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miércoles, 29 de julio de 2015

VALORAR LA VIDA


         LA EDUCACIÓN DE LOS 

                     SENTIMIENTOS

Cuando el hombre carece de educación moral reacciona con egoísmo cada vez que su mecanismo de conservación es activado por una emergencia social y,en consecuencia,desata una sutil guerra de competitividad y aniquilamiento de la solidaridad.Atiende las necesidades que lo apremian sin importarle sus características,sean materiales, fisiológicas, profesionales e incluso afectivas.   Para eso,obviamente atropella el sentimiento de fraternidad y justicia y da lugar a un conflicto de intereses en la comunidad.Cada vez que el egoísmo sustituye a la solidaridad brotan los conflictos.El egoísmo es un cancer social,es el promotor de la disolución en todos los niveles del sistema administrativo de las organizaciones humanas.
Allan Kardec identificó en la educación moral la única salida para resolver la grave crisis existencial que se expandía por todo el planeta.Lograrlo indicaba que el sistema educativo incorporara otros objetivos y avanzara por caminos diferentes.Educar al hombre para SER más, no sólo para TENER más.Educarlo para que cultive valores éticos, no sólo para conferir brillo a una dudosa inteligencia.Educarlo,,en síntesis para "desarrollar armoniosamente todas sus facultades",no sólo las facultades que son la expresión de la cultura de los seres humanos.
Muchos han sido los educadores que alertaron en su momento acerca de ésta grave deficiencia de los sistemas educativos en general.Rousseau comprendió que era necesario un conocimiento mas profundo de los niños para generar las condiciones que permitieran educarlos a conciencia.Con él nació la Psicología infantil.   Pestalozzi ,Piaget, y Kant fueron coincidentes al afirmar que la finalidad de la educación era conducir al hombre a un "estado moral", o de "madurez de la conciencia". Para Theodor Adorno el propósito de la educación residía en forjar una conciencia recta.Otros educadores transitaron ese camino y expusieron sus técnicas de aprendizaje,al mismo tiempo que destacaron los auténticos objetivos de la educación. En presencia del fermento de la discordia,del sufrimiento y de la disolución de los valores sociales,se impone la necesidad de trabajar con los otros valores, con aquellos que todavía no han sido convenientemente incluídos en los procesos educativos,pese a su relevancia en relación con el equilibrio del sistema vigente de la tierra.


JASON DE CAMARGO: LA EDUCACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS 

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    Señal de Cristo 


...Reconoce tus propios defectos, pero no te detengas en ellos. 


Sólo las plantas parásitas se nutren de los árboles muertos, tranquilamente. 


Jesús es Vida, y la Doctrina Cristiana es acción. 


¡Ve hacia adelante! 


Trabaja por el bien y en tu propio bien. 

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco - Libro Mies de amor 


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            Empatía 


“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27) pues es de eso precisamente que se trata la empatía. 
La Empatía es una habilidad especial que nos permite conectarnos con otras personas y entender sus sentimientos sin necesidad de que ellos nos cuenten que es lo que les está pasando. 
Para desarrollar Empatía debemos ser capaces de ponernos en el lugar de la otra persona reconociendo su presencia a nuestro lado y escuchando hasta aquello que no nos dice. 
La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. 
La empatía nos permite responder adecuadamente a las necesidades que tiene esa persona haciendo que se sienta muy bien al compartir sus sentimientos, ideas , gustos, etc. 
Ser empáticos es ser capaz de sumergirse en el mundo emocional del otro sin ahogarse en él. 
Bendiciones!

