ESPIRITISMO CAMINO DE EVOLUCIÓN
Si el hombre no tuviese en las leyes de Dios una guía para desarrollarse en la vida, este sería igual al potro salvaje que crece y galopea sin control, sin normas que cumplir ni deberes establecidos, solo trataría de darse gusto a sí mismo. Y cuando fuera contrariado reaccionaria por instinto sin control sobre sí mismo. Es en la ley natural donde el hombre adquiere el conocimiento para saber lo que tiene que hacer en todas las cosas.
Desde tiempos inmemoriales, la Ciencia se viene dedicando exclusivamente al estudio de los fenómenos del mundo físico, susceptibles de ser examinados por la observación y experimentación, dejando a cargo de la Religión el trato de las cuestiones metafísicas o espirituales.
El Espiritismo, aunque aún es rechazado y duramente atacado, tanto por la Ciencia como por la Religión tenidas como oficiales, vino a traer, en el momento oportuno, una preciosa cantidad de conocimientos nuevos, para el interés de ambas, ofreciéndoles, con eso, el eslabón de unión que les faltaba, para que se pongan de acuerdo y se presten mutua colaboración, porque, si es exacto que la Religión no puede ignorar los hechos naturales comparados por la Ciencia, sin desacreditarse, esta, igualmente, jamás llegaría a completarse si continuase haciendo tabla rasa del elemento espiritual.
Gracias al Espiritismo, se comienza a reconocer que el hombre, criatura compleja que es, formada de cuerpo y alma, no sufre sólo las influencias del medio físico en el que vive, como es el clima, la tierra, la alimentación, etc., sino tanto o más las influencias de la psicosfera terrena, es decir, de las entidades espirituales – buenas o malas – que cohabitan este planeta (los llamados ángeles o demonios), las cuales interfieren en su comportamiento en mayor escala de lo que él quiera admitir. De ahí la recomendación de Cristo: “orad y vigilad para no caer en tentación”.
Cuanto más desarrolla el hombre sus facultades intelectuales y perfecciona sus percepciones espirituales, más se va enterando de que el mundo material, esfera de acción de la Ciencia, y el orden moral, objeto especulativo de la Religión, guardan íntimas y profundas relaciones entre sí, concurriendo uno y otra, para la armonía universal, meced de las leyes sabias, eternas e inmutables que los rigen, como sabio, eterno e inmutable es Su Legislador.
No puede ni debe haber, por tanto, ningún conflicto entre la verdadera Ciencia y la verdadera Religión. Siendo, como son, expresiones de la misma Verdad Divina, lo que necesitan hacer es darse la mano, apoyándose recíprocamente, de modo que el progreso de una sirva para fortalecer a la otra y, juntas, ayuden al hombre a realizar los grandes y gloriosos destinos para los que fue creado.
Kardec, instruido por las voces de lo Alto, nos dice que en todas las épocas y en todas partes de la Tierra, siempre hubo hombres de bien (profetas) inspirados por Dios para auxiliar en la marcha evolutiva de la Humanidad. De este modo, “para el estudioso, no hay ningún sistema antiguo de filosofía, ninguna tradición, ninguna religión, que sea despreciable, pues en todo hay gérmenes de grandes verdades que, si bien parecen contradictorias entre sí, dispersas que se hallan en medio de accesorios sin fundamento, se os presentan fácilmente coordinadas, gracias a la explicación que el Espiritismo da de una inmensidad de cosas que hasta ahora se nos figuraban sin razón alguna, y cuya realidad está irrecusablemente demostrada”.
Por el Espiritismo sabemos, también, que todos los que se aman pueden reencontrarse en el Más Allá, pues no existen abismos intraspasables para separarnos definitivamente a unos de los otros. Ni incluso aquellos que se comprometieron seriamente con la Justicia Divina quedan olvidados. Así como aquí en la Tierra hay criaturas abnegadas y generosas que se dedican a la tarea de amparar a los que se envilecieron en los lodazales del vicio y del crimen, salvándolos de la degradación, también en el mundo espiritual hay seres bondadosos y dedicados cuya misión es socorrer a las almas infelices, guiándolas en el conocimiento de Dios.
