Entradas populares

sábado, 28 de febrero de 2015

Explorando la Mediumnidad


VIDA EN FAMILIA
Los hijos no son copias exactas de los padres, que apenas producen el cuerpo, gracias a los mecanismos del atavismo biológico.
La herencia y las semejanzas físicas son consecuencia de los gametos, no en tanto, el carácter, la inteligencia y el sentimiento proceden del Espíritu que se corporifica por la reencarnación, sin la mayor dependencia  de los vínculos genéticos  con los progenitores.
Atados por compromisos anteriores, retornan, al hogar,  no solamente aquellos seres a quien se ama, sino a aquellos otros a quien se debe o que están con deuda…
Cobradores empedernidos surgen en la forma fisiológica, reduciendo con el deudor, sirviéndose  del proceso superior de las Leyes de Dios para el reajuste de cuentas, en el cual, no pocas veces, se complican las situaciones, por indisposiciones  de los consortes…
Reaparecen los adversarios como miembros de la familia para recibir amor,  no en tanto, en la batalla de las afinidades  padecen campañas de persecución inconscientes, experimentando la pesada carga de antipatía y animadversión
La familia es, antes de todo, un laboratorio de experiencias reparadoras, en la cual la felicidad y el dolor se alternan, programando la paz futura.
Tampoco es grupo de bendición,  ni elan de la desdicha.
Antes es la escuela de aprendizaje y redención futura.
Hermanos que se aman, o se detestan, padres que se disputan en el proscenio doméstico, genitores que destacan  unos hijos el detrimento de los otros, los hijo que agreden o amparan a los padres, son Espíritus en proceso de evolución, retornando al palco de la vida  física para la puesta en escena de la pieza en la que fracasaron, en el pasado.
 La vida es incesante, y la familia carnal son experiencias transitorias en programación que objetiva la familia universal.
Bendice, pues, con paciencia y  perdón, el hijo ingrato y condenado.
Comprende con ternura al genitor atormentado que no te corresponde las aspiraciones.
Disculpa al esposo irresponsable o compañera  liviana, perseverando a su lado, aun mismo que el ser a quien te vinculaste quiera irse adelante.
No se aferre a amarres de odio o resentimiento. Irá más allá, si, prosigue, sin embargo, fiel, en el puesto, y amando…
No te creas responsable directo en la provocación que te abate ente el hijo limitado, física o mentalmente.
Tu y el estáis comprometidos ante los códigos Divinos por el pretérito espiritual.
Tu cuerpo le ofreció los elementos  con que se presenta, sin embargo, fue el, el ser espiritual, quien modelo el ropaje con el cual comparece para el compromiso libertador.
Ante el hijito deficiente no te inculpes. Amalo más y complementa las limitaciones con tus recursos, llenando los vacios que el experimenta.
Sus carencias son bendecidos mecanismos de crecimiento eterno.
Haz por él, hoy, lo que ayer descuidaste.
La vida en familia es oportunidad que no debe ser descuidada o malbaratada.
Con mucha propiedad  e irrefutable sabiduría, Jesús afirmó , al doctor de la Ley: Nadie entrará en el reino de los cielos, si no naciera de nuevo…”
Y la Doctrina Espirita establece con seguridad:
“Nacer, morir, renacer aun y progresar siempre – es la ley. Fuera de la Caridad no hay salvación.”
Por el espíritu Joanna de Angelis – Del Libro: SOS Familia, Médium: Divaldo Pereira Franco.
                                                                             *****************************
El hombre consagra el deber su reposo , su fortuna, su vida porque reconoce que viene de Dios.
J.Simon
                                       ****************

¿Por qué no basta con vivir una sola vida ?

Porque el grado de Perfección que estamos llamados a alcanzar es muy superior al de la inmensa mayoría de los seres humanos actuales, y es imposible alcanzarlo en una sola vida por larga y provechosa que esta fuese. Nadie en una sola existencia, por bien aprovechada que fuese, podría evolucionar espiritualmente tanto como para no necesitar seguir adquiriendo mayores y más profundas enseñanzas y más experiencias que solo se podrán encontrar en otras vidas futuras vividas en mundos físicos como el nuestro.
Cuando nacemos traemos a este mundo además de un carácter y de una circunstancias sociológicas y familiares, una forma de ser y de comprender la vida, producto de las experiencias anteriormente vividas, o sea una tesis. Pero a lo largo de esa vida el ser humano sigue aprendiendo y viviendo nuevas experiencias , haciendo que la tesis inicial con la que llegó a este mundo vaya cambiando; es lo que se podría llamar una antítesis, pero esta al final de esa vida ,como compendio de lo aprendido vuelve a ser una síntesis o resumen de lo asimilado, que a su vez constituye la nueva tesis con la que nace en otra nueva reencarnación, y así sucesivamente, peldaño a peldaño vamos ascendiendo el empinado camino de la evolución del espíritu.
No existe nadie en este mundo que haya sido creado perfecto o con la capacidad de lograr una perfección que le hiciese innecesario adquirir nuevas experiencias aprendizajes y valores, experimentando nuevas pruebas, por larga y provechosa que fuese su única existencia material. Sería como creer que una minúscula semilla que se planta un día, al día siguiente ya pudiera ser un gigantesco y frondoso árbol. La Naturaleza no da saltos en su camino de progreso, de modo que este siempre sucede de modo gradual y suele ser lento.
- Jose Luis Martín -

                        **************************

La mas larga caminata comienza con un paso “
Provervio Hindue -

                                    ***********************

EXPLORANDO LA MEDIÚMNIDAD


Todos los que trabajan   y palpitan  en el campo de las enseñanzas de Jesús, desean parecerse a El. Sin embargo, el mundo entero reverencia al Enviado de Dios, cuya figura renace, día a día, de las cenizas del tiempo, indicando la bondad y la concordia, la tolerancia y la abnegación por mapas de la felicidad real, en el centro de cooperadores que se multiplican, en todas las naciones, con el paso de los siglos.

Hasta hoy, los fenómenos mediúmnicos que se desdoblaron al margen del apostolado de Cristo se definen como un conjunto de tesis discutibles, pero las enseñanzas y actitudes del Maestro constituyen el macizo de luz inatacable del Evangelio, amparando a los hombres y orientándoles el camino.

Mediúmnidad sin ejercicio en el bien es semejante al título profesional sin la función que le corresponde. Mediúmnidad no es pretexto para situarse la criatura en el fenómeno exterior o en el éxtasis inútil, a la manera del niño aturdido con el deslumbramiento de la fiesta vulgar.

Es, por encima de todo, camino de arduo trabajo en que el espíritu, llamado a servirla, necesita consagrar lo mejor de sus propias fuerzas para colaborar en el desarrollo del bien.

