Médiums Sanadores
Entre las bendecidas facultades medianímicas puestas a servicio de la fraternidad humana y del bien, la de naturaleza curadora se recubre de recursos preciosos para, en nombre del Terapeuta Divino, ayudar a las criaturas carentes de salud y bajo varios tormentos. Habiendo una predisposición orgánica especial en determinados individuos, se irradian las beneficiosas energías de forma consciente o no, con o sin la manipulación de buenos espíritus. Generalmente programados para la acción de la caridad, estos médiums se reencarnan bajo la asistencia de abnegados mentores, que los conducen a la práctica de la terapia de amor, canalizándoles las fuerzas de modo que puedan alcanzar la finalidad para la que fueron elaboradas.
Como el hombre nunca está solo, viviendo siempre acompañado por entidades que le corresponden a los climas mental y moral, en el caso de los médiums curadores, los espíritus interesados en el progreso y en la felicidad de los hombres les trabajan la personalidad y buscan orientarlos con cariño, con el fin de que su ministerio logre éxito. El resultado de la actividad dependerá de la forma como el médium se comporte, con elevación y ductilidad o con irresponsabilidad y pasión que pervierte. Como nada le cuesta, bajo ningún pretexto la mediumnidad curadora debe ser comercializada, sin que ocurra la incidencia en la ofensa de la simonía, que enreda al espíritu en un terrible berenjenal de aflicciones para su propio futuro.
No se hace necesario fórmulas sacramentales, gestos cabalísticos, ceremonias, indumentarias especiales, ningún objeto de naturaleza material visando a alcanzar los resultados favorables en la acción curativa. Se irradia de una forma saludable la bioenergía del médium, siendo aún más beneficiosa cuando es comandada por espíritus nobles, que conocen las necesidades del paciente, atendiendo los núcleos orgánicos deficientes o revitalizando los centros vitales generadores de la armonía celular y psíquica. A la medida que el intermediario desarrolla la capacidad de amar y de servir, distribuyendo el magnetismo curativo, se siente más revitalizado, porque, “se da más a aquel que más da”, según las recomendaciones de Jesús.
La conducta sana, que es consecuencia de una vida moral equilibrada, proporciona un poderoso intercambio de energías propiciadoras de salud. A su vez, el médium que ora se enriquece de valores espirituales y también desarrolla una aptitud innata, ampliando su campo vibratorio, aumentado la fuerza de la energía que canaliza para la salud, volviéndose una dínamo valioso para el bien en general. Basta una mirada, un toque, su presencia, para que los núcleos potencializados transmitan las fuerzas curativas, favoreciendo a las personas carentes y renovarlas. En Hechos de los Apóstoles, narran que las personas traían sus enfermos y los colocaban al borde de los caminos por donde pasarían Pedro y Juan, con el fin de que su sombra, caiga sobre ellos y los sanara…
El mal uso envenena las facultades, que pasan a un campo perjudicial explotado por las entidades viciadas y perversas. La aplicación digna de los recursos, hace propicia la paz interior y desarrolla los sentimientos de amor, ampliando los horizontes de fraternidad humana. Esta mediumnidad curadora, de la cual tanto usó el Maestro para poder curar a las multitudes, de las que se compadecía, está al alcance de todos aquellos que entrenando la aplicación de pases, desarrollarán las posibilidades bioenergéticas para un saludable intercambio de fuerzas entre los hombres, favoreciendo a los que sufren con la esperanza, la salud y la paz.
Vianna de Carvalho
Médium Divaldo Pereira Franco
Extraído del libro "Médiums Y Mediumnidades
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Mundos inferiores y mundos superiores
La clasificación de mundos inferiores y mundos superiores es más bien relativa que absoluta, porque un mundo es inferior o superior con relación a los que están encima o debajo de él en la escala progresiva.
Tomando la tierra como un punto de comparación, podemos formarnos una idea del estado de un mundo inferior, suponiendo al hombre en el grado de las razas salvajes o de las naciones bárbaras que aun se encuentran en su superficie, y que son restos de su estado primitivo.
En los mundos más atrasados los seres que los habitan son de algún modo rudimentarios; tienen la forma humana, pero sin ninguna hermosura; los instintos no están templados por ningún sentimiento de delicadeza ni de benevolencia, ni por las nociones de lo justo y de lo injusto, la única ley es allí la fuerza brutal. Sin industria y sin invenciones, los habitantes emplean su vida en conquistar su alimentación. Sin embargo, Dios no abandona ninguna de sus criaturas: en el fondo de las tinieblas de la inteligencia yace
latente la vaga intuición de un Ser supremo, más o menos desarrollada.