El Espiritismo vino a revelarnos, también, que no hay culpas irremisibles ni penas eternas; que el sufrimiento puede vencerse por el arrepentimiento sincero y la debida reparación de los daños cometidos, por vía de la ley de las vidas sucesivas, ley esta sublime, que esclarece, con una lógica irrevocable, todas las aparentes anomalías de la vida terrena, como son las diferencias de aptitudes intelectuales y morales, las desigualdades de suerte y de la posición social, las enfermedades y los males congénitos, las muertes prematuras, y cuantos problemas puedan ser suscitados, en lo tocante al ser, a su destino diverso y a los muchos dolores que lo atormentan.
El papel del espiritismo es grande, y sus consecuencias morales son incalculables. Solamente data de ayer, y, sin embargo, ¡cuántos tesoros de consuelos y de esperanza ha esparcido ya por el mundo! ¡Cuántos corazones entristecidos y desalentados ha reanimado y reconfortado! ¡A cuántos desesperados ha detenido en la pendiente del suicidio! Su enseñanza, bien comprendida, puede calmar las aflicciones más vivas y dar a todos la fuerza de ánimo y el valor en la adversidad.
El espiritismo es, pues, al mismo tiempo que una poderosa síntesis de las leyes físicas y morales del universo, un medio de regeneración y de adelanto; desgraciadamente, demasiados pocos hombres se interesan aún por su estudio. La vida de los más es una carrera frenética hacia beneficios ilusorios. Nos apresuramos, tememos perder el tiempo en cosas que consideramos como superfluas, y lo perdemos realmente interesándonos por lo que es efímero. En su ceguera, el hombre desdeña lo que más feliz puede hacerle en el mundo, es decir, el realizar el bien y crear alrededor de sí mismo una atmósfera de paz, de calma y de serenidad moral.
“EL ESPIRITISMO MARCHA AL RITMO DEL PROGRESO Y NUNCA QUEDARÁ REZAGADO, PORQUE SI NUEVOS DESCUBRIMIENTOS LE DEMUESTRAN QUE ESTÁ EQUIVOCADO EN ALGO O SI SE REVELASE UNA NUEVA VERDAD, ÉL HABRÁ DE RECTIFICARSE.” ¡El Espiritismo, por la poderosa influencia que ejerce en el hombre, haciéndolo sentirse un ser cósmico, destinado a ascender por el progreso moral a las más esplendorosas moradas del Infinito, es el camino de la Evolución y el medio de preparar un futuro incomparablemente más feliz!
Mercedes Cruz Reyes
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¿
La obsesión espiritual es como la locura ?.-
Existen
las enfermedades mentales debidas a desajustes orgánicos que
desembocan en trastornos psíquicos perfectamente tratables y
que pueden mejorar con la medicina psiquiátrica; tal es el
caso de la esquizofrenia cuando esta es debida a un déficit
anatómico del cortex pre-frontal.
Sin embargo también existen otras
muchas enfermedades psíquicas en las que no existe ninguna
anomalía orgánica y que no son otra cosa que casos mas
o menos graves de obsesión espiritual.
La obsesión supone una frontera peligrosa
para la locura irreversible. Al principio el obsesor actúa de modo
sutil, pero al paso del tiempo se puede agravar la situación en
razón a las tendencias negativas del sujeto obsesado.
Resulta muy diáfana la línea divisoria que
separa la salud física, del desequilibrio mental. Se pasa con
facilidad de un lado al otro de la línea sin que haya un
cambio significativo en el comportamiento del ser humano.
Cuando
los afectados por la fascinación espiritual se encuentran
dominados por los obsesores, desconectan las ultimas defensas
mentales y sus comportamientos sobrepasan los límites de la lógica,
dando ocasión a que la turbación mental se vuelva mas compleja y se
convierta en locura permanente.
Excitaciones, preocupaciones, ansiedades
o momentos de angustia por escasez de recursos
financieros, impedimentos sociales, ausencia de un trabajo
digno etc, son algunos de los muchos factores que pueden
llevar a la persona a situarse al otro extremo negativo de
la salud mental de modo temporal, pudiendo retornar después
a su posición inicial de salud mental y normalidad psíquica..
Hay algunos factores que predisponen
a la locura : Principalmente las deudas del espíritu con
la Ley de Consecuencias ( de lo que en su momento se hablará
mas extensamente ), por la que incontables personas
permanecen en plena frontera de la obsesión espiritual, que
les impulsa a dar un paso al otro lado de la línea
que les separaba de la locura y hasta del suicidio, siendo este
un camino largo y de difícil recuperación.