El médium, por ello, será vigilante cultor del progreso, asistiéndole la obligación de perfeccionarse incesantemente para reflejar con más seguridad la palabra o el consejo, el pensamiento o la sugerencia de la Vida Mayor.

No nos detengamos en la imposibilidad de ofrecer prodigios de grandeza de un instante al otro, pero no busquemos interrumpir el contrato de redención y de amor al que nos empeñamos.
*
Tenemos que entender que somos invitados por el Cristo de Dios, a través de Allan Kardec, para comprender auxiliando y renovar amando e iluminando, instruyendo y bendiciendo en la edificación del Mundo Nuevo.

Es por eso que no siempre conseguiremos materializar  amigos de la Vida Mayor para satisfacer la sed de verdad que tortura a muchos de nuestros compañeros en la Tierra, pero siempre podremos  substanciar esa o aquella providencia susceptible de prodigarles tranquilidad y consolación.

No siempre sonorizaremos  la voz de desencarnados queridos para reconforto de los que lloran de añoranza en el mundo; sin embargo, siempre podemos articular la frase calmante que les transmita ánimo y esperanza.

No siempre obtendremos  el mensaje de determinados amigos que residen en el Más Allá, para la edificación inmediata de los que sufren en el Plano Físico; sin embargo, siempre podremos  improvisar algún recurso con el que les restaures la energía y el buen ánimo.

No siempre lograremos la cura de ciertas enfermedades en el cuerpo de hermanos enfermos; sin embargo, siempre podremos  mitigarles el corazón y aclararles el alma, con el apoyo fraterno, habilitándoles la mente para la cura espiritual.

No siempre evidenciaremos  como un fenómeno, pero siempre podemos, en cualquier tiempo, ser el auxilio de quien necesite de amparo.

Médium quiere decir intérprete, medianero.

Y dar utilidad a la propia vida, transformándonos en socorro y bendición para los demás, es ser médium del Eterno Bien, bajo la inspiración del Espíritu de Jesucristo, privilegio que cada uno de nosotros puede disfrutar.

El médium puede traducir el mensaje del Señor, donde quiera que se encuentre, aprendiendo, amando, construyendo y sirviendo siempre, porque por encima de los médiums de esa o de aquella entidad espiritual, de ese o de aquel fenómeno que muchas veces espantan o conmueven, sin educar y sin edificar, permanecen la conciencia y el corazón consagrados al Supremo Bien, a través de los cuales el Señor se manifiesta, extendiendo para todos nosotros la bendición de la vida mejor.

El médium, para servir a Jesús de modo positivo y eficiente, en el campo de la Humanidad, necesita encariñarse a la instrucción, al conocimiento, a la preparación y a la propia mejoría, a fin de que sea filtro de luz y paz, elevación y engrandecimiento para la vida y para el camino de las criaturas.

Buscando nuestra posición de servidores fieles de la regeneración del mundo, empezando por nosotros mismos, por la renovación de los nuestros hábitos e impulsos, olvidemos la sombra y busquemos la luz, cada día, conscientes de que cualquier pausa más larga en la apreciación de los cuadros menos dignos que todavía nos cercan será nuestra probable inducción al estacionamiento indeterminado en la cárcel del desequilibrio y del sufrimiento.

*
Y en razón de que cada criatura transporta consigo la experiencia que le perfecciona, la Sabiduría Divina concede a cada espíritu encarnado determinada tarea, que, en esencia, vale por en-sayo precioso, al frente del servicio que le competirá en el mañana eterno.
No basta erguir brazos ágiles, lanzar fraseología preciosa o provocar excesivo movimiento alrededor de tus días, porque hay muchas manos que operan en la extensión de la sombra, mucho verbo fastuoso en la explotación menos digna y mucho ruido vano, provocando, donde existe, tan solamente amargura y cansancio.

Ama el servicio que el Señor te confió, por más humilde que sea, y ofrécele tus mejores fuerzas, porque de lo que hoy haces bien en provecho de todos, retirarás mañana el justo alimento para la obra que te erguirá del insignificante esfuerzo terrestre hacia el trabajo espiritual.

Si Jesús no paró en contemplación inoperante, transitando en el servicio al prójimo, del Pesebre hasta la Cruz, que nadie espere la visita de los Mensajeros Divinos, paralizando las manos en la esperanza sin trabajo y en la fe sin obras.
*
El perfeccionamiento de la mediúmnidad y la espiritualización renovadora son problemas de buena voluntad en la decisión de trabajar y en la cooperación, porque solamente buscando traer el Cielo al mundo, por nuestra aplicación al bien, es como descubriremos el camino verdadero que nos conducirá efectivamente hacia los Cielos.
Medita en los que recorren vagando sin hogar y honra tu reducto doméstico, cultivando dentro de él la bondad y la tolerancia, la comprensión y la gentileza en las directrices de cada día.

Piensa en los corazones cristalizados en la indiferencia, que viajan en el mundo a semejanza de huérfanos voluntarios y exalta la propia fe, traduciéndola en obras de humildad y amor, generosidad y perdón, para que la luz divina se alce como brújula en el camino.

Valora el trabajo que desarrollas, los amigos, los familiares, los recursos, los instantes de que dispones y te sentirás ahora rico de posibilidades para ampliar el tesoro de bendiciones con que serás dotado ahora, hoy y después.

Acordémonos de que la Tierra es sencillamente un escalón en nuestra escalada hacia las cimas resplandecientes de la vida y, despiertos a las oportunidades del servicio, avancemos hacia delante, aprendiendo y amando, auxiliando a los otros y renunciando a nosotros mismos, en la certidumbre de que, así, caminaremos del infortunio de ayer hacia la felicidad de mañana.

¡Si pretendes un título en la mediúmnidad que manifiesta en el mundo las revelaciones del Señor, no te fijes tan sólo en la técnica fenoménica; regocíjate con las oportunidades de servir, expresando buena voluntad en el socorro a todos los necesitados de la senda humana; y, renovando los sufridores y los ignorantes, los perturbados y los tristes, bajo el estandarte vivo de tu corazón abierto a la Humanidad, abrázalos como tu propia familia!

Después de eso, conserva la certeza de que vas hacia el frente y hacia lo alto, porque Jesús, el Divino Maestro, vendrá a tu encuentro, inundándote la jornada de esperanza, alegría y luz.

Amigos si te sientes impresionado y tocó este mensaje tu corazón, divúlgalo, pensando que solo el conocimiento de las cosas, nos liberará de la ignorancia, y extendiendo el mensaje llegará a más corazones despertando sus inquietudes que siempre son los principios del despertar.

