RECICLANDO LA MALEDICENCIA
La inmensa mayoría de los hombres, no está en condiciones de medir su valor por sí mismo. Necesita medir su propio valor por la falta de valor en otros(....) Quien tiene bastante luz propia no necesita apagar o disminuir las luces de los otros para poder brillar.
Uno de los mecanismos de la maledicencia es que cuanto más veo como otro está equivocado, como el otro es imperfecto, como el otro es condenable, mejor me parezco en comparación con él.
La maledicencia es la forma que encontramos de sentirnos mejores moralmente, sin evolucionar efectivamente, disminuyendo el brillo del otro. Se trata de una ilusión, como si estuviésemos en una compretición para elegir quien es mejor, quien es más evolucionado, quien es dueño de la verdad. La maledicencia, en el fondo muestra en cuanto nos sentimos amenazados, porque quien precisa rebajar, en verdad se siente disminuido, inseguro, inferior, aunque no perciba ni reconozca eso.
Cuando estamos en paz, buscando verdaderamente nuestra transformación personal, no precisamos rebajar a nadie. Cuando estamos comprometidos con el bien, conectados con Dios, no precisamos sentirnos mejores que nadie. Por eso, la maledicencia es la evidencia de dificultades morales más profundas.
¿Cuales serán los factores emocionales relacionados con el comportamiento y con el pensamiento malediciente?
Inseguridad- En la relación con las personas es que nuestra inseguridad se manifiesta por medio de ese sentimiento, por no conseguir lidiar con él, maldecimos.
El primer acto educativo en la construcción del valor personal, es diluir la ilusión de inferioridad. Buscar las raices del desamor que usamos con nosotros. El Creador nos ama como somos.
A partir de ahora, cuando la inseguridad lo lleve a maldecir, no alimente más este sentimiento de inferioridad.
Lástima.- La rabia es una fuerte y temporal reacción emocional ante la sensación de ser amenazado de alguna manera.(....) El resentimiento es una sensación de dolor o rabia crónica que persiste después de terminada la situación que causó la rabia.
Identificar nuestras lástimas es fundamental para evitar el comportamiento malediciente. El maldecir es la forma más común de venganza. Con la lástima, la maledicencia cumple su papel de, más allá de rebajar al ofensor del pasado, reforzar también nuestra condición de víctima para quien nos escucha.
Envidia es el otro extremo opuesto de la admiración. En vez e esforzarnos para crecer o progresar, denigramos a los otros para compensar nuestra indolencia y ociosidad.
En la inseguridad percibimos el valor ajeno y nos sentimos inferiores. En la envidia, el deseo es de destruir lo que otro posee o tomar de él sus conquistas. La evidia guardando el deseo secreto de ver en el otro el perjuicio, perdiendo lo que conquistó.....
Intolerancia- En la intolerancia no soportamos la diferencia de la que otro es portador y, así, por maldecirlo o por otras actitudes agresivas, procuramos excluirlo de nuestra convivencia.
La maledicencia que se da por la intolerancia es un síntoma, una señal de alerta para que busquemos las raices de nuestra rigidez de pensamiento, nuestro límite de aceptación del prójimo y de nosotros mismos.
Arrogancia.- Podemos "actuar en el proceso" de formación y/o progreso de las criaturas, nunca "forzar el proceso" o criticar su progreso.
En la arrogancia actuamos como " sabelo todo", "perfectos", "incuestionables" y autorizados a dar un parecer sobre las elecciones y conductas del prójimo. En la arrogancia reside nuestro juez implacable de vida ajena......¿ Donde queda la mirada espiritual?
Culpa.- La culpa es una falta de respeto por lo divino. La culpa es un sentimiento que surge cuando estamos en desacuerdo con una norma interna o externa. El mal estar que la culpa genera, puede ser benéfico cuando nos impulsa al arrepentimiento.... Usted ya pasó por la experiencia de tener envidia y la culpa como parte de su comportamiento malediciente?
