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jueves, 29 de enero de 2015

El Espiritismo abolió la esclavitud

¿EXISTE DIOS?


Se cuenta que Buda, el gran líder religioso, estaba reunido con sus discípulos cierta mañana, cuando un hombre se aproximó y preguntó:

- ¿Existe Dios?

El maestro penetro en la mirada del desconocido por algunos segundos y respondió objetivamente:

- Si, Dios existe.

El tiempo pasó y, después del almuerzo, otro hombre se acercó al sabio y preguntó:

- ¿Existe Dios?

Buda miro al hombre rápidamente, y luego le respondió:

- No, no existe.

Al final de la tarde, entonces, una tercera persona llegó hasta él, y le hizo la misma pregunta:

- ¿Maestro, existe Dios?

El sereno y experimentado sábio buscó los ojos del preguntador, y explicó:

- Usted es quien irá a decidir.

El hombre se aparto pensativo y luego los discípulos de Buda le exigieron explicaciones:

¡Maestro, que absurdo! – dijo el más sorprendido de ellos - ¿cómo el señor da respuestas diferentes para la misma pregunta?

Con paciencia y tranquilidad, respondió entonces el iluminado:

- ¡Porque son personas diferentes! Y cada una de ellas se aproximará a Dios a su manera: a través de la seguridad, de la negación y de la duda.

El fundador del budismo estaba seguro: somos personas diferentes, almas que ya vivieron las más diversas experiencias a través de las numerosas existencias.

Así, cada uno de nosotros irá a aproximarse a la verdad a su forma.

Y esta es una de las razones por la cual encontramos en el mundo religiones diferentes, creencias distintas, y las más diversas formas de interpretar la verdad.

Cada una de esas interpretaciones se aplica a un grupo de espíritus, conforme sus necesidades en aquel momento de su evolución.

Es por esa razón que no podemos criticar las creencias que divergen de la nuestra, pues cada uno encontrará la verdad de una manera y cada uno encontrará la religión, la doctrina que le llenará el alma, que le complete, que le consuele.

No podemos jamás tener la pretensión de que la nuestra sea la mejor creencia.

Ella es la mejor sí, para nosotros, para nuestros anhelos, para nuestras necesidades personales, pero nunca tendremos el derecho de imponer, de convertir a alguien a la fuerza, a la doctrina que abrazamos.

Es muy importante recordar la lección de Buda, que nos invita a la reflexión, y al cambio de actitud en relación a la libertad de creencia.

Cada uno de nosotros se aproximará a Dios a su manera: a través de la seguridad, de la negación, o de la duda.

¿Usted sabía?

¿Usted sabía que Kardec, en la primera obra de la codificación, pregunta a los espíritus por qué señal se podrá reconocer la religión que realmente sea la expresión de la verdad?

La respuesta de los espíritus fue la siguiente:

“Será aquella que hiciera más hombres de bien y menos hipócritas, quiere decir, practicantes de la ley de amor y caridad en su mayor pureza y en su más larga aplicación.”

Texto del Equipo de Redacción del Momento Espírita, basado en el libro Maktub, de Paulo Coelho, 1ª edición y en “El Libro de los Espíritus”, Allan Kardec, pregunta 842.

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Si no te gusta lo que recibes de regreso, revisa muy bien lo que estás dando. Anónimo