Realizado por M.C.R

Extraído del libro Mediúmnidad y sintonía de Francisco Cándido Xavier  

                                      ******************
             MENSAJE DE ESTE DÍA.

La vida física es un proceso evolutivo para el Espíritu, que se viste con la materia para las experiencias que son necesarias a su iluminación.
De esa forma, cada existencia en el envoltorio de carne constituye una bendita oportunidad para el desarrollo de los sublimes tesoros que están adormecidos, en germen dentro del ser.
Paso a paso, despierta la esencia divina con la cual todos están constituidos, en razón de su génesis que es el amor de nuestro Padre celestial.

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco - Libro Tesoros liberadores 
                                              **********************


viernes, 27 de febrero de 2015

Educación Mediúmnica

¿ Para qué nos reencarnamos?

La Reencarnación es necesaria para adquirir las experiencias en la materia que permitan al Espíritu su evolución hacia una perfección espiritual cada vez mas elevada .
Básicamente la causa de la Reencarnación es la misma para todos: la Evolución, que es el crecimiento del alma en cuanto a virtudes y sabiduría, al tiempo que se superan o se eliminan los defectos morales residuos de etapas evolutivas anteriores. Pero a nivel individual se puede matizar más: unas veces es para conquistar un aprendizaje y desarrollo evolutivo y otras para afrontar deudas contraídas en el pasado, lo que equilibrará la balanza de la Justicia Divina y de paso podrá seguir aprendiendo y perfeccionándose, o sea, evolucionando.
Solo durante las existencias en mundos físicos se puede aprender en profundidad lo necesario que ofrecen las experiencias de la vida material, muy diferente a la espiritual, con el fin de que el Ser espiritual progrese en su propia evolución , afrontando circunstancias y vicisitudes humanas, equivocándonos muchas veces y rectificando otras tantas, y así nos podemos ir librando poco a poco de modo casi imperceptible, de los defectos y lastres que pesan en el desarrollo de nuestra alma.
Al reencarnar el Espíritu errante deja a sus familiares y amigos en la Colonia o Ciudad espiritual ubicada en el plano espiritual en donde se ubicaba antes de descender a la Tierra o a otros mundos físicos de similar nivel, a donde vienen para cumplir una misión que , como ya se ha dicho, puede ser de expiación por faltas cometidas en vidas pasadas o para superar nuevas pruebas de la vida, a fin de eliminar alguna tendencia negativa o algún defecto espiritual.
- Jose Luis Martín-
                             ********************************

Se nace llorando. Luego se comprende el por qué”.

  • Proverbio chino -

                               *********************************

    Discernir entre causa y efecto.
     ¿Somos causa o somos efecto?
    Cuando sumo mi esfuerzo al progreso y a la evolución, soy causa. Cuando dejo que la vida pase, sin promover ninguno tipo de mejoría en mi entorno, soy efecto. Soy efecto de mi egoísmo, de mi pasividad y de mi complicidad cuanto a un estado de imperfección en el cual estoy acomodado y que me produce una mórbida complacencia, en la medida que atiende a mis intereses más mezquinos.
    Soy causa cuando entiendo donde estoy y porque estoy aquí.
    El oráculo universal habla conmigo en todo momento. Se manifiesta en la naturaleza y en todo lo que mi mirada alcanza. Entender este oráculo nos permite prever las cosas antes de que pasen y prepararnos para el desafió que se avecina, sea ello de supuesta alegría o tristeza. Para leer este oráculo se necesita sensibilidad para aprender con las páginas de la vida y comprender su sentido más profundo. No existen reglas, ni rituales, ni exige formación académica para tal. Para leer el oráculo de la vida es necesario estar delante de la realidad y entender sus reclamos.
    ¿Cual es el panorama que nos ofrece la realidad? ¿Lo que pasa al mundo en nuestro alrededor? Ese es el oráculo de la vida. La diferencia entre ser causa y efecto, o sea, entre ser mero espectador o agente actuante. Entre ser victima del destino o artífice del futuro. En esta encrucijada que nos encontramos el simple hecho de conocer esta mecánica, ya nos hace  responsables de ella. Omitirse es intentar ocultar un conocimiento que nos obliga a actuar en nombre de la verdad. Lo que es más trabajoso y que tenemos que ocultarlo de nosotros mismos. Esta indiferencia voluntaria, a que muchos llaman equivocadamente, paz, es lo que hace, que los cambios que en nuestra sociedad, depende para ser más justa y humana, quedan entorpecidos en la mente de muchos. La paz verdadera, dicen innumerables autores, resulta de la conciencia tranquila del deber cumplido. ¿Cuantos de nosotros ya pueden leer el oráculo de la vida y determinar en sus actos los rumbos del futuro? Todos, todos nosotros tenemos ese poder de determinar nuestro futuro, de hacer que el mañana sea mejor que el hoy. Su oficina de trabajo es la vida, desde la hora que te despiertas hasta la hora que te vas a acostar. Aprende a leer la realidad que se presenta y colabora con tu palabra, con tu ejemplo y con tu actitud delante de la realidad y escribe en el oráculo de la vida las páginas del futuro.
    ¡Sólo con querer! La voluntad es soberana sobre el espirito, esté encarnado o no, es esa buena voluntad la Causa Primera de todas las cosas y de todas las maravillas que componen el universo en que nos encontramos.
    Unámonos a Ella.
    Antonio Cassio 
                                    *****************************************



    Quien no se mejora y no tiene la conciencia tranquila no puede esperarla la muerte con mucha serenidad, es importante progresar y evolucionar mejorándonos como seres espirituales que somos.
    Cuando más evolucionados estemos y menos imperfecciones tengamos tanto más fácil nos será nuestra entrada al mundo espiritual.

    Angeles Calatayud Martinez
                                 *****************************