Juzgamiento.- Juzgar es criticar de manera apresurada a una persona o situación, tendiendo siempre a encontrar " los acertados y los equivocados", "los buenos y los malos"....
Algunas personas pueden tener en la maledicencia la expresión del vicio del juzgamiento, o sea, la crítica se volvió algo que es parte intrínseca de su comunicación. En ese sentido, se trata de algo tóxico y nocivo tamto para la propia persona que maldice como para el grupo en que convive.
En el juzgaminto, cuando escuchamos algo sobre alguien, ya emitimos una opinión cerrada, basada en nuestras creencias, preconceptos, valores, pensamientos y tendencias.
¿ Usted ya fué precipitado en algún juzgamiento y acabó siendo malediciente con alguien?
El autoconocimiento nos ayuda a no hacer de la percepción del error o del mal ajeno, el justificante para rebajar a alguien.
Para transformar la palabra para el bien decir, no adelanta apenas abstenerse del mal, sino buscar principalmente la educación emocional.
Recuerde que estar dispuesto a escuchar presupone que usted trae consigo la ética y el sigilo de lo que el otro viene a compartir con usted. De nada adelanta crear un lazo de confianza oyendo y destruyendo ese lazo, divulgando informaciones que son de intimidad de la otra persona.
Libro: Reciclando la Maledicencia – Bianca Ganuza
Traducción: Jose Luis Martín
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Actividad Nocturna del Espíritu
(Desdoblamiento)
Aluney
Elferr Albuquerque Silva
Durante
el sueño el Espíritu se desprende del cuerpo; debido a que los
lazos fluídicos están más tenues. Por la noche es un largo periodo
en que está libre para obrar en otro plano de existencia. Sin
embargo, varían los grados de desprendimiento y lucidez. No
todos se apartan de su cuerpo, sino que permanecen en el ambiente
doméstico; temen hacerlo, se sentirían forzado en un medio extraño
(aparentemente).
Otros
se mueven en el plano espiritual, pero sus actividades y
comprensiones dependen del nivel de elevación. El principio que rige
la permanencia fuera del cuerpo es la de la afinidad moral,
expresada, conforme la explicación anterior, por medio de la
afinidad vibratoria o sintonía.
El
espíritu será atraído para regiones y compañías que estén
armonizadas y sintonizadas con él a través de las acciones,
pensamientos, instrucciones, deseos e intenciones, o sea, impulsos
predominantes. Pudiendo así, subir más o desagradar más.
El
lascivo tendrá entrevistas eróticas de todos los tipos, el
avariento tratará de negocios grandiosos (materiales) y rentables
usando la astucia. La esposa quejosa encontrará consejos contra el
marido, y así sucesivamente. Los amigos se encuentran para
conversaciones edificantes, los enemigos entran en lucha, los
aprendices harán cursos, los cooperadores trabajarán en los campos
preferidos y, así, caminamos.
Para
esta maravillosa doctrina, conforme tales consideraciones, el sueño
es el recuerdo de una parte de la actividad que el espíritu
desempeñó durante la liberación permitida por el sueño. Según
Carlos Toledo Rizzini, una
interpretación freudiana encara el sueño como apuntando para el
pasado, revelando un aspecto de la personalidad.
Para
el Espiritismo, el sueño también satisface impulsos y es una
expresión del estilo de vida, con una gran diferencia: la de no
procesarse sólo en el plano mental, sino que es una experiencia
genuina del espíritu que pasa en el mundo real y con situaciones
concretas. Como vimos, el espíritu, libre temporalmente de los lazos
orgánicos, emprende actividades nocturnas que podrán caracterizarse
sólo por la satisfacción de bajos impulsos, como también, trabajar
y aprender mucho. En esta experiencia fuera del cuerpo, en la
oportunidad del desprendimiento a través del sueño, el ser, podrá
ver con claridad la finalidad de su existencia actual, acordándose
del pasado, entrevé el futuro, todavía la amplitud o no de esas
posibilidades es relativa al grado de evolución del espíritu.
