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martes, 10 de marzo de 2015

El primer Centro Espírita del mundo



                           CICLOS DE EVOLUCIÓN

    También se podrían llamar Ciclos de Evolución del Espíritu , que se llevan a cabo mediante la reencarnación del mismo.
Se trata de series de encarnaciones sucesivas, en número limitado, , programadas con el objetivo de conquistar y superar unas metas de evolución y progreso espiritual durante las mismas.
Por ejemplo, si la meta a lograr fuese vencer el orgullo que nos impide evolucionar, tal vez el modo de lograrlo sería programando una serie de existencias en donde alternativamente se experimente la pobreza y la riqueza, o bien experimentando otras circunstancias que den ocasión de superar ese defecto y de conquistar la virtud que se le opone, como lo es la humildad.
Estos ciclos evolutivos que nos otorga la ley del Amor contienen cada uno de ellos, un número variable de vidas humanas, y cuando este número prefijado de existencias materiales se sobrepasa sin haber alcanzado los objetivos y las metas comprometidas para ese ciclo de reencarnaciones, el dolor experimentado ante el fracaso y la falta de conquista de esas metas previstas, reconduce a intentar nuevamente su conquista mediante algunas reencarnaciones más, pero en condiciones más duras o difíciles que le lleven a querer sobreponerse del estancamiento y salir de los estados de dolor que suponen estas vidas difíciles y duras, recuperando las oportunidades perdidas.
Una vez conquistadas las metas fijadas dentro de un mismo ciclo evolutivo, desde el plano espiritual se programa otro nuevo ciclo y se fijan otras nuevas metas.
Todas las existencias humanas que forman cada ciclo de reencarnación, suelen ser programadas bajo el mismo sexo, con el fin de dejar bien grabadas en el Ser las características de lo adquirido en ese ciclo como hombre o como mujer, para después en otro nuevo ciclo siguiente de reencarnaciones, cambiar de objetivos y por tanto a veces también de sexo.
El principal objetivo a que conducen los ciclos de reencarnación con las diversas existencias humanas, es el de aprender a amar a Dios en todos los seres de la Naturaleza, apartando y venciendo los defectos espirituales que nos lo impiden.

- Jose Luis Martín -

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Todo lo que comienza tiene fin y todo lo que tiene fin, recomienza”
- Pietro Ubaldi-

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EL PRIMER CENTRO ESPIRITA DEL MUNDO
Marcus De Mario

Como el lanzamiento de El Libro de los Espíritus, en abril de 1857, y la reunión paulatina  de los adeptos de la doctrina espirita, Allan Kardec observo que el trabajo de investigación, estudio y divulgación requería la aglutinación de esfuerzos, la centralización de actividades, pues el espiritismo no era obra de el, y si de los Espíritus, a través del intercambio mediúmnico, con la contribución de los hombres, fue así que creció la idea, ciertamente inspirada por los benefactores de la creación de una sociedad espirita.
Sabedor  que el fenómeno espirita requiere, para lograr buenos objetivos, la concentración, la seriedad, el estudio, la observación, después el Codificador percibió que no podría continuar frecuentando reuniones mediúmnicas aquí y allí, habiendo necesidad de un local propio,, que recibiese la debida preparación espiritual, en la comunión de pensamientos elevados  y sinceridad de propósitos ligados al bien. Durante un año Kardec maduro la idea, converso con los compañeros adeptos a la doctrina, hasta que todo fuese organizado y pasado para el papel.
Fue así que el uno de abril de 1858, Allan Kardec inauguró en Paris, la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, el primer centro espirita del mundo.
El propio Allan Kardec, al final de la edición de mayo de 1858 de la Revista Espirita  explica la creación de la Sociedad:
“La extensión  por así decirlo, universal que toman, cada día, las creencias espiritas hacen desear vivamente la creación de un centro regular de observaciones; esa vacio se está llenando. La Sociedad, de la cual estamos  felices por anunciar  la formación, compuesta exclusivamente de personas serias, exenta de prevención, y animadas  del deseo sincero de esclarecerse, contó, desde el inicio, entre sus partidarios, hombres inminentes por el saber y posición social. Ella está llamada,  estamos convencidos, a prestar  incontables servicios para la constatación de la verdad. Su reglamento orgánico asegura la uniformidad sin el cual no hay vitalidad posible; está basada  en la experiencia de hombres  y de cosas, y sobre el conocimiento  de las condiciones necesarias  para las observaciones  que hacen el objeto de sus investigaciones. Los extranjeros que se interesan por la Doctrina Espirita encontraran, así, viniendo a Paris, un centro al cual podrán dirigirse  para informarse, y donde podrán comunicar sus propias observaciones”.
Las reuniones en su primer año de funcionamiento, eran realizadas los sábados en la Rúa  de Valois, 35, Paláis Royal, en París.
A partir de 20 de abril de 1960, la Sociedad quedó  definitivamente instalada en un inmueble  alquilado en la calle Sainte-Anne, 59, para donde también fue transferida la redacción de la Revista Espirita.
Periódicamente Kardec publicaba  un informe  sobre las actividades de la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, siendo que en abril  de 1862 ella tenía 87 asociados contribuyentes, recibiendo, una media, de 1500 visitantes por año.
En 1861, cuando se publicó El libro de los Mediums, y con la intención  de entregar a los espiritas una dirección de cómo constituir un Centro Espirita, el publica en el capítulo 30 el Estatuto de la Sociedad, que revela la preocupación del Codificador  de mantener una estructura  apoyada y calcada en los serios objetivos del Espiritismo como podemos observar en su artículo 1º