    Educación Mediúmnica

    Tres requisitos son fundamentales para la práctica consciente y elevada de la mediúmnidad:
    1) La capacidad de concentración: “Lo  más importante (…) es la calma y el recogimiento que se debe tener, junto  a un deseo y una firme voluntad de éxito.  Y por voluntad no nos referimos aquí a un deseo efímero e inconsecuente, a cada momento interrumpido por otras preocupaciones, más si a una voluntad seria, perseverante, sustentada con firmeza, sin impaciencia ni ansiedad.  El recogimiento es favorecido por la soledad, por el silencio y el alejamiento de todo lo que pueda provocar distracciones. (El Libro de los Mediums, ítem 204). Durante los trabajos mediúmnicos, es preciso saber aislar la mente de todas  las dispersiones  a que estamos habituados. Enfocar el pensamiento en el propósito de servir, fijar la emoción en Jesús (se puede usar el recurso de la proyección de la imagen de Cristo, de preferencia no la de Cristo crucificado, más si la de Cristo  dulce y consolador, a la vera de los lagos, en lo alto de los montes…), direccionar conscientemente vibraciones para los Espíritus sufridores comunicantes. Se trata de una disciplina mental, que deberíamos practicar  diariamente y no solo apenas en la hora de la práctica de la mediúmnidad. Saber centrar y controlar los propios pensamientos es una conquista importante del espíritu. Más no es algo que se obtiene  fácilmente. Es preciso la calma y la persistencia. Entretanto, hay dos movimientos mentales distintos en la sesión mediúmnica: a) direccionar el pensamiento, teniendo en vista la oración, la emisión de vibraciones o la proyección de una imagen y b) vaciar la mente para permitir que el Espíritu comunicante manifieste su pensamiento.
    2) El autoconocimiento: Siendo la mediúmnidad un acto de comunicación entre nosotros y otras inteligencias en estados más o menos avanzados, es indispensable saber exactamente lo que somos, lo que pensamos y lo que deseamos, para distinguir lo más posible  nuestro pensamiento de los pensamientos  que nos llegan durante la sesión mediúmnica o en lo cotidiano. En posesión de nosotros mismos, conscientes  de nuestras conquistas y de nuestras debilidades, queda más fácil separar la manifestación de los Espíritus  de nuestra propia personalidad. Sin embargo en toda manifestación mediúmnica siempre hay una influencia mayor o menor del médium. “… ¿el Espíritu del médium no es jamás completamente pasivo?- El es pasivo cuando no mezcla sus propias ideas con las del Espíritu comunicante, más nunca se anula completamente. Su concurso es indispensable como intermediario, aun mismo cuando se trate de los llamados médiums mecánicos.” (El Libro de los Mediums, ítem 223, cuestión 10 – Ver también el resto del capítulo XIX – El papel del médium en las comunicaciones).
    3) El encajamiento en la auto-educación: “Si el médium,  en cuanto a la ejecución, es apenas un instrumento, en lo tocante a la moral ejerce gran influencia. Porque el Espíritu comunicante se identifica con el Espíritu del médium y, para esa identificación, es necesario haber simpatía entre ellos, y si así podemos decir, afinidad. El alma ejerce sobre el Espíritu comunicante una especie de atracción o repulsión, según el grado de semejanza o  desemejanza  entre ellos. Ahora, los buenos  tienen afinidad con los buenos  y los malos, con los malos, de donde se sigue  que las cualidades morales del médium tienen influencia capital sobre la naturaleza  de los Espíritus  que se comunican  por su intermedio. Si el médium es de baja moral, los Espíritus inferiores se agrupan en torno de él y están siempre prontos a tomar el lugar de los buenos Espíritus  a que el  apelo. Las cualidades que atraen de preferencia a los Espíritus buenos son: la bondad, la benevolencia, la simplicidad de corazón, el amor al prójimo, el desprendimiento de las cosas materiales. Los defectos que los apartan son: el orgullo, el egoísmo, la envidia, los celos, el odio, la codicia,  la sensualidad y todas las pasiones por las cuales el hombre se apega a la materia. “(El Libro de los Mediums, ítem 227) Es evidente que no se espera la actitud ya  santificada por parte de un médium, sujeto a las leyes de la evolución terrenal. Sin embargo, la simpatía y la protección de los buenos Espíritus se dan en la medida de los esfuerzos que el hace para vencer en si mismo  y superar deficiencias y desequilibrios – siendo la propia mediúmnidad un instrumento inigualable de elevación. Por ella, muchas veces recibimos la inspiración.los consejos  y las orientaciones morales necesarias para nuestro adelantamiento. Por ella, identificamos mejor nuestras debilidades, pues si pusiéramos atención en nosotros mismos, observaríamos como los Espíritus perturbadores se aprovechan de ellas.

    Mediúmnidad  y emoción
    La percepción extra-sensorial de los Espíritus se da generalmente en primer lugar en el patamar de la emoción. La asimilación de ideas es siempre posterior al impacto emocional. Y eso tanto en lo cotidiano, como en el espacio de una sesión mediúmnica. Tristeza, angustia, rabia, nerviosismo, tedio u, por otro lado alegría, paz de espíritu, hasta aun mismo sensación de éxtasis    pueden ser síntomas de una presencia espiritual.
    En ese paso, debe entrar el médium con su autoconocimiento para distinguir sus propias emociones de aquellas provocadas o potencializadas por los Espíritus. Las emociones que pertenecen al propio médium son aquellas cuyas causas son fácilmente identificativas. Se queda triste  o irritado  por algún motivo. Si no hay motivo alguno, se puede desconfiar de alguna interferencia extraña. Y si hay algún motivo, más  nuestra reacción está exagerada, entonces se puede estar juntando a nuestra rabia o a nuestra tristeza, la influencia de otros espíritus. Ellos potencializan nuestras emociones.
     Inversamente también acontece. Si algún día nos sentimos especialmente leves, tranquilos y felices, sin ningún motivo aparente, esto puede  darse por la recordación de un contacto espiritual venturoso durante el sueño o incluso por la aproximación de algún Espíritu, durante el estado de vigilia.
    Para saber lidiar con nuestras propias emociones y aun con las emociones ajenas, es preciso desenvolver larga autodisciplina. Anular emociones o racionalizarlas en exceso  no es el camino, pues no se trata de enfriarlas hasta el punto de tornarnos indiferentes. Más si es preciso controlarlas, en vez de dejarnos atropellar por ellas. Llorar, reír, indignarse, entristecerse son reacciones humanas naturales. Sin embargo, tanto la alegría como el dolor, así como la indignación, deben ser comedidas, no deben dejarnos salir del eje. En el médium, el descontrol emocional puede ser la puerta abierta  a la obsesión, pues es en el justo momento en que perdemos nuestro autocontrol que los Espíritus perturbadores pueden instalar sus pensamientos y sus impulsos en los nuestros y podemos ser llevados a hablar y actuar empujados por ellos. Eso en lo que se refiere a la vigilancia diaria que el médium debe tener consigo mismo.

    En la hora propiamente dicha de la comunicación, tal control es esencial para que haga fluir más eficiente entre los dos planos.  Si el espíritu comunicante está en desequilibrio emocional es justamente la serenidad del médium la que va a contribuir para su reequilibrio. Si el médium se deja dominar completamente, en vez de ayudar al otro, estará desayudándose a si mismo. Si el Espíritu comunicante fuera un Espíritu superior y, sobretodo, si tuviera ligación afectiva profunda con el médium, las lágrimas serán manifestación natural de gratitud, amor o pesar. Más si hubiera  exceso, el contenido de la comunicación, sea oral o escrita, sufrirá en calidad, pues el médium estará enteramente tomado por la emoción y no facilitara la claridad  de las ideas. Es verdad que, algunas veces, el espíritu Superior no desea comunicarse o no puede hacerlo, provocando lágrimas y tocando corazones, con su vibración amorosa. En ese caso, no hay  la preocupación de una transmisión de ideas, más si justamente el despertar de sentimiento fecundos en el médium y en los asistentes de la reunión.

