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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Miedo a la soledad



A LOS CONSUMIDORES DE DROGAS


Tal vez ya haya dicho o haya oídos decir la infeliz afirmativa: Si yo uso drogas,  el problema es mío, y nadie tiene nada que ver con eso. La droga solo a mi me perjudica.
Si usted piensa de esa manera, nos gustaría invitarle a hacer algunas reflexiones al respecto, bajo otro punto de vista.
Usted ya debe haber visto, a lo vivo, por la TV o en los periódicos, la triste imagen de una criatura de ocho años de edad o la de un adolescente de doce, con una ametralladora en las manos, al servicio de los traficantes de drogas, no es mismo?
Son escenas chocantes y deprimentes, usted ha de convenir…
No en tanto, usted jamás debe haber pensado que, usando drogas, está colocando el dinero en la mano del traficante para que él compre el arma y la coloque  en los hombros de esas criaturas.
Usted ya debe haber visto el sórdido espectáculo  de una madre desesperada, con el corazón sangriento y el rostro bañado en llanto, inclinada sobre el cadáver del hijo querido que murió intentando hacerse  con la mercancía que llegase a sus manos.
Usted, que es consumidor, tal vez no se haya dado cuenta, más es un responsable  por la violencia generada en ese disputado mercado de las drogas.
Usted, que es usuario de las drogas, aunque sea de vez en cuando, está contribuyendo con la corrupción nutrida  en el submundo de las drogas, y fomentando la disputa sangrienta  por  el consumidor, que llena los bolsillos  de los poderosos del tráfico, diezmando vidas y matando esperanzas.
Lamentablemente, la gran mayoría de esos consumidores no perciben que el mal que causan está lejos de ser un problema suyo, como afirman.
No se dan cuenta de que su vicio es alimentado con sangre y lagrimas de muchos.
En nombre de la satisfacción de su egoísmo, el consumidor de drogas deja un rastro de sangre  sin precedentes… Y  sin duda, responderá por eso ante las Leyes Divinas.

Las noticias notificaron el asesinato de un periodista, que fue ejecutado a sangre fría por los dueños del territorio, que el invadiera, en el cumplimiento de su deber de profesional comprometido con la verdad.
El pueblo se manifestó.  Hubo pancartas, protestas y pedidos de justicia. Muy laudable, no hay duda.
Más, cuantos de aquellos que empuñaron la bandera de la paz  y de la justicia no habrán contribuido para que aquella ejecución se realizase.
Cuantos ejecutivos que, sentados en sus poltronas de lujo critican la violencia, sin darse cuenta de que está alimentada por la harta mesada que colocan en las manos de los viciados hijos.
Usted ha de concordar que no habría ese infame mercado de las drogas  si no hubiese consumidor.
Cuando vemos la cínica expresión de un prisionero que comanda el terror  de dentro de la prisión, tenemos que admitir que el actúa de esa forma porque tiene  quien le cubre las espaldas, y está seguro de que nada le sucederá.
Y usted, que es consumidor de drogas, está financiando ese mercado millonario, alimentando a esos tiranos crueles que enriquecen gracias  a su frágil voluntad de encarar la vida  de frente y de mente lúcida.
Más esas no son las únicas desgracias que un viciado provoca. Hay aquellas que acontecen dentro de su propio hogar. Aquellas capaces de dilacerar un corazón de una madre o de un padre, de un hermano o de un hijo, con actitudes inconsecuentes y egoístas.
Si usted aun no había pensado en esa cuestión bajo ese punto de vista, piénselo ahora.
Y, si piensa con sinceridad, percibirá  que el vicio está lejos de ser un problema solo suyo, que solo le perjudica a usted.
Haga un balance urgente  y tome la decisión acertada: evite las drogas. Empobrezca  a esos buitres que se alimentan de las vidas de los dependientes descuidados.

Si le faltan las fuerzas, busque ayuda de profesionales especializados y confié su corazón a aquel que fue y continúa siendo el mayor Psicoterapeuta de todos los tiempos: Jesucristo. .
Su atendimiento es gratuito, basta buscar-Lo a través de la oración.
Si las drogas aun no destruyeron por completo  su sentido crítico, reflexiones ahora sobre todo esto y cambie de rumbo sus pasos.
Tenemos la certeza de que usted lo conseguirá.
Redacción del Momento Espirita.

