes; que sus sueños e inquietudes espirituales son los mismos, no importa lo distante de un país de otro, no importan las fronteras, las creencias religiosas o los aprendizajes culturales. En esencia, todos los seres humanos buscan y trata de alcanzar un estado óptimo de bienestar, que es lo que llamamos felicidad.
Cuando el hombre ha experimentado lo suficiente y logra un nivel cognoscitivo superior, puede comprender la sabia sentencia de Jesús de Nazareth: “La casa de mi Padre tiene muchas moradas”; entonces entiende que en el mundo real no existen fronteras ni divisiones y que, como hombre, está en la necesidad de aprender y demostrar la vida a través de múltiples reencarnaciones y que en función de su plan de trabajo debe vivir no sólo en diferentes países de la tierra, sino también en distintos mundos del Universo, unas veces nacerá como blanco, otras como negro o mestizo, como rico o pobre, como hombre o mujer, según sea su actuación en la tierra y según sea su programa.
En cada existencia y de acuerdo con nuestro programa espiritual, escogemos la raza, el sexo, el país, los padres y circunstancias particulares que nos van a permitir desarrollar nuestro plan de vida; siempre en función de los compromisos y deudas contraídas en existencias anteriores. Esta experiencia de vida trae como lógica consecuencia que el ser humano se desarrolle como ente corpóreo-espiritual y alcance un grado elevado de conocimiento que le permitirá reconocer en los demás seres humanos a su hermano.
Para entonces ya su nivel de espiritualidad le hará comprender las leyes universales que lo llevarán a afirmar axiomáticamente que el hombre no es extranjero en ninguna parte y que su patria es el Universo.
Por: María Di Matteo
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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LA REENCARNACIÓN EN EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
¿El espíritu que ha progresado en su existencia terrestre, ¿puede reencarnarse en el mismo mundo?
«Sí, si no ha podido cumplir su misión, y él mismo puede pedir terminarla en una nueva existencia pero entonces no es una expiación».
. ¿Qué se hace del hombre que, sin hacer mal no hace, empero, nada para sacudir el yugo de la materia?
«Puesto que ningún paso da hacia la perfección, debe empezar una existencia de la clase de la que ha terminado; permanece estacionario, y he aquí cómo puede prolongar los sufrimientos de la expiación».
. Hay personas cuya vida corre en completa calma y que, no teniendo que hacer nada por si mismas están libres de cuidados. Esa existencia feliz, ¿prueba que nada tienen que expiar de otra anterior?
«¿Conoces muchos de esos? Si lo crees, te engañas, pues sólo aparente es con frecuencia la calma. Pueden haber escogido semejante existencia; pero cuando la terminan, se aperciben de que no les ha servido para progresar, y entonces, como el perezoso, sienten el tiempo que han perdido. Sabed que sólo por medio del trabajo puede el espíritu adquirir conocimientos y elevarse; si se duerme en la incuria, no progresa. Aseméjase a aquel que necesita trabajar (según vuestras costumbres), y que se pone a pasear o se acuesta con la intención de no hacer nada.
Sabed también que cada uno habrá de dar cuenta de la inutilidad voluntaria de su existencia.
Esa inutilidad es siempre fatal para la dicha venidera. La suma de ésta, está en razón de la suma del bien que se ha hecho, y la del mal está en razón del mal y de las desgracias causadas».
Hay gentes que sin ser positivamente malas, hacen desgraciados a todos los que las rodean, por su carácter. ¿Qué les resultará de ello?
«Ciertamente que esas gentes no son buenas, y expiarán con el espectáculo de aquellos a quienes han hecho desgraciados, lo que será para ellos un reproche. En otra existencia además sufrirán lo que han hecho sufrir».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
«Sí, si no ha podido cumplir su misión, y él mismo puede pedir terminarla en una nueva existencia pero entonces no es una expiación».
. ¿Qué se hace del hombre que, sin hacer mal no hace, empero, nada para sacudir el yugo de la materia?
«Puesto que ningún paso da hacia la perfección, debe empezar una existencia de la clase de la que ha terminado; permanece estacionario, y he aquí cómo puede prolongar los sufrimientos de la expiación».
