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martes, 26 de mayo de 2015

Ciencias educacionales a la luz del Espiritismo



CIENCIAS EDUCACIONALES A LA LUZ DEL ESPIRITISMO

La vida es un proceso de crecimiento del alma  al encuentro con la grandeza Divina, es por eso que el hombre debe aprovechar las luchas  y dificultades en su camino, para dilatar su círculo de relaciones y de acción.

El mundo es camino vasto de evolución y mejoramiento, donde  transitan a nuestro lado, la ignorancia y la flaqueza.
Para transformar a la criatura humana, es necesario educarla, alterando para mejor  los paisajes morales de la sociedad y del planeta terrestre.

Educar, bajo cualquier aspecto, es conducir con seguridad, libertad y responsabilidad, equipando  al alumno con valores que lo capaciten  para la vida, para la victoria sobre las pasiones disolventes,  preparándolo para los pasos más agigantados de la evolución.

La Educación se convierte en moderadora de la agresividad y de los paisajes primitivos, substituyéndolos  por comportamientos saludables, que desarrollan sentimientos nobles, e imprime aptitudes de respeto a la vida y a sus manifestaciones.

Gracias a su acción continuada se formulan en el ser los códigos de conducta, ampliando los horizontes del pensamiento, plasma el carácter en niveles superiores, contribuyendo  armonizar las relaciones y la convivencia entre las personas, sin roces ni opresiones desgastantes.

A la Educación le compete el elevado menester de erguir al ser humano a las cumbres del progreso, presentándole los horizontes infinitos  que esperan ser conquistados y que están a su alcance.

La Educación tiene el deber de equipar al postulante  con los recursos hábiles  para poder enfrentar los desafíos, solucionarlos de la mejor forma posible, adquiriendo estabilidad emocional e intelectual, sin olvido,  de los valores morales que deben ser grabados en el individuo en formación, mediante derroteros culturales y ejemplos morales.

La infancia y la adolescencia son los periodos más propicios  para el aprendizaje, es esa la época idónea  para esculpir  las lecciones  para que estas permanezcan como una ruta de seguridad para toda la vida.

Para facilitar  mejor el florecimiento de las aptitudes individuales, la formación inicial ha de ser muy amplia, iniciando un curso orientado hacia sus posibilidades, sin olvido, sin dudas, de que la especialización exagerada,  aunque califica al individuo para las profesiones, también lo limita, casi convirtiéndolo en un robot.
El hombre forma parte integrante del Universo,  y cuanto más se informe a su respecto, mejor se torna la convivencia consigo mismo y con la Naturaleza.

Es necesario proporcionar al individuo  un curso agradable, accesible y fascinante, perfeccionándole  la calidad sin perjuicio de los valores de la educación.

Siendo indispensable la moderación en los excesos, y la presencia de ejercicios, que tornen el aprendizaje agradable, rico en compromisos  y sin necesidad  de cuidados perturbadores, ya que  con las exageradas cargas de trabajo,  fatigan y angustian al alumno, haciéndole ejecutarlas bajo amenazas  punitivas.

La religión debe ser aprendida en el hogar y en el templo de su confesión de fe correspondiente. Bajo  todos los aspectos  que se pretenda considerar la escuela ha de ser laica, libre  de obstáculo de imposiciones sectarias, partidista con el fin de facilitar  una libre y feliz elección por parte de sus integrantes.

Pues pese a que se presenten con apariencia  de fundamentos espirituales, él comportamiento de la mayoría de los educadores, es, lamentablemente, oportunista, dada las presiones socio económicas, socio políticas y el ansia ml contenida de liberación de los viejos cánones religiosos, cuyos efectos morales y sociales fueron dañinos  en el pasado y lo son también en el presente.

La escuela es un fiel núcleo para la formación del carácter, de la mente y del sentimiento del alumno, debe tornarse cada vez más importante:  un templo para el saber, un taller para experiencias  culturales  y vivenciales,  un hogar de intercambio de informaciones y de contenidos comporta mentales de modo que la sociedad esté allí representada, facilitando la preparación  para las empresas externas, en la familia, en el grupo, en la comunidad en general, de lo que surgirá indirectamente, sin vinculación doctrinaria  un base de seguridad para la educación integral, que abarca naturalmente, la del ser en su condición de Espíritu inmortal.