                           
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       LA CREACIÓN DE DIOS


Dios creó la materia que constituye los mundos; creó también seres inteligentes que llamamos espíritus, encargados de administrar los mundos materiales según las leyes inmutables de la creación y que son perfectibles por su naturaleza. Al perfeccionarse se van aproximando a la Divinidad.
EL ESPIRITISMO EN SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN -  ALLAN KARDEC

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ALCOHÓLICOS, ESCLAVOS DE TODOS LOS SIGLOS


Oliver Ameisen, un conceptuado investigador contemporáneo en el área de la salud, “alega que el mismo consiguió abandonar el vicio [de bebidas alcohólicas], usando una droga recetada hoy para relajar los músculos llamada baclofen. “(1) todavía, muchos especialistas mantienen el escepticismo, advirtiendo para el peligro que está por tras las llamadas “curas milagrosas” para el problema del alcoholismo. Entre 1997 y 1999, Ameisen paso un total de nueve meses confinado en clínicas para alcohólicos, más nada funciono. En marzo del 2002, el comenzó a testar la droga en si mismo con dosis diarias de cinco miligramos. Casi inmediatamente, pasó a sentir menos deseos de beber. Gradualmente, aumento para la dosis máximo de 270 mg y, entonces, se vio, “curado”. Hoy, usa, de 30 mg a 50 mg por día. Con todo, sobre eso, Alain Rigaud, presidente de la Asociación Nacional para la Prevención del Alcoholismo y de la Dependencia de Francia y Michel Reynaud, miembro del hospital Paul-Brousse, en París, “temen que la validación de los medios de comunicación, a respecto del “remedio” de Ameisen, este ofuscando la compleja naturaleza del alcoholismo.” (2)
Una droga alucinógena, popular en la década de los 60, puede ayudar a los científicos a encontrar un tratamiento para el alcoholismo. La hipótesis es de un grupo de investigadores de la Universidad de California. “De acuerdo con los científicos, investigaciones hechas con ratones, utilizando ibogaina, mostraron que la sustancia fue capaz de bloquear el deseo de consumir alcohol, por medio del estimulo a una proteína cerebral.” (3) Estudios hechos, recientemente, sobre el uso del topiramato en voluntarios alcohólicos, revelaron que esa droga, comunmente usada en el tratamiento de la epilepsia, mejora la salud general y reduce el deseo de beber – “sin embargo sus efectos colaterales preocupan al especialista británico en psiquiatría del vicio, Jonathan Chick, de Royal Edinburgh Hospital, afirman que los resultados son positivos, especialmente los dados que muestran mejoría en la salud. (4)
¿Cómo podemos entender el vicio? Para mi, dependencia química o psíquica generadora de solicitudes insostenibles, capaces de llevar al dependiente a repetir, incesantemente, la acción que sacia, temporalmente, esa “aflicción.” (5) Generalmente, discurre de una acción repetitiva, que no siempre proporciona placer inmediato, más que, a lo largo del tiempo, se torna objeto de necesidad exacerbada, inconveniente y perjudicial al individuo. Puede ser visto como una forma equivocada de compensar, superficialmente, algo que debería estar siendo introducido interiormente, en lo intimo de la persona. Sea como fuera, las raíces de esas disfunciones están en el pasado, quiera que sea hereditariamente, que sea espiritualmente, en el discurrir de experiencias infelices, provenientes de existencias anteriores. Explica el Espíritu Victor Hugo que “en estado de alcoholismo se hace muy difícil la recomposición del paciente, exigiendo de él un esfuerzo muy grande para la recuperación de la salud. La obsesión, a través del alcohol, es más generalizada de lo que parece. En un contexto social permisivo , el vicio en la ingestión de alcohol se torna expresión de “status”, atestando la decadencia de un periodo histórico que pasa lento y extravagante.” (6) Vale resaltar que “al reencarnar traemos con nosotros las reminiscencias de nuestras faltas como raíces congénitas de los males que nosotros mismos plantamos, a ejemplo, del Síndrome de Down, de la hidrocefalia, de la parálisis, de la ceguera, de la epilepsia secundaria, del idiotismo, del alejamiento del nacido desde la cuna.” (7) Como percibimos, la Doctrina Espirita advierte sobre esa influencia espiritual, oculta, o sea, el medio espiritual que respiramos puede contribuir para el surgimiento de un determinado vicio. “El viciado en el alcohol casi siempre tiene a su lado entidades inferiores que lo inducen a la bebida, ejerciendo en el gran dominio y de el disfrutando las mismas sensaciones etílicas.” (8)

