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sábado, 14 de junio de 2014

Las drogas y el ejemplo que damos a nuestros hijos

LA DROGA Y EL EJEMPLO QUE DAMOS A NUESTROS HIJOS

Las “drogas” digitales sonoras (y drogas) están invadiendo la red mundial de computadoras y se proliferan rápidamente en las redes sociales. Creada en los Estados Unidos, la “droga” en referencia no es de beber, fumar, esnifar o inyectarse, pero si es  escuchar: sí, (increíblemente!) ¡Escuchad! Son “píldoras” sonoras digitales, que, con simples batidas combinadas, obligan al cerebro  a intentar equilibrarlas. De ahí surgiría el “barato”. Es una acción neurológica que consiste en la emisión de sonidos diferentes en cada oído (zumbidos, mismo), supuestamente estimulando el cerebro y produciendo sensaciones de “euforia”, estados de trance “o de “relajamiento”. Tales drogas  digitales invadieron Francia en los dos últimos meses y, por cuanto, sus efectos son desconocidos. (1)
En la tierra de Kardec aun no hay estudios realizados sobre el asunto. Más, neuropsicologos creen que los sonidos pueden tener fines terapéuticos para algunas dolencias como el “autismo”. Todavía, en determinadas frecuencias estimulan la imaginación o creatividad y pueden provocar disfunciones cerebrales, lo que llevaría  a las alucinaciones o a una experiencia “Psicodélica”. Otros afirman que su efecto no pasa de auto sugestión  y no acreditan que exista riesgo de dependencia.
¿Cuáles son, después de todo la "i-dosis" o "e-drogas"? son archivos de audio para  computador que generan supuestos efectos alucinógenos. Se basan en hipótesis y se venden como hechos concretos "(2) Ciertamente, el" e-drogas "tienen un efecto placebo, esto es, puede provocar alguna reacción porque la persona cree que aquel ruido puede llevarla  a estado alterado de conciencia. Más no hay evidencia científica sobre esa reacción psíquica.
La explicación de esas "y las drogas" están basadas en la técnica de golpes bineural, es decir, es la reproducción de sonido con dos frecuencias diferentes, más muy parecidas, una en cada oído. Eso forzaría el cerebro a producir una tercera frecuencia, el desencadenaría sensaciones parecidas con las de narcóticos.(¿¡…) Más, profesionales especializados en drogas y toxico dependencia indican que no existe riesgo de dependencia.
. Hay "trabajos técnicos que muestran que las regiones cerebrales activadas durante la
audición de un ruido [por ejemplo la música]  que causan placer a las personas son las mismas involucradas en los estímulos inductores de excitación, placer y uso de drogas de manera general." (3) Más, “no hay registro de alteraciones significativas con el estimulo sonoro. Ya estímulos visuales o alteraciones en la frecuencia de luz pueden causar una alteración neurológica, como desencadenar una crisis epiléptica”(4)
Bajo cualquier hipótesis, cuando el asunto es “droga”, percibimos que hay un número bastante significativo de personas que, instantáneamente, asocian esa palabra  a productos cuyo consumo no es lícito, sean cuales sean: marihuana, cocaína, crack, incluso comprimidos digitales, etc. No en tanto, se olvidan  de que, tanto desde el punto de vista  físico como espiritual, otros productos tóxicos, y de libre comercio, son tan perjudiciales o más perniciosos, hasta, que aquellos, como por ejemplo: la bebida alcohólica, el cigarro, las drogas confeccionadas  en laboratorios, etc.
¿Cuántos hogares son deshechos y cuantos crímenes son cometidos, cuya causa provienen del estado de embriaguez? ¿Cuántas dolencias incurables diagnosticadas en personas  que se lanzaron  a la auto crueldad por la dependencia de la nicotina? Por tanto, el hecho de ser una “droga electrónica” o cualquier sustancia  legal o ilegal  puede no tener una relación directa con el peligro que ofrece.
Los hijos que ya se iniciaron en los malos vicios, más que aun no establecieron un nivel de intimidad mayor  con las drogas, los padres pueden y deben ampararlos con serenidad, ayudándolos, fundamentalmente,  a no tornarse  dependientes. Los padres deben enseñarles  a mantener encendida la llama de la experiencia, inculcando en ellos la idea de que todas las frustraciones  personales son pasajeras y que son, apenas, momentos difíciles de ajuste del alma para el crecimiento personal.