. Hay personas cuya vida corre en completa calma y que, no teniendo que hacer nada por si mismas están libres de cuidados. Esa existencia feliz, ¿prueba que nada tienen que expiar de otra anterior?
«¿Conoces muchos de esos? Si lo crees, te engañas, pues sólo aparente es con frecuencia la calma. Pueden haber escogido semejante existencia; pero cuando la terminan, se aperciben de que no les ha servido para progresar, y entonces, como el perezoso, sienten el tiempo que han perdido. Sabed que sólo por medio del trabajo puede el espíritu adquirir conocimientos y elevarse; si se duerme en la incuria, no progresa. Aseméjase a aquel que necesita trabajar (según vuestras costumbres), y que se pone a pasear o se acuesta con la intención de no hacer nada.
Sabed también que cada uno habrá de dar cuenta de la inutilidad voluntaria de su existencia.
Esa inutilidad es siempre fatal para la dicha venidera. La suma de ésta, está en razón de la suma del bien que se ha hecho, y la del mal está en razón del mal y de las desgracias causadas».
Hay gentes que sin ser positivamente malas, hacen desgraciados a todos los que las rodean, por su carácter. ¿Qué les resultará de ello?
«Ciertamente que esas gentes no son buenas, y expiarán con el espectáculo de aquellos a quienes han hecho desgraciados, lo que será para ellos un reproche. En otra existencia además sufrirán lo que han hecho sufrir».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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INFLUENCIA INFELIZ
¿Usted, que convive más de cerca con las criaturas, notó como ellas, en general, tienen un corazón generoso y una gran capacidad para perdonar?
Más allá de eso, perciben las cosas de manera simple y sencilla.
Más, infelizmente, lo que acontece es que, algunas veces, los adultos ejercen sobre ellas una influencia infeliz.
Cuando la criatura llega llorando, por ejemplo, diciendo que el amigo le pego, luego los padres toman partido, aconsejando que no juegue más con el malvado, que se aleje de él.
Se pasan apenas algunos minutos y repentinamente el ya está de nuevo con el amiguito luchador, dando muestras de ligereza de sentimientos, de olvido de las ofensas.
Más para los padres eso no está zanjado. Y no es raro que cuestionen al hijo, preguntándoles como puede jugar nuevamente con aquella criatura agresiva. Eso cuando no dicen, antes al principio: ¡si él te pego, pégale tu también!
Al actuar así el educador pasa para su alumno la lección de amargura, del rencor, de la susceptibilidad, de la violencia.
En otras ocasiones, pasa lecciones de venganza sin darse cuenta. Es cuando, por ejemplo, la criatura rompe algún objeto y corre para el cuello de la madre llorando.
Esta inmediatamente comienza a decirle palabrotas al objeto, diciendo que el es el culpable, que es feo, y hasta llega al cúmulo de golpear con el objeto como si fuese un ser vivo.
Sin duda es una lección de venganza. Y, más allá de eso, la criatura aprende a culpar a los otros por los propios descuidos. Si es un objeto inanimado, no podrá haber salido del lugar para toparse contra nuestro hijo, más hay padres que pasan esa idea.
Sería más fácil y verdadero, además de educativo, socorrer a la criatura y decirle que eso acontece porque, algunas veces andamos medio distraídos.
Hay criaturas que también aprenden con los propios padres, la lección del egoísmo. Estos le dan un juguete y no dejan de recomendarle: “no deje a nadie jugar con su juguete, hijo, pues podrá romperlo.”
Más tarde, cuando el hijo esconde sus cosas a sus propios hermanos, no se sabe de dónde extrajo tanto egoísmo.
La mentira, no es raro, también es aleccionada dentro del hogar. Hay padre que mienten con tanta naturalidad en presencia de los hijos, que ni se dan cuenta de que ellos los observan e imitan sus ejemplos.
Lecciones de deshonestidad, algunas veces, son pasadas con tanta frecuencia que pasan a formar parte de la formación de los caracteres estudiante.
Es cuando el padre pide al hijo que no cuente esto o aquello a la madre, o viceversa.
Cuando el camarero se engaña en el cambio y entrega dinero de más, y el padre dice que no lo devolverá, pues el problema no es de él y si del camarero que no presta atención en lo que hace. Más si el camarero devuelve dinero de menos, entonces el padre reclama sus derechos.