El proceso de la educación debe sustentarse en bases dinámicas, jamás estacionándose en lo ya hecho, pese a los resultados provechosos conseguidos. Los mecanismos de la educación deben estar siempre receptivos a las nuevas contribuciones del conocimiento, de manera  de evolucionar y penetrar más profundamente en las raíces de las necesidades de los educadores.
  
A medida que las experiencias demuestren la necesidad de nuevos métodos compatibles  con la Psicología del aprendizaje, para el niño y el joven, nuevos marcos de experiencias  edificantes deben ser propuestos, sin que se entre en choque  con las técnicas convencionales. Siempre será posible  la conciliación de los métodos denominados académicos con las alternativas que traen una nueva contribución y en el futuro, se transformaran en científicos, al ser definidos sus paradigmas y conceptos.

Cuando el amor forme parte de cualquier actividad humana, abriendo espacio para el respeto por el prójimo y para sí mismo, amando a Dios por sobre todas las cosas, el modelo educacional, sin vinculación religiosa con cualquier doctrina, demostrará  que las reglas existentes en la sociedad son necesarias transitoriamente, ya que el proceso de evolución es inevitable  y cada pueblo se desarrolla con características muy propias, sin embargo todos, creciendo en un periodo tecnológicamente, en otro moralmente, hasta el momento en que esos dos brazos del progreso real  se amplíen concomitantemente, sin las presencias del monstruo de la guerra, de la esclavitud socioeconómica  del hombre o de cualquier otro tipo de discriminación.

Trabajando la conciencia individual del educando, (sin lavado cerebral) se crea una conciencia colectiva y cuando es noble, sin duda  la que le sigue es igualmente digna.

El ser consciente de sus responsabilidades, elimina los monstruos del miedo, de la punición, de la culpa, acabando por conducir la armonía mental y un elevado concepto de deberes para con él mismo y para con su prójimo, para con la sociedad, tornando legítimas las reglas establecidas y fundamentadas en principios éticos  relevantes.

El hombre es un ser que posee un cuerpo físico, cuerpo emocional y y cuerpo mental y para alinearlos  y no dispersarlos como hasta ahora a hecho, la Educación a de ser menos preconceptuosa, y han de ser incluidos en sus programas  los estudios respecto  al hombre integral, facilitando las preguntas  en torno  del ser Transpersonal, de las Doctrina Parapsíquicas,  de la Parapsicología, de la Psicotrónica, de la Psicobiofisica, de la Transcomunicación Instrumental, conforme lo hicieron Allan Kardec, William Crookes, Cesar Lombroso, Ernesto Bozzano etc. y otras autoridades, el hombre pasará a ser considerado como Espíritu, Periespíritu,   y Cuerpo físico o conforme al lenguaje parapsicológico: Energía pensante, Psicosoma y Soma.

La escuela será, al mismo tiempo, laboratorio de investigación del alma, sin ninguna connotación religiosa, a fin de ser mejor entendida  la vida en su profundidad y realidad legitima, permanente.

La metodología  de la educación debe revestirse de profundidad psicológica para enriquecer al educando con experiencias aplicables a lo cotidiano, desarrollando así la capacidad   de vivir cualquier situación, sin la visión triunfante  en la gloria, ni la aceptación pesimista en la dificultad o en el perjuicio. La vida es una realidad  desafiante  en cualquier circunstancia  y la función de la Educación es ampliarla, tornándola accesible y realizadora.

Los estímulos para el aprendizaje deben permanecer después de los cursos escolares, dado que la vida es la gran, noble y permanente  Escuela a ser conquistada.

Educar, pues, es facilitar la vida, enriquecerla de luz y plenitud.

Existe un modelo educacional  evidentemente apropiado, a través del cual alcanzaremos con mejores resultados los principales  objetivos del hombre integral (la Educación) y ofrece excelentes resultados, y felizmente, ya se piensa en establecer, en el área  de la programación escolar , la introducción de disciplinas  transversales, que tienen  y como objetivo la inclusión de doctrinas  éticas, sociales, comporta mentales, ofreciendo una  visión espiritual del ser compatible con el pensamiento religioso de todos los credos: Dios, inmortalidad, elevación de pensamiento.

Un modelo educacional que construya un hombre integral es elaborado mediante la visión espiritual, gracias a la cual se mezclan informaciones generales, convencionales, pero también se viven  las mismas  en lo cotidiano de las salas de clases, tornándose el educador en un verdadero ejemplo de aquello que transmite.