Este instinto basta para hacer que unos sean superiores a otros, pre parando su aparición a una vida más completa, porque éstos no son seres degradados, sino niños que crecen.
Entre estos grados inferiores y los más elevados, hay innumerables escalones, y entre los espíritus puros desmaterializados y resplandecientes de gloria con dificultad se reconocen aquellos que animaron esos seres primitivos, de la misma manera que en el hombre adulto es difícil reconocer el embrión.
Extracto del libro: El Evangelio Según El Espiritismo, por Allan Kardec.
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Único modelo
Hijos, luchad contra los pensamientos infelices que os crean hábitos perniciosos. El vicio mental esclaviza al espíritu en las acciones en que encuentra compañeros, visibles e invisibles, para que se completen.
Todo hábito es adquirido. No creáis en la fuerza determinante de lo hereditario, con ser capaz de transferir para el cuerpo lo que es responsabilidad del alma.
No os acostumbréis al mal, para que el mal no se acostumbre a utilizaros como instrumentos de su propagación en el mundo. El espíritu vive en la órbita de sus propios pensamientos y respira en la atmósfera de sus anhelos más íntimos. Que vuestra vida oculta sea como la vida que vivís para que los hombres os vean.
No arrulléis ideas enfermizas, por cuanto toda idea ardientemente acogida tiende a concretizarse. La dificultad de vivir con rectitud esta en el hecho de no procurar completar los espacios vacíos del alma con objetivos ennoblecedores.
Quien se habitúa a la oscuridad de la caverna se siente enceguecido con la luz que brilla allá afuera…
Que la disciplina espiritual, oriunda del cumplimiento del deber, os posibilite la subyugación del cuerpo. Los placeres efímeros a que aspiráis, cuando pasan, dejan secuelas de larga duración en los mecanismos del alma.
¿Cuántas veces el remordimiento, actuando en el inconsciente, aniquila al vehículo que posibilito al espíritu los terribles equívocos cometidos? Enfermedades de etiología oscura, tumores malignos, súbitas alteraciones cardiovasculares, disfunciones de ciertos órganos vitales o caída de la resistencia inmunológica, dando oportunidad a que surjan grandes infecciones, pueden ser desencadenadas por un proceso de auto-nutrición moral, en que el ser pretende liberarse de la vestimenta física en que se corrompe, olvidando de que la causa de todos sus males y aflicciones reside en su propia esencia.
Hijos, fuera del cuerpo, el espíritu prosigue viviendo de acuerdo con sus inclinaciones y tendencias. La muerte en si no transforma a nadie. ¡Si deseáis cambio substancial adoptad Jesús como el Único Modelo de vuestras vidas!
Bezerra de Menezes
Extraído del libro “A coragen de Fé”
Carlos A. Baccelli
Traducido por Jacob
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ALGUNAS ACLARACIONES SOBRE LA
MEDIUMNIDAD
Como es sabido, la mediumnidad no es un
fenómeno moderno. Lo es en cuanto al nombre, que significa mediador, medio o
canal de transmisión. Sin embargo esta existe desde que el ser humano
consciente, deambula por este planeta, conectando la dimensión de los llamados
muertos, o de los dioses, con la dimensión humana en este mundo. También estas
personas recibían otros nombres, como brujos, sibilas, hechiceros, etc.
Tan antigua como el hombre, tuvo y aun tiene
el papel de despertar el sentido religioso del ser humano al descubrirle una realidad intangible más
allá de este mundo.
Sin embargo en el libro titulado “hechos de
los apóstoles”, se afirma que hacia el final de los tiempos, como preludio y
señal de que los plazos para el cambio
de los tiempos son llegados, la mediumnidad será un fenómeno popular y
abundante.
Vemos como desde mediados del siglo XIX, los fenómenos psíquicos y paranormales relacionados con la
mediumnidad, llamaron la atención del pensador y pedagogo francés Hipólito
León Denizart Rivail, el cual los analizó y clasificó con ayuda
precisamente de los médiums que participaron en
su trabajo de codificar las enseñanzas
dadas por el Espíritu de Verdad y otros Seres espirituales de gran elevación.
