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miércoles, 19 de octubre de 2011

El horror a la muerte



Aquella tarde de invierno, en un día nublado, frío y triste que cayó sobre aquel pueblo, muchos vecinos hablaban en voz baja, impresionados con lo que estaba aconteciendo. 
Y es que en el fondo, se sentían todos como una gran familia, y uno de sus miembros acababa de fallecer.  Esa mujer que ayer mismo aún respiraba, se movía,nos hablaba de sus preocupaciones y temores; contaba sus historias,sus ilusiones, proyectos y vivencias, se había ido;Ya no estaría más;pero,¿por qué?; ¿que ha pasado?; ¿por qué ayer sí, y hoy ya no?;¿volverá?.; parece mentira..El caso es que se ha ido y ya no está,...pero mientras tanto, la vida, como un reloj sin alma, sigue funcionando y continúa impasible desgranando las horas y sus días como si nada pasase ni le afectase,con arreglo a lo determina su mecanismo sin alma, ciego e imperturbable.
   Mientras tanto,  ella ya no está,  pero el escenario de su   vida permanece; sus cosas, su casa, sus ropas, sus cuadros, su ambiente y hasta los olores que tenía la casa cuando ella aún estaba. 
  Algunos presenciaron , más tarde, con horror como la tapa  dera de la caja mortuoria,se cerraba para siempre,guardandoal ser querido...¿ o no era aquello el ser querido,y solamente era una inerte apariencia de su imagen vacía?
      En el templo religioso, solamente se aumentó la tristeza y  la amargura de los allegados,alimentando su desespero ante un ritual rutinario y  sin esperanza, con un discurso vacío,ininteligible y que no aportaba ningún consuelo a nadie.     
¿ Pero, por qué ella ya no estaba?; ¿Qué es lo que  quedó  guardado  dentro de aquella caja ?.
   La procesión que se formó después acompañando el cadáver a su última morada, avanzó lentamente , salpicada por    una  fría llovizna y en medio de un silencio cabizbajo, como  eterno, roto solo por algún sollozo mal contenido , formando así  una comitiva que avanzaba lentamente, para acompañar cómo  último homenaje,al ser querido en aquél camino sin   retorno.
         ¡ Qué dolor y qué tormento!, cuando en aquel oscuro y   estrecho agujero entró la caja de madera con su doloroso     contenido, destinado a permanecer  allí para siempre, con  la sola y horrible compañía de otra osamenta, la de su madre,que en el interior de un saco de tela quedó depositada  para  siempre a su lado.
  Después de que el nicho fue sellado bajo la mirada perdida  de sus deudos,de sus vecinos y de sus amistades,en medio de un silencio roto solo por el llanto y la desesperación de algún ser querido y allegado,que  presa de la incomprensión, se rebelaba contra la irreversible y horrorosa situación que   atravesaba, como si de la peor pesadilla posible se tratase.    “¿ Por qué nos pasa esto a nosotros?”; Dios mío, si existes,  ¿por qué te la llevas ahora ?;¿Por qué nos la quitas?". En    esos instantes de dolor arrasador nadie  puede aliviar ni       contestar a esos humanos y desesperados interrogantes.
  Ante semejante cuadro,confieso que  sufrí por sentirme  tan  torpe, incapaz e  impotente  por  no poder ayudar de algún  modo en aquellos tristes momentos.     Yo, tengo un conocimiento espiritual, pero, ¿ Cómo lo hubiese podido compartir en esos momentos y circunstancias?; me servía a mí solo.   Después algo me dijo en mi interior,que el conocimiento es   como la fruta, que hay que sembrar primero, tiene que nacer y crecer después, y finalmente tiene que madurar en cada  uno.   O sea, que es una adquisición que llega cuando la persona se encuentra preparada para asimilarlo, y es patrimonio personal de cada uno. 

