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viernes, 3 de enero de 2014

CONTINUAR SIEMPRE

En la actualidad, es necesaria mucha disposición de espíritu para conducirse en la vida con dignidad moral y elevada auto-estima. El mundo de apariencias ofrece un espectáculo de colores y sueños materiales estimuladores de deseos que suplantan la razón y los sentimientos, marginando el amor. ¿Cómo se autovisualizan los seres implicados en el contexto de ese complejo sistema social ofrecido por el mundo de hoy? Los anhelos en general están dirigidos para efectuar los sueños ilusorios y consecuentemente, conquistas de una felicidad ficticia, que nosotros los espíritas entendemos que esté al alcance de las almas de mediana evolución, como expresión viva de sus realizaciones personales, aunque vacías de contenidos ennoblecedores. Estacionamos en un orbe, en el cual la violencia, en sus múltiples manifestaciones, aumenta en proporciones inimaginables. La vivencia estresante y la eterna búsqueda de “estatus”, termina por conducir al individuo a actitudes agresivas y destructivas, en constante proceso de autoviolencia moral. En los días actuales, persiste un cierto desinterés por la formación evangélica y muchos ambicionan apenas las conquistas estrictamente temporales. A pesar de todo, algunos se esfuerzan en el sentido del crecimiento interior, sin embargo, delante de las situaciones aflictivas para exigirnos sentimientos solidarios, no siempre el compañero del caminar evolutivo, comprometido por el dolor, recibe de los demás el auxilio que necesita. No todos se adaptan con facilidad a los parámetros establecidos por la sociedad y, en consecuencia, muchos son excluidos para que se sientan marginados. De ahí la razón de tanta manifestación de revuelta, de violencia irracional y vandalismo practicados en nombre de supuestos derechos, con perjuicio, inclusive, para algunas víctimas inocentes que nada tienen que ver con tales reivindicaciones. No afirmamos en absoluto que la culpa sea exclusivamente de la sociedad como un todo, muy al contrario, reconocemos como la sociedad puede influir circunstancialmente en los destinos humanos. Buena parcela de la comunidad planetaria aun cultiva el orgullo de tal forma que las actitudes inconsecuentes son causadas principalmente por la ausencia de interiorización del ser, manera por la cual, el individuo se sentiría más armonizado consigo y con el ambiente exterior en la rutina de la convivencia social. Las filosofías y las religiones no siempre son factores suficientes para que se venza el orgullo cuando el ser se siente herido, ajusticiado o despreciado. Quién dirá que tanta energía gastada con sentimientos de venganza y de odio se convirtiese en posibilidades de auxilio, amparo y cariño en una larga escalada. Todos carecemos de amor, con todo, el hombre moderno se muestra receloso de envolverse con el sufrimiento ajeno. Simula una independencia no verídica, cuando en verdad, no pasa de ser un solitario mendigando atenciones. El corazón, allá en su interior, bien conoce la verdad, pero cuando él se deja envolver con otros sentimientos mezquinos, ahí sí, prevalecen las pasiones desequilibradas. A pesar de todo, se destacan los ejemplos de virtudes espirituales por parte de una minoría en tránsito por la superficie planetaria. Son modelos vivos de humildad y otras virtudes conquistadas con esfuerzo y trabajo arduo a través de los tiempos, por tanto perfectamente capaces de influir en los cambios de los patrones comportamentales de las personas y hasta incluso de comunidades enteras. Por eso, cuando la criatura se sintiera envuelta por el sufrimiento de difícil solución, que recorra en oración al Divino Maestro en la búsqueda del coraje y del equilibrio aun escasos en los escondrijos del alma, en la seguridad de que Él, a su vez, no la dejará desamparada y la conducirá amorosamente a un puerto seguro. El Espiritismo, por medio de la Codificación Kardeciana, nos faculta el real conocimiento de la vida y esclarece objetivamente que, para aspirar a un mundo mejor es preciso antes que cada ser trabaje por su edificación a costa de un esfuerzo propio y comportamiento evangélico. Ciertamente, la trayectoria terrena a lo largo de la caminata, alterna recorridos floridos con desiertos aparentemente intransponibles, no obstante, a pesar de la violencia reinante y de las muchas desilusiones vividas el lema es “continuar siempre”. ...para aspirar a un mundo mejor es preciso antes que cada ser trabaje por su edificación a costa de un esfuerzo propio… ************************************************** Instinto e inteligencia
