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martes, 21 de diciembre de 2010

Evolución anímica


LA EVOLUCION ANÍMICA
Dada la buena exposición que sobre este tema hace Humberto Torres en su libro “Confesiones”, cap IV “ Al margen del hombre perdurable”, me parece de gran interés por su contenido, por lo que extracto aquí parte del mismo:

….. “ Nadie niega que el hombre no haya dejado atrás a todos los animales, pero en la época terciaria, esto es, antes de la aparición del hombre, el elefante, comparándose con las amebas y los gusanos, podía hacer el mismo razonamiento. No sabemos si algún animal ha dibujado, pero suponiendo que no, ¿es lícito deducir de ello que tal imposibilidad signifique que hay una diferencia esencial y no de grado entre el psiquismo animal y el nuestro?; puesto que la inteligencia puede demostrarse por medio de cosas mas concluyentes que trazando unos garabatos figurados, y es evidente que el alma, aparte de las facultades intelectivas, tiene otras como las volitivas y memorativas, de las que las bestias nos dan muestras impresionantes. Nadie ha pretendido que un canario que haga su nido tenga una mente como la humana y a nadie se le ocurriría pedirle el anteproyecto de una catedral, pero no sabemos ver que tal cosa quiera decir nada mas que hay una gran distancia entre el canario y el hombre, y de buena fe, para hallar estas diferencias de capacidad artística, no hay que descender al canario: basta pensar en que se parecen, artísticamente hablando, un igorrote y Arquímedes. ”
“ En el libro de divulgación científica, “Las razas humanas”, veo en una de sus fotografías hasta una docena de seres que, si no supiéramos que son hombres, nadie lo diría, y pertenecen a la tribu de los Papues de Nueva Guinéa. Enfilados en pilotes de madera empotrados en las orillas de un lago, llevan aún la misma vida de los representantes de nuestros prehistóricos de las riberas de los lagos alpestres. Sus utensilios son de piedra pulida y de hueso mal trabajado. No saben contar mas que hasta cuatro, bastante menos que ciertos caballos. Su lenguaje apenas articulado, es casi gutural. Son de un salvajismo extremo. Viven desnudos y faltos de todo sentimiento moral. Antropófagos endurecidos, exhuman los cadáveres para devorarlos. ¿ Qué argumento no haríamos si los simios hicieran otro tanto?. A juzgar objetivamente, si nos comparamos intelectualmente con estos hermanos nuestros, no nos costará mucho encontrar una distancia enorme, distancia que nos ayudará a llenar los numerosos casos de reflexión e inteligencia de ciertos animales, por ejemplo, los que relata Ramanes, entre mil, en su conocida obra “L´intelligence des animaux”. Una zorra llevaba en la boca un pájaro que había cazado. Al llegar a un muro de piedra de un metro y medio de altura, la zorra hizo un esfuerzo por saltarlo junto con su presa, pero en vano. Después de tres tentativas sin resultado, se sentó y miró el muro fijamente durante unos minutos. Habiendo tomado una resolución, tomó el pájaro por la cabeza, se puso derecha con las patas anteriores apoyadas contra el muro tan alto como pudo y clavó el pico del pájaro en una grieta alta del muro. Entonces saltó hasta arriba, se decantó, y cogiendo con una pata el pájaro, siguió su camino. Seguramente que si a esta zorra , para examinarla intelectualmente le hubiesen dado el tema: dibuja la zorra , la hubiesen suspendido. Pero ella se había ganado antes una buena nota en el examen de sus facultades intelectuales y reflexivas con una lección fuera de programa. Y cuando uno sabe los finísimos ejemplos de curiosidad, amor propio, imitación inteligente, abstracción, lenguaje, amor conyugal, amor maternal, amor al prójimo, sentimiento, estética, espíritu de sociabilidad, memoria, abnegación y sacrificio que nos dan los seres mas humildes de la escala animal y los comparamos con los Diggers que vagan desnudos por los bosques, alimentándose de raíces, ratas, culebras y hormigas, y que incapaces de construirse una rudimentaria vivienda, buscan abrigo debajo de los árboles, ve justificadas aquellas palabras de Darwin después de su viaje con el Beagle, escribía: “Al ver a tales seres se hace difícil creer que sean semejantes nuestros y que habiten el mismo planeta. Durante la noche, cinco o seis criaturas humanas, desnudas y apenas protegidas contra las intemperies del clima, duermen apretados unos contra otros sobre la tierra húmeda, como animales del mismo rebaño”.
Ante esto se comprende bien la ascensión del principio pensante, el cual, partiendo de las formas mas rudimentarias de la animalidad, llega a su pleno desarrollo en el hombre. Los pueblos primitivos, quedan como los vestigios que nos muestran las fases intermedias del proceso evolutivo. No olvidemos que estos seres que nos parecen tan degradados, son todavía muy superiores a nuestro antepasado de la época cuaternaria, y entonces comprenderemos que no hay diferencia alguna esencial, sino de grado, entre el alma animal y la nuestra. Los grados diversos que se observan en las manifestaciones inteligentes, a medida que nos remontamos en la serie de los seres vivos, son correlativos al desarrollo orgánico de las formas. “
“ El alma se ha individualizado lentamente por una elaboración en las formas inferiores de la naturaleza, para llegar, de grado en grado, a la humanidad. “
… “ Además en orden de reflexiones puramente teistas, no se concibe – como dice Delanne-, por qué Dios crearía seres sensibles al sufrimiento físico y moral, como las bestias, sin concederles al mismo tiempo la facultad y la posibilidad de los esfuerzos que hacen para mejorar. Si el principio inteligente que les anima estuviese condenado a ocupar eternamente aquella posición inferior, Dios no sería justo favoreciendo al hombre a expensas de otras criaturas. Pero la razón nos dice que no es así y la observación nos demuestra que hay identidad esencial entre el alma de las bestias y la nuestra, que todo se encadena estrechamente en el Universo, desde el átomo hasta el sol perdido en el espacio; desde la mona hasta San Francisco de Asís”.

NOTA: Los subrayados son míos.