 En verdad, los hijos, cuando crecen, registran en su psiquismo todas las actitudes de los padres, tanto las buenas como las malas, manifestadas en la intimidad del hogar. Crecen, observando a los adultos utilizando tranquilizantes a la menor señal de  tensión o nerviosismo y, casi que inmediatamente, presencian  las primeras señales  de “serenidad y calma” ejercidos por la acción del medicamento. Son atentos, igualmente, a la actitud y la contradicción, entonces, es visible, ya que muchos de ellos tienen maneras diferentes de tratar con un niño. Algunos están totalmente en contra del uso de alguna droga, legalizada o no, más la mayoría considerada socialmente aceptable  el consumo de bebidas alcohólicas, el vicio del cigarro, el uso de “energéticos”, etc. Todo eso, sin hablar  del grave problema  de los las benzodiacepinas, los barbitúricos y la metadona, cuya ingestión puede causar dependencia permanente como cualquier otra droga alucinógena.
En verdad, las drogas no deberían ser  evaluadas, teniendo por base productos químicos o electrónicos, ilegales o legales, sino por los maleficios que ellas acarrean al ser. Los adultos inventan siempre “disculpas justificadas” y formas de justificar su comportamiento paradójico. Con todo, se trata  de un modelo de comportamiento que no sirve de referencia a alguien, muchos menos  a aquellos que son adeptos a los moldes que Jesús  nos vino a enseñar.
Muchos padres a la menor señal de angustia, de malestar, echan mano de un “remedio” de una, “cervecita”, de un “cafetito”, de un “cigarrillo”, para aplacar la ansiedad de una forma casi instantánea. Ese es el principio básico del paradigma de comportamiento dependiente, que observamos en un inmenso numero de adultos y padres, en el cual,  “sin sospecharlo” están sumergidos.
Tales personas, introducen en el inconsciente de los hijos, alumnos, y jóvenes en general, la idea de que los problemas pueden ser resueltos, como por arte de magia, con la “ayudita” de una “sustancia”, destilada o fermentada; de una “plantita “ inocente, del genero nicotina (solanácea), conocida por tabaco, de un "Alcaloidezinho, también inofensivas, conocido por cafeína, y así en adelante. Sin embargo, todos actúan sobre el sistema nervioso central y alteran todo el metabolismo del individuo, igualmente.
Los padres deben estar siempre atentos y, incansablemente, buscando un dialogo  franco con los hijos, sobretodo, amparándolos moralmente, independientemente, de cómo se  sitúen en la escala evolutiva.  Los padres no se deben desesperar, moralmente en el mundo de hoy. La mejor manera de intentar neutralizar  la atracción que las  drogas ejercen será estimular a los jóvenes a experimentar  formas no químicas (obviamente, excepto las sonoras) de obtención del placer. Los “baratos” pueden ser obtenidos a través de actividades religiosas, intelectuales, artísticas, deportivas, etc. Cabe a los adultos intentar  conocer mejor a los jóvenes para estimularlos a experimentar formas más creativas de obtener placer y sensaciones intensas, más dándoles ejemplos de sobriedad.
Es importante que los padres enseñen a sus hijos a mantener permanente vigilancia por la oración basada en una fe razonada, en ese caso el Espiritismo propone, de entre otras bendiciones, el fortalecimiento y el equilibrio mental.  Una cosa es cierta: el espiritismo no propone soluciones especificas, reprimiendo o reglamentando cada actitud, ni dicta formulas mágicas de buen comportamiento a los jóvenes. Prefiere acatar, en toda su amplitud los dispositivos  de la ley divina, que aseguran a todos el derecho de elegir (el libre albedrio) y la responsabilidad consecuente de sus actos.
Ejerzamos confianza en Dios, primeramente, y optemos por la gragea del afecto, el comprimido del cariño, y la droga de la comprensión, la gota de la renuncia, el te del amor en familia, por ser los más eficaces remedios en la cura de las patologías  de cualquier procedencia. Esos medicamentos se consustancian por la mayor atención de los padres  con los hijos, demostrado por la sana preocupación que tienen en la formación moral de ellos  respondiendo a sus necesidades afectivas.
Jorge Hessen
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EL VALOR DE LA ORACIÓN