11. ¿Cuál es la diferencia entre el instinto y la inteligencia? ¿Dónde termina uno y comienza la otra? El instinto, ¿es una inteligencia rudimentaria, una facultad distinta o un atributo exclusivo de la materia? El instinto es la fuerza oculta que lleva a los seres orgánicos a realizar actos espontáneos e involuntarios para sobrevivir. La reflexión y la premeditación no entran en los actos instintivos. Es así como la planta busca el aire, se vuelve hacia la luz, dirige sus raíces en dirección al agua y la buena tierra. Como las enredaderas se enroscan alrededor de su sostén o se enganchan con sus zarcillos. Por instinto, también los animales advierten lo que les es útil o perjudicial. Es el instinto el que los lleva a dirigirse, según las estaciones, hacia climas más propicios. A construir con más o menos arte, según las especies, y sin lecciones previas: refugios y lechos mullidos para su progenie, conocer los métodos para atrapar la presa que les servirá de alimento, manejar con destreza las armas ofensivas y defensivas que poseen. Es el instinto el que acerca a los sexos, lleva a la madre a cuidar de sus pequeños y empuja a éstos hacia ella. En el hombre, el instinto prevalece en el período de la infancia: por instinto es que el niño realiza sus primeros movimientos, toma el alimento, llora para expresar sus necesidades, imita el sonido de la voz e intenta hablar y caminar. Incluso en el adulto ciertos actos son instintivos, como pueden ser los movimientos espontáneos para precaverse de un peligro e intentar salir de él, mantener el equilibrio, entornar los párpados para atenuar el fulgor de la luz, abrir mecánicamente la boca para respirar, etc. 12. La inteligencia se revela mediante actos voluntarios, reflexivos, premeditados y combinados según las circunstancias. Es indudablemente, un atributo exclusivo del alma. Todos los actos mecánicos son instintivos. Los que denotan reflexión y premeditación son inteligentes. Unos son libres, los otros no lo son. El instinto es una guía seguro, jamás se equivoca. La inteligencia, en razón de su carácter libre, está sujeta a errores. 1. El error consiste en creer que el alma salió perfecta de manos del Creador, mientras que, por el contrario, Dios quiso que la perfección fuese el resultado de la depuración gradual del espíritu y de su propia labor. Deseó que el alma, en virtud de su libre arbitrio, pudiese optar entre el bien y el mal y que llegase a su meta última gracias a una vida de luchas y de resistencia a éste. Si hubiese creado al alma perfecta y asociada a su eterna beatitud, la hubiera hecho no a su imagen, sino a su semejanza (Bonnamy, juez de instrucción: La razón del Espiritismo, cap. VI). [N. de A. Kardec.] Aunque el acto instintivo no tenga el carácter de inteligente, revela una causa inteligente esencialmente previsora. Si se afirma que el instinto se origina en la materia habría que admitir que la materia es inteligente, incluso más inteligente y previsora que el alma, ya que el instinto no comete errores y la inteligencia sí se equivoca. Si se considera al instinto una inteligencia rudimentaria, ¿cómo puede ser que en ciertos casos supere a la inteligencia racional? ¿Qué posibilita la ejecución de cosas que la inteligencia no puede lograr? Si es el atributo de un principio espiritual especial, ¿qué ocurre con ese principio? Ya que el instinto se esfuma, ¿también desaparece el principio? Si los animales estuviesen dotados sólo de instinto, su porvenir carecería de una salida y sus sufrimientos no tendrían compensación alguna. Esto no estaría de acuerdo ni con la justicia ni con la bondad divina (cap. II:19). 13. Según otra hipótesis, el instinto y la inteligencia se originarían en un único principio. En un comienzo sólo poseerían las cualidades del instinto, mas llegado a cierto grado de su desarrollo sufriría una transformació n que le otorgaría los atributos de la inteligencia libre. Si así fuese, cuando un hombre inteligente pierde la razón y se guía por el instinto, su inteligencia volvería a su fase primitiva, y cuando recobrara la razón, el instinto se manifestaría como inteligencia, y así sucesivamente, lo que no es admisible. Por otra parte, instinto e inteligencia actúan juntos muy a menudo. Cuando caminamos, por ejemplo, el movimiento de las piernas es instintivo, el hombre coloca un pie delante del otro mecánicamente, sin pensar, pero cuando quiere apresurar el paso o ir más despacio, levantar el pie o dar un rodeo para evitar el obstáculo, en eso hay cálculo, se trata de un propósito deliberado. El impulso involuntario del movimiento es el acto instintivo, la dirección calculada del movimiento es el acto inteligente. El animal carnicero llevado por el instinto se alimenta de carne, pero las precauciones que toma para atrapar a la prensa varían según las circunstancias. Su previsión ante las eventualidades es un acto inteligente. 