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martes, 2 de octubre de 2012

AUTOEROTISMO




MASTURBACIÓN - MITOS Y CONSECUENCIAS SEGÚN  EL ESPIRITISMO

     Muchas personas viven profundamente angustiadas en torno a las directrices de comportamiento en el área sexual y esto es comprensible en nuestro estadio humano.

   Por eso, presentamos algunos argumentos sobre el tema, a fin de que podamos con la Doctrina Espírita aprender un poco más.

    El Espiritismo  basa en nuestro libre albedrío, en el transcurso de vidas anteriores y en  la evolución moral de cada uno, el cómo estos asuntos deben ser tratados. Recordando siempre que "cada caso, es un caso muy particular".

     Una de esas ansiedades es la masturbación, que según Sigmund Freud, está envuelta en muchos preconceptos, gracias al dogmatismo religioso que estigmatiza la sexualidad. Ya está lejos la época en que se decretaba que la masturbación conducía a la locura y al infierno. Ella es normal en el adolescente que está descubriendo la sexualidad, y es  frecuente en los corazones solitarios, el problema es que  favorece el vicio, aguzando el psiquismo del individuo con la sensualidad avivada. Por otro lado, obstaculiza  la sublimación de las energías sexuales, cuando las circunstancias nos convocan a la castidad, incitándonos a canalizar estas energías  para las realizaciones más ennoblecedoras. Vale decir que hay una energía sexual que precisa ser controlada, no necesariamente a través de la práctica sexual. sino a través de dirigirla  hacia otras actividades, incluida la práctica de la caridad.

    La consciencia nos susurra  que la relación sexual  puede ir por dos caminos. El auto erotismo no deja de ser una busca de placer egoísta, por eso mismo, toda prudencia es imprescindible. En el área sexual urge la vigilancia permanente, pues en la mayoría  de las veces al masturbarse,la criatura no está tan solitaria como se  imagina. Espíritus de las sombras, viciados en el sexo,muchas veces le estimulan este vicio solitario, perjudicando en los casos en que el sujeto opta por masturbarse. Por tanto es menester considerar que cada caso es particular, sin olvidar jamás que el equilibrio y la disciplina mental son una necesidad a conquistar. Por eso el Espíritu Emmanuel en el libro "El Consolador" cuestión 184, psicografiado por Chico Xavier, nos orienta con que " al contrario de la educación sexual para la satisfacción de los instintos, es imprescindible que los hombres eduquen su alma para la comprensión sagrada del sexo".  El uso indebido de cualquier función sexual produce disturbios, desajustes, carencias, que solo la educación del hábito consigue armonizar. Así pues,  el hombre no es solo un puñado de sensaciones, sino también, de emociones, que pueden y deben ser dirigidas hacia objetivos que lo promuevan , en los que centralice sus intereses, y motivándolo para esfuerzos que serán compensados por los resultados benéficos obtenidos.

     La vida saludable en la esfera del sexo, necesita de la disciplina, canalizando correctamente las energías de acción física, por el trabajo, por los deportes, por las conversaciones edificantes que proporcionan resistencia contra los arrastramientos de la sensualidad, auxiliando al indivíduo en su conducta. Muchas personas consideran el  placer como una expresión de la lascivia , pero  se olvidan de aquel que procede de los ideales conquistados, de la belleza que se expande en todas partes y puede ser contemplada, de las encantadoras alegrías del sentimiento del afecto, sin exigencias y sin condicionamiento carnal. ¿Se desprende  de esto, que el Espiritismo prohíbe toda actividad sexual?. ¡ En modo alguno!.

    El Espiritismo no prohíbe nada. Deja al libre albedrío la decisión consciente de cada uno, de la actitud a tomar. Se limita a orientar y a demostrar que las actitudes mal tomadas dan intranquilidad e insatisfacción y nos coloca ante la realidad y las ventajas del uso consciente de la vida. La Doctrina Espírita presenta la sexualidad sin connotaciones religiosas dogmáticas que consagran al sexo como pecaminoso, sucio, prohibido y demoníaco.

    Tampoco es legítimo el planteamiento de la sociedad actual, que consubstancia el sexo como objeto de consumo, básico y vulgar. La propuesta espiritista es la de la energía creadora que necesita estar apoyada por  la lógica y por el sentimiento, por el respeto y el entendimiento, por la fidelidad y el amor, a fin de propiciar la excelsitud y la paz, o sea, "Un sexo para la vida y no una vida para el sexo". Para Emmanuel, en el libro "Vida y Sexo", ante las proposiciones respecto al sexo, es justo sintetizar todas las disgresiones posibles en las siguientes normas: no a la prohibición; más educación; no a la abstinencia impuesta; más empleo digno del sexo, con el debido respeto a los demás y a sí mismo; no a la indisciplina; más control; no al impulso libre; más responsabilidad.   Aparte de  de eso, es simplemente teorizar para después aprender o reaprender con la experiencia. Sin eso, sería engañarnos, luchar sin provecho, sufrir y recomenzar la obra de sublimación personal, tantas cuantas veces fuera necesario, por los mecanismos de la reencarnación, porque la aplicación del sexo, ante la luz del amor y la vida, es asunto que corresponde a la conciencia de cada uno. Nadie se depura de un día para otro. Las conversiones religiosas exteriores no alteran de improviso, los impulsos del corazón. Todavía nos encontramos muy lejos de la meta a alcanzar, que es el proyecto de ordenamiento sexual.

