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miércoles, 20 de agosto de 2014

Emancipación del Alma

               EMANCIPACIÓN DEL ALMA-

         
              El dormir y los sueños. –

400 – ¿El Espíritu encarnado permanece voluntariamente en su envoltura corporal?
– Es como si preguntases si el prisionero se alegra con la prisión. El Espíritu encarnado aspira sin cesar a su liberación y cuanto
más grosera es la envoltura, más desea librarse de ella.

401 – Durante el sueño, ¿descansa el alma como el cuerpo?
– No, el Espíritu jamás está inactivo. Durante el sueño, los lazos que le unen al cuerpo se aflojan y el cuerpo no necesita del Espíritu. Entonces recorre el espacio y entra en relación más directa con otros Espíritus.

402 – ¿Cómo podemos apreciar la libertad del Espíritu durante el sueño?
– Por los sueños. Bien puedes creer que cuando reposa el cuerpo, el Espíritu posee más facultades que en vigilia. Tiene conocimiento del pasado y algunas veces previsión del futuro.
Adquiere mayor energía y puede entrar en comunicación con otros Espíritus, ya sea en este mundo, ya en otro. Muchas veces dices: He
tenido un sueño estrambótico, horrible; pero inverosímil. Te equivocas,pues con frecuencia es recuerdo de lugares y cosas que has visto o presentido de lo que verás en otra existencia o en otra época.
Estando el cuerpo entorpecido, el Espíritu se esfuerza en romper sus cadenas, inquiriendo en el pasado y en el futuro.
¡Pobres hombres, cuán poco conocéis los fenómenos más simples de la vida! Creéis ser muy sabios y las cosas más insignificantes os ponen en aprieto. Quedáis turbados con esta pregunta que os dirigen todos los niños: ¿qué hacemos mientras dormimos y qué es el sueño?
El sueño libera parcialmente el alma del cuerpo. Cuando se duerme, se está por un momento en el mismo estado en que se encuentra el hombre, de manera fija, después de la muerte. Los Espíritus que con prontitud se separan de la materia en el acto de la muerte, han tenido sueños inteligentes. Cuando duermen, se reúnen a la sociedad de otros seres superiores a ellos; viajan, hablan y se instruyen con ellos, y hasta trabajan en obras que encuentran hechas al morir. Esto debe enseñaros una vez más, a no temer a la muerte,puesto que morís todos los días, según las palabras del santo. Esto respecto de los Espíritus elevados. Pero, la mayoría de los hombres que, al morir, han de permanecer largas horas en turbación, en esa incertidumbre de que os han hablado, esos van a mundos inferiores a la Tierra, a donde les llaman antiguos afectos, o buscan quizá placeres más bajos que los que tienen y doctrinas más viles aún, más innobles,más nocivas que las que entre vosotros profesan. Y lo que engendra la simpatía en la Tierra no es otra cosa que el hecho de sentirse uno al despertar, aproximado por el corazón a aquellos con quienes se acaban de pasar ocho o nueve horas de dicha o de placer. Explica también esas antipatías invencibles el conocer en el fondo del corazón que tales gentes tienen distinta conciencia de la nuestra; porque las reconocemos sin haberlas visto nunca con los ojos. Explica asimismo
la indiferencia; porque no nos inclinamos a buscar nuevos amigos,sabiendo que tenemos otros que nos aman y nos quieren. En una palabra, el sueño influye en vuestra vida más de lo que pensáis.
Por medio del sueño, los Espíritus encarnados están siempre en relación con el mundo de los Espíritus; y por esto los superiores consienten sin mucha repugnancia en encarnarse entre vosotros. Dios ha querido que, durante su contacto con el vicio, puedan ir a renovarse
en las fuentes del bien, para que ellos, que vienen a instruir a otros,no fallen también. El sueño es la puerta que Dios les abrió para que vayan hasta sus amigos del cielo. Es el recreo después del trabajo,mientras esperan la gran liberación, la liberación final que debe
restituirlos a su verdadero medio.
El sueño es el recuerdo de lo que vuestro Espíritu ha visto mientras dormíais; pero observad que no siempre soñáis; porque no recordáis siempre lo que habéis visto. Vuestra alma no está en pleno desdoblamiento y muchas veces el sueño no es más que el recuerdo
de la turbación que se une a vuestra partida o a vuestro regreso, al cual se junta el de lo que habéis hecho o lo que os preocupó en estado de vigilia. Y de no ser así, ¿cómo explicaríais esos sueños absurdos que tiene tanto el más sabio, como el más ignorante? Los Espíritus malos se aprovechan también de los sueños para atormentar a las almas débiles y pusilánimes.
Por lo demás, dentro de poco veréis desarrollarse otra especie de sueños, que aunque tan antigua como la que conocéis, la ignoráis ahora. El sueño de Juana, de Jacob, de los Profetas judaicos y de algunos adivinos hindúes. Ese sueño es el recuerdo del alma,
completamente separada del cuerpo, el recuerdo de esa segunda vida de la que siempre os hablo.
Procurad distinguir bien estas dos especies de sueños en aquellos que recordáis; pues sin ello caeríais en contradicciones y errores que serían funestos a vuestra fe.
Los sueños son producto de la emancipación del alma, que se hace más independiente por la suspensión de la vida activa y de relación. De aquí una especie de clarividencia indefinida que se extiende a los más lejanos lugares, o a los que jamás se han visto y a veces hasta a otros mundos, así como el recuerdo que trae a la memoria los acontecimientos ocurridos en la presente existencia o en las existencias anteriores. La rareza de las imágenes de lo que ocurre o ha ocurrido en mundos desconocidos, entremezcladas con las cosas del mundo actual, forman esos conjuntos estrambóticos y confusos que parece que no tienen
sentido ni trabazón.
La incoherencia de los sueños se explica también por los claros que produce el recuerdo incompleto de lo que se nos ha aparecido mientras dormimos.
Tal sucedería con un relato del cual se hubiesen sacado al acaso frases o partes de estas, pues reunidos los fragmentos restantes carecerían de significación razonable.