14. Otra hipótesis que concuerda perfectamente con la idea de unidad de principio, resulta del carácter esencialmente previsor del instinto y corrobora, al mismo tiempo, lo que el Espiritismo nos enseña en lo que respecta a las conexiones del mundo espiritual y el corporal. Sabemos hoy que los espíritus desencarnados tienen la misión de velar por los encarnados, a quienes protegen, guían y cubren con sus emanaciones fluídicas, y también sabemos que el hombre obra a menudo de manera inconsciente bajo la acción de esos efluvios. Se sabe, además, que el instinto produce actos inconscientes y que él predomina en los niños y en general en los seres cuya razón es débil. Según esta hipótesis, el instinto no sería un atributo ni del alma ni de la materia, no pertenecería al ser vivo, sino que sería un efecto de la acción directa de los espíritus protectores invisibles, quienes reemplazarían la imperfección de la inteligencia al provocar ciertos actos inconscientes necesarios para la preservación del ser. Sería como el andador que sirve de sostén al niño hasta que éste aprende a caminar. Así como se suprime gradualmente el andador a medida que el bebé aprende a sostenerse solo, así los espíritus protectores dejan a sus protegidos solos a medida que aprenden a conducirse guiados por su propia inteligencia. El instinto no sería, pues, el producto de una inteligencia rudimentaria e incompleta, sino el resultado de una inteligencia extraña en la plenitud de su fuerza, inteligencia protectora que supliría la insuficiencia de una inteligencia más joven, a la cual empujaría a realizar inconscientemente y para su bien lo que sería incapaz de efectuar por sí sola, o bien a una inteligencia madura, pero momentáneamente trabada en el uso de sus facultades, como ocurre en la infancia del hombre y en los casos de idiotez y afecciones mentales. Hay un proverbio que dice: Los niños, los locos y los borrachos poseen un dios aparte. Este refrán es mucho más cierto de lo que se pueda suponer. Ese dios del refrán es un espíritu protector que vela por aquellos seres imposibilitados de protegerse ellos mismos. 15. Siguiendo este orden de ideas, se puede llegar más lejos aún. Esta teoría, aunque lógica, no resuelve todos los interrogantes. Si fijamos nuestra atención en los efectos del instinto, se observará enseguida una unidad de puntos de vista y de conjunto, una seguridad en los resultados que desaparece desde el momento en que la inteligencia libre reemplaza al instinto. Reconocemos una profunda sabiduría en la adecuación tan perfecta y constante de las facultades instintivas a las necesidades de cada especie. Esta unidad de puntos de vista no existiría sin la unidad de pensamiento, y ésta, a su vez, es incompatible con la diversidad de aptitudes individuales. Sólo ella puede producir ese conjunto tan perfectamente armonioso que se produce desde el origen de los tiempos y en todas las latitudes, con una regularidad y una precisión matemática que no falla jamás. La uniformidad en el resultado de las facultades instintivas es un hecho característico que implica por fuerza la unidad de la causa. Si esa causa fuese inherente a cada individualidad habría tantos tipos de instinto como de seres, desde la planta hasta llegar al hombre. Un efecto general, uniforme y constante. Un efecto que denota sabiduría y previsión debe tener una causa sabia y previsora. Y una causa sabia y previsora que es necesariamente inteligente, no puede ser exclusivamente material. Como no encontramos ni en las criaturas encarnadas ni en las desencarnadas las cualidades necesarias para producir ese resultado, necesitamos subir más alto, hasta llegar al Creador . Si nos atenemos a la explicación dada sobre la forma en que podemos concebir la acción providencial (cap, II:24). Si nos imaginamos a todos los seres inmersos en el fluido divino, soberanamente inteligente, se comprenderá la sabiduría previsora y la unidad de puntos de vista que preside a todos los movimientos instintivos de cada individuo, conduciéndolo hacia el bien. Esa protección es más activa si el individuo posee menos recursos propios, y por eso es mayor y más absoluta en los animales y en los seres inferiores que en el hombre. De acuerdo con esta teoría, el instinto es un guía seguro. El instinto materno, el más noble de todos, al que el materialismo rebaja al nivel de una de las fuerzas de atracción de la materia, se eleva y ennoblece. En razón de sus consecuencias, era preciso que no se dejase librado a las caprichosas eventualidades de la inteligencia y del libre albedrío. Dios vela por sus criaturas recién nacidas mediante la protección materna. 16. Esta teoría no disminuye en nada el papel que cumplen los espíritus protectores, cuyo concurso es un hecho conocido y probado por la experiencia. Pero hay que hacer notar que la acción de éstos es de esencia individual y sufre modificaciones según las cualidades propias del protector y del protegido, característica que difiere con la uniformidad y la generalidad del instinto. Dios mismo, en su sabiduría, conduce a los ciegos, pero confía a inteligencias libres la conducción de quienes andan en penumbras para que cada cual sea responsable de sus actos. La misión de los espíritus protectores es un deber que éstos aceptan voluntariamente. Es para ellos un medio de progreso, según cumplan la tarea encomendada. 