   En rigor, ninguno de nosotros consigue conocerse tan exactamente, al punto de saber hoy, que tamaño tiene la experiencia afectiva que nos aguarda en el futuro. No hay como penetrar en las conciencias ajenas y cada uno de nosotros, ante la Sabiduría Divina, es un caso particular a la busca del amor, que reclama comprensión. En base a esto, muchos de nuestros errores imaginarios en la Tierra, son caminos para el bien, al paso que muchos de nuestros aciertos hipotéticos, son trampas para el mal que nos encontraremos un día... La energía sexual, como recurso de la ley de atracción, en la perpetuidad del Universo, es inherente a la propia vida, generando cargas magnéticas en todos los seres, cara a las potencialidades creativas que todos revestimos.

   A medida que la individualidad evoluciona, pasa a comprender que la energía sexual envuelve el impositivo de discernimiento y responsabilidad en su aplicación. Por eso mismo, debe estar controlada por valores
morales que le garanticen el digno empleo, sea en la creación de formas físicas, aseguradora de la familia, o en la creación de obras benéficas de la sensibilidad y la cultura para reproducción y extensión del progreso y de la experiencia, la belleza y el amor, la evolución y el perfeccionamiento de la Vida en el Planeta. En los lazos afectivos terrenales encontramos grandes alegrías. Sin embargo también dentro de ellas somos habitualmente enfrentados con las más duras pruebas. Aunque no lo percibimos de inmediato, recibimos casi siempre del compañero o compañera de la vida íntima, nuestro propio reflejo. Analicemos el matrimonio, por ejemplo, que perfectamente puede ser precedido por la dulzura y la esperanza, pero eso no impide que en los siguientes días, en su incesante marcha, traigan los cónyuges los resultados de las propias  creaciones que quedaron atrás.

    Tanto él como ella, en los compromisos del hogar, precisan reaprender en la escuela del amor, reconociendo que por encima de la conjunción corpórea, fácil del concretar, es urgente que se unan, en espíritu- siempre mucho más en espíritu- día tras dia. Porque cuando se extingue la hoguera de la pasión, en el seno de la organización doméstica, queda de esa combustión el oro vivo del amor puro, que se valoriza cada vez más, de alma para alma, habilitando a la pareja para los  más altos destinos de la Vida Superior, porque el Espíritu es quien ama y no el cuerpo, de suerte que, una vez disipada la ilusión material, el Espíritu ve la realidad que transciende a la vida física. Urge considerar que la Voluntad de Dios,esencialmente, es el deber en su más alta expresión, trazado para cada uno de nosotros, en el tiempo llamado "hoy". Y en ese "hoy", ya viciado de complicaciones y problemas que repuntan del "ayer", depende de nosotros la armonía o el desequilibrio del "mañana". De modo que el instinto sexual, dentro del amor en expansión incesante, nace en las profundidades de la vida, orientado por  los procesos de evolución. Importa considerar que ante el sexo, no nos hallamos de ningún modo, ante un despeñadero para las pruebas, sino delante de una fuente viva de energías que la Sabiduría del Universo situó en el laboratorio de las formas físicas y con el uso de los estímulos espirituales más intensos para la ejecución de las tareas como esposos, en régimen de colaboración mutua, conforme al estado de progreso y perfeccionamiento de los hombres.

    Cada hombre y cada mujer que aún no se angelizó y que no se encuentre en proceso de bloqueo de posibilidades creativas, en cuerpo y alma, trae, evidentemente, mayor o menor porcentaje de anhelos sexuales que se expresan con la sed de apoyo afectivo. Y así es claramente como gana  en experiencia, errando y acertando y volviendo a errar, para acertar después con más seguridad, con lo que cada uno de nosotros- hijos de Dios en evolución en la Tierra- conseguirá sublimar los sentimientos que nos son propios, de modo que nos eleve en definitiva, hacia la conquista de la felicidad celeste y del Amor Universal.
-Jorge Hessen-



" Solo el comportamiento, motivado por el Bien Común, es lo que logra activar el adelantamiento espiritual, las demás actividades del Espiritismo son solamente accesorias. Por lo tanto procura ser mejor hoy de lo que lo fuiste ayer y lograrás mejorar tu Espíritu...."
- Frank Montañez- ( Soy Espírita)




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