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martes, 31 de enero de 2012

EL POR QUÉ DE LA VIDA


    Pregunta que nos hacemos con mucha frecuencia,ya desde muy  jóvenes  preguntamos a  nuestros  padres, a los maestros y a hombres sábios.   Siempre  el  por   qué,  que es para  nosotros   un   verdadero  enigma,   debido  también  a  la  limitación  de nuestros  sentidos     materiales;   y  preguntamos:   ¿Qué es lo que somos?;   ¿De donde venimos?;  ¿A donde vamos?.   Las  vivencias  y  experiencias  de   nuestra  vida nos  dan  toda  clase   de sufrimientos,  físicos y morales, y  situaciones  también  de  amor  fraternal.   Y a pesar de ello  llegamos a la ancianidad con la misma  pregunta.

  Jesu-Cristo, prometió que a su debido tiempo mandaría al Espíritu de  la  Verdad para todo esclarecimiento, ¡ Y así ha sido !.  El  Espíritu  de  la Verdad actúa  dentro del Espiritismo  para instruirnos a  través  de mediums evangelizados, a seres espirituales elevados,con el fin de sustraernos a esa ignorancia tan acentuada que  tenemos los terrenales. Toda esta clase de mensajes comenzó en el pasado siglo y quien más acertadamente supo sacar provecho de ellos, fue  Allan Kardec y la gran poetisa Amalia Domingo Soler.

   Allan Kardec, hombre bueno e inteligente, gran  pedagogo preparado  para recibir estos  mensajes de  los altos  planos. Se acercaron a  Él grandes maestros para  que estructurara un código de alta moral y sabiduría,  que  era la  aclaración de ese  por qué de la vida y  es el esclarecimiento de nuestro paso por la tierra, y que responde claramente a esta pregunta.

   También  él tuvo  sus detractores y sus experiencias en falsas mediumnidades, pero supo muy bién discernir lo que era positivo o negativo.

   Amalia Domingo Soler,  en sus obras  hizo despertar  y  aflorar  los grandes  sentimientos  espirituales ,  las  obras  que  dejó escritas  también  fueron   transmitidas por elevados espíritus, grandes seres mensajeros amorosos y que estudiando a fondo sus libros, nos aclaran todas las dudas y nos   ayudan a  despertar  los  sentimientos fraternales.

     La doctrina espírita aclara todas las preguntas que podamos efectuar  y también en muchos puntos de la parte científica y al  mismo tiempo  nos han trazado  un código  filosófico  muy  perfecto,  como lo fue  el   antiguo   cristianismo,   ¡ los Evangelios !.

     Ahora  nos  van  ilustrando  para que afloren a  la  superficie  de  nuestra  conciencia, estos  grandes sentimientos fraternales,  de que están tan  necesitada  nuestra humanidad. Nos preparan para poder  comprender el destino de  nuestro  espíritu  en la eternidad.  La moral espírita  es  para  que  la apliquemos en todas  nuestras actividades diarias, que no  sea  solamente literatura.  También es  bueno  asistir  a  sesiones  de  espiritismo, en  médiums que sean evangelizados de alta moral, porque también se aprende mucho en la manera  directa de los Maestros espirituales, pero antes  hay que estudiar para estar capacitados para poder comprenderlos y   para  saber a qué atenernos, con el fin de no ser engañados o el  peligro  de   ser  obsesionados, porque por la forma de expresarse, podremos comprobar si se trata o no, de auténticos maestros. Estos estudios nos ayudan mucho  a mejorar de todos nuestros puntos  negativos y al mismo tiempo al  oír estas disertaciones de estos seres  elevados, nos vamos aclarando y progresando, lo que hace que nuestro espíiritu se vaya sensibilizando, aflorando los grandes y buenos  sentimientos  hacia  nuestros  hermanos, aplicando  las palabras de Jesús de  hacer a los demás lo que quisieras  que a  ti  te hicieran, y con ello se obtiene verdadera paz en nuestro espíritu.

     Si tenemos la oportunidad de oír a través de  un médium  evangelizado  de  alta moral, las voces de los espíritus  superiores,  es  muy necesario  que  lo  aprovechemos  con la máxima atención, por el sentido que ellos vienen de aquellas  regiones de pureza y felicidad , y que, impulsados por su gran amor hacia nosotros, hacen este sacrificio, vienen a ofrecernos la Luz divina, nos instruyen para elevar nuestra conciencia  para  que  nos  vayamos formando, porque la Tierra es una escuela;¡ La escuela de la Vida !.

   Los hermanos de Luz no tienen por misión solucionar nuestros  problemas  materiales;  si acceden a ello alguna vez, es para darnos  pruebas con el objeto  de que lleguemos a tener una verdadera fe.