17. Todas estas maneras de considerar al instinto son hipóteticas y ninguna puede ser tomada como solución definitiva. El problema quedará resuelto el día que se reúnan los elementos de observación que aún faltan. Hasta ese momento nos debemos limitar a tamizar las diferentes opiniones ayudados por la razón y la lógica y esperar que se haga la luz. La solución que se acerque más a la verdad será la que se adecúe mejor a los atributos de Dios, es decir: a su soberana bondad y justicia (cap. II:19). 18. El instinto es el guía, y las pasiones el motor de las almas en el primer período de su desarrollo. Ambos se confunden a veces en sus efectos. Sin embargo, entre ambos principios hay diferencias esenciales que debemos considerar. El instinto es un conductor seguro, siempre bueno: puede llegar a ser inútil, pero nunca perjudicial. Se debilita con el desarrollo y predominio de la inteligencia. Las pasiones, en las primeras edades del alma, poseen un común denominador con el instinto: los seres son llevados por una fuerza inconsciente. Ellas nacen de las necesidades corporales y se apoyan más en el cuerpo que en el instinto. Lo que las distingue del instinto es su individualidad. No producen, como el instinto, efectos generales y uniformes. Por el contrario, varían de intensidad y naturaleza según los individuos. Son estimulantes útiles hasta el instante que despierta el sentido moral, por el cual el ser pasivo deviene un ser racional. En ese momento las pasiones se vuelven inútiles, además de perjudiciales, para el progreso del espíritu, porque retardan su desmaterializació n. Se debilitan con el desarrollo de la razón. 19. Si un hombre actuase siempre llevado por su instinto, podría ser muy bueno, pero dejaría dormir su inteligencia. Sería como el niño que no abandonase su andador, motivo por el cual no aprendería a servirse de sus piernas. El hombre que no domina sus pasiones podrá ser muy inteligente, mas al mismo tiempo muy malo. El instinto se aniquila solo, las pasiones necesitan el esfuerzo de la voluntad. - El Génesis- ************************************ LA SENCILLEZ 17. Si vuestra mano es una causa de escándalo, cortadla; figura enérgica que sería absurdo tomar al pie de la letra, y que significa simplemente que es necesario destruir en sí mismo toda causa de escándalo, es decir, de mal; extirpar de su corazón todo sentimiento impuro y todo principio vicioso; es decir, que valdría más para un hombre haber tenido la mano cortada, que esa mano le haya servido de instrumento para una mala acción; estar privado de la vista, que sus ojos hubiese despertado malos pensamientos. Jesús no dijo nada absurdo para cualquiera que comprenda el sentido alegórico y profundo de sus palabras; pero muchas cosas no pueden comprenderse sin la clave que da el Espiritismo. INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
DEJAD A LOS NIÑOS VENIR A MÍ 18. Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí”. Estas palabras profundas en su sencillez, no se concretaban al simple llamamiento de los niños, sino de las almas que gravitan en los círculos inferiores en donde la infelicidad ignora la esperanza. Jesús llamaba a sí a la infancia intelectual de la criatura formada; a los débiles, a los esclavos, a los viciosos; poco podía enseñar a la infancia física, sujeta a la materia, sometida al yugo del instinto y que no pertenecía aún al orden superior de la razón y de la voluntad que se ejercen alrededor de ella y por ella. Jesús quería que los hombres fuesen a él con la confianza de esos pequeños seres de pasos vacilantes, cuyo llamamiento le conquistaba el corazón de todas las mujeres que son madres; sometía así a las almas a su tierna y misteriosa autoridad. Fue la antorcha que ilumina las tinieblas, el clarín matinal que toca a despertar; fue el iniciador del Espiritismo, que debe a su vez llamar a sí, no a los niños, sino a los hombres de buena voluntad. La acción viril se ha iniciado: ya no se trata de creer instintivamente y obedecer maquinalmente; es preciso que el hombre siga la ley inteligente que se revela a su universalidad. Mis muy amados, estamos ya en los tiempos en que los errores explicados serán verdades; nosotros os enseñaremos el sentido exacto de las parábolas y os mostraremos la correlación poderosa que une lo que fue y lo que es. En verdad os digo, la manifestación espírita dilata el horizonte; y he aquí a su enviado que va a resplandecer como el Sol sobre la cumbre de los montes. (JUAN, el Evangelista, París, 1863). - JOSE LUIS MARTIN *****************************
Queridos amigos, os comunico que desde hace cuatro días, blogspot, no se por qué motivo, presenta unos problemas que me dificultan mucho la inserción de artículos e imágenes. Voy a insistir tres días más y si esto no cambia, tendremos que cambiarnos a otro dominio, junto con los contenidos habituales de los otros dos blogs que hasta aquí vengo alimentando casi a diario.El lunes os diré si tomamos ya la decisión, así como el nombre del nuevo blog y su dirección.