    Mediúmnidad y educación
    Estos dos temas están intrínsecamente relacionados, pues todo lo que es propio del ser humano debe ser comprendido de forma pedagógica. Ya que la meta del espíritu es la perfección, todos los medios para conseguirla son educación.
     En el caso de la mediúmnidad es medio y fin.

    La mediúmnidad como medio de perfeccionamiento
    Es medio porque puede tornarse importante instrumento de la evolución humana, tanto para quien la practica, como para quien n de ella es beneficiario. El médium puede emplearla para mejorar su percepción del mundo, para instruirse  con el contenido espiritual de que es intermediario, instruyendo también al prójimo. Cuando  lidia con otros espíritus, superiores o inferiores a él, en moralidad o inteligencia, está en proceso de aprendizaje e interacción,  acumulando un conocimiento experimental del ser, que no puede ser buscado en ningún compendio.
    Ese aprendizaje que la mediúmnidad proporciona tiene un alcance pedagógico más amplio. En el descorrer de la historia humana, filósofos y profetas, artistas y científicos, conscientemente o no, han servido de intermediarios, inter existenciales, construyendo el conocimiento humano, de forma interactiva con el plano espiritual. Sócrates se refería a su daimon, como la voz inspiradora  de sus acciones. Descartes afirmaba que toda su filosofía se había iniciado a partir de tres sueños, proporcionados por el espíritu de Verdad. Rousseau contaba como tuviera una visión de las ideas que desenvolvería en sus libros. Más asumir la comunicación  mediúmnica, como parte constitutiva de la construcción del conocimiento nunca fue tan explicito y transparente.
     La abnegación mediúmnica
    La participación del médium en un proceso de auto educación significa que el usará sus potencialidades psíquicas de forma responsable y beneficiosa. El Libro de los Mediums habla de “desear el bien y repeler el egoísmo y el orgullo”.  (Cap. XX, Ítem 226, n. 11) Dice el libro de los Espíritus que la “sublimidad de la virtud consiste en el sacrificio del interés personal para el bien del prójimo, sin segunda intención” (cuestión 893) De entre los empeños morales del médium, uno de los mayores debe ser el de abnegarse, el de hacer el Bien sin deseo de recompensa de cualquier especie. Eso engloba el abandono de todo interés personal: dinero, poder, fama o aun mismo retribución psíquica y afectiva.
    Al contrario de las corrientes espiritualistas anglosajonicas en que se hace el comercio abierto de la mediúmnidad, es corriente en el medio espirita brasileño, el rechazo del interés financiero mezclado  a la actividad mediúmnica. En su mayoría, los médiums adeptos de la Doctrina Kardeciana, se abstienen  de sacar provecho económico de sus facultades. Cuando lo hacen, su seriedad mediúmnica es puesta en duda. De hecho, misturar la ambición de lucro monetario de una actividad que requiere todo respeto, toda absnegación y toda elevación mental,  es sujetarla a influencias  más despectivas posibles. Pretender lidiar  con el mundo espiritual, ser intermediario de seres  en otra dimensión,  servir de puente entre los dos mundos -  al precio de un producto  mercadológico es abrir espacio para cualquier tipo de mistificación.  El cliente que paga  tiene derechos; quien vende un producto ha de dar garantía de lo que vende. Siendo  el hecho mediúmnico una interacción de inteligencias  autónomas y libres, el médium nada puede  ofrecer con garantía  y mucho menos hacerse pagar por comunicaciones que no dependen de el. Más allá de eso, comercializar las bendiciones de lo alto o la caridad practicada es  infracción grave de las leyes divinas. Basta recordar que una de las pocas veces en que Jesús se indigno con energía, fue contra los mercaderes del templo.

    Es importante fijar ese aspecto, porque la tentación diaria  a la que el médium se ve sometido es muy grane.  Y, a pesar del acostumbrado rechazo del movimiento espirita brasileño a comerciar la mediúmnidad, comienza a surgir cierta tolerancia en relación a médiums de cura, lo que también es inadmisible. Aun más considerándose  el hecho de que la mediúmnidad es siempre un fenómeno delicado para ser comprobado y ofrece apenas un grado relativo de seguridad. De esa  forma, la exclusión del interés financiero  es la primera garantía de seriedad, aunque no suficiente. Esto también sirve para los libros mediúmnicos. En cualquier actividad, donde hay interés de lucro, el podrá sobreponerse a cualquier preocupación de ética y calidad. Así, cuando se trata de algo sagrado, la abnegación debe ser absoluta.

    Más no se trata de intereses financieros apenas. Dado el atavismo milenario de la humanidad de procurar gurús y se aferran a los chamanes, oráculos y los lectores de la suerte, existe la tendencia de proyectar esas ansias de dependencia para los médiums contemporáneos – y algunos  se complacen  en eso.  por el hecho de  poseer un conocimiento más preciso de dadas situaciones o personas  o aun mismo del pasado y del futuro, ese conocimiento muchas veces es usado como medio de mantener  a los otros en dependencia psíquica o en estado de idolatría. El  médium y su cliente entran en un juego de vampirismo mutuo,  en el que el primero se alimenta de la adoración servil y el segundo se vicia en las orientaciones  y consejos para su vida en particular. Por tanto, en una relación de poder, en la que el orgullo y el egoísmo entran como actores principales.
    La dominación psíquica puede ser también colectiva, cuando el médium se deja embriagar por la fama derivada de obras y fenómenos  de que fue intermediario,  juzgándose merecedor de elogios y privilegios.  Precaverse contra la vanidad, abnegarse de si mismo es el remedio. Según Kardec, el médium  moralizado, al contrario del médium vanidoso, “convencido de que su facultad es un don que le fue concedido para el bien, no prevalecerá  de ninguna manera,  ni  se atribuirá cualquier mérito  por poseerla. Recibe como una gracia  las buenas comunicaciones, debiendo esforzarse por merecerlas a través  de su bondad, de su benevolencia y de su modestia. El primero se enorgullece de sus relaciones  con los Espíritus superiores;  este se humilla, por considerarse siempre indigno de ese favor.” (Libro de los Médiums, ítem 229).

     Por Dora Incontri
    *Educadora, maestra y doctora en Educación, periodista, escritora, creadora de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espirita (ABPE) y del curso de pos graduación  en Pedagogía  Espirita.