403 – ¿Por qué no nos recordamos siempre de los sueños?
– Lo que tú llamas dormir no es más que el descanso del cuerpo,porque el Espíritu está siempre en movimiento. Así recobra algo de su libertad y se comunica con los que ama, ya en éste, ya en otros mundos. Pero como el cuerpo es materia pesada y grosera, difícilmente
conserva las impresiones que ha recibido el Espíritu; porque no las ha percibido por medio de los órganos del cuerpo.

404 – ¿Qué debe pensarse de la significación atribuida a los sueños?
– Los sueños no son verdaderos en el sentido que entienden los que dicen la buenaventura; porque es absurdo creer que soñar tal cosa anuncia tal otra. Pero son verdaderos en el sentido de que presentan imágenes reales al Espíritu, pero con frecuencia no guardan
relación con lo que ocurre en la vida corporal. Muchas veces, también,como ya lo hemos dicho, son un recuerdo, y por fin, pueden ser a veces, un presentimiento del futuro, si Dios lo permite, o la videncia de lo que pasa en ese momento en otro lugar, para donde se transporta el alma. ¿No tenéis numerosos ejemplos de personas que se aparecen en sueños y advierten a sus parientes o amigos lo que les pasa? ¿Qué son esas apariciones sino el alma o Espíritu de esas personas que viene a comunicarse con el vuestro? Cuándo tenéis certeza de que realmente ha sucedido lo que habéis visto, ¿no es una prueba de que
ninguna parte ha tomado la imaginación, sobre todo si lo ocurrido está muy lejos de vuestro pensamiento durante la vigilia?

405 – Con frecuencia se ven en sueños cosas que parecen presentimientos y que no se cumplen, ¿de dónde procede esto?
– Pueden cumplirse para el Espíritu, ya que no para el cuerpo,es decir, que el Espíritu ve lo que desea, porque va a buscarla. Es preciso no olvidarse que, durante el sueño, el alma está más o menos bajo la influencia de la materia y que por lo tanto nunca se emancipa
completamente de las ideas terrestres. Resulta de aquí que las preocupaciones de durante el día pueden dar a lo que se ve la apariencia de lo que se desea o teme, lo que puede verdaderamente llamarse efecto de la imaginación. Cuando se está fuertemente preocupado por una idea, se refiere a ella todo lo que se ve.

406 – Cuándo vemos en sueños a personas que viven aún, a quienes conocemos perfectamente, realizando actos en que ni siquiera piensan, ¿no es efecto de la imaginación?
– En que ni siquiera piensan, ¿qué sabes tú? Su Espíritu puede muy bien venir a visitar el tuyo, como el tuyo puede ir a visitar el suyo, y no siempre sabes lo que piensa. Además, con frecuencia,atribuís a las personas que conocéis y según vuestros deseos lo que ha ocurrido u ocurre en otras existencias.