El borracho y la Biblia


Ya se volvió habitual la visita de evangélicos por la mañana de los sábados y domingos con la Biblia bajo el brazo, libritos y folletos en mano, para su venta a un precio simbólico. Ya es tan común que, bromeando acostumbramos a decir:


“¿Usted va a salir antes o después de que los creyentes lleguen?”


Es la lucha de los bibliodolatras por el proselitismo.
En uno de esos abordajes por un grupo liderado por una señora de habla fácil y fluida, el espírita que deseaba salir, se disculpó:



- Yo soy espírita, pido disculpas, dejemos la conversación para otro momento.

Por eso mismo, por ser espírita es que no debe perder la oportunidad de oír la Palabra de Dios.


-  Pero yo no creo en la Biblia


La mujer abrió mucho los ojos, como si oyese la mayor de las blasfemias.


Un hombre que estaba a su lado, visiblemente alcoholizado, intervino:



- ¡ Muy bien , doctora, muy bien ¡.

La mujer, con la aprobación de los demás del grupo, miró hacia el hombre con mirada reprobadora, pero volvió a insistir:



-El Señor tiene un plan de salvación para su alma. ¿Por qué usted no Cree en la Biblia ?


- Mi hermana, a mí me gusta la Biblia , tiene cosas buenas, pero no es La Palabra de Dios, puesto que está llena de contradicciones.


- ¡Muy bien! -gritó el hombre embriagado.


La mujer se volvió hacia el hombre, clavando sobre él los ojos de reprobación.

- ¡Calle la boca¡ ¡Si usted no cambia de vida, irá directamente  al Infierno. ¡Usted es un esclavo del aguardiente ¡.


- ¡No, mujer, yo no voy al infierno no, yo obedezco la Biblia. Abra ese libro

Y lea lo que está en Proverbios 31, versículos 6 y 7, en el que estoy de acuerdo. Y que dice: “Dad bebida a los que perecen, y vino a los amargados de espíritu; ¡para que beban,y se olviden de su pobreza!


Todos quedaron admirados con el verbo del borracho, que engulló sus palabras y continuó:

- Usted sabe, que si el vino fuese tan malo, Jesús no habría transformado

Agua en vino en las bodas de Canaán.


El espírita, escondiendo una leve sonrisa, dijo: 
- Mi hermana, por estas y otras muchas contradicciones es que yo no creo en la Biblia como Palabra de Dios.

Entre tanto, mi Doctrina enseña que uno solo es el Padre y Creador, por eso yo respeto su religión y creo que usted debe permanecer en ella, mientras usted permita que los otros tengan otras opiniones, sin que, por eso sean condenados a penas eternas.

( Redacción Momento Espírita)
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EL CEREBRO



 Es  el centro de comando de toda organización somática

El cerebro humano sigue en la actualidad ignorado en su peculiaridad. El es un conjunto de equipos muy delicados para las tareas que le corresponden.

Pese  a las notables conquistas alcanzadas por estudiosos especializados, una infinidad de funciones permanecen todavía por ser  catalogadas y establecidas sus relaciones con la vida presente, comportamental y orgánica de los seres humanos.


En lo referente a la salud, su acción es decisiva en la criatura, pues es el codificador del pensamiento y quien dirige  esa onda extraordinaria, que es la portadora  de una energía poco conocida, pero definidora de rumbos en la existencia corporal.

Accionado por el Espíritu, que ejerce su control y que lentamente se va adueñando de todos los recursos que le son inherentes, en el se originan los complejos mecanismos que predisponen al equilibrio del individuo o a las variadas funciones  que lo perturban y que se reflejan como enfermedades del más variado tenor.