                                     **************************************


jueves, 26 de febrero de 2015

El Mal

AÑORANZA
De todos los dolores de la Humanidad, posiblemente la más aflictiva sea la que constituye en la separación de los afectos por el fenómeno de la muerte.
Aunque todos sabemos que la muerte es la etapa final de los que viven en la Tierra, no nos preparamos para recibirla. Es por lo que ella siempre nos sorprende, partiéndonos el corazón por la tortura moral.
Para los que acompañan a féretro hasta lo que se denomina la última morada del cuerpo, el momento debería ser de serias reflexiones.
¿Qué es lo que existe al final, más allá del túmulo? ¿Para donde van las almas que se fueron abrazados por el sueño de la muerte? ¿Cómo diluir el dolor de la separación?
Que existe vida más allá de esta existencia ya fue suficientemente comprobado.
Sea por la revelación religiosa que, desde tiempos inmemoriales se refiere al Espíritu inmortal, sea por la rama de la Ciencia médica  y psicológica  que presentaron variados estudios, concluyendo por la existencia de un mundo invisible, donde viven los que dejan el cuerpo carnal.
Jesús, el Maestro Excelso, probo más de una vez que la muerte es una ilusión de los sentidos físicos. En el Tabor, se transfiguro, frente a las miradas atónitas de Pedro, Tiago y Juan, se presentó teniendo el lado derecho e izquierdo las figuras venerables del Legislador Hebreo Moisés y la del Profeta Elías.
Ahora, ambos habían vivido entre los hebreos hacia muchos siglos. Con todo, allí se presentaron  tan vivos, que Pedro pensó erguir tiendas para que ellos habitasen, allí mismo en el Monte Tabor.
Jesús, después de Su muerte en la cruz, Se presentó a los apóstoles y a los discípulos varias veces, en ambientes cerrados y al aire libre, demostrando que proseguía vivo.
Los que mueren continúan viviendo, en el mundo que les es propio, el espiritual, que solamente no detectamos  por la grosería de nuestra visión material.
Tenemos la prueba de que prosiguen vivos, en los sueños  en que con ellos nos encontramos, cambiamos confidencias, amenizamos la añoranza.
Esas son las experiencias individuales de todos nosotros.
A pesar de todo, la añoranza se alarga con los días, tanto más fuerte cuanto más se demoran los meses y se amontonan los años.
Por eso, solamente la oración puede amenizar la larga añoranza. Cuando oramos a Dios por los que partieron, ellos  sienten nuestras vibraciones, como si fuesen abrazos de cariño y, en la misma intensidad, los retribuyen, por los hilos del pensamiento.
Un día, más tarde o más temprano, habremos de reencontrarnos en la Espiritualidad, cuando traspasemos los umbrales de la muerte.
Entonces, diremos adiós a los que permanecen para recibirnos con un ¡Hola, usted llegó!, de los que nos precedieron y nos vienen a recibir en el portal de la tumba.
 - Mercedes Cruz-
                                            ************************************

EL MAL
Si tenemos en cuenta que en el Universo no hay más que una única fuente creadora de energía, la Fuente Divina o Dios, y que de esa fuente fluye constantemente la Energía Dios- Amor, Vida, Ley, Orden, Unión, Sentimiento, Inteligencia, Sabiduría, Armonía, Equilibrio, Fuerza,- podremos deducir y afirmar que el mal no ha salido de la Fuente Divina y, por lo tanto, no ha sido creado, no tiene entidad propia, no tiene existencia individualizada. Solo “es” y tiene existencia eterna aquello que ha salido del Seno divino, aquello que ha sido creado por el Designio Divino. El Mal no está en la esencia de Amor Divino, por tanto el mal, no  ”es”.

   Sin embargo todos diremos que el mal existe porque lo estamos viendo cada día, que el mundo está lleno de mal, que continuamente se realizan actos malos, criminales y perversos, que el mal tiene más potencia que el bien en nuestro planeta, que el mal alcanza formas muy estudiadas a través de los rituales mágicos.

   La historia humana nos enseña que el hombre se ha sentido siempre influenciado por el “mal” y algunas veces, hasta dominado por “entidades del mal”, por “fuerzas del mal”. La idea de que el mal era una entidad real condujo al hombre a darle una categoría superior, a considerarlo como una forma de la divinidad, como una entidad que tenía fuerza y poder por encima de la capacidad humana, y por ello lo deificó. En todas las culturas se crearon dioses del mal, malignos, que necesitaban sacrificios y adoraciones para aplacarlos y conseguir que su fuerza negativa  no alcanzara al hombre.

   El grado de valoración que el Ser humano ha dado al “mal” ha sido alto y continúa perdurando hasta nuestros días. Actualmente podemos ver como todas las religiones nos hablan del “castigo de Dios”, de “las penas eternas del infierno”, de “la condenación eterna”, de “la maldición divina” y de imágenes que nos muestran a Dios irritado, enfadado, castigador, cruel, despiadado, en una palabra: “malo”.

   Se ha dicho al hombre que debe ser “temeroso de Dios”, que debe tener “temor de Dios”, aunque lo suavicen al decir que es el “santo temor de Dios”. Y es que en la conciencia humana se ha formado a través de los tiempos, una imagen incorrecta de Dios, más parecida a una condición humana que a una condición divina, y por ello no se ha comprendido la realidad divina ni se ha entendido el significado de los atributos de Perfectibilidad y de Inmutabilidad, así como tampoco se ha comprendido la verdadera realidad de la Creación ni de las Leyes Divinas que la rigen y que  determinan como deben ser los diferentes componentes que configuran todo lo creado y qué caminos deben seguir. Estos desconocimientos son  los que han propiciado que la mente humana creara y formara las imágenes de las entidades malignas como el Demonio, Satanás, Lucifer y todos los demonios a los que  se les ha situado y concedido una fuerza maligna opositora a Dios, como si Dios estuviera en un plano de igualdad o nada pudiera hacer ante sus opositores.

   Aún se admite como “Libro Sagrado” que contiene la “palabra de Dios” el conjunto de libros del Antiguo Testamento que componen la primera parte de la Biblia. Se admite y se acepta al pie de la letra, todo lo que se dice en dichos libros, porque “ha sido dicho por Dios”, sin pensar ni razonar si lo que se dice que él dijo es armónico con su Esencia de Amor y coincidente con sus Leyes. Esta aceptación generalizada es la que nos tiene que hacer pensar y caer en la cuenta, de la enorme influencia y del gran arraigo que la idea del “mal” ha conseguido tener en nuestros Espíritus, ya que no es más que el concepto del “mal” que tiene predominio en nuestros pensamientos, el que nos hace admitir como correcto y “verdadero”, el hecho de que Jehová o Dios, ordene a los israelitas que aniquilen a los pueblos vecinos porque no siguen sus leyes y porque el “pueblo escogido” es el que debe tener la “tierra prometida”.

