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miércoles, 22 de junio de 2011

El proceso reencarnatorio


En esta breve revisión, vamos a recordar lo que dice la revelación espiritual sobre las principales etapas por las cuales pasa el Espíritu, en su regreso a la carne, automatizadas en millones de años de evolución. El primer punto a destacar es que los Espíritus Instructores no dejan ninguna duda sobre el momento en que se da la unión del alma con el cuerpo: es el de la concepción.



Allan Kardec, en La Génesis describe el nacimiento: “Cuando el Espíritu debe encarnarse en un cuerpo humano en vías de formación, un lazo fluídico, que no es más que una expansión de su periespíritu, lo liga al germen que lo atrae por una fuerza irresistible, desde el momento de la concepción”. En ese proceso, “el periespíritu, que posee ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, al cuerpo que se forma; de ahí puede decirse que el Espíritu, por intermedio de su periespíritu, de alguna forma se enraíza en el germen, como una planta en la tierra. Cuando el germen está desarrollado por completo, la unión es completa y entonces él nace hacia la vida exterior”.
¿Qué fuerza irresistible sería esa de la que nos habla Kardec? No hay duda de que es el magnetismo del padre y de la madre, expreso, entre otras estructuras corpóreas, en el conjunto formado por las células reproductivas, y que actúa, de forma decisiva, sobre el candidato a la reencarnación. En verdad, según explican los Instructores Espirituales, para reencarnar, basta el magnetismo de los padres, unido al fuerte deseo del Espíritu reencarnante. Se forma así, la sintonía magnética, que funciona tanto en la reencarnación normal como en la clonación.
No se puede olvidar que esa “sintonía magnética” envuelve energías sutiles, por tanto, no obedece a las leyes clásicas de la física, sino a las de la física cuántica, de comunicación no local, que no depende del espacio y del tiempo, conforme preconiza el Teorema de Bell. Así, el Espíritu reencarnante se une magnéticamente al óvulo y al espermatozoide, o al genoma formado por ambos (caso del clon), por cuestión de afinidad espiritual, no importan donde se localicen. Los tubos de ensayo y la parafernalia de aparatos utilizados en los laboratorios no constituyen de forma alguna ningún impedimento para ese tipo de unión. Además, es bueno recordar, que todos los Institutos de investigación científica terrestres cuentan, invariablemente, con equipos de Espíritus Superiores que los asisten, de modo que ese tipo de ligación es debidamente favorecida por ellos.

En la clonación, los científicos llevan los genes de una célula adulta al estado embrionario, con eso, las moléculas del DNA, que se expresan, a través de formas geométricas muy especiales, por razones que todavía desconocemos, pero que ciertamente están ligadas a las propiedades de la materia elemental primitiva (plasma divino), empiezan a vibrar en otro diapasón, repletas de alto poder magnético, potenciado en mucho, por las mitocondrias – herramienta de fuerza energética espiritual – presente en el citoplasma del óvulo. El conjunto constituye un verdadero polo atrayente para el Espíritu reencarnante. Se forma, así, la atracción fatal o irresistible de la que nos habla Kardec, que posibilita la reencarnación normal y en la clonación. No son, por tanto, tan sólo substancias químicas orgánicas que actúan en los mecanismos de la embriogénesis, ellas constituyen tan sólo el substrato físico de una acción mucho más amplia y primordial, que es la acción energética del Espíritu reencarnante, expresa, principalmente, a través de sus envoltorios sutiles, en particular, del periespíritu.

En el primer mes de gestación, el nuevo ser aumenta en diez mil veces su peso inicial. El embrión se constituye, por lo tanto, en una de las pruebas más elocuentes y substanciales del poder agregador de materia, inherente al Espíritu. Además, la embriogénesis, como un todo, es un proceso notable: una única célula unidimensional (cigoto) se transforma en un ser tridimensional (o recién nacido), siguiendo un programa de información automático perfecto. Comentando, en una entrevista, ese extraordinario enigma de la naturaleza, François Jacob, médico y biólogo francés, del Instituto Pasteur, condecorado con el Premio Nóbel de bioquímica, en 1965, reconoció que la Ciencia todavía no tiene explicación para él.