Los sexolatras, los violentos, los que dependen
de vicios de cualquier naturaleza, los pesimistas, los envidiosos,
los amargados, los que siempre viven atenazados bajo el temor
de la sospecha y la desconfianza, los celosos, los
obsesados, son los que mas fácilmente atraviesan los límites
de la salud mental.
Los psicópatas espirituales, de naturaleza
emocional, por las aptitudes e impulsos que proceden de vidas
anteriores, de los que los afectados por ellas no se liberan
normalmente por si mismos, son caldo de cultivo
para las obsesiones causadas por espíritus tanto
encarnados como desencarnados.
Precisamente hay muchos casos
de enfermos mentales que son consecuencia de sus
deudas contraídas en vidas pasadas y desde que se
involucran de nuevo en el proyecto humano desde antes de nacer,
esto les lleva a venir a este mundo predispuestos a manifestar
pronto las crisis que dan inicio a las psicosis, neurosis y
otras formas de desequilibrio que pasa a sufrir en el corredor
cruel y estrecho de la demencia.
Los
procesos obsesivos están incursos en personas dentro de los grupos
familiares o sociales, que también sufren en otra medida esta
situación porque en un pasado común debieron de ser cómplices en
algún delito contra la Ley del Amor con la victima de ahora, y
como necesidad evolutiva de rescate espiritual para todos ellos,
vuelven a coincidir juntos en la Tierra por un parentesco común o a
través de lazos de afectividad o de afinidad, formando grupos en
donde son alcanzados por esos antiguos odios o venganzas.
En muchos de estos casos, los familiares ignoran
que existe un factor de predisposición que les ha reunido en la
vida, no por casualidad, sino para un reajuste recíproco. Sufren
esta situación por necesidad evolutiva ante la responsabilidad de
este sufrimiento del que participan, debiendo esforzarse en la ayuda
para la liberación del sufridor obsesado, liberándose de paso ellos
mismos.
Sin embargo hay muchos dementes en apariencia –
obsesados – que son abandonados en Centros de Salud, siendo
desatendidos por su familia que impiden con excusas su retorno al
hogar, considerando que así se liberan de una pesada carga. Estos
enfermos por una obsesión mejoran en muchos casos cuando salen del
entorno hogareño, porque disminuyen los factores incidentes de todo
el grupo familiar endeudado con los “cobradores desencarnados”,
pero cuando regresan al entorno del hogar vuelven los desequilibrios
debido a que su familia no se renovó moralmente, liberándose de
viejos vicios que favorecen la presencia de las perturbaciones
obsesivas.
Por eso, la familia en cuyo seno uno de sus
miembros es afectado por un proceso obsesivo, debe ser alertada
de su responsabilidad para que la afronten debidamente y no
carguen sobre el enfermo toda la responsabilidad de la situación.
- Jose Luis Martín-
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“La
medicina solo puede curar enfermedades curables”
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Proverbio chino -
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SUICIDIO
UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Mis queridos hermanos:
En el artículo de hoy, hablaremos sobre un problema extremadamente grave, una cuestión de salud publica en este país y en todo el mundo. Hablaremos sobre el suicidio.
El suicidio es un problema de salud pública que puede ser evitado, responsable por casi la mitad de todas las muertes violentas del mundo, provocando cerca de un millón de óbitos por año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estimativas sugieren que ese tipo de muerte puede llegar a un millón y medio en el 2020.
En razón de esos datos alarmantes, la OMS, en colaboración con la Asociación Internacional de Prevención del Suicidio (IASP), estableció el dato de 10 de septiembre como el Día Mundial del Suicidio, con el objetivo de llamar la atención para el problema y solicitar una acción global.
Un paso decisivo dado por Brasil, para esa problemática, fue la realización del I Seminario Nacional de Prevención del Suicidio, en la ciudad de Puerto Alegre (RS), lo que tornaría a nuestro país, en 2014, el primero de América Latina a tener una propuesta de acción nacional con el objetivo de reducir la práctica del suicidio, sus tentativas y los daños sociales causados con la práctica de la autodestrucción. El Ministerio de la Salud, a través del Área Técnica de la Salud Mental, lanzó en ese evento diversas directrices nacionales para evitar la práctica del suicidio, en razón de preocupantes datos levantados por un estudio inédito.