En el proceso de la evolución de la Escuela y de la Educación, se llega a una etapa de las más importantes para la formación de los individuos, que es a través de la enseñanza formal, convencional.

Solo la educación podrá reformar a los hombres, nos dicen los Espíritus en la pregunta 796 de el Libro de los Espíritus, es un concepto que Allan Kardec transcribe , sin embargo, el Codificador esclareció antes que será la educación moral quien se encargará de desarrollar  los valores pertinente  al ser humano,  y complementa: que no se refiere a la educación moral por medio de los libros y si a la que consiste  en el arte de formar caracteres , a la que suscita habatos, porque la educación es el conjunto de habatos adquiridos. Después concluye el Codificador: El desorden y la imprevisión son dos llagas que solo una educación bien elaborada puede curar. Ese es el punto de partida, el elemento real del bienestar, la garantía de la seguridad de todos. (El Libro de los Espíritus- pregunta 685)

En la familia se forman los caracteres, son inculcados los habitos saludables en el educando, auxiliándolo con el conocimiento escolar para superar el desorden y la imprevisión, a favor de la seguridad de todos.

Cuando el modelo pedagógico/tecnológico se propones formar individuos inteligentes, autónomos, creativos, críticos  y agresivamente ambiciosos, en fin, vencedores, se olvida de que el mundo necesita seres afectuosos,  cordiales, tolerantes, condescendientes, finalmente humanos.

La meta esencial de la Educación es dar vida. Antes se creía  que su tarea era preparar  para la vida. Hoy, dada su importancia en el mundo, ella es una forma eficiente de dar vida. La gran preocupación, en el área de la educación, debe ser la de preservar los valores humanos con todos los recursos que constituyen la criatura dignificada y dignificante.

Para ofrecer al niño y al joven condiciones  educacionales  para el surgimiento del pensamiento creativo, verdadero, nuevo, necesitan recursos que les faciliten el desarrollo de los programas  que deben desenvolver, y la Escuela es siempre el admirable laboratorio que posibilita el despertar de los valores  adormecidos momentáneamente.

En el caso que nos ocupa, la Escuela deberá ser liberal y portadora de recursos que desarrollen el sentimiento de lo bueno, de lo noble y de lo bello, al mismo tiempo adaptándose  a las épocas de renovación, para que no permanezca estacionada en las bases ascentrales, que sirvieron en su época, pero que no se adaptan  a los tiempos nuevos. Esas condiciones educacionales serán el resultado de la observación del comportamiento intelecto-moral de los alumnos, de sus posibilidades a ser ampliadas y mediante técnicas compatibles con los valores vigentes, abriendo espacios para las realizaciones futuras.

La escuela debe estar abierta a nuevos experimentos educacionales, siempre que sea necesario actualizar los métodos  de enseñanza, renovar los procesos iluminativos, crear oportunidades de crecimiento.

El futuro de la Humanidad camina con los pies del presente idealista y la Escuela no se puede marginar, para no quedar superada.

Para desarrollar la autoconfianza en el niño y en el adolescente, considerando que, en casi todo, se refleja uno en la vida del otro, el estimulo es la base para cualquier acción. Cuando  sean divulgados los resultados  de labores edificantes  con entusiasmo; cuando los hombres nobles reciban el apoyo que necesitan  para la prosecución de sus proyectos; cuando haya propaganda  de los valores  que engrandecen al ser humano  en detrimento de los escándalos, de los juegos sexuales  explícitos, de la exaltación  de la violencia y del crimen, el educando desarrollara naturalmente  la autoconfianza en sus posibilidades, sintiéndose estimulado a imitar  a los triunfadores, a los genios, a los sabios, a los realizadores, igual que ocurre hoy con la vida que se desarrolla a nuestro alrededor, las modas, el arte, las ideas innovadoras etc.…

De alguna forma, la Escuela no es solamente el lugar donde se aplican los métodos pedagógicos y psicológicos de la educación, sino también, del relacionamiento social, de todas las actividades que se expresan en la comunidad y se tornan fundamentales para la vida.

Para no poner en riesgo el equilibrio deseable y armonioso entre lo intelectual y afectivo, es imprescindible la vigilancia, para que el auxilio que se puede  extraer de las conquistas  tecnológicas no mate el sentimiento, el compañerismo, el respeto humano en el desarrollo del programa educacional.