PREPARACIÓN: 

En el libro Misioneros de la Luz, el médico desencarnado
André Luiz, describe, pormenorizadamente, el renacimiento de un Espíritu, hecho único, creemos, en la literatura espiritualista mundial y que recomendamos vivamente a todos los interesados. El caso descrito es el de la reencarnación de Segismundo, en el hogar de Adelino y Raquel, que puede ser considerado un paradigma de lo que acontece comúnmente en la Tierra.
Antes de la unión del Espíritu con su nuevo cuerpo, hubo un intenso trabajo de preparación. Inicialmente, los Espíritus Instructores buscaron promover la paz entre el futuro padre y el postulante a la condición de hijo, una vez que, en encarnación precedente, Segismundo había asesinado a Adelino y éste, instintivamente, reaccionaba con la simple aproximación del antiguo adversario. Su reacción era de tal orden que “destruía la sustancia de la hereditariedad, intoxicando la cromatina dentro de la bolsa seminal”, aniquilando, con su pensamiento envenenado, los espermatozoides, o intoxicando los genes del carácter de los que no conseguía eliminar, dificultando, de esa forma, la acción de los Benefactores. En un encuentro, durante el sueño físico, el Instructor Alexandre consiguió el cambio de actitud de Adelino, que extendió la mano a Segismundo, perdonándolo, con sinceridad.
Se vio, entonces, el efecto benéfico del perdón, en el propio organismo periespiritual de Adelino, que se mostró iluminado, después de la ruptura, de arriba abajo, de aquello que se podría llamar “pesadas nubes” o acumulaciones de energía negativa, producidos por el resentimiento. Después de la modificación mental del futuro padre, los instructores dieron inicio a la preparación de los cromosomas y de los genes, con vistas al proceso de reencarnación, estudiando el gráfico del futuro cuerpo físico de Segismundo, que, en consonancia a la falta cometida en la vida pasada, manifestará, en la edad madura, molestia de tono cardíaco. Mientras esperaba el momento de la unión con el nuevo cuerpo, Segismundo reposaba en una pequeña cámara, en su futuro hogar: estaba extenuado y abatido, con miedo de nuevos fracasos.

Ese abatimiento, en vísperas de la reencarnación, tenía origen no sólo en la duda sobre el éxito, sino principalmente, en el lento proceso de “debilitamiento” periespiritual que el Espíritu sufre, a medida que entra en la ligación fluídica directa con los futuros padres; estado ese que recuerda, en cierta forma, los instantes finales de la vida física, cuando hay extinción de las fuerzas orgánicas. Según los orientadores, esa operación es necesaria, antes de recomenzar la existencia terrestre, para que el organismo periespiritual retome la “plasticidad que le es característica”. Para ello, él necesita perder los puntos de contacto, con la esfera extrafísica, medio muy diverso de lo que existe en la costra planetaria, eliminando determinados elementos de la vida espiritual que su periespíritu incorporó, en el periodo de entre vidas, a través de la alimentación y de los diferentes hábitos. Eso no deja de provocar sufrimiento.

Después de que Segismundo eliminó la “materia psi”, asimilada en el mundo espiritual, quedó mucho más pálido, más débil, su mirar se tornó vago, menos lúcido. En el día de la ligación con el nuevo cuerpo, el equipo espiritual no penetró en la habitación de la pareja en el momento de la relación sexual, por respeto a ese acto sagrado, lo mismo ocurre con todos los hogares que, como el de Adelino y Raquel, están formados con bases rectas, porque ellos poseen defensas naturales. Como que la fecundación del óvulo materno solamente se verifica algunas horas después de la unión sexual, el equipo espiritual, encargada de conducir el proceso reencarnatorio, aguarda el tiempo preciso.
 