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CÓMO EL ESPIRITISMO 

ABOLIÓ LA  ESCLAVITUD


Mucho se ha dicho y escrito respecto al papel que desempeñó el Espiritismo en la proclamación emancipadora. Bien sabido es que Roberto Dale Owen y otros espiritistas eminentes, escribieron con frecuencia al Presidente Lincoln sobre la liberación de los esclavos. Con todo, no recordamos haber leído narración alguna sobre un acontecimiento importantes tan coordinada y autorizada como la que sigue, tomada de un tratado que publicó “The Medium and Saybreak” de Londres, nº 408, de una lectura de J. M. Puebles, quien dijo:
Otro ejemplo tengo de los usos del espiritismo. Me refiero a los medios que influyeron en la mente de Lincoln, dando por resultado la emancipación de cuatro millones de esclavos. Conozco personalmente a los hombres y a los médiums. S. P. Kase, Esq., es uno de los reyes de los caminos de hierro americanos, que ha ayudado a la construcción de cinco líneas férreas y sido a la vez presidente de dos de ellas. Este caballero al visitar la ciudad de Washington D. C., en otoño de 1863, durante nuestra guerra civil, estaba paseando a lo largo de la avenida de Filadelfia, cuando acertó a ver el signo suspensivo del médium Mr. J. B. Conklin, y oyó al mismo tiempo una voz que decía: “Vaya V. a ver a Conklin; está en las habitaciones que ocupaba V. doce años ha” Allá se encaminó Mr. Kase y encontró a Mr. Conklin en un estado semi-anormal, dirigiendo al presidente Lincoln una carta escrita bajo la influencia de los espíritus. Mr. Conklin dijo: “Llega V. a tiempo, necesito que lleve esto al Presidente”
“Bien, contestó Mr. Kase, no hallo inconveniente, si V. quiere acompañarme”
Fueron los dos a la casa presidencial y, como Mr. Kase se hubiese dejado olvidada su tarjeta de visita, envió por el criado su nombre, S. P. Kase, que el presidente tomó por S. P. Chase, miembro entonces de su gabinete. Introducidle, dijo. Al entrar en el salón, explicose fácilmente el error, atribuyéndolo a descuido por parte del criado.
Tome V. asiento, dijo el presidente a Mr. Kase. Le conozco a V. mucho, y aprecio la utilidad que prestan sus caminos de hierro, transportando nuestras tropas al Sur.
Después de conversar un rato sobre los ejércitos combatientes y la situación del país, Mr. Kase dijo: “Tengo una carta para V. Sr. Lincoln, y se la alargó. Leyola y releyola el presidente hasta que se volvió hacia Mr. Kase, diciéndole: “Es muy extraño. En esta carta se afirma que procede de los espíritus, de los padres de nuestra nación. ¿Sabe V. algo respecto a Espiritismo?
Oh! Sí, replicó Mr. Kase: me han llamado espiritista durante algunos años, y a la voz y guía de los espíritus debo ciertamente mi éxito financiero.
Las inteligencias espirituales solicitaban en la carta algunas conferencias personales con el Presidente, por conducto del médium de ellos. Arregláronse las cosas, y Mr. Conklin se hospedó en la mansión presidencial cuatro domingos seguidos. El resultado exacto de estas sesiones no se conoce, y sí sólo que la emancipación fue inmediatamente bosquejada en las reuniones del gabinete. Poco tiempo después el Presidente con su señora, el juez Wattles, el ex gobernador Smith y otros varios personajes políticos eminentes tuvieron una sesión en casa de Mr. Laurie, caballero muy conocido en Washington, y cuya hija, la señorita Jonng, es el célebre médium en presencia de quien el piano ha sido levantado bajo la acción de los espíritus, mientras ella lo estaba tocando.
Durante esta sesión un joven médium fue presentado por uno de los padres de la República y se dirigió al presidente Lincoln hablando del modo más atrevido y elocuente sobre la dirección de la guerra, la senda política que debía seguirse y la importancia de que saliera inmediatamente una proclamación en cuya virtud quedarán libres todos los esclavos de la nación. Voy ahora a leer la sustancia de lo que dijo el espíritu, según me lo ha contado Mr. Kase.
“Usted, señor, como Presidente de la República, ha sido llamado al puesto que ocupa para un objeto importantísimo. El mundo no sólo gime bajo el peso de la esclavitud mental y espiritual, si no que cuatro millones de hombres hechos a imagen de Dios están sufriendo la esclavitud material. Su yugo debe romperse, cortarse sus cadenas y ser libre el que está esclavizado físicamente para que pueda volver a su centro vuestra nación. En tiempo de Washington sembráronse los gérmenes de la libertad en los bosques del oeste, y están ahora próximos a dar preciosos frutos. Esta república va a la vanguardia de las naciones en la senda del pensamiento libre, pero ese punto oscuro, esa plaga de la esclavitud mancha su bandera. Este mal nacional debe destruirse. Un congreso espiritual vela por los asuntos de esta nación. La guerra civil no cesará, no se pronunciará el grito de victoria a través del norte, ni retumbará a lo largo de los valles del sur; el ramo de olivo de la paz no ondulará sobre vuestros campos, vuestros lagos, vuestras montañas, hasta que expidáis la proclamación de libertad, proclamación que hará libres para siempre los millones de esclavos de vuestro perturbado país.”
Los espíritus repitieron eso sustancialmente en las sesiones siguientes y en menos de tres semanas desde la recepción de esos mensajes espirituales del Congreso de Espíritus, el Presidente Lincoln publicó la gran proclama de la Emancipación.
A partir de ese tiempo veinte batallas se libraron y cada batalla, a excepción quizá de alguna escaramuza sin importancia, fue una victoria para el norte. El Presidente Lincoln, el orgullo de América, no era un sectario, ni un fariseo encerrado dentro de su credo, sino un gran defensor de la humanidad, que vivió libre-pensador y murió espiritista. El mundo de los espíritus es el mundote las causas, y ese Congreso de Espíritus, esas influencias espiritistas, en una palabra, el Espiritismo abolió la esclavitud en América. (Traducción del inglés de B. S.)