A bien verdad, en la raíz del problema, faltaba una política nacional de prevención; se espera que ella venga a establecer, principalmente, un sistema de atendimiento público eficaz a costo cero para los depresivos, con la creación de una línea de atendimiento definida sobre el asunto en los ambulatorios públicos o en los planos de salud. Entre las muchas causas que están llevando a las personas a cometer el suicidio, la depresión es apuntada como la principal, según la evaluación de la OMS. ¿El portador de un dolor físico tiene un profesional para atenderlo, más si es el de trastornos psicológicos, a quien preocupara? ¿Dónde buscar ayuda?
La depresión es, ciertamente, el diagnostico psiquiátrico más observado en personas que intentan el suicidio. Desesperanza, trastornos de conducta, consumo de drogas, disfunción familiar, eventos estresantes, abusos (físicos, sexuales o psicológicos) y factores biológicos que pueden ser considerados los principales agentes causadores de este disturbio.
Por otro lado, muchas veces los medios de comunicación se omiten de tratar de la prevención del suicidio, por existir erróneamente el pensamiento común de que un suicidio incentiva otro cuando es divulgado. Con todo, es preciso recordar que la prensa puede también desempeñar un papel relevante en la reducción del estigma y de la discriminación a la que están asociados los comportamientos suicidas y disturbios mentales.
Sin embargo, no podemos olvidar, cuando se habla de prevención del suicidio, del trabajo que realiza el Centro de Valorización de la Vida (CVV) en nuestro país, hace muchos años, a través del atendimiento telefónico y personal. Ahora, también, los Municipios que se interesaran en implementar un servicio de prevención semejante al coordinado por la OSM en 10 países, pueden buscar orientación en el Ministerio de la Salud por email: amigosdavida@saude.gov.br.
En la visión espirita sabemos que el hombre no tiene derecho a disponer de la propia vida, Dios solamente tiene ese derecho. Por eso, el suicidio es una trasgresión de la ley natural. Por tanto, es importante que sepamos que disponer de la propia vida es siempre un acto condenable. El suicida que tiene por fin escapar a las miserias y a las decepciones de este mundo es un pobre espíritu que no tuvo coraje de soportarlas.
Las tribulaciones de la vida son pruebas o expiaciones. Felices serán los que soportan sin quejarse, porque serán recompensados y, en estos casos, infelices serán aquellos que, en su sufrimiento, esperan para ellos una salida por la puerta falsa del suicidio. Es necesario, que entendamos que hay mucha grandeza y dignidad en luchar contra la adversidad, en enfrentarse a la crítica de un mundo fútil y egoísta, que solo tiene buena voluntad para aquellos a quienes nada falta, los cuales nos dan de lado cuando de ellos precisamos.
Dios no puede recompensar un acto de cobardía y ni el insulto que le es lanzado por no confiar en la providencia. Esas personas pagaran ese instante de locura con aflicciones mayores de las que pensaron abreviar matándose, y no tendrán, para compensarlas, la satisfacción que esperaban de rever a sus entes queridos.
La afinidad que permanece entre el espíritu y el cuerpo produce, en algunos suicidas, una especie de repercusión del estado del cuerpo sobre el espíritu, el cual, contra su voluntad, pasa a sentir los efectos de la descomposición, proporcionándole una sensación plena de angustia y horror. Este estado puede persistir por el tiempo que aun debía durar la vida que fue interrumpida.
Mis queridos amigos, la religión, la moral, todas las filosofías condenan el suicidio como una cosa contraria a la ley natural. Todos nos dicen, en principio, que no tenemos el derecho de abreviar voluntariamente nuestras vidas. ¿Más porque no nos es dado este derecho? ¿Por qué no somos libres de poner un fin nuestros sufrimientos?
El Espiritismo puede darnos la respuesta, pues demuestra por el testimonio de los que sucumbieron por el suicidio que este acto no constituye apenas una infracción de una ley moral, más si un acto estúpido, pues nada consigue el que lo practica, todo lo contrario. Siendo así, no es a través de la teoría que esto nos es enseñado, más si por los propios hechos que los espíritus de suicidas exponen bajo nuestra vista.
En fin, observamos, con todo, que hay una consecuencia inevitable para todos los casos de suicido: ¡Una gran decepción!
-Bruno Tavares-
Traducido al idioma español por: M. C. R
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