Para estimular al alumno no solo intelectualmente, sería viable que, en los cursos escolares fuesen establecidas la visitas a Hospitales, Hogares de niños y de ancianos, Clínicas  de Salud Mental y de Enfermedades degenerativas  - Cáncer, Sida, Sífilis y otras- a fin de que puedan ser explicados los fenómenos  aflictivos de la existencia corporal y la necesidad de la solidaridad para con todos aquellos que padecen cualquier tipo de limite, de dolor, de carencia, teniendo en vista, naturalmente, la faja etaria del educando, así como las posibilidades de comprensión  de los acontecimientos.

Los programas se iniciarían por los métodos teóricos, partiendo, después, hacia las experiencias prácticas, cuidadosas, con objetivos definidos  de ser desarrollados los valores de la solidaridad y del amor por los sufrientes de cualquier naturaleza.

Otra cosa factible, es que se estableciesen  como programas las tareas que tuviesen  por objetivo la promoción social de niños, jóvenes y adultos marginados, tornando la Escuela en una fuente de inspiración y de realizaciones constantes, ofreciendo amplios recursos, más allá de los intelectuales.

La sociedad humana en los tiempos actuales está desanimada  debido a que está equivocada con relación a los valores humanos. Desilusionada,  por falta de apoyo y de respeto por la sociedad, los postulantes al conocimiento padecen la hipertrofia  de los sentimientos, permaneciendo en las escuelas por la búsqueda de títulos  que les faciliten el triunfo en el mundo, sin conciencia del valor de la auto-realización.

El abuso de drogas y de sexo en la Escuela, el desinterés de los maestros, considerando los salarios ridículos que reciben, hace que el instituto o la escuela, como queramos llamar el lugar de estudio, deje de ser el templo del saber  para transformarse en un lugar de encuentros para pasar el tiempo,  pues se espera por el Diploma y no por la capacitación para la lucha en el mundo social.

Cuando se de la reversión de estos acontecimientos y la sociedad valore más y mejor el conocimiento en detrimento de la astucia, así como a la cultura, en vez de la fuerza muscular  o la agilidad física, la Escuela recuperará su lugar , y los educadores serán emulados a un cambio de comportamiento con más eficiencia en el área de los estudios que conducen   la concienciación de sus deberes y de su realización anterior.

La competitividad puede influir positivamente, en la educación, siempre que su objetivo no sea el de aplastar o vencer a otro.  Es un estimulo para conquistar espacios  y realizaciones dignificantes. La escuela siempre se valdrá aun, por bastante tiempo, de la evaluación de resultados  del aprendizaje produciendo inconscientemente, un sentido de competición positivo.

La competición lamentable es aquella que humilla, al perdedor situándolo en posición inferior. Las naciones ricas, muchas veces carentes de valores éticos, dieron inicio al mundo de las competencias, para la adquisición de vidas y recursos intelectuales que les faltaban, tornando al hombre objeto de compra  y no instrumento de ideas. Los deportes  perdieron casi el sentido de competición calificativa para tornarse en industrias de profesionales  destituidos  de sentimientos fraternos, cuyos únicos intereses son el dinero y la supervaloración que les posibilita  disponer de más  altos estipendios. Ganar en las competencias se tornó un factor de mercado y no de ideal o de placer. Lo mismo ocurre  en otras áreas del comportamiento artístico, cultural, social…

Los estímulos por el idealismo o las competiciones  para la calificación de los participantes, son métodos valiosos para la conquista de valores nobles que deben ser preservados.

La Educación es una forma de dirigir al alumno al autodescubrimiento, es un inevitable viaje interior,  gracias al cual el alumno  descubre las posibilidades que están a su alcance, así también lo que realmente desea en la vida, evitando  enmarañarse por las conquistas exteriores que no satisfacen su plena realización. En el futuro, el profesor tendrá conocimiento del Espíritu y sus potencias, así entenderá los conflictos  y problemas que desafían  y enfrenta el alumno para los cuales deben recibir orientaciones de seguridad.

La conquista de la conciencia en la Escuela, marchará al lado de la adquisición del conocimiento, del discernimiento para la acción, de manera que cada alumno descubra lo que hacer, cuando y como realizarlo. Al mismo tiempo, esa experiencia conducirá al autodescubrimiento.