Verifiquemos
tres cuestiones del Libro
de los Espíritus,
en el capítulo VII, pregunta: 400, 401 y 403.
P-400
“¿El Espíritu encarnado permanece de buen grado en su cuerpo
material?
-
Es como si preguntase a un presidiario, si le gustaría salir del
presidio. El espíritu aspira siempre a su liberación y tanto más
desea verse libre de su cuerpo, cuanto más grosero es este.
P-401
“¿Durante el sueño el alma reposa como el cuerpo?
-
No, el espíritu jamás esta inactivo. Durante el sueño, se aflojan
los lazos entre cuerpo y espíritu y, él se lanza por el espacio y
entra en relación con los otros espíritus sintonizados por él.
P-403
“¿Cómo podemos juzgar la libertad del espíritu, durante el
sueño?
-
Por los sueños.
El
sueño libera parcialmente el alma del cuerpo, cuando esta
adormecido, el espíritu se encuentra en el estado en que queda
después de su cuerpo.
El
sueño es el recuerdo que el espíritu vio durante el sueño. Podemos
notar, que no siempre soñamos. Pero, ¿qué quiere decir eso? Que no
siempre nos acordamos de lo que vimos, o de todo lo que hemos visto,
mientras dormimos. Es
que no tenemos aun el alma en pleno desenvolvimiento de sus
facultades. Muchas veces solamente nos queda el recuerdo de la
perturbación que nuestro Espíritu experimentó.
Gracias
al sueño los Espíritus encarnados están siempre en relación con
el mundo de los Espíritus. Las manifestaciones, que se traducen
muchas veces por visiones y hasta incluso, “asombros” más
comunes se dan durante el sueño, por medio de los sueños. Ellos
pueden ser: una visión actual de las cosas, futuras, presentes o
ausentes; una visión del pasado y, en algunos casos excepcionales,
un presentimiento del futuro. También muchas veces son cuadros
alegóricos que los Espíritus nos ponen bajo la vista, para darnos
avisos útiles y saludables consejos, si se trata de Espíritus
buenos, y para inducirnos al error, a la maledicencia, a las
pasiones, si son Espíritus imperfectos.
El
sueño es una expresión de la vida real de la personalidad. El
espíritu procura atender a deseos e intenciones inconscientes y
conscientes durante ese tiempo de libertad temporal. Conforme el
grado, tipo de sintonía y armonía generada por la afinidad moral
con los otros Espíritus, se dirige automáticamente para la parte
del mundo espiritual que mejor satisfaga esa sintonía y sus metas y
objetivos, aunque no lícitos; y ahí cuenta con amigos, socios,
enemigos, enemistades, parientes, “maestros” etc.
Contamos
aun con dos tipos de sueños. El primero es el premonitorio,
cuando se cogen algunas informaciones o consejos sobre algún
acontecimiento futuro. El segundo es la pesadilla,
o sea, el sueño ansioso, en que entra el terror. Es también una
experiencia real, sin embargo, penosa; el soñador se ve presionado
por enemigos o por animales monstruosos, tiene que atravesar zonas
tenebrosas, sufrir castigos, que de hecho son vivencias provocadas
por agentes del mal o por enemigos de esta o de otras vidas.
Preparación para el Sueño
Verificando
el lado físico de la cuestión, vamos a ver la importancia del
sueño, por el hecho de pasarnos 1/3 de nuestro día durmiendo, en
esta actividad el cuerpo físico reposa y libera toxinas. Para el
lado espiritual, el espíritu se une con sus amigos e intercambia
informaciones y experiencias.
Hagamos
una preparación para nuestro reposo diario:
Orgánico
– comidas
ligeras, higiene, respiración moderada, trabajo moderado, conducción
de nuestro cuerpo en cuanto a posturas sin extravagancias.