Texto extraido de la “REVISTA DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS” Febrero de 1879, BARCELONA.
Aportación de  Angela Rodríguez
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Estando los hombres en expiación en la Tierra, Dios, un buen padre, no los dejó entregados a sí mismos, sin guías. Primero tienen sus espíritus protectores o ángeles guardianes, que velan sobre ellos y se esfuerzan para conducirlos por el buen camino; tienen, además, a los espíritus en misión en la Tierra, espíritus superiores encarnados de tiempo en tiempo entre ellos para iluminar el camino con sus obras y hacer avanzar a la Humanidad. Además de haber grabado Dios su ley en la conciencia, creyó un deber, formularla de manera explícita; les envió primero a Moisés; pero las leyes de Moisés eran apropiadas a los hombres de su tiempo; no les habló sino de la vida terrestre, de penas y de recompensas temporales. Cristo vino enseguida para completar la Ley de Moisés por una enseñanza más elevada: la pluralidad de las existencias, la vida espiritual, las penas y las recompensas morales. Moisés les condujo por el temor, Cristo por el amor y por la caridad.
- El Espiritismo en su más simple expresión-

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CUADROS DE OBSESIÓN

En la Tierra, el amor es, todavía, hijo de la inmediatez y de los intereses, no  siempre arrimados a la nobleza de los sentimientos elevados, celando por la criatura querida.

Más siervo de la sensación que amigo de la emoción, se convierte en el arquitecto de tragedias  que disimula con arremetidas sentimentalistas, evadiéndose cuanto más  de él se necesita.

La saludable fraternidad no medrando en los corazones,  como seria de desear, responde por la falta de preparación de las criaturas para los acontecimientos  más graves y nobles, entre los cuales el amor asume un papel preponderante.

La existencia física, en la Tierra es un eslabón de inmensa cadena atando a la criatura a la Vida, o se convierte en un peldaño de larga escalera colocada en dirección a lo alto…

Considerando que la Revelación Espirita viene  hoy concienciando a los hombres sobre su realidad espiritual, las leyes  Kármicas que rigen la vida, y los deberes morales que deben ser tenidos en cuenta, la vivencia evangélica  como pauta  de comportamiento,  aun así, nos  enfrentamos  con criaturas  distraídas que esperan recibir sin dar, merecer sin hacer cualquier esfuerzo, para conquistar valores íntimos. Cuentan con el perdón para las faltas, pero no las disculpan en el prójimo; esperan cariño, que no les gusta retribuir, admiran el trabajo, si bien solamente en palabras, desde que no se dedican a el; teorizan sobre innumerables cosas, no yendo  más allá del verbalismo… Como es comprensible, se engañan, pero no convencen a nadie.

Billones de seres microscópicos, individualizados, trabajan para el comando de la mente, que retrata  las adquisiciones anteriores,  en la condición de conquistas  o deudas, ajustados perfectamente  a los implementos vibratorios del alma, emite y capta  irradiaciones específicas, en la forma de oscilaciones  electromagnéticas, que componen el cuadro de la individualidad humana…

En razón de la conducta mental,  las células son estimuladas  o bombardeadas  por los flujos de los intereses  que le placen, promoviendo la salud  o siendo la génesis de los desequilibrios que derivan de la falta de armonía. En estado de mitosis, esas unidades, degeneran,  ofreciendo campo a las bacterias patológicas que se instalan  venciendo los factores  inmunológicos, que por las hondas del mal humor, pesimismo, rebeldía, odio, celos, envidia, lubricidad y vicios son desactivados o debilitados transformados  en poderosos  agentes de la perturbación y del sufrimiento.

