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viernes, 11 de abril de 2014

LA PILDORA DEL DIA DESPUÉS

                   



¿Qué es y cómo actúa la píldora del día después?

La píldora del día después (PDD) es utilizada por las mujeres luego de las relaciones sexuales sin el uso de protección o contraceptivos o aún cuando hay fallas en el método de protección adoptado. Su ingesta es “aconsejable” hasta las 72 horas después del contacto sexual.

Según la Revista “Veja”, es una píldora de emergencia que actúa de dos maneras, “a depender del período del ciclo menstrual de la mujer”, si ella aún no ha ovulado, tal método impide la liberación del óvulo y no habrá la fecundación; pero si el espermatozoide ya se ha unido al óvulo, la píldora impedirá que el feto se fije en el útero y éste será eliminado en la menstruación. (1)

El laboratorio responsable de dicho fármaco explica que la droga “provoca una alteración en el transporte tubárico y también una des-sincronización en la maduración del endometrio”, según   el “Instituto de la Facultad de Posgrado en Ciencias de la Salud de la Pontificia Universidad Católica Argentina”, que afirma que su uso impide “la anidación del embrión humano” y concluye que “si la píldora es tomada en el período periovulatorio, impide el normal desarrollo (…) del embrión (…), lo que elimina las posibilidades de supravivencia de dicho embrión, que ya está presente.” (2)

En síntesis, se la mujer aún no ha ovulado cuando utiliza la píldora, su acción será contraceptiva, ya que su óvulo no llegará a madurar y no habrá la fecundación. Pero si está ovulando o acercándose a esa etapa, el efecto de la píldora será abortivo, pues evitará que el embrión se acomode en el útero y lo expulsará en la menstruación.

¿La Doctrina Espirita condena el uso de los contraconceptivos? 

Que quede claro que lo que se condenan son los métodos de aborto considerados legales, como la PDD y el DIU y no los métodos verdaderamente contraconceptivos  los cuales son lícitos y pueden ser utilizados para la planificación familiar, tal como lo corroboran Chico Xavier y EMMANUEL  cuando afirman que los anticonceptiva son medidas que impiden el aborto delicados y además, representan un beneficio para la Humanidad representando, muchas veces, una de la soluciones a sus problemas sociológicos y económicos. (3)

 La diferencia básica entre el contraconceptivo y la PDD es que el primero impide que se dé la fecundación y, por lo tanto, no es abortivo, mientras que la segunda puede eliminar a una vida ya existente, visto que, a través de la Doctrina Espirita  sabemos que la unión del alma al cuerpo se da en el momento de la concepción, es decir, si existe la fecundación ya existe también un ser humano, un reencarnante que necesita vivenciar en la Tierra experiencias necesarias a su evolución, y es importante recordar que en la gran mayoría de las veces, tales experiencias están intrínsecamente vinculadas a las de sus padres debido a las conexiones espirituales establecidas por la ley de las vidas sucesivas. (4)

¿Qué dicen los estudiosos espíritas sobre el tema?

La AME (Asociaciones Médico-Espíritas) fue unánime en considerar la PDD como mecanismo abortivo en marzo de 2005. (5)

Divaldo Franco, en entrevista al “Portal Espírita”, dice que la PDD, el DIU y cualquier otro recurso utilizado tras la fecundación es considerado un aborto porque destruye la vida. (6)

Ricardo Baesso de Oliveira, nos recuerda que la Ciencia dispone de muchos métodos contraceptivos que se adaptan a diferentes personas, pero respecto de la PDD, su elección es infeliz porque su acción sucede cuando el Espíritu que se reencarna ya se halla vinculado a “la materia física”. (7)

El sexo

Debemos ser más responsables en nuestras relaciones sexuales no solamente por lo que ya mencionamos antes, sino también por los vínculos fluidicos que podemos generar con las personas con las cuales nos relacionamos y por la naturaleza sublime del sexo inherente al amor.

El sexo es “un atributo de la naturaleza no solo respetable sino además sagrado, que demanda educación y control.”
“A través de él fluyen energías creadoras (…), las alegrías revitalizadoras del afecto.”
“El sexo es simultáneamente espíritu y vida, al servicio de la felicidad y la armonía del universo, de modo que requiere responsabilidad y discernimiento. (…) Nuestros hermanos (…) necesitan y deben saber qué es lo que hacen con las energías genésicas, además de observar cómo, con quién y para qué se valen de tales recursos”. (8)

- Por Marina Silva -
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Causa de los males y aflicciones en la vida

