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domingo, 29 de marzo de 2015

Cuerpo, Alma y Espíritu



Saludo matinal
Lunes 30 de Marzo de 2.015

Queridos amigos, hola buenos días, bendigamos al Señor, démosle las gracias, por el nuevo día,  y analicemos  las riquezas espirituales que  tenemos en nuestro patrimonio espiritual, si  somos medianeros, puentes entre los dos planos de la vida, analicemos un poco, que pensamos  o cual es el valor que le damos a la mediúmnidad, a la facultad que Dios nos ha concedido.
 El concepto que se tiene sobre el ejercicio de la mediúmnidad es variado, uno de ellos, es el de los que piensan que es una pesada cruz para sus portadores. Desconociendo  los valores  que tipifican la facultad, evitan el ejercitarla, por temer la carga aflictiva en los ensayos  que no desean  añadir a sus vidas
Es totalmente  destituida  de legitimidad  la liviana información, desde que la mediúmnidad es una facultad neutra, por medio de la cual  se comunican  buenos como malos Espíritus, dándose hermosos  o aflictivos fenómenos  de variado contenido.
Los dolores que parecen acompañar a los médiums que se aficionan  al trabajo del bien en la Tierra tienen su origen en sus existencias  pasadas, sin ningún  compromiso  con la facultad.
En el caso que no ejerza el ministerio, los mismos padecimientos los alcanzarían, convocándolos a la reparación de los delitos antes perpetrados, en razón de la carencia afectiva, que no les proporcionó la liberación que se da mediante la acción de la solidaridad, del amor, de la caridad…
La mediúmnidad ejercida con responsabilidad disminuye el rescate  de aquellos que se encuentran comprometidos con las Soberanas Leyes, en razón de las admirables contribuciones de que se hacen portadores, atendiendo a los sufridores de ambas esferas de la vida: la material y espiritual.
A semejanza de otras facultades del alma, que el cuerpo reviste de células para atender a los objetivos a que se encuentran vinculados,  no pocas veces sus portadores experimentan desafíos que hacen parte  de su programa evolutivo.
Acepta con naturalidad y de forma consciente, la mediúmnidad  que alarga los horizontes  de las percepciones humanas  a respecto de los valores existenciales, contribuyendo con elevación  para la comprensión de la inmortalidad, de los objetivos de la jornada física que deben ser realizados en clima de alegría y de gratitud a Dios.
Transformar  la actividad en un verdadero mediunato es el deber de todo aquel  que se encuentra convocado para ejercitar la peregrina facultad que honra su existencia.
Lógicamente, transformándose  en un puente entre las dimensiones física y espiritual, despierta animosidad de los Espíritus infelices que se complacen en generar obstáculos al progreso general.
No obstante, su desempeño fiel  y a su abnegación, en la aspiración a que se entrega  consigue  la simpatía de los Espíritus nobles que pasan a auxiliarlo, inspirándolo en todos los lances de la trayectoria existencial.
¡Nunca temas al mal!
En el ejercicio saludable de la mediúmnidad responsable, vincúlate al compromiso de forma dinámica, concienciándote de su significación, así como de los beneficios que pueden derivar en la ejecución de la actividad iluminativa.
Procura estudiarte de manera que puedas profundizar  observaciones en torno de quien eres, de tus  objetivos esenciales, de tus reacciones  en relación a los acontecimientos existenciales, a fin de  de identificarte con la propia realidad.
Mediante ese comportamiento, percibirás  las influencias que proceden de los desencarnados, pudiendo filtrarlas y exteriorizarlas con fidelidad, sin conflictos internos.
La existencia terrena no constituye un paseo al país de la fantasía, aunque muchos desavisados así la consideren.
Asume la responsabilidad de vivir dentro de los padrones educativos propuestos por las leyes de la evolución, cogiendo los óptimos frutos de la harmonía y del bienestar.
Honrado por la oportunidad de ser operario mediúmnico en la siembra de Jesús, trabaja para corresponder a la expectativa, permaneciendo  fiel hasta el fin de la jornada, sin angustia y sin aflicción.
Mediúmnidad es bendición. Disfrútala con alegría, ayudando siempre.
Amigos os deseo un feliz lunes, con mucho amor y cariño Merchita
Extraído del libro de Divaldo Pereira Franco “Entrégate a Dios”


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El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la  adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse  en su ayuda - 
 Oliver Goldsmith

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VALORES


Enorme grupo de almas humanas  se vienen arrastrando  del atraso por la  ignorancia, hace largo tiempo, conforme a las posiciones mentales en que se aprisionan.