   Yo sentía tener en aquellas circunstancias las respuestas que  podrían aliviar sus almas atormentadas, y sin embargo no me atrevo ni a ponerme en  lugar de los desesperados    afectos, o a practicar eso que llaman empatía,porque a pesar de mis conocimientos y respuestas,tal vez podría ser, que si fuese yo quien atravesase ese drama en primera fila de protagonismo, posiblemente también, como ellos, sucumbiría al   dolor.
   Siempre tendemos a hablar bien de los que ya se han ido de este mundo, pero lo cierto es que esta mujer, y no lo digo porque ya no esté entre nosotros, siempre demostró ser una persona buena, sencilla y hospitalaria. Además ,ciertamente siempre fue una excelente y abnegada madre y esposa. No  tuve la dicha de tratarla durante mucho tiempo, pero sí el suficiente como para  quererla a ella y a su familia,gentes sencillas, buenas y nobles por naturaleza.
     Lo que quedó encerrado en el interior de aquella caja, era solo materia; una materia de la que ella se revistió  humanamente cuando estuvo aquí,y lo que me resulta  más evidente es que aquella materia no era ella, el ser amigo y  querido , ahora ausente;   aquellos despojos eran en donde   su  Ser habitó durante la vida humana que ahora dejó.¡ Qué horriblesería solamente la posibilidad de que ella en verdad hubiese quedado encerrada allí, para siempre!.  No me extraña que  alguno de esos familiares dolidos por su pérdida, ante la      presencia  de aquella envoltura yacente como un cascarón   vacío, puedan confundir la realidad con la apariencia horrible de que el ser amado queda allí metido; si eso fuese así,sería peor que el peor de los infiernos imaginados por la teología.  Y es que las religiones, aun las llamadas “cristianas”, nunca han abordado esta realidad tal como es,sino que “se han ido por las ramas” del dogma y la fantasía.   Nunca han hablado claramente de lo que es la muerte;qué sentido tiene el nacer y   después morir;el para qué y el por qué estamos aquí,  y   tantos y tantos interrogantes que en el fondo,la mayoría nos hemos hecho alguna vez, y para los cuales nunca nos han dado respuestas filosóficamente  correctas y coherentes, y   cuando las han querido dar, estas han sido tan ambíguas  e  incomprensibles,basadas en la obligada creencia dogmática.que en el fondo solamente han dejado un vacío y un estado de confusión e incertidumbre  en nuestro interior, o sea una  falta de luz y de la necesaria y auténtica fe, que es aquella  que  no  ofende a  la razón y  al sentido de lo lógico y  de lo coherente.
  Ojalá algún día, estas personas,y tantas y tantas que como ellas se enfrentan a esta realidad de la que  jamás  nadie estaremos libres,puedan encontrar alguna respuesta aceptable que les reporte algo de luz y de consuelo.
  Mientras, a mí me queda la tranquilidad de saber, más que de creer,  que nuestra amiga sigue viviendo en otro lugar o   dimensión. Esto es algo así como considerar que la vida es  como quien contempla un río que con su corriente nos trae y se lleva de  todo: penas, alegrías, esperanzas, luchas, pruebas, que  llegan y pasan.   Cuando el río de la vida nos trae nuestra  propia muerte, la vida no cambia, sigue su rumbo   de traer y  de  llevarse aquello que nos trajo; lo único que     cambió es que  desaparecimos de esta orilla;  se nos llevó a nosotros mismos a la otra orilla del río, la otra dimensión, desde la cual seguimos viendo transcurrir la corriente de la vida en su eterno devenir, pero desde el otro lado, de modo que   los que quedaron en la orilla anterior, no nos ven, y piensan que nos hemos ido   para  siempre con la corriente del río de la vida, como todo lo demás, pero sin embargo, esa misma  corriente al cabo de mas o menos tiempo,  termina por devolvernos de   nuevo a esta orilla,   en donde seguiremos viendo el río y aprendiendo de todo lo que nos trae. No recordamos detalles más concretos de  nuestras vidas anteriores porque nuestra materia orgánica  está limitada en el tiempo, con un principio y con un final;  ella es parte de lo que nos trae y de lo que  después se vuelve a  llevar el mencionado río de la vida.
    Cuando se penetra un poco en el estudio del Espiritismo, pronto encontramos numerosos testimonios mediúmnicos    que nos aclaran y nos describen como es esa “ otra orilla”,   en medio de una lógica y avalado por unas pruebas inapela-bles de que, en efecto, sigue la vida después de la muerte   del cuerpo, sabemos lo que hay tras el “Velo de Isis” de este mundo  en el que nos creemos vivos y además los únicos     seres vivos que existen en medio del universo infinito.   Por    eso creo que es tan importante seguir avanzando en el estudio  y el aprendizaje del  conocimiento espiritual libre de dogmas y preconceptos religiosos. Para las religiones con sus variados  conceptos,  solamente son creencias que hay que admitir por una fe impuesta. Para  los estudiosos y adeptos de  la doctrina espírita, este conocimiento es razonado y razona ble, y supone cuando se adquiere, vivir con una seguridad y una serenidad y aceptación ante sucesos humanos como los aquí relatados, que la gente no  termina de comprender y si acaso los achaca al escudo autoprotector ante el dolor  con  el que, dicen, que  los espíritas cristianos nos protegemos de los golpes que da la vida.   El conocimiento espírita nos proporciona una paz y un equilibrio interior,  que a veces    podemos, y siempre debemos transmitir a los demás,para aliviar  así ,al menos en parte, esos cuadros de dolor humano que  se originan ante la pérdida de seres queridos.
- José Luis-

No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda, no llores por lo que ha muerto, lucha por lo que ha nacido. no sufras por lo que se ha marchado, ama a quien este contigo. no llores por tu pasado, lucha por el presente.no llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad. no sufras por los que te odian, celebra con los que te quieren... ( autor desconocido)
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