Existen obsesos  porque hay deudas que rescatar. La obsesión resulta del connubio  por afinidad de ambos compañeros.

El reflejo de una acción genera otro reflejo equivalente, cuando una actitud arremete recibe una respuesta de violencia, por el contrario, si el endeudado se presenta lleno  de sanas intenciones con vistas al resarcimiento del debito encuentra benevolencia  y comprensión para recuperarse.

La culpa consciente o inconscientemente  instalada en el domicilio mental, emite  ondas que sintonizan con  inteligencias enfermas, habilitándose a mórbidos intercambios.

En el caso especifico de las obsesiones entre encarnados y desencarnados, identificando la irradiación enfermiza el desencarnado  del endeudado, por ser también infelices, inician  el cerco al adversario pretérito,  a través de imágenes, mediante  las cuales se hacen notar, sin necesitar las palabras para ser percibidos, insinuándose insistentemente hasta establecer el intercambio que pasan a comandar…

La mente, viciada y aturdida por las ondas perturbadoras que capta del obsesor, pierde el control armónico, automático sobre las células, facultando que las bacterias patológicas proliferen, dominadoras. Tal desarmonía propicia la degeneración celular en forma de cáncer, tuberculosis, lepra y otras enfermedades complejas que la Ciencia viene estudiando.

Solamente el radical cambio de comportamiento del obseso resuelve, definitivamente, el problema de la obsesión.  Sin ejercicios de reflexión profunda, sin hábitos de edificación saludable del bien en si mismos; sin la constante oración como intercambio de fuerzas parafisicas, el hombre derrapa en actitudes imprevisibles, dirigiéndose hacia la mentirosa trampa  del suicidio. Excitados en una profunda  depresión, saltan  en el largo derrotero de la alineación en cuadros neuróticos, sicóticos, esquizofrénicos…

Al principio, se manifiestan como una idea que se insinúa. Otras veces, son un relámpago fulgurante en las oscuras noches de los sufrimientos, como solución libertadora.

Posteriormente, se hacen fijación del pensamiento infeliz que se adentra,  dominando  los cuadros de la mente y comandando el comportamiento, surgiendo en forma de ser el suicidio la mejor actitud, como la más correcta solución ante los problemas y desafíos.

La obsesión es clamorosa  enfermedad social que domina el pensamiento moderno, que desborda del imperio de factores disolventes, elaborados por la  mecánica  del materialismo simulado de idealismos voluptuosos, que incendian mentes y anestesian sentimientos.

La reflexión y el examen  de la supervivencia del espíritu, el posicionamiento en una ética cristiana, el estudio  de la ciencia y de la filosofía espirita, constituyen directrices seguras para conducir la mente  con equilibrio, preservando  las emociones con las cuales el hombre se equipa con seguridad para el proseguimiento en la escala evolutiva.

Cada suicida en potencial necesita, ciertamente, del apoyo fraternal, terapia espiritual, comprensión moral de cuantos le rodean  y asistencia médica especializada.

Todo tratamiento quirúrgico, aunque es una oportunidad para la recuperación del paciente, es una delicada incursión en el organismo, cuyos equipamientos tienen su propia mecánica de creación, imprevisibles muchas veces.

La anestesia, por otro lado, no obstante las bendiciones de que es portadora, puede generar consecuencias y secuelas no esperadas; cualquier  descuido, por tanto, puede ser factor de daños irreversibles o también muertes indeseadas.
El pasado es pesado carga que no siempre se consigue conducir como es deseable. Frecuentemente, muchos reinicio de actividades para la redención culmina en agravamiento de debitos que solamente las expiaciones lenitivas consiguen ajustar mediante procesos más drásticos  para el ser espiritual.

El mundo mental, constituido por ondas que se mueven en franjas vibratorias especificas, faculta la sintonía de aquellas otras de la misma frecuencia, facilitando  la identificación entre las criaturas, en el mundo físico, de estas con los desencarnados y entre  estos últimos.