Para el dependiente del alcohol, la deterioración física, mental y social es evidente. Basta observar la figura ictérica, hinchada, sin control de los esfínteres, deambulando por las calles, víctima de temores, de delirios y alucinaciones, capaces de beber desodorante, alcohol etílico, combustible, perfume y, hasta, orina [porque sabe que, a través de ella, parte del alcohol ingerido será eliminado]. Surge la cirrosis hepática, como el estado final de los daños causados por el alcohol. Esa patología es una forma de daño permanente e irreversible del hígado. El acumulo de liquido en el abdomen- ascite (barriga de agua), desnutrición, confusión mental (encefalopatía) y sangración intestinal, son algunas señales de insuficiencia hepática. Provoca lesiones en el corazón, resultando arritmias y otros problemas como trombos y derrames consecuentes. “Frecuentemente, las personas se vician en el alcohol como una forma de enmascarar sus problemas. Tratar los efectos en el cerebro no va a resolver ese otro aspecto. También no debe resolver otros problemas de salud, como los daños en el hígado.” (9) Desde el 2003, los Científicos ya afirmaban haber descubierto un gene importante para la explicación de los innumerables efectos del alcohol en el cerebro, y esperaban poder producir “un medicamento que desligase algunos de los efectos de placer ligados a la ingestión del alcohol, y tal vez intentar combatir el alcoholismo con remedio.” (10)¡No tuvo éxito!
Para el psicoanalista Luis Alberto Pinheiro de Freitas, autor de “Adolescencia, familia y drogas” (Editora Mauad), “la liberalidad de muchas familias con el alcohol es uno de los mayores problemas para la prevención: - Hace el mito de que la maconha lleva a los jóvenes a otras drogas. Más es el alcohol el que hace ese papel. Y la propia familia incentiva el consumo. Tengo pacientes, dice Alberto, que comenzaron a beber cuando el padre, orgulloso del hijo que se volvía hombre, los llamaba para drinques.” (11) Otro especialista, Federico Vasconcelos, atesta que el “alcohol genera una dolencia de larga evolución (en una media de diez años) yel abuso entre jóvenes los lleva a drogas mayores: - Una de ellas es el éctasis, encontrado en dos tipos de pastillas: la MAP (meta-anfetamina) y la MDMA (Metil-dietil- MA), esta con propiedades alucinógenas y ambas vendidas en las boteas de la Zona Sul y de la Barra de Tijuca. El adolescente se expone hoy mucho más al alcohol. Se está formando una generación de dependencia del alcohol. Más allá de los riesgos para la salud, hay peligros circular embriagados, de la violencia y de traumatismos provenientes del abuso del alcohol.” (12)
Sabemos que todo se inicia en el primer trago. Después, viene la necesidad del segundo, del tercero y el alcoholismo se instala en nuestras vidas. La sed, el sabor, la oportunidad social, las conmemoraciones, la obligatoriedad en aceptar un brindis ofrecido por un “amigo” son las muchas disculpas, en las cuales nos apoyamos para ingerir las dosis, que más tarde, serán letales. Precisamos estar atentos para no cometer exageró, abusos, y no resbalar por ese “habito social”, que puede terminar por condicionarnos a él y transformarnos en un harapo de gente, en una aljofifa humana. Se resalta que los límites entre el uso “social” y la dependencia no siempre son claros.
Lo que se ve en los hospitales, durante la autopsia del cadáver de un alcohólico crónico, es algo horripilante. El panorama interno del cadáver puede ser comparado al de una ciudad completamente destruida por un bombardeo atómico. Se mudan los tipos de bebidas: de las más populares, al alcance del trabajador brazal, a las más sofisticadas, para los hombres de “Status”. No en tanto, el hábito es el mismo, los prejuicios, iguales. En verdad el alcoholismo posee un fuerte estigma social. El número de casos ligados al abuso de alcohol, atendidos en los hospitales en Inglaterra, más que se dobló en los últimos años. “En 2007, hubo 207.800 admisiones hospitalarias victimas del alcohol, comparadas con las 93.500 en 1996, según unos relatos divulgados, recientemente, por el “Centro de Información del NHS (Nacional Health Servicie), el servicio público de la salud del país.” (13)De ese total, 57.142 casos tuvieron, como causa directa, el abuso del alcohol, como embriaguez profunda, dependencia, cirrosis e intoxicación aguda. “El estudio revelo, aun, que el 9% de esos casos envolvieron a jóvenes de 18 años y el 30% de los adolescentes de 15 años consideran aceptable haber bebido por lo menos una vez a la semana.” (14)
A pesar de los daños que el Alcohol provoca en la estructura fisiopsicosomatica, existen aquellos especialistas que alegan que “el cuerpo físico necesita de pequeñas cantidades de él”. ¡Necio engaño! Eso es, vehementemente, contestado por los Doctores Edgar Berger y Oldmar Beskow en el libro titulado: ESCLAVOS DEL SIGLO XX. Como vimos por encima, el alcohólico no es solamente un destructor de si mismo, es, también, un vehículo de las tinieblas, puente vivo para las envestidas arrasadoras del mal. Joanna de Angelis nos enseña que “a pretexto de conmemoraciones, fiestas y decisiones, no nos comprometamos con el habito de la bebida. El océano está constituido de gotitas y las playas, de innumerables granos. Liberémonos de la vulgaridad “HOY SOLO”, y cuando impelidos a los compromisos nocivos, no digamos la célebre disculpa “SOLO UN POQUITO”, por cuanto un sorbito inyecta el veneno letal, no obstante en pequeña dosis, produce muerte inmediata.” (15) (destaque mío)
En mi site, publique un artículo que escribí, en el 2005, que, antela disculpa, que procura disfrazar el habito de beber, es una leyenda que, un día, ley en un calendario, con frases y pensamientos orientales:
“Un hombre llega al líder de su religión, que prohíbe la bebida y pregunta:
-¿Gran maestro, las uvas están prohibidas?
- No.
- ¿Y el jugo de la uva es contrario a nuestra religión?
- Absolutamente.
- ¿Y si las uvas fermentaran en el agua, seremos culpados?
-De ningún modo.
- Pues al fermentar, ellas producen el vino. ¿Por qué es pecado entonces beberlo?
-Bien, respondió el Gran maestro – si yo le tiro un puñado de tierra a la cabeza, no le haré más alguno.
-¡Claro!
- Si le arrojara agua mezclada con tierra, tampoco le heriré.
- ¡Cierto!
-¿Más, si yo mezclara ese puñado de tierra co agua y lo metiera en el horno para cocer, transformándolo en un ladrillo y lo lanzase a su cabeza, qué será lo que podría acontecer? (16)
¡Vale la pena reflexionar!