¿Cuántos son aquellos que nunca se sienten en buenas condiciones para las actividades nobles de la vida?

¿Cuántos son  los que juran no ser capaces de estudiar, de hablar en público ni en privado, de escribir una carta o un billete siquiera?

¿Y los que firman no saber conversar con naturalidad; no saber discutir sobre las propias ideas, con lucidez, junto a quien piensa diferente?

Es grande la cantidad de gente que sigue diciendo, con toda convicción, que no sabe dirigir un automóvil, que no sabe cocinar una mínima alimentación para si misma, que no sabe organizar sus aposentos, y así en adelante.
Lo que se muestra muy extraño en esos cuadros es que raros, de entre esos individuos, hacen esfuerzo para aprender lo que no saben, para superar las propias limitaciones, como si el simple hecho de garantizar que no saben les diese alguna satisfacción.

Quien sabe hasta por no darse cuenta de la importancia de salir de las telas de la ignorancia, a fin de penetrar intensamente en el clima de la vida.

Algunos alegan, “gloriosos”, que no entienden matemáticas o geografía. Hay los que detestan los estudios de psicología, otros, los de historia.

Varios no entienden nada de la biología, en cuanto un gran número no se interesa por la propia lengua con la que se expresa, desmoralizado en las reglas más mínimas.

La condición de no saber parece inalterada para mucha gente,  que no ve cualquier importancia en saber eso o aquello, ya que siempre vivió sin saber.

Alegan unos, “nunca me gusto”, “nunca consigo entender”, “no quiero ni saber”, en cuanto a otros exageran: “no quiero ni saber y tengo rabia a aquellos que saben”.

Sería muy importante, para el progreso individual, que cada cosa no sabida fuese buscada, desde que presentase verdadero valor para la existencia.

Seria valioso si la ignorancia no fuese un desastre intelectual y moral consentido, mantenido y cuidado por esos guardianes del atraso llamados acomodación, mala voluntad, desinterés…

La cuestión es bien otra, como se puede verificar.

Cada uno, en el nivel en que se halla, debería buscar superarse, procurando conquistar los elementos en torno del campo de actividades y relacionamientos en que se mueve.

Alguien que consiga hablar mejor, comunicándose mejor, entenderá mejor y, sin duda, se sentirá mejor ante sí mismo.

Aquel que pueda localizarse en el mundo, sabiendo quien es, donde se encuentran y como son sus vecinos geográficos, posiblemente vivirá mejor.

Quien consiga comprender los episodios vividos por su sociedad, pueden asociar con ocurrencias pasadas de esa misma comunidad, indudablemente tendrá otra visión del mundo, y, así, vivirá con más lucidez.

Solamente con la conciencia de cuanto es importante evolucionar para Dios, sea por el conocimiento de las cosas de la tierra, sea por  medio de las cosas del Cielo, la persona conseguirá progresar superando sus límites.

Valorizándose e imprimiendo en su derrotero terrestre el progreso esperado, que no viene de Dios “de gracia”, más viene de Dios para aquellos que hacen su parte, usted contará, solo entonces, con la ayuda celeste.
No se desmerezca, mostrándose siempre incapaz.

Dispóngase a leer un periódico, una revista, un libro. Aprenda a preguntar a quien estudió a su frente,  de modo a entender mejor.

Desenvuelva el gusto por palestras sobre cuestiones que a usted le gustaría conocer o entender mejor.
Cultive el interés por los filmes, por el teatro, por todo lo que le permita obtener otros ángulos de la vida o los misterios de Dios.

Haciéndolo así, descubrirá, por fin, como es de bueno investigar a través de horizontes más amplios, como es de bueno aumentar luz para andar con seguridad y firmeza por los caminos humanos.