Allan Kardec en el Libro de los Espíritus interroga a los espíritus: ¿Agrada a Dios la oración? Ellos respondieron: La oración es siempre agradable a Dios, cuando es dicha con el corazón, pues, para Dios, la intención es todo. Así, es preferible que la oración sea íntima y sentida con fe, con fervor y sinceridad y no la oración hecha con los labios. Para el hombre fútil, orgulloso y egoísta, puede haber hecho sí un acto de sincero arrepentimiento y de verdadera humildad. La oración es sentimiento y podemos con las palabras, expresar lo que hay en nuestro interior.
  
El conceptuado escritor espírita Richard Simonetti nos habla de dos tipos de oraciones: la oración horizontal y la vertical. La primera tiene bastante identificación con las oraciones proferidas en algunas denominaciones religiosas y que son dirigidas, exclusivamente, por promesas de ventajas en la vida material, con exorcismos, curas, cultos a las imágenes, buscando el dinero del que la profiere. Ya la oración vertical desinteresada está directamente envuelta con el mejor sentimiento de humildad y de sinceridad de quien ora para el prójimo y para Dios.

 En la plegaria lo que importa no es la duración, la repetición, el ritual, la sofisticación de lasexpresiones; fundamental es presencia del sentimiento y de la sinceridad. Lo esencial no es orar mucho, sino orar bien. Esas personas suponen que todo el mérito está en el tamaño de la plegaria ycierran los ojos para sus propios defectos. Hacen de la plegaria una ocupación, un empleo, nunca, sin embargo, un estudio de sí mismas. La ineficacia en tales casos no es del remedio y sí de la manera como lo aplican.
     
 Aquellos que colocan en la plegaria los ingredientes de la bondad y de la simplicidad y profunda voluntad de ayudar al prójimo, dispuestos a reconocer sus maldades con el propósito de renovación, tienen sus dificultades disueltas por los manantiales de bendiciones que se derraman sobre sus cabezas emanadas del Creador.
       
 En la plegaria podemos pedir, loar y agradecer. Cuando pedimos directamente a Dios, sin el pago a alguien que sea intermediario, con fervor del corazón y de acuerdo con nuestro merecimiento, por descontado, recibimos. Cuando loamos la obra divina y las leyes que rigen vida y el universo, entramos en armonía con el cosmo divino. Por último, cuando agradecemos, estamos colocándonos en la condición de hijos de Dios y que tenemos la obligación de colaborar con el progreso material y espiritual de nuestra casa planetaria.

Finalmente, tener la fe es guardar en el corazón la luminosa certeza en el padre, certeza que superó el ámbito de la creencia religiosa, haciendo al corazón reposar en una energía constante de realización de la vida y del bien al semejante por la Caridad. ¡Piense en esto!

João Cabral – 
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EN TORNO A LA LIBERTAD · 

Francisco Cándido Xavier
“Mostramos la pagina que nuestro querido Emmanuel escribió, en torno a la libertad, en respuesta a las indagaciones y a los comentarios habidos en una de las reuniones públicas. Jóvenes y adultos  se referían a los asuntos de la independencia, con opiniones muy diversas, antes de la realización de las tareas allí programadas.
En el inicio de las actividades programadas, el Libro de los Espíritus les ofreció la cuestión número 825. Y el bondadoso amigo espiritual, en la fase final de la reunión, les dio  sus impresiones en el mensaje  honrarás a la libertad.
Creyendo pueda el tema estudiado servir igualmente  a nuestras reflexiones, se hace remesa de la pagina referida  al generoso apoyo de sus manos.

                  HONRARÁS A LA LIBERTAD ·
 Emmanuel

Honrarás la libertad, no para volver a las brumas del pasado en cuyos desvaríos ya nos sumergimos muchas veces,  y que te impelerán  a tomar nuevo cuerpo en el plano físico, más, frecuentemente para rescatar las consecuencias infelices de los actos impensados.