El desinterés, la indiferencia, la falta de voluntad, y empeño  de los alumnos,  es debido, a la falta de respeto hacia la Cultura general y la supervaloración de los deportes y de las diversiones.

En el hogar se inicia el amor por el aprendizaje, dado que en la familia se encuentra la primera escuela, formadora del carácter y de la personalidad.

Para desarrollar el interés de los alumnos, se hace menester  que los individuos en particular y el Estado en general, pasen a considerar la educación como de vital importancia para una existencia saludable y feliz en la Tierra.

La Humanidad  no puede vivir solamente  de la exaltación en las conquistas, en el campo del deporte, de las aficiones sean las que sean, ya que son transitorias.

Por tanto, es indispensable  que la familia y el Estado conjuguen esfuerzos  para la valoración de la Escuela y de su grandioso significado en la edificación de una sociedad justa y feliz.

La educación moral, no es una doctrina  de esta o aquella Institución, es de todas. Se inicia en el hogar, de los padres  con relación a los demás individuos, incluyendo a los familiares y se prolonga en la Escuela. En un futuro próximo, como ya viene ocurriendo, un campo de experiencias integrales, en las cuales se unirán todos los esfuerzos para el equilibrio, que resulta de lo que se es, de los que se hace y de aquello a lo que se propone.

A la Educación le cabe, en todas partes, la gran tarea de renovar la sociedad, partiendo del alumno bien orientado, disciplinado y auto conocedor de sus necesidades.

El perfil de la Escuela del próximo siglo, del futuro a de tener el aspecto de un hogar transitorio, rico en seguridad emocional y cultural, donde todos se estimen como verdaderos amigos y hermanos, movilizándose en un ambiente de solidaridad y comprensión, disfrutando  de libertad de pensamiento y de acción, con entera responsabilidad y conciencia, de modo que los derechos ajenos sean respetados y tenidos en cuenta, sin tentativas de traspasar las fronteras invisibles , pero seguramente conocidas.

La educación en el próximo milenio, será efectuada por el desarrollo tecnológico, repercutiendo, conforme algunos imaginan, en la eliminación del espacio físico de la escuela, del trabajo, hacia un espacio accesiblemente virtual, ese proceso ya viene ocurriendo, en razón de muchos factores. La Escuela deja de ser el edificio donde son administrados los cursos, presentadas las clases y en una visión más profunda, es cualquier lugar donde se procesa el aprendizaje y se difunden los conocimientos.

Gracias a la contribución de la tecnología y la computación, los hogares se transformaran en escuelas productivas, utilizando los recursos virtuales para la ampliación de conocimientos y mayor vivencia de las informaciones, disminuyendo la movilización de los aprendices, que pierden mucho tiempo en los viajes  hacia los núcleos centrales de información escolar.

Para llegar a una Educación en la que se observe y respete la universalización de los derechos, habrá que considerar los valores éticos ejercitados desde los primeros  momentos junto al profesor (educando) ampliándola en dirección de su integridad física, moral, social y económica; esa conducta que el mismo se sienta digno y pase a valorizar a las demás criaturas, teniendo en vista sus conquistas morales y no sus pasiones o los factores circunstanciales de proyección del mundo.
Los profesores enriquecidos por el respeto que la sociedad le debe, adecuada y honradamente remunerados, tendrán oportunidad de actualizarse siempre, no recargándose  de trabajos acumulativos para una sobrevivencia financiera equilibrada, lo que siempre dificulta la atención del compromiso asumido junto al alumno. Liberados  y respetados se sentirán capaces de infundir en las mentes nuevas las directrices de respeto a la universalización de los derechos. No se debe reducir la enseñanza a las clases, es necesario ampliarla en el contacto con la Naturaleza, con visitas a los museos, así que rememorando el pasado, podamos construir mejor futuro, sacando informaciones de la Historia.

Esa lección viva, que nos demuestra que todo pasa, contribuye a su vez a la edificación del futuro que dejará surcos de nobleza y elevación después de transcurrido su tiempo.

Mientras que no tenga el hombre  elementos para discernir, para saber qué hacer y cuando realizarlo, no se le podrá facilitar la libertad, por encontrarse distante de la responsabilidad. Conceder la libertad  sin orientación es condenar al hombre, al desequilibrio generador del libertinaje. Cuando el hombre es inmaduro, el solamente posee instintos  no educados, por tanto, posibles de encaminarlo hacia las pasiones que señalan su nivel evolutivo.