Somos el resultado  de las experiencias  adquiridas por la vivencia en el campo de la evolución. Hay un largo camino que quedó detrás, recorrido con dolor y sombras, sin embargo, al frente se abre, un inmenso trecho virgen para recorrer. Nadie consigue alcanzar el éxito, sin romper las cadenas  con la retaguardia en la cual están las marcas de nuestro transito… Olvidados de vivir  desde ayer las leyes del amor establecidas por los Códigos de la vida, nos hicimos verdugos del prójimo, en la caza  del placer exorbitante y el poder alucinado, ofreciendo culto  al personalismo y a los vicios en que nos ejercitamos ampliamente, sin intentar  vencer los instintos más primarios. Para conseguir lo que nos agradaba, no vacilábamos en herir, ofender, destruir, traer la infelicidad.

Renovando el paisaje mental, sin embargo, con las almas mutiladas  por los delitos practicados, cambiamos la forma de  pensar, pero no la de actuar.  La arrogancia y la presunción, generadoras de la prepotencia, no se subordinan a la genuina humildad ni al servicio fraternal desinteresado. Los que se reencarnan, olvidan  a aquellos que les padecieron la impiedad y se arrojan  a nuevas aventuras constrictivas, comprometiéndose más y lanzando debitos adelante, que los sorprenderán  en el futuro, aun cuando parezcan olvidados…

Los actos infelices, deliberadamente practicados, en razón de la fuerza mental que necesitan, destruyen los sutiles tejidos del periespiritu que, resintiéndose por la desarmonía, dejaran matrices en la futura forma física, en la cual se manifestará las deficiencias purificadoras, y la caída del tono vibratorio especifico permitirá que los implicados en  los hechos, en el tiempo y en el espacio, próximos o no, se vinculen por el proceso de una sintonía automática, de la que no podrán evadirse. Ahí se establecen las enfermedades  de variada importancia. Los factores inmunológicos  del organismo, padeciendo  la arritmia  vibratoria  que los envuelve, son vencidos  por bacteria, virus  y toda suerte de microbios patológicos,  que más tarde se desarrollan, siendo la génesis  de las enfermedades físicas. En el área mental, por su parte, los conflictos y amarguras, los, los odios acerbos, las ambiciones delirantes y los tormentosos delitos ocultos,  en el momento  de la reencarnación, por estar insitos en el Espíritu endeudado, responden  por las más variadas alteraciones psíquicas  y alineaciones. Añadamos a estas predisposiciones  la presencia de los cobradores desencarnados, cuya acción mental encuentra perfecto  acoplamiento en el paisaje psicofísico de aquellos a quien persiguen, y tendremos la presencia de la constricción  obsesiva. Es rara la enfermedad  que no cuente con la presencia  de un componente espiritual, cuando no sea directamente  este su efecto. El cuerpo y la mente reflejan  la realidad espiritual de la criatura.

Hay enfermedades  y enfermedades.

Las primeras, ya se conocen  varias patogénesis, son sabidos  y estudiados  sus innumerables factores propiciatorios. Las segundas, son  aquellas  en las cuales los enfermos, dotados  de sensibilidad mediúmnica más aguzada, absorben fluidos desarmonizados  y destructivos  de Espíritus  desencarnados con los cuales se vinculan; dando campo a una vigorosa sintonía que permite la transmisión de las sensaciones y dolores de los segundos para los que le sufren la acción, afligiendo y sometiendo las resistencias  en estos que; si no son atendidas en tiempo, se convierten en enfermedades  reales, a tenor de las razones  ya expuestas. Se convierten  en verdaderos fenómenos  de incorporación,  igual que ocurre  en la psicofonía atormentada y consciente, este hecho es más  habitual de lo que se piensa.  Solamente cuando el hombre  se de cuenta  de la finalidad de la vida en la Tierra, y procure modificar  sus actitudes, es que se renovará el paisaje  que, de momento, se le hace campo de conquistas al peso del dolor  y de la amargura; ya que todavía no le place crecer por el amor, ni por el  deber para con el Bien.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del Libro de Divaldo Pereira Franco: Cuadros de la Obsesión” (1ª) parte

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