Estos son apenas algunos ejemplos de cómo podemos ejercer influencia negativa en la formación del carácter de nuestros hijos.
Siendo así, es preciso que prestemos mucha atención en nuestras actitudes, en nuestra manera de lidiar con las situaciones corrientes, pues ellas son de extrema importancia en la educación informal de nuestras criaturas.
¡Piense en eso!
La criatura es extremadamente observadora.
Ella está siempre atenta a nuestros menores gestos y palabras.
Por tanto conducirá sus pasos guiados por los nuestros.
Tomará actitudes basadas en las nuestras. Tendrá por valores todo lo que valorizamos y por desvalores lo que desvalorizamos.
Por esas y otras razones, precisamos pensar muy bien antes de actuar, de forma que nuestras acciones sean lúcidas y coherentes con el carácter de un verdadero hombre de bien.
¡Piense en eso!
Equipo de redacción de Momento Espirita
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HOY ES EL DÍA
¿Se preparo usted para vivir el día de hoy?
Las cosas más importantes de la vida solamente son valorizadas después que pasan o se las pierden.
La salud, el sueño, la razón, los fenómenos digestivos, los órganos de los sentidos, los movimientos, son tesoros colocados por Dios a su servicio.
Por tanto, cuidado con esos tesoros.
¿Está dispuesto a recomenzar hoy aquel proyecto que fracasó entonces?
El aparente fracaso es la forma por la cual la divinidad enseña a corregir a usted su manera de actuar, facultándole la experiencia con más sabiduría.
La vida está constituida de lecciones que se repiten hasta quedar correctamente.
¿Hoy usted tiene problemas para resolver que parecen insolubles?
Considere lo siguiente:
Primero: nadie va a resolverlos por usted.
Segundo: usted solo va a resolverlos si se dispusiera a enfrentarlos.
Tercero: es preciso cuestionar sus problemas, uno cada vez, hasta resolverlos todos.
Cuarto: no sobrecargue a los otros con sus quejas, reclamaciones y problemas.
¿Usted sintió un poco de mal humor hoy?
Acuérdese: la irritación es el “espino” clavado en la “carne” de la emoción, que debe ser retirado.
Cuanto más permanece, más empeora el estado de quien lo lleva, generando “infecciones” duraderas y perniciosas.
¿Esta en la inminencia de desesperarse?
Recuerde aun:
El hombre debe trinar coraje y resignación. Sin esos valores el permanece en la niñez espiritual.
Déjese conducir por los hechos que no puede cambiar, y altere con amor aquellos que Irán a beneficiarle.
Dios es un Padre misericordioso y vela por usted.
¿Usted se ejercito para perdonar hoy?
El perdón real es siempre acompañado por el olvido del mal recibido. Quien guarda rencor, colecciona basura moral.
¿Abrazó usted ya a su hijo hoy, diciéndole cuanto lo ama?
Ellos necesitan de oportunidad y de amor para alcanzar el triunfo. Bendiga a su hijo con sus palabras y conducta, haciéndose amigo de el en todas las situaciones.
¿Oró usted ya hoy?
No desconsidere el valor de la oración. El cuerpo necesita de alimento adecuado para mantenerse. Así también el espíritu, que es la fuente de vitalizaciòn de la materia.
En la práctica, usted es el señor de su cabeza y de su día. Usted decide como le gustaría que hoy fuese.
Decida y trabaje por eso. Quien quiere hace, no manda hacer.
El agua no ocupa más espacio del que realmente necesita. Por eso equivale a la moderación.
En esos días agitados, la angustia camina con el hombre disfrazada de miedo, de ansiedad, de sentimiento de culpa.
Naturalmente, las presiones a que todos estamos sujetos responden por la situación.
La ansiedad por el placer exorbitante frustra; los factores agresivos amedrentan, y la timidez encuentra una forma de llevar al complejo del auto punición.
Aparte de la mente esos fantasmas responsables por innumerables males.
Usted es hijo de Dios, amado por El, protegido y bendecido.
No se aparte de sus leyes y si se engaña en alguna ocasión, el revés en vez de entregarse a los conflictos innecesarios, retorne al camino del deber, sin recelo ninguno.
Recuerde siempre la afirmativa de Jesús: “yo soy el camino, la verdad y la vida.”
