La doctrina Espirita figura en la Tierra como restauradora del Cristianismo primitivo.

En la actualidad, hay muchos núcleos espiritas como verdaderos templos, donde Jesús debe estar representado no por imágenes de barro, altares ornamentados o estatuas de bronce, sino por las actitudes esencialmente cristianas de sus frecuentadores.

Es la religión del Espíritu, y su símbolo es el estudio doctrinario  de la fe razonada.

Las características de una Casa Espirita debe ser primero primar por la simplicidad, aplicando en sus construcciones e interiores lo básico para el estudio, divulgación y practica del Consolador. Si actúan con exagerada preocupación en ofrecer confort que lleva al ocio, estarán huyendo de los objetivos propuestos por Jesús, olvidándose  de que la verdadera fortaleza de un centro o casa espirita, desde el punto de vista de su función en la Tierra, no está en los cimientos en concreto, y si en la vivencia del aspecto doctrinario, ese sí deberá ser colocado en evidencia, fortaleciendo moralmente a los adeptos de la tercera Revelación, contribuyendo para el esclarecimiento y entendimiento de lo que realmente es el Espiritismo, lo que es el Centro Espírita, cuales son sus responsabilidades y su sagrada importancia como representante del Cristo en el planeta.

La responsabilidad de los que están al servicio del espiritismo, es muy grande, deben adoptar  seriedad en ejecutar las tareas, para que así reconozcan, a las almas enfermas que atentan contra la obra del Señor, aprovechando las debilidades humanas, son observadas por benefactores espirituales, heraldos de los cielos, que apoyan, protegen, incentivan a todos los que cooperan de manera honesta y verdadera, mas sin quitarle, la oportunidad del aprendizaje y del testimonio.

Los componentes de un Centro Espirita adoptaron responsabilidades ante Dios nuestro Padre y el movimiento espirita y los que ejecutan cualquier función, en las benditas casas consagradas al Espiritismo, han de encontrar en el trabajo, sencillo en cuanto a la forma, profundo e importante en cuanto al fondo, esclarecimientos y estímulos para la vigencia, la oración, el estudio y el trabajo, guardando la certeza de que. Lo que quiera que ocurra en el Centro Espírita, es siempre fruto de la actuación buena o mala, y siempre responsabilidad de los que lo componen. Independientemente del servicio que se ejecuta, siempre serán convocados a comparecer al tribunal de la propia conciencia, bajo los ojos atentos y severos de las leyes divinas convertidas en gran Juez que darán cuenta de sus actos. Siempre que el orgullo, la vanidad, la lengua viperina y la intolerancia penetre en los templos espiritas, estarán abriendo sus componentes brechas a los adversarios del amor alborotando la obra de Cristo. En los verdaderos Centros Espiritas el amor debe representar de manera absoluta y fiel, el propio Cristianismo, para que las infiltraciones no tengan lugar.

La casa espirita es una oficina de trabajo de los espíritus benefactores junto a las criaturas humanas de los dos planos.

Es necesario que en ellas se implante la alegría del estudio, del socorro y de la labor espirita, posibilitando oportunidades de servicio cristiano en compañía de los hermanos encarnados comprometidos con el mismo ideal.

Los Mentores, que permanecen al otro lado tienen el deber de amparar y conducir a los encarnados por caminos rectos, respetando, obviamente, la facultad de libre elección.

Su modesto trabajo, en la siembra de Jesús, llama la atención de los adversarios espirituales deseosos en aniquilar toda y cualquier disposición de ayuda cristiana. En el fondo, son almas enfermas, profundamente necesitadas de atención y cariño, que se esconden usando las mascara de la maldad que, antes o después, tendrán que dejar caer, pues la ley de progreso es para todos.

Por ellos, las actividades de los mentores se ven muchas veces amenazadas en los centros. Algunos espíritus que aun están en el aprendizaje para el trabajo espiritual se espantan. Otros quedan atemorizados, creyendo que los superiores no tienen disposición y recursos para la defensa, y no es asi, todo está bajo control, para fortalecer a los hermanos en la jornada Terrena. Es una hermosa posibilidad de testimoniar, en la práctica, todo aquello que estudian acerca de las enseñanzas de Jesús ¿pues que seria del alumno si la escuela periódicamente no le aplicase exámenes?

La Sabiduría Divina; a través de sus leyes, controla todo, maniobra todo, y, en un mundo como el de la Tierra, de expiación y de pruebas, es natural que el mal predomine, probando, constantemente, a los que aspiran al titulo de seguidores de Jesús. Pero no hay que tener miedo ni flaqueza morillos mentores espirituales de los centros no están abandonados por Dios; disponen de muchos recursos espirituales de defensa; tienen a su lado a las entidades sublimes que los apoyan, inspiran y garantizan su protección.

Ellos trabajan en nombre de Jesús; están cumpliendo, cuando es posible, los designios Divinos. Las batallas son a  los encarnados  a quienes compete vencer, ellos se  limitan a protegerlos, vigilando y orando fervorosamente.

Muchos hay que por los sentimientos que alimentan, no merecen el recurso de los Mentores, pero no obstante, las tareas que realizan promueven el bien común, por su trabajo bien hecho que ejecutan, aunque lo realicen como “ profesionales espiritas” y no como verdaderos idealistas, la protección se hará sentir del plano espiritual pensando en el estado de la casa. Pues estos “profesionales” nada reciben financieramente, están siempre en busca de los elogios, de la notoriedad y siempre se irritan cuando no son llamados. Estos son, los que infelizmente son alcanzados, pese al empeño de la Espiritualidad querer protegerlos, será prácticamente imposible salvarles. Pues cuando se trata de una actuación aislada, la espiritualidad Mayor tiene mecanismos para evitar el asedio del mal, pero cuando se trata de una falange bien preparada, con mentes inteligentes explorando todas las inferioridades humanas, y encarnados vibrando en el mismo padrón, es prácticamente imposible salvarles.

Es una pena que en el Templo de la fraternidad, entre los conocedores del evangelio, algunos insistan en ser el ejemplo de aquello que Jesús no enseño.

Hay que comprenderles pues están en el aprendizaje, no se han despertado aun, y actúan así por cargar en el alma las informaciones espiritas y no la vivencia de ellas.

 Los mentores del centro, comprenden estas deficiencias, son tolerantes, y los inspiran para el camino del bien, porque es de Ley Divina hacer al otro lo que nos gustaría hiciesen con nosotros. Ellos no desean estar entre aquellos que apuntan las dificultades criticando maliciosamente, sin presentar propuestas de ayuda y renovación. Ellos desean cooperar en silencio, prefiriendo ver en su semejante las virtudes que ya conquistó animándole amorosamente para vencer las propias dificultades morales; agradeciendo, en lo posible, a los que trabajan en la Casa ESPIRITA.

Merchita