407 – ¿Es necesario el sueño completo para la emancipación del Espíritu?
– No, el Espíritu recobra su libertad, cuando los sentidos se entorpecen y aprovecha para emanciparse todos los momentos que le proporciona el cuerpo. Desde el instante que existe postración de fuerzas vitales, el Espíritu se desprende, gozando de mayor libertad a medida que el cuerpo es más débil.
Por esto el dormitar o un simple entorpecimiento de los sentidos, ofrece a veces las mismas imágenes que el sueño.

408 – A veces nos parece oír dentro de nosotros mismos palabras claramente pronunciadas, que ninguna relación tiene con lo que nos ocupa, ¿de dónde procede esto?
– Sí, y hasta frases enteras, sobre todo cuando los sentidos comienzan a entorpecerse. A veces es el débil eco de un Espíritu que quiere comunicarse contigo.

409 – Con frecuencia, en un estado que no es aún el de dormitar,cuando tenemos los ojos cerrados, vemos imágenes distintas, figuras cuyos más mínimos detalles apreciamos. ¿Es esto efecto de visión o de imaginación?
– Estando entorpecido el cuerpo, el Espíritu procura romper sus cadenas. Se transporta y ve. Si estuviese completamente dormido,sería un sueño.

410 – A veces mientras la gente duerme o dormita tiene ideas que parecen muy buenas y que a pesar de los esfuerzos que hace para recordarlas, se borran de la memoria. ¿De dónde provienen esas ideas?
– Son resultado de la libertad del Espíritu que se emancipa y goza de mayores facultades en aquel momento. Con frecuencia, son consejos que dan otros Espíritus.
– ¿Para qué sirven esas ideas o consejos, puesto que no los recordamos ni podemos aprovecharlos?
– A veces esas ideas pertenecen más al mundo de los Espíritus que al corporal; pero lo más común es que si el cuerpo olvida, el Espíritu las recuerda y la idea acude en el momento oportuno como una inspiración instantánea.

411 – El Espíritu encarnado, en los momentos en que se desprende de la materia y actúa como Espíritu, ¿conoce la época de su muerte?
– Con frecuencia la presiente y algunas veces tiene plena conciencia, lo cual le da en estado de vigilia intuición de ella. De aquí que ciertas personas prevean a veces su muerte con gran
exactitud.

412 – La actividad del Espíritu durante el descanso o sueño del cuerpo, ¿puede hacer que éste experimente cansancio al despertarse?
– Sí; porque el Espíritu tiene un cuerpo, como el globo aerostático tiene un poste donde está atado, y de la misma forma que la agitación del globo agita el poste, la actividad del Espíritu reacciona sobre el cuerpo y puede hacerle experimentar cansancio.

CAPÍTULO VIII DEL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


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LA IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

La Doctrina espirita esclarece que cada Espíritu nace como hombre o mujer de acuerdo  con su planeamiento evolutivo, siendo que, para llegar a la Perfección  relativa,  a la que estamos destinados,  es necesario vivenciar las  experiencias  de ambos géneros.
En tiempos pasados, y aun incluso en la actualidad, los encarnados en general guardan  grandes  preconceptos  contra las mujeres, como atavismos  traídos de los periodos en los que predominaban los  instintos, habiendo  la supremacía masculina, basada en la fuerza física y en la brutalidad.
Es preciso superar esa desigualdad, que  crea la infelicidad  en la vida de más de la mitad de la humanidad encarnada, o sea, más de  tres billones de personas.
Los hombres, recibiendo  en la infancia  una orientación volcada para el coraje  a cualquier precio, muchas veces se condiciona para el resto de la vida a la poca delicadeza, a la rudeza y a la incivilización, mientras que las mujeres, por la formación equivocada, se condenan a la fragilidad,  sensualidad y futilidad. Son estereotipos negativos, que deben ser repensados tanto por los hombres como por las mujeres espiritas, para que cumplan exitosamente sus metas reencarnatorios.
Retornando al mundo espiritual, como dice el Espíritu André Luiz, se producen cambios  periespirituales  como la retracción de los órganos genésicos y digestivo, por obvios motivos.
Mientras nuestra humanidad encarnada no  comprenda que el cuerpo físico es una mera vestimenta  temporal del Espíritu, con el objetivo de su evolución, estaremos cometiendo gran equivocación como encarnados, de entre los más graves el de la  subvaloración de las mujeres.
¡Cuántos han de reencarnar en condiciones adversas a causa de errores cometidos contra la sexualidad, por el abuso de la fuerza física  y la mentalidad machista!
Es conveniente estar siempre reflexionando sobre nuestra forma de encarar esos asuntos y rever eventuales puntos de vista equivocados, mientras es tiempo para ello.
Muchos casamientos se deshacen debido a los errores de los cónyuges, que tienden a repetir los padrones antiguos de ascentrales,  cuando las mujeres eran limitadas a los trabajos domésticos, a la maternidad y a la condición de esposa, mientras  que los hombres eran proveedores  del grupo familiar, padres y maridos autoritarios e infieles.
Las impresiones negativas fijadas en la mente infantil acostumbran a servir de estigma y cliché para el resto de la vida.
Observemos  y analicemos la herencia psicológica que recibimos de nuestros padres  y madres y la que estamos transmitiendo a nuestros hijos e hijas.
En el mundo de regeneración, que se está construyendo, hombres y mujeres serán igualmente gentiles, ejercerán una profesión fuera del hogar y dividirán, inclusive con los hijos, los quehaceres domésticos.
Preparémonos, desde ya, para ese estilo de vida, que representa un gran progreso en relación al modelo injusto y perjudicial que la humanidad consagró durante milenios  en el pasado.