Mental
Espiritual – lecturas
edificantes, conversaciones saludables, meditación, oración,
serenidad, perdón, buenos pensamientos.
Todavía
no nos olvidemos que toda oración se fortifica con actos volcados al
bien, pues entonces, las actividades altruistas posibilitan una mejor
afinidad con los buenos espíritus.
Periespíritu y Desdoblamiento
Aunque,
durante la vida, el Espíritu sea fijado al cuerpo por el
periespíritu, no es tan esclavo, que no pueda alargar su corriente y
transportarse lejos, sea sobre la tierra, sea sobre cualquier otro
punto del espacio. (Allan
Kardec, La
Génesis,
Cap. XIV, Item 23).
Gabriel
Delanne, en “El
Espiritismo delante de la Ciencia”,
concluye: La
mejor prueba de la existencia del periespíritu es mostrar que el hombre puede desdoblarse en ciertas circunstancias.
Desdoblamiento
Es
el nombre que se da al fenómeno de exteriorización del cuerpo
espiritual o periespíritu.
El
periespíritu aun ligado al cuerpo, se distancia del mismo, formando
ahora parte del mundo espiritual, aunque esté ligado al cuerpo por
hilos fluídicos. Fenómenos estos, naturales que reposan sobre las
propiedades del periespíritu, su capacidad de exteriorizarse,
irradiarse, sobre sus propiedades después de la muerte que se
aplican al periespíritu de los vivos (encarnados).
Los
lazos que unen el periespíritu al cuerpo temporal, se aflojan por
así decir, facultando al espíritu mantenerse en relativa distancia,
sin embargo, no desligado de su cuerpo. Y esta ligación, permite al
espíritu tomar conocimiento de lo que pasa con su cuerpo y volver
instantáneamente si algo ocurre. El cuerpo a su vez, queda con sus
funciones reducidas, pues de él fueron distanciados los fluidos
periespirituales, permaneciendo solamente lo necesario para
manutención. Este estado en que queda el cuerpo en el momento del
desdoblamiento, también depende del grado de desdoblamiento que
ocurra.
Los
desdoblamientos pueden ser:
a)
conscientes:
Éste se caracteriza por el recuerdo exacto de lo ocurrido, cuando al
volver al cuerpo el ser se acuerda de los hechos y actividades por él
desempeñadas
en
el acto del desdoblamiento. El sujeto es capaz de ver su “Doble”,
bien cerca, o sea, de verse a él mismo en el momento exacto en que
se inicia el desdoblamiento. Fácilmente en estos casos, se siente
levantando generalmente la cabeza primeramente y el resto del cuerpo,
después. Algunos fluctúan y ven el cuerpo carnal debajo echado,
otros se ven al lado de los cuerpos, todavía este recuerdo es
bastante profundo y la conciencia es altamente limpia en este
instante. Existe una unión aun profunda de los fluidos
periespirituales entre el cuerpo y el periespíritu, facilitando así,
los recuerdos pos-desdoblamiento.
b)
inconscientes:
Al volver el ser no se acuerda de nada. Tenemos que recordar que en
la mayoría de las veces la actividad que desempeña el ser en el
momento desdoblado, queda como experiencia para el propio ser como
espíritu, siendo recordado en algunos momentos para el despertar de
algunas dificultades y ven como intuiciones, ideas.
Los
fluidos periespirituales son en este caso más bien tenues y la
dificultad del recuerdo inmediato queda un poco más ardua, todavía
las informaciones y las experiencias quedan almacenadas en la memoria
periespiritual, viniendo a tono en el futuro.