   El conocimiento de las cosas nos hace libres,  por esa razón cuando la Doctrina de los Espíritus, la codificada por Allan Kardec al explicarnos la causa de nuestros sufrimientos,  nos  da cierta conformidad ante las tribulaciones que nos suceden en la vida.
El  Espiritismo nos dice que para comprender los resultados  de nuestras existencias pasadas,  basta  que observemos las propias tendencias, oportunidades, luchas y pruebas.
Emmanuel nos dice  que para entender, en esencia, las deudas o ventajas que traemos de existencias pasadas   lo podremos observar  en la carga  de conciencia, pidiendo reparación.  Si plantamos un precioso árbol, hace mucho tiempo, es natural que lo sorprendamos  cargado de utilidades y frutos para los otros y nosotros. Si nos empeñamos en un debito, es justo soportemos la preocupación de pagar.
Comúnmente por la noche, cuando dormimos y descansamos, al despertar por la mañana, nos levantamos  con  los bienes y los males que hemos procurado para nosotros mismos,   el  día anterior.  En el túmulo, el alma, aun vinculada al crecimiento evolutivo, entra en la posesión de las alegrías y de los dolores que pesan sobre su cabeza, en la cuna, despierta y retoma el arado de la experiencia, con los créditos   que le cabe devolver y con  los débitos que está compelida a rescatar.
 Cada criatura reencarnada permanece  en los derivados  de todo lo que hizo consigo y con el prójimo.
Los grandes delitos crean en el alma, estados indefinibles de angustia y choque,  de ahí nace la explicación  lógica  de las enfermedades congénitas, algunas veces       inabordables a cualquier tratamiento.
Si livianamente somos causantes del suicidio de alguien, es posible que tengamos a ese mismo alguien, en breve, en la condición de hijo-problema  o de un familiar enfermo; solicitándonos  auxilio, en la medida  de las responsabilidades que asumimos  en fracaso al que se arrojo.
Nadie huye a la ley de causa y efecto. Todos estamos en el presente, con el deseo de construir el futuro, más sumergidos  en las consecuencias del pasado que nos es propio. Y esto es así, porque según sembramos así recogemos.
La Doctrina Espirita,  expresando el Cristianismo Redivivo, no solo descubre los panoramas  radiantes de la inmortalidad, ante el gran futuro, es además luz para el hombre, iluminando su camino; desempeña la función especifica de tratar las enfermedades  que fustigan a la Humanidad, por enseñar  la medicina para el alma, basada en el amor constructivo y reedificante.
Las amarguras, los resentimientos, la desesperación, fricciones e irritación entretejen crisis   del pensamiento, estableciendo lesiones mentales que culminan en procesos patológicos en el cuerpo y en el alma, cuando no se convierten, de pronto,  en pábulo de la locura o en sombra  de la muerte.
Millones de criaturas, repuestas en el hogar,  recapitulan amarguras y graves experiencias, junto a aquellos que atormentaron en el pasado o de los fueron implacables verdugos; transformados en compañeros que, algunas veces, traen el nombre de padres  y se comportan como adversarios intransigentes; en la función de hijos  y se asemejan  a duros verdugos de los corazones afectuosos que les dieron  el tesoro de la cuna.  Desde el punto de vista mental, los adversarios del pasado, reencarnados en el presente, expanden entre sí cargas vibratorias de crueldad y rebeldía  que transfiguran el nido familiar en  cárcel minada  de rayos destructivos de odio y de amargura.
Los principios espiritas  en los conflictos familiares  son una medicación providencial.  Claramente en la educación individual y, evidenciando la reencarnación, destaca el impositivo de la tolerancia mutua, como terapéutica espiritual inmediata, con el fin de que los puntos  nerviosos del individuo o del grupo sean definitivamente sanados.
Las enseñanzas espiritas, despertando la mente para la necesidad  del trabajo y del estudio espontaneo, prepara a la criatura  en cualquier situación, para la obra del perfeccionamiento propio y revelando la continuidad de la vida, para más allá de la muerte,  patentan  el raciocinio de cada uno  en que la individualidad no encontrará, más allá del túmulo, cualquier prorogativa    y si la felicidad o el infortunio que construyo para si misma, a través de aquello  que hace con sus semejantes.
La Doctrina Espirita  encierra la filosofía del pensamiento recto, como agente preservativo de la salud moral, y consubstancia la religión natural del bien, cuyas manifestaciones definen a la caridad por terapéutica de alivio y corrección de todos los males  que nos afligen en la existencia.
Con las enseñanzas espiritas aprendemos que los actos de bondad, aun los más insignificantes, son plantaciones de alegrías eternas y que el perdón incondicional de las ofensas es la formula santificante para la supresión del dolor y la renovación del destino.

- Merchita-
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                El rincón del alma, 
 
      Aligerar la carga.

En estos días que se entrecruzan tantos pensamientos en nuestra mente..., que nos bombardean con palabras de buenos deseos de felicidad y amor para nuestro recorrido y vivencias terrenas; pocas meditaciones le dedicamos en esos deseos de cambio a la carga interior que dormita en los rincones de nuestra alma, entorpeciendo el camino continuador para el logro de nuestra misión como seres de amor transmisores de ayuda de caridad que debemos transportar entre los hombres y los espíritus. Trabajemos en el camino de nuestra liberación interior, día a día vayamos liberando esa carga que hace más pesado el camino del alma, vaciemos la mochila de vanos e innecesarios recuerdos que nos atan a vivencias pasadas, condicionando nuestra alegría y alterando nuestros nervios, transportando nuestro ser a la oscuridad y la tristeza; cuando no al sufrimiento la angustia y el dolor corporal. Abrámonos a esa luz de amor que envuelve nuestro amanecer en un despertar de entrega para gozar del esplendor de la luz transformadora en este rincón en donde se cobija el alma.
Un abrazo de amistad y amor para todos los amigos que circulamos en los caminos de la vida al encuentro de la verdad de nuestra alma. Que la magia de estas fiestas nos lleven a lo más profundo de nuestro sentir en un abrazo fraterno de sintonía y amor con el hermano necesitado, en lo material o espiritual.

Estela Blasco Vega