Luiz Guillermo Marques


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POR QUÉ, SER ESPÍRITA

El otro día un hermano hizo esta pregunta, y quedó dando vueltas en mi mente una y otra vez. En la meditación matutina del 28/1/2010 recibí esta comunicación.
Es el espiritismo una doctrina clara y sencilla. Su propósito principal es ayudar al hombre a ser mejor ser humano, y practicar la doctrina es cultivar el amor entre todos los hermanos como nos enseño Jesús.
El deber de un espirita es conocerse bien a si mismo, con sus virtudes y sus defectos para poder así, trabajar en su mejoramiento, trabajar de forma consciente para mejorar sus imperfecciones.
Para lograrlo solo es necesario dedicar todos los días un rato a la meditación y al auto análisis. A través del espiritismo, si lo practicamos sinceramente, seremos mejores hijos, hermanos, padres, esposos y amigos, seremos mejores seres humanos.
El espiritismo nos enseña que somos espíritus inmortales, que no debemos temer a la muerte, pues el espíritu sobrevive a este momento, que no es más que un tránsito hacia la vida espiritual. Que la vida espiritual es la verdadera vida del espíritu, y que en ella continuamos aprendiendo y acumulando experiencias que nos hacen mejores.
Que luego reencarnamos y ponemos en práctica lo aprendido, y en este ciclo vamos convirtiéndonos en espíritus cada vez mejores y acercándonos paso a paso a la luz Divina, al Ser creador de todo el universo, a esa energía que llamamos Dios.
Y la doctrina nos enseña que este ciclo es un camino hacia el progreso, pues Dios ha creado el universo regido por leyes naturales y el progreso es una de ellas.
Y la doctrina nos enseña también una verdad sencilla e infalible, cuya comprensión nos va a ayudar a comprender nuestras circunstancias y como podemos cambiarlas; esta verdad es la ley de afinidad, atraemos a nuestras vidas circunstancias, personas y espíritus afines a nuestros pensamientos.
Es decir, que la calidad de nuestro pensamiento determina la calidad de la energía que vibra a nuestro alrededor y con ello, lo que atraemos. De ahí la importancia de nuestra elevación moral.
Somos los artífices de nuestra vida, tenemos libre albedrío para practicar el bien o apartarnos de él; para esforzarnos cada día en ser mejores y comprender que con amor, paciencia, tolerancia, bondad, construimos un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean.
Y la Doctrina Espírita es mucho más, es la justicia de la ley de causa y efecto, que nos enseña que cada acción nuestra tiene un resultado, una consecuencia acorde con la misma, y esta consecuencia vendrá a nosotros indefectiblemente, ya sea en esta vida o en una vida futura. Y esta ley explica las desigualdades que tanto nos acongojan; y es también una luz que nos inspira a cultivar el bien.
Hay mucho mas para descubrir en la doctrina espírita, pero estas sencillas razones que hemos expuesto, bastan por si solas para decir: "Yo quiero ser Espírita"
Solcuba 
Psicografiado 28 de enero 2010
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