Sócrates se preocupaba en estimular al alumno a encontrar las respuestas para los variados requisitos de la vida, haciéndolo  viajar hacia dentro, con el fin de arrancar el conocimiento  que en el dormía y provenía del mundo  de las ideas, por donde deambulara  antes de vestir el ropaje carnal.

Jesús es el educador por excelencia, a Su vez se valía de sus parábolas  y sobre todo de las lecciones vivas, a fin de que Sus enseñanzas permaneciesen insculpidas en lo intimo del ser de aquellos que Lo escuchaban.

Pestalozzi inauguró la Escuela Nueva, restaurando la dignidad infantil, abriendo espacios  para la Psicología de la infancia, proponiendo  el amor como base  de una buena educación.

El modelo ideal para educar al niño, sintiéndose amado y despierto  hacia el crecimiento interior, es cuando este encuentra en el profesor el guía y amigo para el gran viaje del descubrimiento de la realidad de sí mismo y del mundo en el cual se encuentra.

 La religión forma parte de la vida de todos aquellos que creen en Dios y en la inmortalidad. La religión  tiene por meta  producir la religación de la criatura con el Creador. Variando sus métodos y contenidos, los objetivos que  alberga son siempre nobles, pese  que también, siempre sean lógicos y racionales.

Las informaciones deben ser ofrecidas al niño a partir de su nacimiento, dado que en esa fase, el Espíritu aun se encuentra en el proceso  de la reencarnación y registra los acontecimientos que suceden alrededor de su nueva experiencia  con bastante lucidez.

Es en el hogar y en el templo de cada religión, donde  el niño, desde muy temprano, debe recibir instrucciones y orientaciones  sobre las diferentes religiones, así como los esclarecimientos  que le posibiliten distinguir los valores y comportamientos de su prójimo en el mundo de relaciones.

Todo el empeño debe ser realizado por maestros y padres para que la libertad de religión sea preservada y específicamente, cada alumno sea orientado en el hogar y en su núcleo de fe al respecto de la Doctrina espiritual que deberá seguir.
Educar, bajo cualquier aspecto, es conducir con seguridad, libertad y responsabilidad, equipando  al alumno con valores que lo capaciten  para la vida, para la victoria sobre las pasiones disolventes,  preparándolo para los pasos más agigantados de la evolución.

El Estado, no tiene derecho de a intervenir  en la educación religiosa de los ciudadanos en general, porque seria una intromisión violenta en los derechos de la libertad de elección, de la libertad de conciencia.

La meta principal del profesor debe ser la de crear condiciones en el alumno para que pueda vivir con dignidad, resolviendo con sabiduría los problemas que enfrentará en el camino de su evolución. Para ello, el profesor  ha de estar enriquecido  por conocimientos que transmitirá  y embestido de valores morales  que podrán  confirmar  la excelencia del mensaje  educativo que pretende ofrecer a sus alumnos. Sin el ejemplo que se manifiesta por la vivencia equilibrada y saludable, las mejores lecciones pierden su significado profundo para tornarse tan solamente  un conjunto  de informaciones culturales sin sentido práctico de aplicación en lo cotidiano.

La transformación social será realizada mediante la educación. El individuo es el resultado de lo que hizo de sí mismo, de lo que aprendió en el grupo por donde caminó, de la formación educativa que recibió en el hogar, en la Escuela, en la sociedad.

Conjugados esos factores, inevitablemente, tendremos, la transformación de la Humanidad para mejor.

Para lograr despojar al niño de los valores, ideas y creencias enfermizas, y partiendo de que la construcción del hombre  ideal comienza en la educación formal y en la experimental, los padres y maestros deberán trabajar unidos en el mismo ideal de la educación, no transfiriendo para la Escuela toda la responsabilidad  por la formación ética, moral y cultural del niño y del joven.

El hogar y la Escuela son términos de la misma ecuación educativa y solamente cuando esos dos núcleos  de vida estén en sintonía y trabajen unidos es que se podrán mantener los valores elevados, las ideas nobles en consideración y  las creencias en la dignidad humana como base para el progreso individual y general de la sociedad.

Procuremos trabajar el universo infantil con los instrumentos del amor y de la razón, grabando en su interior la certeza de su inmortalidad, tanto como también informarlo y concientizarlo de que es miembro actuante de la familia universal, esto constituye el principal, y urgente  desafío para la educación, que posee valiosos recursos para disolver los canceres del egoísmo, del orgullo, de la prepotencia, generadores de la miseria   de variado orden.


