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jueves, 8 de diciembre de 2011

La Obsesión y sus síntomas



¿ Cómo son los síntomas de la obsesión y cómo se puede ayudar a un obsesado?

En principio el identificar un caso de obsesión, no es muy sencillo, pues entramos en un campo en el que los psiquiatras y psicólogos deben intervenir cuando estén seguros de problemas mentales o psicológicos del orden de la salud mental, pero cuando el caso escapa a una solución por parte de la ciencia y no se definen claramente los síntomas en el campo de la salud, la intervención solo cabe a espiritistas experimentados en hacer trabajos de esta clase con el apoyo de alguna mediumnidad que facilite la comunicación y consulta con el plano espiritual. 

Al respecto, son diversos los cambios en los comportamientos que se pueden observar en personas que comienzan a padecer esta clase de mal espiritual, por ejemplo los hábitos y reacciones habituales de la persona se modifican, llegando a asumir posiciones y actitudes extrañas y perjudiciales , inducidas sobre aquellos que se les someten , por mentes obsesoras, cayendo en un foso de sombras del que es muy difícil y penoso salir.

Conforme sea la constitución temperamental, que es un factor de relevante importancia, el obsesado se vuelve apático, o tiende a la depresión y a la melancolía, en razón del mensaje telepático deprimente que recibe, así como a los clichés mentales pesimistas que resuenan en su conciencia.

En el otro extremo, con una constitución nerviosa excitable, se producen casos de agresividad y violencia ; en desarmonía con sus actitudes habituales explota por tonterías, de lo que luego se arrepiente exponiendo la constitución psíquica a altas cargas de energías negativas que dañan los nervios, con los correspondientes perjuicios para su organismo físico-psiquico.  A los hábitos saludables van sucediendo las reacciones intempestivas, perdiendo los criterios de concepto y valor que dan lugar a extravíos y paradójicas formas de conducta.

Cuando la Subyugación es persistente, puede dar lugar a una especie de locura que no responde a tratamientos psiquiátricos convencionales. Esta “locura” solo se puede tratar con grandes posibilidades de cura, mediante el adoctrinamiento y la formación moral que se pueden ofrecer al Espíritu obsesor , llevándole al arrepentimiento, así como al obsesado víctima de su obsesión ; sin embargo el solo tratamiento con medicamentos ( sedantes e hipnóticos ), puede terminar por dañar su cerebro y entonces la víctima sí que se convierte en un auténtico lisiado mental.

La Subyugación puede ser física o psíquica, o de ambas formas a la vez, según la forma como se manifieste. La primera no implica la pérdida de lucidez mental e intelectual, porque actúa directamente sobre los centros motores, obligando al indivíduo aunque se resista a obedecer y a ceder ante la violencia que le oprime el obsesor. Llegado a este punto es en donde pueden irrumpir las enfermedades orgánicas por el cambio de condiciones celulares adecuadas ( falta de defensas orgánicas), lo que facilitan enfermedades por el acceso de virus y bacterias.  Mediante esta vigorosa y contínua acción fluídica, pueden dañar los tejidos orgánicos, perturbando  el metabolismo  e  influyendo en su trastorno  en general, con los consiguientes perjuicios físicos. En el segundo caso el paciente se ve dominado mentalmente, permaneciendo en un estado de pasividad, no siendo extraña la tortura emocional y llegando a perder por completo la lucidez. Así pierde temporal o definitivamente el área de la consciencia, no siendo capaz de expresarse libremente, permaneciendo aturdido. Su visión, su audición y los demás sentidos confunden la realidad objetiva con el imperio de vibraciones que registra desordenadamente en la esfera física y en la espiritual.
Estos casos se pueden ayudar mediante  un diagnóstico de su estado espiritual hecho por alguna persona con  facultades  intuitiva y de videncia muy experimentadas  en tratar esta clase de problemas, y que pueda llegar a establecer el origen del conflicto entre el   obsesor y el obsesado para definir las causas del problema existente entre ambos.

Una vez comprendida la dinámica reencarnatoria que nos relaciona a todos desde unas vidas a otras, se puede llegar a la solución del caso mediante el adoctrinamiento y esclarecimiento de ambos , desmontando así los vínculos de odio y de venganza que les unen desde un pasado conflictivo, y que actúan como un imán entre el obsesor y su víctima; y también, por supuesto, con mucha oración por ellos y a ser posible, con  ellos. Hay que hacerles sentir que la única salida para sus respectivos sufrimientos generados en un pasado común, es el total perdón y el reconocimiento fraterno mutuo como hijos de un mismo Padre que es Dios. Hay que hacerles comprender a los obsesados que permaneciendo en la construcción del bien, difícilmente podrán asimilar las inducciones perversas o criminales procedentes de los estadios de las regiones inferiores del astral; sin embargo si permanecen en posiciones de vulgaridad, placer, impiedad, vicio o desorden, reciben mayor influjo de ondas mentales que sintonizan, cayendo cada vez más profundamente  en precipicios de aturdimiento y desequilibrio.

Tales personas acuden al descanso físico buscando revivir y recrear en su mente las ambiciones desenfrenadas o las pasiones perturbadoras, vitalizándolas cuando no encuentran medios de realizarlas físicamente. Después durante el sueño se desdoblan reencontrándose con seres afines- encarnados o desencarnados- con los cuales se identifican, recibiendo una mayor carga de sensaciones de esas necesidades falsas, o dando cabida a esos estados anhelados que les turban o afligen. Cuando despiertan tienen  su mente atribulada con estas emociones, así como un incómodo cansancio físico y psíquico, encontrando dificultad para fijarse en las oportunidades de realizaciones positivas que la vida les ofrece; mientras tanto la idea obsesora fijada y viciosa , ya ha quedado establecida a través de ese intercambio mental nocturno.

Sin los ejercicios de reflexión mas profunda y sin los hábitos saludables de edificación del bien en sí mismos; sin el constante ejercicio de la oración como intercambio de fuerzas parafísicas, llegan a aparecer esas actitudes-sorpresa que le llegan a empujar hacia la idea engañosa del suicidio en medio de cuadros neuróticos, psicóticos o esquizofrénicos.
- Jose Luis -

Entre las causas más comunes de la obsesión encontramos las siguientes: Malos hábitos y conductas desordenadas”.-
- Juan Luis Sánchez -



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