En
realidad la palabra inconsciente, es colocada por deficiencia de
lenguaje, pues la inconsciencia no existe, teniendo en cuenta el
despertar del espíritu, llevando consigo todas las experiencias
efectivas por él mismo, entonces colocamos la palabra inconsciente
aquí, es solamente para atestiguar la temporal inconsciencia del ser
en cuanto esta encarnado.
c)
voluntario: Si
la propia persona promueve este distanciamiento. Analicemos algo
bastante singular, ni en todos los desdoblamientos voluntarios hay
conciencia, pues como dijimos arriba podrán haber algunos recuerdos
de lo ocurrido, existen aun muchas dificultades, en el momento en que
el espíritu a través de su periespíritu se aproxima nuevamente de
su cuerpo, por la densidad aun de los órganos cerebrales es posible
que haya bloqueo de esas experiencias. Es necesario resaltar que el
ser encarnado en la Tierra, aun se encuentra distante de controlar
todas sus potencialidades, y por eso también hay este olvido. Hay
algunas personas que hasta provocan el desdoblamiento y en el momento
de conciencia tienen miedo y vuelven al cuerpo apresuradamente,
dificultando aun más el recuerdo.
Los
desdoblamiento pueden también ocurrir en los momentos de
reflexiones, donde nos encontramos analizando profundamente nuestros
actos y cuya actividad nos propicia encontrar a seres que nos quieren
orientar para el bien, parte de nuestro periespíritu se expande y va
a captar las experiencias y orientaciones debidas.
d)
provocados: A
través de procesos hipnóticos y magnéticos, agentes desencarnados
o hasta incluso encarnados pueden propiciar el desdoblamiento del ser
encarnado. Los buenos Espíritus pueden provocar el desdoblamiento o
auxiliarlos siempre con finalidades superiores. Pero los espíritus
obsesores también pueden provocarlos para producir efectos
maléficos. Afianzándose con las deficiencias morales de los
desencarnados, propiciamos así, una mayor facilidad para que los
espíritus malhechores puedan provocar el desligamiento del cuerpo
físico atrayendo al ser encarnado para sus experiencias fuera del
cuerpo. La ley que ejerce esta dependencia es la de afinidad.
e)
emancipación Letárgica: Deriva
de la emancipación parcial del espíritu, pudiendo ser causada por
factores físicos o espirituales. En este caso el cuerpo pierde
temporalmente la sensibilidad y el movimiento, la persona nada
siente, pues los fluidos periespiríticos están muy tenues en
relación a la unión con el cuerpo. El ser no ve el mundo exterior
con los ojos físicos, se vuelve por algunos instantes incapaces de
la vida consciente. A pesar de la vitalidad del cuerpo continuar
ejecutándose.
Hay
flacidez general de los miembros. Si suspendemos un brazo, el al ser
suelto caerá.
e)
emancipación Cataléptica: Como
arriba, también resulta de la emancipación parcial del espíritu.
En ella, existe la perdida momentánea de la sensibilidad, como en la
letargia, todavía existe rigidez de los miembros. La inteligencia se
puede manifestar en estos casos. Difiere de la letárgica, por no
envolver todo el cuerpo, pudiendo ser localizado en una parte del
cuerpo, donde fuera menor el envolvimiento de los fluidos
periespirituales.
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COOPERADORES
Emmanuel
¿ Cooperación ?
No nos olvidemos de que nadie realiza algo sin alguien.
Valore a los compañeros.
Los amigos se asemejan a los árboles beneficiosos: producen auxilio y protección.
Sin embargo, al igual que acontece con los árboles, precisan de amparo y colaboración para eso.