“La Sociedad tiene por fin el estudio de todos los fenómenos relativos  a las manifestaciones espiritas y su aplicación a las ciencias morales, físicas, históricas y psicológicas. Las cuestiones  de política, de controversia religiosa y de economía social le son prohibidas. Ella toma por nombre: Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas”.
Estudiar los fenómenos para conocer sus causas, y aplicar ese conocimiento en todas las ciencias, para que estas puedan transcender al vivir material y alcanzar el verdadero sentido de la vida, es el objetivo mayor de cualquier centro espirita.
Naturalmente, como cualquier obra humana, la Sociedad Parisiense de estudios Espiritas, aun mismo teniendo en su dirección el espíritu iluminado de Allan Kardec, pasó por dificultades, no solo apenas financieras,  como doctrinarias, recordando que el Espiritismo estaba en formación, más igualmente de relacionamiento entre sus miembros, más todo siempre fue superado con el uso de la fraternidad y la actuación firme del Codificador.
Conocer la historia y los objetivos de la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, el primer centro espirita organizado, es muy importante para cualquier espirita,  más aun para los dirigentes espiritas, cuando podrán  valorar los rumbos del Centro espirita que dirigen, que debe ser legitimo representante del Espiritismo.

Marcus Alberto De Mario es miembro de la Red Amigo. Es Educador, Escritor y Consultor Educacional  y Empresarial. Colabora en el Centro Espirita Humildad y Amor, de la ciudad de Río de Janeiro. Es el programador  y representante en la Radio Rio de Janeiro, la emisora de la fraternidad.
Tiene cinco libros publicados: Es preciso Amar (estudio del evangelio); Visión espirita de la Educación (educacional); Espiritismo y Cultura (estudios); Vida y Felicidad (autoayuda); El Hombre de Bien (estudio del evangelio)  y Pedagogía de la Sensibilidad (educacional)
Texto traducido al español por Merchita 

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                EL PAPEL DE JESÚS

4. El papel de Jesús no fue simplemente el de un legislador moralista, sin otra autoridad que su palabra; él vino a cumplir las profecías que habían anunciado su venida; provenía
su autoridad de la naturaleza excepcional de su Espíritu y de su misión divina; vino a enseñar a los hombres que la verdadera vida no está sobre la Tierra, sino en el reino de los cielos; a enseñarles el camino que conduce a ella, los medios de reconciliarse con Dios y prevenirlos sobre la marcha de las cosas futuras, para el cumplimiento de los destinos humanos. Sin embargo, no lo dijo todo y sobre muchos puntos se limitó a depositar el germen de verdades que él mismo declara que no podían ser comprendidas aún; habló de todo, pero en términos más o menos explícitos, porque para entender el sentido oculto de ciertas palabras, era preciso que ideas nuevas y conocimientos nuevos vinieran a dar la clave y estas ideas no podían venir antes de cierto grado de madurez del espíritu humano. 

La Ciencia debería contribuir poderosamente a la eclosión y al desarrollo de estas ideas;   será preciso, pues, dar a la Ciencia el tiempo para progresar.

                           EL ESPIRITISMO

5.  El Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar a los hombres, con pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo
corporal; nos lo presenta, no como una cosa sobrenatural, sino, al contrario, como una de esas fuerzas vivas e incesantemente activas de la Naturaleza, como la fuente de una multitud de fenómenos incomprensibles hasta ahora y relegados, por esta razón, al dominio de lo fantástico y de lo maravilloso. Es a estas relaciones que Cristo hace alusión, en diferentes circunstancias y por esto muchas de las cosas que dijo permanecieron ininteligibles o fueron falsamente interpretadas.

El Espiritismo es la clave con que todo se explica fácilmente.

6. La ley del Antiguo Testamento está personificada en Moisés y la del Nuevo Testamento está personificada en Cristo; el Espiritismo es la tercera revelación de la ley de Dios, pero no
está personificado en ningún individuo, porque es producto de la enseñanza dada, no por un hombre, sino por los Espíritus, que son las voces del cielo, en todas las partes de la Tierra y por una multitud de innumerables intermediarios; es, en cierto modo, un ser colectivo que comprende el conjunto de los seres del mundo espiritual, viniendo cada uno a traer a los hombres el tributo de sus luces para hacerles conocer aquel mundo y la suerte que en él les espera.

7. Así como Cristo dijo: “Yo no vine a destruir la ley, sino a darle cumplimiento”, el Espiritismo dice igualmente:
“Yo no vine a destruir la ley cristiana, sino a cumplirla”. No enseña nada contrario a la que Cristo enseñó, pero desarrolla, completa y explica, en términos claros para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica; viene a cumplir en los tiempos predichos, lo que Cristo anunció y a preparar el cumplimiento de las cosas futuras. Es, pues, la obra de Cristo, que él mismo preside, así como a la regeneración que se opera y prepara el reino de Dios en la Tierra como igualmente lo anunció.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
ALLAN KARDEC.
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