Esto es así porque, a través del periespiritu que le transmite las necesidades de la evolución, debido a las impresiones tenues que este tiene grabadas, bajo la directriz del espíritu refleja las ondas mentales equivalentes, que se transforma en pensamientos saludables o enfermizos.

El cerebro procesa los fenómenos degradantes  o resistencias que enfrenta la vida bacteriológica por medio del sistema inmunológico, asimilando o eliminando los factores kármicos de los actos anteriores del ser, en sus pasadas reencarnaciones, pues el cerebro es el centro de comando de toda la organización somática.

En razón de eso, da lugar a los tormentos de la conciencia de culpa, que se le graba en forma de auto-obsesión, reviviendo acontecimientos dañinos  o congelantes de vivencias anteriores, de los que el espíritu no se puede liberar.  Otras veces es un receptor fácil de ondas pensamientos sonorizados que lo agraden, dirigidos por adversarios vigorosos de ambos planos de la vida o afectos desventurados que transforman la pasión de la sensualidad en deseos enfermizos que terminan por afectar a aquel a quienes son dirigidos, si es que no posee la armonía interior o los hábitos saludables de la oración como de los pensamientos superiores, que lo impermeabilizan con relación a las continuas emisiones.

Los estados depresivos que proporcionan pensamientos pesimistas y nefastos, contribuyen ampliamente para el agravamiento  del trastorno neurótico, abriendo también brechas  para la instalación de obsesiones dañinas, propiciando la instalación de variadas dolencias.

Incubados en el organismo por mucho tiempo, los virus que permanecen inactivos cuando su anfitrión emite ondas vibratorias que vitalizan su organización, favorece la multiplicación devastadora, casi sin limites.

La victima ejerce un papel preponderante en el desarrollo o y destrucción de esos virus. En ese campo funcionan  preponderantemente  los sentimientos de culpa, de cólera, de desamor y de rebeldía que le ofrecen vitalidad al virus que destruye, que embiste  contra el sistema de defensas y facilita la instalación de las enfermedades parasitarias, que siegan la vida física de las victimas que caen inermes.

Cuando el individuo se torna portador de cancer  y su conducta mental se altera para peor, en razón de los pensamientos perturbados y tóxicos, es comprensible  que las resistencias del psiquismo celular sufran la destrucción, facilitando la ampliación del campo degenerativo y por consecuencia, la instalación de metástasis irreversibles.

Estos acontecimientos tienen lugar en todos los procesos degenerativos del organismo – sean por contaminación, por traumatismos, por problemas genéticos- y en el pensamiento se encuentran los factores que pueden propiciar la recuperación, por lo menos parcial – cuando se trata de una efecto contundente de las acciones dolorosas del pasado – o la recuperación total – mediante la instalación de la salud.

Jesús siempre recomendaba a aquellos a quienes curaba que  se cuidasen, evitando pecar, es decir, que no atentasen contra el equilibrio de las Leyes, a fin de que no les sucediese algo peor.  La conducta malsana induce al pensamiento al vicio del cultivo de ideas perturbadoras que pasan a gravitar en torno de quien las emite, contribuyendo para su desequilibrio físico, psíquico y emocional.

Sean cuales sean las enfermedades, todas son estados anómalos del Espíritu, que los exterioriza en el cuerpo como un hecho depurador  que le es necesario, con el fin de equilibrarse ante la Vida Activa de la cual procede y en la cual se encuentra.

La salud es el estado natural de la vida.

Jesús jamás enfermo, que se sepa, siempre se presento idealista y equilibrado ni aun cuando era instigado por las provocaciones. Nunca se excuso al trabajo, y al socorro a todos cuantos Lo buscaban, demostrando su perfecta estabilidad emocional y armonía física, en su condición de Espíritu Superior, cuya trayectoria quedó totalmente marcada por el amor y la acción dignificante.

El pensamiento es el agente catalizador  de los acontecimientos que involucran al ser humano.

Es necesario que renovemos los pensamientos y siempre sin cesar para mejor, creando hábitos saludables y dinamizando las actividades enriquecedoras de bendiciones, a fin de que nuestro estado sea de bienestar en todas las actividades humanas.