     Su principal misión es prepararnos a fin  de  que  sepamos   solucionar  las dificultades y vencer las tentaciones de lo inmoral y  de  las  pasiones  egoístas  de nuestro espíritu, intentando  practicar el  Evangelio que Jesús enseñó a los hombres . Creo que hay que estudiarlo a fondo, no la  letra, sino el significado alegórico de  lo  que quiere decir cada palabra, y  siguiendo  ese  camino  llegaremos  a  sufrir  una  gran  transformación  moral  e intelectual.

     En las reuniones en que los hermanos  de  Luz  nos   invitan  a  preguntas  para  nuestro discernimiento,  hemos  de  considerar  que  estas sean  de Amor, Paz y  Caridad. Hay que procurar no  hacer  indiscrecciones, teniendo un gran  respeto,  porque son luces que el Padre nos envía para nuestro progreso; nos enseñan a  despertar  y poner en práctica los  nobles  sentimientos  que  atesoramos  en  nuestro  interior, sensibilizando  nuestro  corazón para que practiquemos las enseñanzas  de  Jesús,  el  Amor  Universal, lo más  civilizado que se ha enseñado a la humanidad.   Ello también  ayudará a apartar el lastre que llevamos de pasadas existencias y poder  llegar a un grado de sensibilidad y de inteligencia para ayudar a los  hermanos necesitados y a nosotros  mismos.

     Siguiendo este camino, al final de nuestra etapa terrenal,  tendremos  más Luz y más progreso;  ¿ Y ómo hacerlo?, pues el modo  es  sencillo, cada  vez ser menos violentos, frenar en lo posible el amor  propio  (porque esto es egoísmo), ser  más  humilde,sentir como  nuestro  corazón  palpita con intenso amor hacia nuestros  hermanos, lo mismo si piensan como nosotros o de  modo  diferente,  y  aquellos  que preguntan el por qué  de  la vida. Si estudiamos y asimilamos bien la doctrina,estaremos  preparados para hacer la caridad de orientarlos en la búsqueda de la verdad y la justicia.

    Cuando creamos que estamos capacitados por los  estudios de las  enseñanzas espirituales para poder ayudar, sobre todo no caer en la  soberbia  pensando  que   ya somos más importantes que los demás;  ¡ eso nó !,siempre hay que conservar la  humildad, que es lo divino, porque el  hombre más sabio es quien es más humilde, y  al mismo tiempo el que se cree que sabe mucho, aun  sabe muy poca cosa.

     La ilumiación que se va adquiriendo por la experiencia y  los  sufrimientos  que  estimulan el  progreso, se desarrolla la fuerza en nuestro espíritu a medida que la moral, la ética y la inteligencia se adhiere a  nuestro  ser, por afinidad llegamos a conexiones con esferas en donde todo es Amor Divino, que por el momento  no  comprendemos su grandeza, por no estar  lo  suficientemente evolucionados.

    Esta dimensión cerca de nosotros, no es precisamente un estado  de  felicidad  para el que no ha cultivado su   conciencia.   Pero   Dios,   en  su  misericordia  nos  da siempre la oportunidad de progresar,y es cuando los  Guías recogen a los desencarnados que, cansados  de sufrir, están más o menos predispuestos y arrepentidos de todo el mal que pudieran haber hecho; desean  rectificar  y  hacerse  buenos,  rescatando sus  faltas en  una  nueva  encarnación, para dar lugar a ello, antes  les  acompañan a escuelas  espirituales de gran Luz, para  instruirlos  y  prepararlos  para  la nueva prueba.

      Ahora lo importante es que los que estamos encarnados en la  Tierra, es  preferible que tengamos que pasar estas experiencias para nuestro progreso, porque si no sabríamos deducir lo que es bueno y  lo que es malo. Las luchas las necesitamos para nuestra  formación, enfrentándonos a las vicisitudes de la vida, para llegar a formar una conciencia de discernimiento.Las enseñanzas de los Guías, son  para  que formemos una conciencia  propia, responsables por nuestros actos,que no seamos fanáticos,  que  si hemos de ser fanáticos que sea para hacer el bien. Hemos de ir adquiriendo una formación propia, totalmente cristiana, para que nadie  pueda  desviarnos. No debemos ser sectarios de ninguna clase, pero hemos de  estar preparados, para que el último  que llegue, aunque sea con dulces  palabras, no nos haga dudar de nuestra convicción totalmente cristiana.