   Con la aceptación del mal como algo connatural en la Creación, se forma en el Ser humano un estado de disposición interna que le conducirá a admitir fácilmente la “división” entre Seres creados y aceptará, como si fuese una realidad eterna, la existencia de Seres buenos y malos, de ángeles “caídos” y de “Espíritus puros”, de “Espíritus del Señor” y de “Espíritus de las Tinieblas”.  Al creerlo como verdadero y elevarlo a la categoría de “auto de fe” por los dignatarios de las iglesias, les proporciona una base desde la cual nos hablarán de la existencia real del demonio y de la lucha que debe mantenerse en contra de él. Se le da tanto valor y capacidad al poder del “mal”, al demonio, que deben prepararse  verdaderos especialistas para luchar contra él, capaces de exhorcitar al demonio cuando dicen que ha tomado posesión de un cuerpo humano.

   El mal es una constante en el Ser humano desde sus primeras encarnaciones hasta la actual Era evolutiva. Nuestros Espíritus han creído y creen aún, en la identidad del mal, en la personificación del mal, en  las altas potestades del mal, en los ángeles malos.

    Si hemos dicho que el mal no ha sido creado, que no existe como tal, y por otro lado apreciamos como la mente humana lo admite como verdadero, entonces deberemos preguntarnos: ¿ qué es el mal? ,¿cómo se forma y aparece?. Para dar respuesta a estas preguntas analicemos si pudiera ser que el “demonio”, figura alegórica del Espíritu del mal, se encontrase donde quiera que haya espíritus encarnados en la materia.

    Lo primero que se desprende de esta reflexión, es que el demonio es, en efecto, una figura alegórica y no una realidad, y que el Espíritu del mal lo encontramos donde haya espíritus encarnados en la materia, y no en otro lugar. El razonar y el buscar el por qué el Espíritu del mal se encuentra solamente en donde haya espíritus encarnados en la materia, nos conducirá a dar respuesta a las preguntas anteriores y nos aclarará lo que podemos entender como “Espíritus del mal”. Esto nos será necesario para poder comprender las razones en las que se basan los Seres de Luz para programar muchas encarnaciones y determinar las pruebas concretas que deben figurar y contenerse en la encarnación.

   Será importante que entendamos con claridad qué es y qué debemos entender por Espíritu del mal, porque nos ayudará a conocer como actúa y por qué actúa de la forma como lo hace, aunque sepamos que toda la acción esté sujeta y controlada por Entidades Superiores, responsables de mantener el Orden Cósmico, que son las que determinarán el grado de influencia que pueden producir los Espíritus del mal con sus acciones y, también adónde pueden producirla y adónde no.

   El conocimiento de cómo tiene lugar el movimiento de la energía negativa por parte de las personas que se mueven en vibraciones bajas o malas, nos permitirá eliminar la confusión y la ignorancia que existe en relación al “al” como elemento de acción entre los Seres. Sabremos qué posibilidades tiene una persona que esté vinculada al Espíritu del mal, de hacer llegar a otra persona sus malos pensamientos. De ese modo podremos borrar los miedos y los temores que crea la ignorancia sobre lo que es la “magia negra”, el “mal de ojo”, el “Trabajo maligno”, o cualquier otra imagen que la mente humana haya formado sobre la acción de la energía del mal. Podremos saber cuáles son las condiciones que deben darse para que nos pueda afectar un pensamiento, un sentimiento, un deseo o una acción, que una persona puede dirigir hacia nosotros. Lo que tantas veces se oye decir: “me están haciendo mal”, “me están haciendo un trabajo”, “me han hecho vudú”, para saber en qué medida es posible que tenga lugar y nos afecte, se requiere un conocimiento lo más exacto posible de la Ley de Vibración Energética y de la Ley de Afinidad Vibratoria, ya que este conocimiento, de producirse el hecho, nos permitirá saber cómo podemos neutralizarlo o impedir que nos alcance.

   Como hemos visto anteriormente, el mal es el efecto o la consecuencia de nuestras ignorancias, de nuestras actuaciones contrarias a la Ley Divina del Amor y a la Ley de Fraternidad. Sabemos que toda ignorancia deberá ser sustituida por el conocimiento conveniente que conduzca al Ser a tener la argumentación y las razones firmes que le permitirán no incurrir de nuevo en el error,. Y sabemos que los conocimientos se adquieren por medio de las pruebas y las situaciones diversas que obligatoriamente deberemos de pasar y vivir en una nueva encarnación, que habrá sido programada básicamente para que se alcance el objetivo de separarnos del “mal”.

   Pero recordemos que las situaciones negativas aparecen y se inician con el ejercicio equivocado de la libertad del Ser. El Ser es libre de actuar si lo desea, puede moverse por el camino del mal, por el camino contrario al señalado por las Leyes Divinas.

   Cualquier actitud negativa, como puede ser la formada por los celos, la envidia o el resentimiento, es generadora de fuerzas internas capaces de originar impulsos, en aquellos Seres que no tienen el conocimiento de las Leyes  Divinas bien asimilado, que le llevarán a desear el mal a la persona que es el punto de origen de la actitud negativa. Si estas actitudes negativas producen un cierto efecto a la persona que las recibe, la persona que las emite puede sentir una sensación de poder, una sensación de estar por encima de la voluntad de sus semejantes y dar lugar a que, sintiéndose orgullosa de su poder, persista en su actuación maligna, produciendo mayores energías negativas, que reiteradamente dirigirá hacia los Seres que están en su entorno. En estas circunstancias, este Ser se habrá convertido en un Ser malo, dominado por la energía del mal que él mismo ha generado y que no le será posible escapar a su influencia y dominio, ya que esta actitud ha cerrado, por falta de afinidad vibratoria, toda posible comunicación con el Ser espiritual que es su protector y que es quien podría ayudarle a tomar el camino correcto, sino todo lo contrario, sus vibraciones le relacionan estrechamente con las entidades espirituales negativas que, por afinidad, le darán mayor fuerza a sus vibraciones bajas.

   Cuando llega el momento de desencarnar para el Ser que reiteradamente ha generado energías negativas, produciendo formaciones energéticas densas, inevitablemente arrastrará consigo todo el campo vibratorio generado por él y este campo negativo continuará aislándole de la influencia de su protector por falta de afinidad vibratoria, y lo sumirá en la densidad vibratoria baja, oscura y negativa, que será apoyada por entidades afines a dichas energías. Se habrá convertido en un Espíritu del mal.

   El Espíritu del mal sentirá satisfacción en poyar y alentar a los Espíritus encarnados que generan las vibraciones negativas de los defectos morales.