Jorge Hessen
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MIEDO A LA SOLEDAD
¿Sintió usted miedo alguna vez, en la vida?
Con frecuencia escucho a la gente a sentirse confesar algún tipo de miedo. Sea miedo de quedar solo, miedo a la muerte, miedo a la soledad y otros más.
Entre los diversos matices del miedo, se destacan el miedo a la soledad, que es muy común en la sociedad de hoy.
Dice un gran pensador, que “la soledad del hombre  de la metrópoli no es la soledad que lo rodea, si la soledad que lo posee.
Hay personas que se sienten solos aun estando rodeados de gente. Por esa razón percibimos que el problema no es externo, más si de la intimidad del ser.
¿Es porque se siente solo, aun mismo no estando solo?
Tal vez la soledad se instale en el alma porque encuentre  en ella un vacio propicio   para agasajarla. Si no hubiese espacio, es bien posible que ella allí no morase.
¿Más, al final, como es que podemos llenar ese vacío y espantar la soledad?
La formula es bien simple. Es tan simple que tal vez por eso mismo nadie asegure su eficacia.
Hace casi dos milenios oímos hablar  de ella, por tanto no se trata de ningún descubrimiento reciente.
Estamos hablando de la caridad, como prescribió Jesús.
 Si abandonásemos nuestro estrecho mundo, y buscásemos en contacto  con nuestros hermanos  carentes e infelices, por cierto  llenaríamos el vacio  en nuestro interior de tal forma, que la soledad no encontraría allí espacio para acomodarse, aunque lo intentase.
Y eso acontece de forma tan natural  que, al envolvernos con los sufrimientos  ajenos, intentando aliviarlos, nos olvidamos de nosotros mismos y eso causa una satisfacción sana.
Quien aun no experimento esa terapia, inténtelo.
¡Vale la pena!  Y no cuesta nada, a no ser del esfuerzo de la voluntad firme y de la disposición de vencer la soledad.
Y en ese caso, el campo es mucho más vasto. Es fácil encontrar a alguien que precise de usted.
Sea un enfermo solitario en un hospital, una criatura en un orfanato, una persona  anciana abandonada por la familia, una madre que precise de ayuda para cuidar de los hijos, un padre desesperado con los hijos  cuya madre falleció, un estomago vacio para saciar, un cuerpo tiritando de frio para agasajar, y así en adelante…
No es otra la razón por la cual Jesús recomendó el amor al prójimo como condición para quien desea conquistar el reino de los cielos, como El mismo afirmó, está dentro de cada uno de nosotros.
¿Piense en eso!
Si usted está triste porque perdió su amor, recuerde que hay tantos que no tienen un amor para perder.
Si usted está triste porque nadie lo ama, acuérdese que el amor es para ser ofrecido y no para ser exigido.
Si para usted la vida no tiene sentido, ofrézcasela a alguien, dedicándose a los infelices que luchan por un minuto  más de existencia física.
Y si le faltan las fuerzas necesarias para luchar contra la soledad, abra su corazón  al Divino Pastor y pídale para que lo ayude en ese propósito.
Recuerde siempre que fue el propio Cristo el que aseguro: “aquel que venga tras de mí, de ninguna forma yo lanzaré fuera.
 Equipo de Redacción de Momento Espirita.

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