Mercedes Cruz Reyes, Extraído del libro “Días Gloriosos” Juana de Angelis (Divaldo Pereira Franco)

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¿ Que es la Metempsicosis ?.-

Esta idea supersticiosa y falsa, que tiene sus orígenes en el Brahamanismo de la India, consiste en poder volver a reencarnar en un animal o planta como castigo cuando la vida de la persona fallecida ha sido mala e impura.
Tal como afirma Kardec en “El Libro de los Espíritus”, desde el momento en que el Principio inteligente alcanza el grado necesario para ser Espíritu humano, este deja de ser alma animal, aunque de ella le quedan como residuo las pasiones de la materia y su instinto de conservación.
La metempsicosis es una superstición que afecta solamente a las religiones reencarnacionistas, desempeñando en algunos creyentes un papel amenazador similar al del Infierno cristiano, por quien fue copiada esta idea del castigo para el alma, aunque el brahamanismo a diferencia de la idea cristiana del infierno , al no creer en una suerte eterna y definitiva después de la muerte, lo han sustituido por esta otra amenaza para ellos tan cruel como el infierno cristiano, porque tener que regresar a este mundo como un animal y a veces hasta considerado inmundo, debe ser algo totalmente indeseable y terrible.
Herodoto, considerado como el padre de la Historia, decía que este concepto era como un castigo necesario al espíritu recalcitrante que así viola la ley de evolución con un retroceso a la fase animal.
Los antíguos egipcios consideraban este concepto debido a la errónea interpretación del fenómeno de la “Zooantropía” por la que sus médiums o sacerdotes llegaban a ver a Entidades humanas que en un estado perturbado e infeliz presentaban formas animalescas en parte de sus semblantes, ( recordemos los posibles orígenes de las leyendas del “hombre lobo”), como castigo de deformación de sus funciones orgánicas y psicológicas por un abuso de las mismas en una existencia humana anterior. Este castigo que supone el estado de zooantropía, siempre es de carácter transitorio y algunos Entes espirituales recalcitrantes en el mal, lo sufren durante la erraticidad, hasta que la reencarnación les libera de ese castigo y les da la oportunidad de recuperar sus atributos normales.
Según los conceptos hindúes sobre el alma, estas fueron creadas en su origen perfectas y felices pero por una rebelión fueron degenerando llegando a encarnar en cuerpos animales como castigo; estos conceptos se fundan en un principio de degradación de las almas. Estas comenzaron por la perfección y llegaron a la degradación; la perfección fue el comienzo y la degradación el resultado de sus experiencias en las vidas humanas.
Por el contrario las doctrina enseñada por los Espíritus nos aclara que estas fueron creadas sencillas e ignorantes, y que fundadas en un principio de progresión continuo a través de las reencarnaciones sucesivas llegarán a un cierto grado de perfección necesario para alcanzar la felicidad eterna. Los espíritus siempre progresan, aunque se puedan estacionar durante un periodo, pero nunca retrogradan porque la ley de la evolución espiritual determina que llo que se adquiere en conocimientos y moralidad no se pierde, de modo que si no progresa, tampoco retrocede, por lo que una vez alcanzado el grado de alma humana no puede volver a animar a seres inferiores a la Humanidad.
Evidentemente, si existe una ley general de Evolución que siempre actúa en sentido ascendente y nunca retrógrado, y la Ley de la Reencarnación que le sirve para realizar esta evolución en la materia, no se pude admitir racionalmente que cuando el Espíritu ya ha alcanzado por natural cambio evolutivo el rango humano tras haber pasado antes por los otros reinos de la Naturaleza , tal vez millones de veces, pueda después dar un gran salto involutivo hacia atrás y volver de nuevo a este mundo encarnado en un animal o vegetal, cuyas almas solo pueden ser de animales o vegetales, pero nunca humanas; ¿ donde quedaría en este caso lo ganado por el Ser durante el camino evolutivo que ya lleva andado desde que se inició su etapa humana? . Esto supondría una involución que no puede existir , porque si así fuese constituiría en sí misma una ley actuando opuestamente y en sentido contrario a otra ley: la de Evolución, que es de continuo perfeccionamiento y ascendencia espiritual, en cuyo caso, si así fuese, ambas se anularían entre sí y desde nuestra limitada óptica humana podemos apreciar como nuestra historia natural confirma que existe la marcha ascendente de la evolución.
El animal tiene su propia alma que alguna vez con el desarrollo de su evolución a través de muchos siglos y milenios, alcanzará finalmente la madurez necesaria para “reciclarse” en el plano espiritual como espíritu humano recién creado, simple e ignorante, pero con todos los atributos divinos latentes y listo para iniciar su desarrollo a través de la nueva etapa de evolución humana hasta conseguir al cabo de una mas o menos larga historia reencarnatoria, alcanzar la meta de llegar a ser un Ser Espiritual Puro, libre ya de las experiencias en la materia y de los mundos físicos. En este sentido si se podría considerar como verdadera la idea de la metempsicosis, pues se entiende el progreso gradual desde un estado inferior a otro superior, pero es totalmente falso el concepto de transmigración directa desde el animal al ser humano y viceversa, pues la evolución no avanza a saltos ni menos aún retrocede..
Nuestro psiquismo antes de entrar en la etapa hominal, ya adquirió anteriormente en los otros reinos de la Naturaleza, todas las experiencias que necesitaba hasta alcanzar la etapa humana, reencarnando después repetidamente como ser humano hasta alcanzar su actual nivel, y este no tiene marcha atrás porque la Ley de Evolución impide que de lo adquirido y madurado se pierda nada, sino que continuará progresando sin límite. El Ser espiritual sin embargo , gracias al libre albedrío si que se podrá estancar evolutivamente de modo temporal y limitado, pero una vez conquistados los valores espirituales estos ya no se pierden, por lo que jamás podrá retroceder a anteriores etapas evolutivas .
El que el ser humano no se pueda cruzar con ninguna otra especie animal, puede ser indicio de que sus almas están en grado inasimilable y por tanto el cuerpo material del hombre no es válido para ningún alma animal y viceversa, el alma humana no es compatible con ningún cuerpo carnal que no sea su propio cuerpo humano.
La confusión de la Reencarnación como método para la marcha evolutiva ascendente en la Naturaleza humana ,con la Metempsicosis como idea de que el Espíritu humano pueda reencarnar en animales o plantas y estos a su vez, directamente en humanos, han sido los falsos conceptos supersticiosos que más incredulidad en la Reencarnación y más escepticismo han generado.