Muchas enfermedades del cuerpo proceden del espíritu damnificado por los conflictos de la emoción o por el acido de las imperfecciones morales.
¡No bastará dormir, dar descanso al cuerpo, si usted permaneciera emocionalmente inquieto, ansioso!
Piense en eso y aproveche bien el día de hoy, que es su día.
No lo olvide : ¡Hoy es el día! ¡Su día!
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Pablo Neruda |
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
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La salud muchas veces no es valorada hasta que la perdemos. Nuestra evolución es un proceso natural de desarrollo de nuestras potencialidades. Todo aquello que obstruye ese desarrollo provoca coágulos en la estructura psíquica, extremadamente fluídica, generando dolencias y deficiencias orgánicas.
La causa original de las enfermedades que afligen a la humanidad, pertenece esencialmente al orden psíquico.
El hombre continúa sufriendo fuertes golpes contra la salud de su cuerpo físico.
El Espiritismo no tiene por finalidad curar las enfermedades del cuerpo. Aunque coopera en ese sector del orden humano, su objetivo principal es enseñar, orientar y liberar al espíritu de sus debilidades o instintos inferiores hasta alcanzar la “salud moral” la Angelitud. No pretende competir deliberadamente con la medicina del mundo, como presuponen algunos médiums y neófitos espiritas.
Ser libre significa no depender, no tener pasado ni inquietarse por el futuro, viviendo ampliamente el presente en transporte de paz y alegría.
La alegría de vivir es una invitación para una existencia rica en producciones morales, espirituales, artísticas, culturales, estéticas y nobles.
El destino de nuestra existencia deja de ser vivir bien, que es una de las metas humanas, para bien vivir, que es una conquista personal intransferible, especial, que jamás se altera o se pierde, fomentando la felicidad y trabajando por la paz que todos aspiran.
Lo que poseemos de precioso, es la oportunidad de la existencia, ella nos brinda los acontecimientos y conquistas, permaneciendo como patrimonio inalienable del ser en su curso evolutivo. Cuando es lúcido, vive intensamente su momento, cada momento, floreciendo donde se encuentra, sin atormentarse por realizarse en esa o aquel otro arte, creando raíces y desarrollándolas, libre de las imposiciones de la ambición desmedida, de las pasiones perturbadoras, de las fijaciones inquietantes, abierto a las nuevas realizaciones que armonizan. De ese modo, nos tornamos parte integrante del Universo, en el cual nos encontramos y donde somos invitados a conquistarlo.
Para conseguir ese estado y aprender las lecciones de la vida, debemos trabajar interiormente, educarnos, ya que a través de esa contribución nos modificamos y perfeccionamos, liberándonos de los atavismos perniciosos y de los factores degradantes que aún permanecen en nosotros.
La educación es un valioso instrumento para el trabajo de construcción de la persona feliz, que se convierte, a su vez en una lección viva de la vida para los demás, que siguen en la retaguardia
Todo individuo enfrenta desafíos para crecer. La propia existencia terrestre es una invitación al esfuerzo. La mejor solución para enfrentar los problemas es intentar resolverlos en sus fuentes, evitando las actitudes que los postergan, retornándolos más complicados. Lo que no hagamos hoy, seguramente mañana será, más difícil de ser conseguido.
Solamente las actitudes correctas, basadas en la honradez y en la lealtad, consiguen zanjar en forma definitiva las dificultades y los acontecimientos desagradables de la marcha evolutiva.
Vivir la vida es un desafió sublime y realizarlo con sabiduría es una bienaventuranza que se encuentra a disposición de todo aquel que decididamente se resuelve a avanzar, auto superarse y alcanzar la comunión con Dios.
Gracias al valioso concurso de las doctrinas psíquicas en general y de la psicología espirita en particular, existen excelentes contribuciones y se encuentran disponibles para todos aquellos que están sinceramente, interesados en la construcción de una conciencia saludable, de un ser responsable y lucido de una sociedad feliz.
Si la enfermedad nos visita, aprovechemos su presencia para hacer reflexiones valiosas en torno a nuestro comportamiento y a la programación de las actividades.
Pensemos en la salud y deseémosla ardientemente, sin imposiciones, sin presiones, pero con noble intención.
- Merchita-
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