REEDUCACIÓN DEL PERIESPÍRITU:

A continuación de la eliminación de la materia psi, propia de la vida espiritual, se dio la miniaturización del periespíritu: Segismundo mentalizó la forma de un bebé y pasó a expresarse como tal. Ese fenómeno es automático, como, además, lo es todo proceso reencarnatorio, y sólo se efectúa cuando el envoltorio sutil adquiere su plasticidad original. A propósito de esa operación, los Instructores Espirituales recordaron que la enfermedad mortal, para el hombre terrenal, no deja, en cierto sentido, de ser una prolongada operación reductora, favoreciendo la liberación del alma de los lazos fisiológicos.

Tenemos ahí, la explicación para el hecho comúnmente observable, resaltado en los estudios de la ilustre psiquiatra
Elizabeth Kübler Ross, de pacientes terminales que asumen, en el lecho, la posición fetal, indicando, con ello, su proximidad al óbito. Aunque sean procesos opuestos, la encarnación y la desencarnación, tienen, ciertamente, operaciones que se asemejan. Después de la miniaturización, la forma reducida de Segismundo descansó en el regazo de aquella que fue, en la Tierra, la madre de Raquel, aguardando la unión con el seno materno.


UNIÓN:
Finalmente, llegó el instante más esperado. Mientras el cuerpo físico de Raquel reposaba, tranquilamente, sobre el lecho, en Espíritu ella recibía, en el regazo, la “forma infantil” de Segismundo, acercándola, amorosamente, de encuentro al corazón. Las revelaciones de los Instructores Espirituales enseñan que el periespíritu del reencarnante actúa sobre el óvulo, dirigiéndolo en la selección del espermatozoide, de modo a escoger el más “sutil” a la programación reencarnatoria en vías de concretizarse, determinando el sexo y la carga genética para toda la existencia.

 En 1991, el Proceedings of the National Academy of Science trajo un comunicado interesante: investigaciones recientes realizadas por científicos norteamericanos e israelitas, en la Universidad de Texas y en el Instituto Weizmann, revelaron que, antes de la fecundación, el óvulo libera una sustancia química que actúa como una señal verde para que los espermatozoides inicien el viaje por la trompa. Aproximadamente 100 de los 200 a 300 millones de espermatozoides contenidos en la eyaculación, consiguen alcanzar el óvulo y uno sólo alcanzará el blanco. La señal química, entonces descubierta, sería responsable por la selección del espermatozoide más apto. Las investigaciones aún prosiguen para saber si esa sustancia es producida por el propio óvulo o por las células vecinas.

La mujer tendría, de esta forma, un papel más activo en la fecundación de lo que se suponía anteriormente. En el caso de Segismundo, una vez escogido y encorajado, el espermatozoide más útil a su planificación reencarnatoria fue acogido por el óvulo que participó activamente de su selección. Conforme cuenta André Luiz, en el citado libro, seguidamente a la unión de los dos gametos, “Alexandre ajustó la forma de Segismundo, que se interpenetraba con el organismo periespiritual de Raquel, sobre aquel microscópico globo de luz y observé que esa vida latente empezó a moverse”. Había transcurrido precisamente un cuarto de hora, contando del instante en que el elemento activo ganó el núcleo del óvulo pasivo”. Por la descripción, se observa que, después de la unión definitiva del Espíritu a la célula huevo, él actuará como vigoroso modelo “como imán entre limaduras de hierro”, construyendo el nuevo cuerpo. Evidentemente, hicimos, aquí, un esbozo muy resumido del relato del médico desencarnado. En verdad, destacamos algunos puntos de referencia para una discusión mucho más amplia que tendrá que hacerse, en otro nivel, envolviendo estudios e investigaciones mucho más complejas.

INFLUENCIA SOBRE LOS GENES:
En el caso de Segismundo, hubo intenso movimiento espiritual en la elección de los gametos y en otras operaciones importantes. Para destacar hasta que punto el Espíritu puede influir en la elección de los genes, vamos a destacar un caso de reencarnación, entre los 2.600 investigados por el Dr. Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, EUA. Zaw Win Aung está formado en Medicina por la Facultad de Rangoon, capital de Birmania y debe tener, actualmente, más de 50 años. Desde niño, Zaw decía que había sido piloto norteamericano en la 2ª Guerra Mundial, y que su avión fue abatido por los japoneses, causándole la muerte. Los padres de Zaw son nativos asiáticos legítimos, morenos, de ojos almendrados y oscuros, mientras, él es rubio, de ojos verdes, redondos, y piel muy clara.