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Estimarás la libertad para cultivar la conciencia  tranquila por el exacto desempeño de los compromisos que esposaste.

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Muchos compañeros de la Humanidad, se harán oír, ante ti, anhelando teorías brillantes refiriéndose a la independencia y progreso, casi siempre para justificar el desgobernado predominio del instinto sobre la razón, como si el progreso, e independencia constituyesen el retorno al primitivismo  y a la animalidad.
Oirás a todos ellos con tolerancia y bondad, observando, sin embargo, las celadas que se les ocultan bajo el lujo ver balístico, a la manera de almohadillas recubiertas de flores, y seguirás adelante con corazón atento a la ejecución de los encargos  que la vida te reservó.
Sabes que la inteligencia, cuando se propone  desviarse con el olvido de los principios que le dictan  un comportamiento digno, inventa fácilmente  palabras brillantes, con el fin de disfrazar su propia deserción.

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Aceptarás el trabajo en el grupo doméstico o en el equipo  de acción edificante  a los cuales te vinculas, en la producción del bien general, donando lo mejor de ti mismo en abnegación a los compañeros que  comparten la experiencia, en la certeza de que únicamente en las luchas y sacrificios en que somos obligados a vivir  y a convivir, unos frente a otros, es que conseguiremos la carta de manumisión en el cautiverio que nos aprisiona a los resultados menos felices de existencias pasadas.

*
Orarás y vigilarás, según las enseñanzas de Jesús, y honrarás la libertad  como Él mismo la dignificó, amando a los semejantes sin exigir  el amor ajeno  y prestando auxilio sin pensar en recibirlo.

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Serás, en fin, libre para obedecer  las leyes divinas y siempre más libre para ser cada vez más útil  y servir cada vez más.

                                CONDICIONES DE LA LIBERTAD · 
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J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
El principio  de la libertad es un deseo natural del hombre y constituye el fundamento de todas las realizaciones duraderas. Sabemos que el hombre es, en la Tierra,  entre los seres  visibles que la pueblan, el único dotado de libre albedrio. Más la libertad es condicionada por la responsabilidad, siendo que la responsabilidad,  a su vez, no puede existir sin libertad. Estamos ante  de lo que podríamos llamar la dialéctica de la autonomía. De la interacción de libertad y responsabilidad  surge la síntesis de la independencia, tanto en el plano individual como en el colectivo.

La cuestión 825 de El Libro de los Espíritus es la siguiente: “Pregunta: ¿Hay posiciones en el mundo  en las que el hombre pueda presumir de libertad absoluta? – Respuestas: No, porque  todos os necesitáis uno  a los otros, así como los pequeños como los grandes.”

Ese problema fue ampliamente analizado por Kardec  en el estudio “Libertad, Igualdad  y Fraternidad”, publicado en Obras Póstumas. Allí encontramos esta proposición: “Desde el punto de vista social la fraternidad figura en primera línea,  es la base. Sin ella no podría haber igualdad ni libertad verdadera. La igualdad discurre de la fraternidad y la libertad es una consecuencia de las dos”.
Tenemos así dos condiciones sociales para la libertad, que son los principios de igualdad y fraternidad, y una condición moral que es la responsabilidad. A esas condiciones Emmanuel propone los corolarios de la obediencia y del servicio. Sin obediencia a las leyes divinas, que nos mandan a servir al prójimo  por amor, no hay libertad. Por otro lado, la libertad absoluta no existe, es apenas un sofisma. Vivimos  en relativo y no en absoluto.
¿Más que son las leyes Divinas? ¿Un código moral escrito? Para el Espiritismo las leyes divinas son las propias leyes naturales, creadas por Dios. Existen desde los planos inferiores de la naturaleza. Los sofistas modernos piden a la  libertad de los instintos animales del hombre, más el espiritismo nos advierte de la existencia de los instintos espirituales que constituyen las exigencias de la conciencia. Y entre esos acentúa la presencia de la ley de adoración, que nos impulsa a todos en dirección a Dios.

Artículo publicado  originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970.

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