   Establecidos los lazos de afinidad entre él y el Ser encarnado que emite vibraciones parecidas a las suyas, le potenciará sus energías negativas y si persiste mucho tiempo, la afinidad vibratoria entre ambos, llegará a dominarlo por completo y a obligarlo a que se mueva y actúe en la dirección del mal, cada vez con mayor intensidad. Se habrá establecido una relación de dependencia entre el Ser espiritual malo y los Seres encarnados malos. Pero esta afinidad vibratoria no se basará en la relación de amistad o de fraternidad porque, siendo Seres de vibración negativa, no pueden emitir ni sentir vibraciones positivas. La relación será siempre de dominio, de imposición, de sojuzgamiento, de desprecio e incluso de burla, por parte del Espíritu del mal sobre el Ser encarnado, el cual pasará a ser su instrumento en el campo físico.

   Pero todo el movimiento citado, como sabemos, está controlado y registrado por las Leyes Divinas, cuyos ejecutores son los Seres espirituales guías y protectores, tanto del Ser espiritual malo como de los Seres encarnados malos.

   Aunque a los Espíritus del mal les parezca que pueden hacer lo que les plazca y pueden  ir allá donde les venga en gana, la realidad es que todos sus movimientos, todas sus acciones y todas sus emisiones de energía, están vigiladas y controladas por los Seres de Luz, con la colaboración de los guías espirituales y protectores.

  (Art. Extractado de “La Encarnación y Desencarnación del Ser espiritual”, de la Colección Ciencia Cósmica).

                                                        **********************************+

    LOS TRES  ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL ESPIRITISMO
La Doctrina espirita está formada por 3 pilares fundamentales: 
Ciencia, Filosofía Y Moral.
En el apartado de la Moral, la doctrina espírita se basa en la moral de Jesús.
- En ocasiones reencarnan espiritus superiores con el objetivo de grandes misiones y no únicamente como expiación y prueba. 
Este es el motivo de la venida de Jesus a la tierra, el de UNA GRAN MISION. 
A.C.M.
                                         **********************

MÉDIUMS Y MEDIUMNIDAD

El problema de la mediúmnidad es, fundamentalmente, problema del médium.
El problema del médium es, esencialmente, problema de la mente.
El problema de la mente es, por sobre todo, problema del Espíritu.
El problema del Espíritu es, principalmente, consecuencia de la moral.
Buena mediúmnidad implica una vida mediúmnica sana que, a su vez, deriva de una mente equilibrada, y ésta es consecuencia de un Espíritu metodizado, acostumbrado al ejercicio de una moral consolidada, ya sea en la vida pública y en la privada.
No existe mediúmnidad mayor ni mediúmnidad menor. Existe médium más dedicado, celoso de sus deberes, y médium irresponsable, negligente ante sus obligaciones.
No existen médiums mejores ni peores. Existen mentes ajustadas al programa de Cristo y mentes asaltadas por el torbellino de las sensaciones de la carne.
No existen mensajes más profundos ni mensajes superficiales. Existen Espíritus más profundos y Espíritus más triviales que se dedican a cuestiones más elevadas de la verdadera vida o que se pierden en pequeñeces de la vida diaria, lejos del respeto y de la dignidad.
No conocemos médiums auténticos ni médiums inauténticos. Estamos acostumbrados a ver conducta noble y conducta innoble; vida moral tortuosa y vida moral pura.
Por tales razones el problema de la mediúmnidad es, igualmente, problema del carácter.
El médium es, en todo lugar y en todos los tiempos, alguien que cumple un mandato, paga deudas y crece interiormente, adquiriendo bendiciones de la misericordia divina.
Es inútil querer ser intérprete de exposiciones vibrantes, viviendo desajustadamente una vida plena de perturbaciones emocionales.
De poca valía es la manifestación brillante, ornada con bellas palabras, cuando no se es lo suficientemente fuerte para transformar el mundo íntimo del instrumento.
¿Conservará su aroma el perfume exhalado por un vaso enlodado? De la misma manera, ¿quién se anima a beber agua, por más pura que ésta sea, si el vaso que la contiene es sucio y emana mal olor?
Por igual motivo, ¿cuál es el hombre que se atreva a tomar el cieno con la esperanza de hallar algo de valor dentro del lodo miasmático?
97
El médium que es portavoz de Espíritus brillantes, con nombres y títulos que impresionan a primera vista, pero que no vive el programa establecido por las leyes morales, es semejante a esos vaso ordinarios rotulados de valiosos y portadores de perfumes exquisitos. Ninguno de ellos es utilizado.
Por tal razón decimos que el problema de la mediúmnidad es, fundamentalmente, problema del médium.
La mediúmnidad es una facultad. El médium es un instrumento.
La mediúmnidad es un ministerio. El médium es un servidor.
Sin el instrumento bueno y útil, no hay ministerio elevado y digno.
Sin sufrimiento es imposible la mediúmnidad. El médium debe ser siempre consciente de su responsabilidad, disponiendo su corazón y su alma, su Espíritu y su cuerpo, su conducta y su pensamiento para colaborar eficientemente en la transmisión fiel del mensaje de que es portador.
El agua sin filtrar, es siempre una amenaza para la salud de quien la bebe. El agua sin hervir es siempre susceptible de ser foco de innumerables bacterias.
El médium que no haya alcanzado el hervor a través del sufrimiento, es propenso a conducir enfermedades en las comunicaciones que transmite. Médium que no pasó por el filtro del testimonio, es casi siempre alguien que puede transmitir terribles males a quienes beben en su fuente.
En Jesús tenemos el ejemplo: Médium de Dios. En Él tenemos el ejemplo de la vida. Llevado a la angustia y a los testimonios, permaneció fiel. Quien aspire a los servicios de la mediúmnidad debe aspirar a los sufrimientos del Señor.
Antes del deseo de brindar comunicaciones, es preciso guardar en lo íntimo el ansia de equilibrar la propia alma. Antes de ser vehículo de Espíritus desencarnados, muéstrese intermediario feliz de sí mismo. De lo contrario estará expuesto a repetir errores, sustituyendo personas y conservando los mismos defectos. Varían los médiums y continúan las causas deplorables de las comunicaciones insulsas, defectuosas, cuyos resultados, poco útiles, son frutos estériles.
Mejórese el médium, y tendremos la mediúmnidad provechosa y nítida. Perfecciónese el Espíritu y tendremos comunicaciones más lúcidas. Elévese la moral y tendremos intercambio más identificado con la verdad.
Sirva el médium a los objetivos sagrados de su mandato y tendremos médiums seguros. A ellos los conocemos por seguros e inseguros, conforme a la clasificación del eminente codificador Allan Kardec.
Por tanto, tengamos cuidado. El gran escollo de la mediúmnidad es el médium. El gran problema del médium es su moral.
De ahí la razón del Maestro al aseverar claramente: Se conoce al cristiano por sus obras.

Página psicografiado por el médium Divaldo Pereira

                                           *********************************