( SEÑALES DE RUMBO, Espíritus Diversos, psicografia de Francisco Candido Xavier, GEEM)
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EL ESPÍRITU HA RESISTIDO EL VIEJO REDUCCIONISMO ACADÉMICO
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EL ESPÍRITU HA RESISTIDO EL VIEJO REDUCCIONISMO ACADÉMICO
EL ESPÍRITU, ORIGEN DE LA CONSCIENCIA HUMANA, HA RESISTIDO AL SENIL REDUCIONISMO ACADÉMICO
James Cracknell, un medallista Olímpico, considerado uno de los deportistas más victoriosos de Inglaterra, expone en el libro escrito en asociación con su esposa, la profunda transformación de su personalidad, ocurrida después de haber sido alcanzado en la cabeza por el impacto del retrovisor de un camión. A consecuencia de las lesiones en el lóbulo frontal del cerebro, Cracknell fue advertido por el neurólogo de que enfrentaría en adelante, las dificultades con la memoria y pérdida significativa de vocabulario. El traumatismo encefálico igualmente comprometió drásticamente su relación con la esposa y su hijo. Después del accidente, sobrevinieron los brotes psicológicos de violencia en sus reacciones, llegando a amenazar la seguridad de su esposa Beverley Turner. Él cuenta que cuando Turner estaba grávida, tuvieron una discusión violenta y él intentó estrangularla.
No ignoramos que el cerebro es un órgano bastante enigmático, por lo que a causa de una avería encefálica,¿Cual sería la responsabilidad de James ante su cambio comportamental?. La neurociencia ve al ser humano como una máquina, un autómata programado por el acaso y que, tomando como base la ocurrencia anterior, Cracknell no puede ser responsabilizado por sus actitudes. Afirman los especialistas que determinadas regiones comprometidas del cerebro son decisivas para controlar emociones y conductas agresivas.
Bajo los auspicios de las apreciaciones espíritas, ¿ como podemos abordar la temática, considerando el trauma encefálico como agente causal del cambio de comportamiento (libre albedrío) de alguien?. Si una persona tiene una lesión encefálica, ¿es responsable o no lo es para asumir sus actos?. ¿Debe responder por ellos?. Garantizan los investigadores que la conquista del libre albedrío nunca fué completa. Para tales estudiosos el libre albedrío no es más que una quimera. Ensayos concretos de hace años, permitieron hacer el mapa de la actividad cerebral antes que la persona presentase conciencia de lo que iría a hacer. Seríamos como computadoras carnales y la pantalla del monitor se representaría por nuestra conciencia. El tema del libre albedrío queda en suspensión y se intenta demostrar que una zona del cerebro, comprendida en la coordinación de la actividad motora, presenta actividad eléctrica una fracción de segundos antes de que una persona asuma una decisión ( ¡?...?.
Articulan los materialistas que la consciencia es un producto de la actividad cerebral, que surge para dar coherencia a nuesros actos en el mundo. El cerebro toma la decisión por cuenta propia y anda convencido su "titular" de que el responsable fue él. De este modo, somos uno solo: lo que es cerebro también es mente. La sensación de que existe un yo que habita y controla el cuerpo, es apenas el resultado de la actividad cerebral que aludimos. Entonces no hay ningún "fantasma" en la máquina cerebral.
¿ Será así?. Es obvio que las muchas deducciones de los múltiples experimentos de la neurociencia reduccionista son ardides de ficción. "La mente tiene la dinámica de un mosáico de luces que se proyectan sobre la conciencia, que se contrae o expande ante lo que nos emociona". De ese Universo abstracto, "emanan las corrientes de la voluntad, determinando una vasta red de estímulos, reaccionando ante las exigencias del paisaje externo, o atendiendo las sugestiones de zonas inteiores."
Hay estudios consistentes que comprueban la total imposibilidad de medir con precisión el tiempo entre el estímulo cerebral y el acto en sí, lo que además, derrumba todas las precipitadas tesis mecanicistas. La conciencia y la inteligencia no son un corto- circuito ni un subproducto casual del intercambio de cualquier neurona. En cuanto a la ciencia de demore abrazada a la materia y no alcance la dimensión de lo que no se puede palpar, ver y oír, quedará todavía extremadamente distante de alcanzar las inmediaciones de la verdad que se investiga.