El Dr. Stevenson hizo amplia y rigurosa investigación para verificar la hipótesis de infidelidad de la madre de Zaw, llegando a la certeza absoluta de que tal suposición era absolutamente falsa. La hipótesis de disturbio genético fue también descartada. Aparte de eso, el Dr. Stevenson obtuvo una amplia comprobación sobre las afirmaciones hechas por el paciente relativo a su existencia anterior. Incluso el comportamiento de Zaw, desde su infancia, siempre defirió profundamente de sus demás hermanos, revelando hábitos típicamente occidentales.
¿Habría el pensamiento o materia mental de Zaw influido en las estructuras genéticas del organismo en formación? ¿Habría su Espíritu interferido directamente en los genes, al punto de alterar las bases nitrogenadas del DNA, provocando una mutación? Según los estudios y observaciones del Dr. Hernani Guimarães Andrade, presidente del Instituto Brasileño de Investigaciones Bsicobiofísicas (IBPP), la respuesta es afirmativa. Esa conclusión resulta de la investigación de las birthmarks (marcas reencarnatorias congénitas, marcas de nacimiento) y de las aparentes mutaciones, como en el caso de Zaw Win Aung.

EN RESUMEN:

El proceso reencarnatorio, en la clonación, también se da, como en los casos comunes, por sintonía magnética. El candidato a la reencarnación tiene afinidad o compromiso espiritual con el donante o con la donante de la célula somática, es decir, con el ser que desea copiar, del mismo modo que debe tener con la abastecedora del óvulo. Se une, de esta forma, magnéticamente, al genoma de la célula diferenciada, constituido de genes heredados del elemento masculino y femenino, que son llevados a la condición embrionaria, y al citoplasma del óvulo de la donante, del cual fue eliminado el núcleo, y que alberga los genes mitocondriales.

El hecho es que los genes en las condiciones embrionarias iniciales, conforme señalamos, deben tener formas geométricas especiales que favorezcan la concentración de alto poder magnético espiritual. Ese conjunto constituye el polo atrayente del Espíritu reencarnante, reflejando la sintonía existente de alma a alma. Se puede argumentar que, en el caso de la clonación, el Espíritu tiene libre elección de gametos, como en el proceso reencarnatorio normal. De hecho, no tiene; está mucho más absorbido en sus maniobras, comprometido con un programa previamente escogido por otro. Pero, si no goza de la amplia libertad de opción, no deja, con todo, de tenerla, en cierta medida, basta recordar los gemelos univitelinos que tienen una programación conjunta, compartida, y, incluso así, no son iguales, porque las almas son distintas e imprimen manifestaciones o personalidades diferentes a las existencias de uno y de otro.

Bastante ilustrativo también es el caso de Zaw Win Aung, que imprimió mutaciones importantes a los genes heredados. ¿Será que, incluso con menor posibilidad de maniobra, el clon no tendría también el poder de cambiar el genoma que recibió de herencia del “padre o de la madre clon”? Todo indica que si, dado el poder co-creador del Espíritu. El futuro dirá.

Si la unión del espíritu reencarnante, en el caso de la clonación en laboratorio, se hace en un ambiente diferente al del hogar, no por ello es afectada, porque ya vimos que la comunicación entre los Espíritus no es local, independe, por tanto, del tiempo y del espacio. Sobre lo restante del proceso reencarnatorio, sigue su curso, como en los casos normales: se da la miniaturización del periespíritu y los Benefactores Espirituales especializados están siempre dispuestos a ayudar.

Marlene Nobre                                            
Extraído del Libro: "El Alma de la Materia"

( consultar también el blog    inquietudesespiritas.blogspot.com )