     Es muy importante no hacer críticas unos a  otros, de nuestros  defectos  en  forma pública; es muy loable que en forma particular nos  ayudemos   cambiando   impresiones a fin de rectificar  nuestros  errores,  siendo  sencillos  y  humildes,  respetando el pensamiento de  todos siempre que sea de buena fe, y  principalmente no provocar enfrentamientos.  Tenemos  que estar bien  seguros  de  lo  que  tenemos que hacer; son tesoros  para  la eternidad, ¡ para siempre !; allí nada se pierde, pero la cuestión no  es  luchar por las comodidades  de  la Tierra, por envidias, por egoísmo y por querer pasarlo lo mejor posible en forma deshonesta, la  cuestión  es  que todo se deja aquí en la Tierra. Todo se pudre y se transforma,lo que no  se  pudre es nuestro espíritu que ha de volar a la eternidad; habremos de  prepararlo  para  ese gran vuelo, para lo divino,y podemos estar seguros de que  es   el  único  objeto  de nuestra existencia en la Tierra.

     Se habla algunas veces de que la Tierra es un punto de castigo para nuevas existencias pero no creo  que esto sea  así. Dios no castiga  a   nadie;  no  existe  un  sentimiento de castigo, sino de inmenso Amor.


     Cuando infringimos las Leyes amorosas de nuestro Padre  se  comenta que debemos tener temor a los castigos de Dios, y esto tampoco es así.  Lo que  debemos temer es a nosotros mismos, porque si nos  apartamos  de  sus leyes de Amor,nos lanzamos por nuestra propia voluntad a  senderos equivocados, que trae  como  consecuencia toda  clase  de  sufrimientos, pero Dios no castiga, nos lo hacemos nosotros mismos cuando  nos  apartamos del recto camino. Tenemos que acoplarnos  a  sus leyes de Amor y Fraternidad establecidas,por lo tanto la Tierra  solo es un lugar  de redención, de  oportunidad  de  nuevas existencias,  para poder llegar a  través   de  ellas al Amor y a la Sabiduría.
      Al desencarnar, cuando nuestros Guías nos  llevan  a  lugares  de Luz,  nos  comprendemos entonces tan  atrasados que pedimos  volver  a  la  Tierra  para  nuevas pruebas y poder  ejercer  una  labor de  verdadera   fraternidad, pensando menos ennuestros propios egoísmos.Si llegamos a pasar la prueba cumpliendo  lo  que  al encarnar  prometimos, es  cuando  remontamos nuestro espíritu a  planos  cada  vez más superiores  y  eso ha de  ser   con  nuestro propio esfuerzo.

     Hay  formas de pensamiento que comentan  que si persistimos en  ese  estado colectivo,veremos un cataclismo planetario.
    Me resisto a creer en ello,  porque la última  palabra  siempre  la  tiene  Dios  y  todo dependerá de como se vaya forjando el edificio de la Creación.

     En este caso tendríamos que ser buenos a la fuerza, por el terror  de poder ser exterminados, y entonces  habría analogía con las  religiones   que  por  temor   al  diablo y a la destrucción del mundo,quieren que seamos mejores Si hemos  de  ser  mejores ha de  ser por convicción propia, entonando nuestro corazón y  nuestro  espíritu en ese gran amor a la Creación, ¡y no por temor !,porque el temor lo podemos tener solo a equivocarnos.

     Hay que considerar que si alguna vez,  la Tierra tiene que  desaparecer  para  convertirse en sol,para librarse de la materia densa, será por la mecánica celeste  y  por la Voluntad del  Creador, arquitecto  de toda la  infinita creación, pero no porque el hombre sea mejor o peor, hay que tomarlo  de  forma  individual  o   colectiva,   porque cuando terminamos nuestras  pruebas kármicas,   individualmente  tomamos nuestro destino como  Guías  de otros seres,o pasamos a  otros lugares de   la   Creación que  el Padre  nos destina para ser útiles a los demás y a nosotros  mismos,  pero creo que no hay que esperar a que se redima toda la humanidad,porque la Tierra es un lugar donde vienen seres de  otras   dimensiones  más  atrasadas,  y  cuando alcanza la perfección se pasa a otras más avanzadas, por tanto,  este planeta es solo una estación en el camino del  Eterno Sendero.
      Si  este  planeta estuviera destinado a desaparecer,  no por eso dejaríamos  de  vivir, porque se vive  eternamente. Jesucristo ya lo dijo: “En la Casa de mi Padre hay muchas moradas”,  y  a ellas remontaríamos  nuestro vuelo.

    Dios ama inmensamente ala humanidad, ¡ y que mal hemos comprendido Su inmenso Amor !, pero en su misericordia nos ha dado el  tiempo para que lleguemos a comprenderle en Sus Leyes de Amor Universal , pero  sobre todo  para  que lleguemos a ser inmensamente felices.
S. Sanchís Serra – (Revista Fraternidad Cristiana Espírita nº 2 de Abril de 1986)

   "No pidamos tareas iguales a nuestras fuerzas. Sino fuerzas iguales a nuestras tareas.".-  Helen Keller


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