Esperando que os guste, con mucho amor y cariño de vuestra amiga
MERCHITA

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Cultivar estados mentales positivos como la generosidad y la compasión decididamente conduce a una mejor salud mental y a la felicidad”


(Dalai Lama) 

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                 Cuerpo, Alma y Espíritu
Es muy complicado para la mente humana comprender la persona de Dios. Es difícil, a través del razonamiento, entender cómo Dios puede ser al mismo tiempo Padre, Hijo y Espíritu Santo, son cosas que sólo se pueden creer a través de la fe y la revelación.
Pero no nos engañemos, el hombre es también otro de los grandes misterios. La Biblia explica que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por esa razón nuestro ser es también tripartito, ya que en una misma persona, encontramos Cuerpo, Alma y Espíritu.
En la misma naturaleza encontramos, como ejemplo, el agua, que puede manifestarse en tres diferentes estados, sin dejar de ser agua: en forma líquida, en vapor si la hervimos, o en hielo si la congelamos.
Así pues, cuando Dios creó al hombre, lo hizo de manera perfecta, y lo hizo: Cuerpo, Alma y Espíritu.
1- El Cuerpo: Se refiere a nuestra persona física. En él se encuentran los cinco sentidos, para relacionarnos con el mundo que nos rodea. Es la imagen de quiénes somos y de cómo somos. En nuestro cuerpo, se encuentra el Alma y el Espíritu.
2- El Alma: Está compuesta por la mente, la voluntad y las emociones. En el alma es donde se libran nuestras más terribles batallas personales, ya que a la hora de tomar decisiones, de comprender y entender conceptos y principios, nuestras ideas, experiencias, recuerdos y sentimientos tanto positivos, como negativos, afloran e influencian el ejercicio de nuestra voluntad. El alma es el centro operativo desde el que nos relacionamos con los demás e interpretamos sus actos, palabras como así también las circunstancias que nos rodean de una manera personal, individual y por supuesto única. Es muy importante que nuestra alma actúe y funcione de una manera equilibrada entre los conceptos, verdades, valores, principios, etc. y las emociones y sentimientos que tenemos y experimentamos constantemente. Son muchos los que opinan que la razón siempre debe prevalecer sobre las emociones, pero si me permiten, yo les sugiero que las verdades que creemos y vivimos convivan en armonía con las emociones y sentimientos que ellas mismas generan. Creo que si conseguimos vivir así, nos sentiremos mucho mejor y más felices a la hora de tomar decisiones.
3- El Espíritu: Es la parte del ser humano diseñada para establecer una relación con Dios. Como parte del Espíritu, podemos destacar la conciencia, que podríamos definir simplemente, como esa capacidad de oír la voz de Dios, animándote a hacer el bien, o advirtiéndote que no te apresures a tomar una decisión que puede ser fatal. Una de las reacciones del espíritu la vemos claramente cuando ante cualquier peligro sea cual sea nuestra creencia religiosa, clamamos a Dios para que nos proteja, ayude o salve. En el espíritu del hombre se encuentra también toda el área dedicada a la adoración y a reverenciar a Dios. ¿Sabes que tú puedes tener una relación o amistad auténtica con Dios? Él está permanentemente a tu lado, esperando que le permitas obrar en tu vida.
La Biblia dice que él está llamando a la puerta y que si le abrimos, entrará y cenará con nosotros. Tú puedes experimentar ese gran milagro de cenar con Jesucristo durante el resto de tu vida. Esa es la voluntad de Dios, habitar en el corazón de los hombres. ¿Qué es lo que tienes que hacer?  NADA, Él ya lo hizo todo, sólo abre la puerta de tu corazón y déjale hacer.
Ahora que conoces el propósito de Dios para tu vida, Él va a estar insistiendo, hasta el último segundo, que permanezcas con vida. Por supuesto Él no te va a obligar. La decisión es tuya. Puedes hacerlo en este momento o cuando quieras, pero asegúrate de que no es demasiado tarde y te pierdas el mejor regalo de toda tu vida. 
Si quieres, puedes hablar libremente con Él y decirle algo así: Jesús entra en mi corazón, quiero conocerte y ser tu amigo, obra en mi vida. Perdóname y límpiame por haber vivido de espaldas a Ti. Te necesito para poder entender cuál es el sentido de mi existencia.
  JOSE LUIS PRIETO
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NOTA PARA LOS AMABLES LECTORES Y SEGUIDORES DE ESTE BLOG :
POSIBLEMENTE HASTA EL PROXIMO JUEVES O VIERNES  NO PODRÉ VOLVER A PUBLICAR DE NUEVO EN ESTE BLOG, POR MOTIVOS FAMILIARES. 
Disculpadme por las molestias: Jose Luis Martín

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