Trabajo realizado por Merchita (mercedes Cruz Reyes).
Extraído del Libro: Actualidad del Pensamiento Espirita, de Divaldo Pereira Franco, por el Espíritu “Vianna de Carvalho”

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        La paciencia
7. El dolor es una bendición que Dios envía a los elegidos; no os aflijáis, pues,cuando sufrís, sino por el contrario, bendecid a Dios Todopoderoso que os ha señalado el dolor en la tierra para la gloria en el cielo.
Sed pacientes; la paciencia también es una caridad, y vosotros debéis practicar la ley de caridad enseñada por Cristo, enviado de Dios. La caridad que consiste en la limosna que se da a los pobres, es la más fácil de todas: pero hay una mucho más penosa, y por consecuencia mucho más meritoria: es "la de perdonar a aquellos que Dios ha colocado a nuestro paso para ser instrumentos de nuestros sufrimientos y poner nuestra paciencia a prueba".
La vida es difícil, ya lo sé; se compone de mil frioleras que son alfilerazos que acaban por herir; pero es menester mirar los deberes que se nos han impuesto, los consuelos y las compensaciones que por otra parte tenemos, y entonces veremos que las bendiciones son mucho más numerosas que los dolores. La carga parece menos pesada cuando miramos a la altura que cuando doblamos la frente hacia el suelo.
Animo, amigos, Cristo es vuestro modelo; sufrió más que ninguno de vosotros, y nada tenía que echarse en cara, mientras que vosotros tenéis que expiar vuestro pasado y fortificaros para el porvenir. Sed, pues, pacíficos; sed cristianos; esta palabra lo enseña todo. (Un Espíritu amigo. Havre, 1852).

Del libro de Allan kardec:   EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO
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EL ALMA HUMANA

El alma es un constituyente natural del organismo humano, responsable de todos los actos de la vida.

El alma, como parte del organismo, y frecuentemente admitida por la mayoría de las personas, aunque no reconocida por su importancia como responsable de los fenómenos biopsicoemocionales que ocurren en la vida de cada uno.

Todo ser humano es un alma viviente que se identifica por sus atributos propios y no por su apariencia física o por sus adornos exteriores. El alma es un ser actuante que puede actuar continuamente sobre el organismo, vivificándole las células, promoviendo la salud y el bienestar, realiza, en cada criatura, el encuentro entre lo humano y lo divino.