- Jose Luis Martín-
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Nos despertamos y nos encontramos en una escalera. Hay otras bajo nosotros que parece que hemos ascendido y otras sobre nosotros que se elevan y perdemos de vista”.
- Ralph Waldo Emerson -
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">Queridos amigos y amigas: En estos días tan especiales en los que, un año más, hemos recordado cómo es el "Espíritu Navideño", en lo que significa de fraternidad, buenos deseos, en definitiva: En mucha gente se han reavivado deseos de hacer el bien y entregarnos a los demás buscando saborear la dulzura del altruismo y de la Caridad, también sentimos a su vez nuevas, pero a veces ya conocidas sensaciones de ilusiones renovadas para verlas realizadas en este año que ahora comienza su andadura, tal como sucede cada año y tan pocas veces alcanzamos plenamente.

Tengamos presente que este año, probablemente será mejor para muchos, pero también será peor para otros, pero eso es considerándolo desde una perspectiva humana, y sin embargo nosotros, los espiritualistas en general y los espíritistas en particular, deberemos evaluar la bondad o no de estos próximos doce meses, por nuestras realizaciones y logros en materia espiritual, así por lo que hayamos aprendido y asimilado durante este periodo. ¡ Ojalá podamos decir dentro de un año: Me siento mejor que ayer y más realizado, pero reconozco que aun deberé seguir aprendiendo en este mundo lo que se me brinde cada día, dejando atrás en el camino de la vida, algunos de mis defectos y errores, de modo que siento como voy adquiriendo nuevas virtudes y perspectivas que me hacen crecer y sentirme cada día mejor conmigo mismo.

 Cada uno vivimos la vida en unas circunstancias diferentes, por eso no debemos tratar de ser o de hacer lo mismo que es o hace aquél otro, pues él hace lo que sus circunstancias sociales, familiares, económicas, de salud, etc, le permiten y así es con todas las personas que poblamos este planeta, que no habemos dos iguales en las circunstancias que nos limitan a cada uno en cuanto a lo qué podemos realizar y hasta donde. Esto es algo que solo corresponde evaluar a la conciencia de cada uno para actuar libremente según esta le dicte.

En fin, reitero aquí, que os deseo a todos, de corazón, un gran año en lo material y por supuesto también en lo espiritual. Que el año próximo podáis hacer un balance positivo del mismo, y si a alguno nos toca sufrir alguna prueba en al camino mas o menos dura, que sepamos poner nuestra fe en Jesús y en el Padre, para que permitan la ayuda inmediata de tantas almas desencarnadas que están pendientes de nosotros con el anhelo de ayudarnos, inspirándonos fortaleza espiritual e insuflándonos  buenas resoluciones e ideas para que superemos los escollos del camino de la vida.

Por último, os deseo una buena y , si es posible, divertida fiesta de Año Nuevo, así como que cuideis los excesos negativos para el cuerpo y la mente, como es el caso del consumo de alcohol, que no es necesario para divertirse y sentirse bien, porque la alegría debe nacer del espíritu y no de una ingesta alcoholica descuidada.

¡ FELIZ AÑO 2.014 !