Aunque trata de explicar materialmente , por la práctica de los neurocientíficos, toda la categoría de fenómenos intelectuales y hasta "metafísicos", por medio de acciones combinadas del sistema nervioso; y en que pese haber alcanzado la Ciencia ciertas conslusiones, como por ejemplo la de que una lesión orgánica hace cesar la manifestación que le corresponde, y que el deterioro de una red nerviosa hace apagar una facultad, ella, con todo, está inmensamente limitada para elucidar los fenómenos espirituales. En vista de eso, no podemos dejar de lado la influencia espiritual en el cerebro. Se hace forzoso también comprender en el alma aislada del cuerpo pero ligada a ese cuerpo, el cual representa su forma concreta, con un montón de materiales indispensables a su condición de tangibilidad, animadas por su voluntad y por sus eternos predicados.
Reconocemos que hay neurocientíficos circnspectos, sensatos, explicando que un mundo sin libre albedrío provocaría la ruptura de la paz. Ellos se encorajinan claramente, para armonizar sus tesis con el problema de la responsabilidad individual. Aun bajo un automatismo determinista, ellos reconocen que todos deben ser responsables por sus acciones, y si no fuese así, la estructura social se embarcaría en el desorden en caso de que alguien pudiese violentar, robar y matar, basándose en el contexto simplista de que el cerebro decretó hacer eso o aquello. El cerebro se asemeja a un complicado laboratorio, "donde el espíritu, prodigioso alquimista, efectúa inimaginables asociaciones atómicas y moleculares necesarias para las exteriorizaciones inteigentes".
El atributo esencial del ser humano es, sin duda, la inteligencia, pero la causa de la inteligencia no reside en el cerebro humano, pero si lo es el ser espiritual que sobrevive al cuerpo físico. Gracias al Espiritismo, en su aspecto filosófico y experimental, está siendo posible construir el sólido puente sobre el abismo que separa la meteria y el espíritu. Todo un grupo de Premios Nóbeles de física alza su voz para expresarnos la muerte de la materia.
Ya es tiempo de instruirnos ante las enseñanzas de la ciencia pos-mecanicista del siglo pasado y de librarnos de la camisa de fuerza que el materialismo del siglo XIX inflingió a nuestros juicios filosóficos. Neurocientíficos, "químicos y físicos, geometristas y matemáticos, erguidos a la condición de investigadores de la verdad, son hoy, si lo deseasen, sacerdotes del Espíritu, porque, como consecuencia de sus porfiados estudios, el materialismo y el ateísmo, serán compelidos a desaparecer, por falta de materia, la base que les aseguraba las especulaciones negativistas".
El hombre no es el resultado ocasional de contingencias aleatorias y casuales. "Sin libre albedrío el hombre sería una máquina". La Doctrina Espírita está en el extremo opuesto del materialismo y su misión es desmitificar estas teorías reduccionistas que tienden a depreciar al ser humano y el sentido de su existencia. "El cerebro es el órgano sagrado de manifestación de la mente, en tránsito de la animalidad primitiva para la espiritualidad humana".
Kardec, conocedor de las ideas de Franz Josef Gall, médico alemán, anatomista y fundador de la frenología ( que liga cada función mental a una zona del cerebro), interroga a los Benefactores: "¿De la influencia de los órganos s puede inferir la existencia de una relación entre la función del cerebro y las facultades morales e intelectuales?". La explicación de los Espíritus no admite márgenes o equívocos: "No confundais el efecto con la causa. El Espíritu dispone siempre de las facultades que le son propias. Entonces, no son los órganos los que dan las facultades, y sí estas son las que impulsan el funcionamiento de los órganos."
Y bien es verdad que la neurociencia ha empeñado esfuerzos para situar al Espíritu en el cerebro, como si el alma fuese una prisionera en la caja craneana e intentan diseccionarla a fin de comprobar que el cerebro es la matriz de la conciencia. Con todo, el Espíritu- origen de la conciencia humana- ha resistido bravamente al decrépito reduccionismo académico.
Jorge Hessen
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