Como espíritu encarnado, el ser humano tiene su dignidad y debe ser respetado, no obstante la situación en que pueda encontrarse y las faltas que haya cometido. Es un ser en fase de evolución, camino de su perfeccionamiento, aunque esté pasando por situaciones menos dignas.
Por falta de perfeccionamiento espiritual, los seres humanos todavía no comprendieron el significado de la vida y la oportunidad que disfrutan de realizarse como almas vivientes, para alcanzar planos progresivamente más elevados en la escala de la evolución.
La vivencia de la realidad del alma se caracteriza por la valorización de los bienes espirituales y por el desprendimiento de las preocupaciones hacia los bienes transitorios de la vida.
El amor es el recurso para que el ser humano pueda vivir la realidad del alma, requisito esencial para que pueda alcanzar la vida plena como ser viviente.
Pero la primera fase para alcanzar el conocimiento de la realidad del alma, consiste en admitir su existencia, como parte integrante del organismo humano, responsable de sus atributos psíquicos y espirituales, y por los actos de la vida diaria.
Allan Kardec, en el Libro de los Espíritus nos esclarece que Los Espíritus son los seres inteligentes de la Creación y se caracterizan por su individualidad.
Fueron creados simples e ignorantes y tiene la oportunidad de evolucionar y de volverse perfectos.
El pensamiento, la inteligencia, las cualidades morales y la consciencia, son atributos del alma.
Las almas son los espíritus encarnados. Forman parte de la constitución de los seres humanos temporalmente, para purificarse y esclarecerse y fuera de ellos, como espíritus, pueblan el mundo invisible.
La participación de los espíritus en la formación de los seres humanos se hace a través del proceso de reencarnación, un fenómeno de asociación, dándoles la oportunidad de evolucionar, pues todos los espíritus tienden a la perfección.
El ser humano está formado de cuerpo y alma. El cuerpo tiene una estructura biológica que  envejece con el paso de la edad, durante la vida. El alma, de estructura energética, no envejece, sino que evoluciona a través de las reencarnaciones.
La evolución anímica o espiritual constituye la adquisición más importante que puede ser deseada tanto por las criaturas encarnadas como desencarnadas.
Ella se realiza paulatinamente, a través de las generaciones, mediante esfuerzos basados en la práctica del amor fraterno. El grado de evolución espiritual caracteriza la posición alcanzada por las criaturas en su andadura a través de los tiempos.
La evolución espiritual se manifiesta por diferente  atributos como la bondad, la sabiduría, la comprensión, el desprendimiento de los bienes materiales, la sinceridad en el trato con los semejantes, la vivencia de pensamientos positivos y la anulación de los pensamientos negativos como los de la ira, celos, traición, falsedad, odio, agresividad y de toros de la misma naturaleza, que deberán ser exiliados del planeta Tierra, que habrá alcanzado un nivel elevado de vibración espiritual en el albor de la nueva era que se aproxima, donde los hombres serán buenos y se amarán unos a otros.
Nadie nace por casualidad, sino para realizar un destino, promover su perfeccionamiento físico, mental, emocional y espiritual, y para colaborar para la mejoría de las personas y del ambiente en que se encuentra.
Conforme la ley de la evolución, presente en todos los sectores de la vida, bajo la égida del amor y del trabajo, el hombre puede realizar, directa o indirectamente, en el corto periodo de su existencia, algún progreso individual y colaborar para la promoción de otras personas, de su propia familia o de la comunidad en que vive.
Cada uno tiene, así, la responsabilidad de aprovechar su tiempo, de perfeccionarse en todos los campos de actividad, y de ayudar a los que lo necesitan, promoviendo el progreso general. Nacer de nuevo significa tener una nueva oportunidad de volver, para tener una nueva existencia como ser humano.
La reencarnación tiene un alto significado, principalmente para los seres que acumularon débitos cármicos en existencias anteriores, y tienen una nueva oportunidad para evolucionar espiritualmente.
La reencarnación tiene, todavía, el significado de posibilitar, a los Espíritus más evolucionados, la oportunidad de regresar para ayudar a los seres humanos en su proceso de evolución.
El nacimiento del cuerpo, simbolizado por la carne, es un fenómeno biológico, semejante al que se realiza entre los seres del reino animal, según las leyes biológicas; y el nacimiento de espíritu o alma es un fenómeno propio de los seres humanos y se realiza según las leyes espirituales, a través de la reencarnación.
Siendo el alma la responsable de todos los actos de la vida diaria, se comprende la importancia de ser movilizadas actividades para las realizaciones evolutivas del alma, viendo como toman consciencia las personas, apartándolas de la inercia, de la rutina y del negativismo a fin de poder alcanzar, de modo duradero, el camino recto y triunfal del proceder humano.
El conocimiento que el ser humano puede tener, de la realidad del alma, constituye la información más importante que pueda adquirir en toda su existencia, pues innumerables personas desconocen que, aparte del cuerpo físico, cada uno tiene una alma inmortal que dirige sus actos.
Y aquellos que dicen saber que el ser humano está formado de cuerpo y alma, desconocen su participación en la vida humana y que la misma se manifiesta por el pensamiento, por la inteligencia, por el sentido de responsabilidad, por el carácter, por la consciencia, por la voluntad, por el libre albedrío, por la intuición y por el anhelo, muchas veces oculto, de sentirse  útil a los semejantes.
La adquisición de ese conocimiento puede traer un enriquecimiento de su ser, advirtiéndole  para el reconocimiento de la unidad de la Creación y de la responsabilidad de su propia existencia, y el amor que debe dispensar a todos los seres de la Naturaleza y, especialmente, a las criaturas humanas, independientemente de su edad, raza, condiciones sociales, económicas y de su propio estado físico.
M.C.R
Extraído del libro Enfermedades del Alma “Roberto Brólio 

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Mensaje


El problema de emitir 
un juicio
...Jesús jamás juzgó las faltas de aquellos que le presentaban acusados de delitos, pese a que Él tenía la visión global de los acontecimientos, o tal vez por eso mismo...
Conocedor de la debilidad humana nos recomendó que a nadie juzgáramos, porque por el modo como haya sido considerada la flaqueza ajena así se juzgará la de cada uno.
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