Este hecho es indicativo de que el cambio
de ciclo espiritual de la Tierra, conocido como final de los tiempos, comenzó
ya hace casi dos siglos y aún no ha concluido, como es evidente.
Los mediums tienen la misión importante y
principal de dar a conocer el mundo espiritual, como prueba de nuestra
inmortalidad, precisamente mediante su particular constitución periespiritual,
que les confiere la necesaria constitución orgánica de su sistema nervioso,
necesaria para cumplir con sus cometidos mediúmnicos.
No por el hecho de que posean una facultad
o capacidad espiritual o psíquica, ello supone que sean personas moralmente
superiores a quienes no la poseen, sino que por el contrario, muchas veces se
trata de personas cuyos espíritus están muy endeudados con la justicia Divina y
podemos deducir que se les otorga precisamente como una valiosa herramienta
para su propio adelanto, pero de la que son responsables por el uso correcto o
no que le puedan dar.
El principal escollo que tienen los médiums
por su facultad, es el de la propensión que tienen a sufrir una obsesión espiritual
en diversos grados, pero esta les puede acometer por falta de una adecuada formación sobre el
por qué y el para qué de su facultad, así como por sus propios defectos
morales, tal como la vanidad, el orgullo, la soberbia, etc. Por eso el médium
que aspira a ejercer con provecho su
facultad, debe conducir su vida personal de modo recto y sencillo, atrayendo
con su comportamiento y estado anímico, solamente a Espíritus buenos que le
guiarán rectamente, rechazando a su vez
a los espíritus inferiores o malvados que traten de engañarlo obsesándolo y
desviándolo de sus cometidos.
Cuando los buenos espíritus que tratan de
proteger y guiar al médium no se sienten escuchados o atraídos por el mismo,
terminan por retirarse, dejando paso a otros espíritus inferiores que
sintonizan mejor con el médium.
El médium responsable y consciente, no se
enorgullece por su facultad, porque sabe que esta no la tiene porque él la haya
ganado o merecido, sino que es solo un préstamo que se le ha dado, y que no
siendo dueño de la misma, es una estafa moral utilizarla con fines de
explotación y beneficio material.
No es un regalo material que recibió al ser
consciente de su facultad, sino una carga por el peso de la gran
responsabilidad que intuye que con ella cae sobre él, al no poderla utilizar
con fines de lucro y solamente para hacer gratuitamente todo el bien posible,
demostrando así al mundo, la realidad de la vida después del fenómeno de la
muerte del cuerpo material.
Todos los humanos tenemos alguna facultad
psíquica o mediúmnica, por incipiente que sea, pero no todos nos consideramos
médiums, porque como tal solamente designamos a los que esas capacidades
para-psíquicas son manifiestamente desarrolladas.
Y estas facultades no son algo nuevo ni
novedoso en estos tiempos de cerrado materialismo y agnosticismo que las
ignoran y las ocultan como si siempre fuesen fraudes de mago prestidigitador.
Desde
los primeros seres humanos que existieron sobre la faz del planeta, por
costumbres y rituales deducidos de los más remotos hallazgos arqueológicos, siempre
existieron los médiums, aunque con otros nombres, según las diversas
civilizaciones, tal como hechiceros, magos, sibilas, chamanes, brujos, etc. Esto
significa que estas antiguas y manifiestas facultades que siempre acompañaron
al hombre, forman parte de su naturaleza como tal, por tanto lo que llamamos
paranormal no es que sea nada sobrenatural, ya que no existe nada fuera de la naturaleza; la cuestión es que creemos que
ya conocemos todos los secretos más profundos de la misma, por lo que aquello que no comprendemos y su falta de explicación
según el nivel de razonamiento y desarrollo científico que lo explique, forma
parte del misterio, creemos que es otra realidad que erróneamente llamamos “sobrenatural”,
o sobre la naturaleza.
La mediumnidad depende directamente del desarrollo y funciones de la glándula Pinneal, situada en la base del cerebro, por eso se comprende mejor lo que arriba indico de que no es mérito del médium el que la posea. Hay quien nace con ella y ya desde temprana edad se evidencia, o bien se manifiesta a partir de determinados momentos de la vida, especialmente durante la fase del desarrollo físico y psíquico de la persona.
- Jose Luis Martín-
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