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 EL SENTIDO DEL ESPIRITISMO

El Espiritismo es la comunión de las almas que se llaman y se responden a través del espacio... Gracias a él nos llegan noticias de aquellos que fueron nuestros compañeros de prisión y de lucha en este mundo. Ya los creíamos perdidos, y he aquí que de nuevo nos sentimos ligados a ellos... ¡Qué alegría saber y sentir que estamos unidos a aquellos a quienes amamos, unidos para siempre; que la muerte es tan sólo un engañabobos y toda separación no deja de ser pasajera y aparente! Nos sentimos ligados no únicamente a ellos, sino a todas las almas que pueblan la inmensidad, 
porque el Universo forma una gran familia. Y en los millares de mundos que se desplazan por las profundidades del Cosmos, por todas partes tenemos hermanos y hermanas que habremos de conocer, o con los que deberemos reencontrarnos algún día; por doquier existen almas con las cuales proseguiremos nuestra ascensión, bajo la égida de las sabias y profundas leyes eternas... 
De esta manera irá despertando poco a poco y crecerá en nosotros el sentimiento, el instinto poderoso de la vida y de la solidaridad universales. 
Mediante él nos sentiremos vinculados tanto a los más humildes como a los más grandes Espíritus, nos sentiremos de la misma estirpe que los héroes, los sabios y los genios, y tendremos la posibilidad de reunirnos con ellos en la luz cuando nosotros también hayamos trabajado y luchado, merecido y sufrido... 
El Espiritismo, en suma, es todo el estremecimiento de la vida invisible; representa a un universo viviente que hasta ahora se ignoraba, salvo por parte de unos pocos, y del que sabemos y sentimos que existe, se agita, palpita y vibra en nuestro entorno, llenando el espacio con pensamientos radiantes, pensamientos de amor, inspiraciones geniales. Y cada vez más lo sentiremos vivir y obrar, merced al desarrollo de facultades que van a multiplicarse, incrementarse y convertirse en patrimonio de gran número de personas. Por ellas adquiriremos, asimismo, la certidumbre preciosa de la protección y sostén que desde el Más Allá se extiende sobre nosotros; la prueba de que la solicitud de lo Alto alcanza a todos los peregrinos de la vida en su penoso viaje terrenal

- Marco Antuan -
                                                 
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            VALORAR LA VIDA

Si hoy pudieras hacer un único pedido, ¿qué harías? Si un genio de la lámpara se te apareciera como por milagro, ¿qué pedirías?

Muchos, en esa fantasía, piensan pedir grandes sumas en dinero. Otros, pasar temporadas sin fin de vacaciones en algún lugar paradisíaco. Otros más desearían largos períodos de tiempo para satisfacer sensaciones y pasiones.

No obstante, si preguntáramos a un tetrapléjico cuál sería su mayor deseo o a un ciego, ¿qué contestarían? Para el portador de una enfermedad incurable, ¿cuál sería su pedido?

La respuesta parece clara, en cualquiera de estos casos. Ellos desearían milagros de los que nosotros, que no estamos en estas situaciones, somos portadores.

A menudo deseamos cosas sin sentido o infantilidades, olvidándonos de que recibimos milagros de la vida todos los días.

Deseamos tener ojos más expresivos, o de otro color, otro formato... Y algunos solo desearían ver.

Deseamos tener un cuerpo más delgado, más atlético, un cuerpo de formas más armoniosas. Y algunos... solo un cuerpo con salud.

Tantos se quejan deseando ser más altos, tener piernas más proporcionales. Otros se quejan de los pies que les parecen feos. Y algunos... solo desearían caminar.

Son tantos que se quejan de la voz estridente de alguien, del ruido de la calle, del llanto del niño que vive al lado. Y algunos... solo desearían escuchar.

Diariamente el milagro de la vida y sus riquezas nos ofrecen regalos, pues nos dan la oportunidad de presenciar y vivir la grandiosidad de las cosas de Dios.

Son inúmeros los milagros que nos suceden y que pocas veces nos damos cuenta. Al final, ¿cuál fue la última vez que nos acordamos de agradecer a Dios por la salud?

¿Cuándo nos acordamos de agradecer al Padre por la familia, por los amigos, por tener a quién amar e por ser amados?

¿Cuál fue la última vez que agradecemos por el cuerpo del que disponemos, por las condiciones en las que vivimos, por las oportunidades que la vida nos ofrece?

Siempre que imaginemos la necesidad de un gran genio de la lámpara que se nos aparezca a fin de hacer algún milagro que deseamos, es necesario recordar que estamos rodeados de milagros de la vida.

Un día, nuestro cuerpo se inició con solo una célula, y hoy son billones de ellas a ofrecernos la inmensa oportunidad de la experiencia terrena, del aprendizaje, del resarcimiento de nuestras economías morales ante la Ley de Dios.

Eso ya es suficiente para tener el corazón pleno de gratitud.

Y, por si acaso, un día, un genio de la lámpara nos pregunte cuál es nuestro pedido, que podamos tener la alegría de contestar que no tenemos nada que pedir, solamente que agradecer, frente a todo lo que la vida nos ha ofrecido hasta el día de hoy.

Redacción del Momento Espírita.



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Metamorfosis Religiosa


       
     VOLUNTAD

Compararemos a la mente humana - el espejo viviente de la conciencia lúcida - con una gran oficina subdividida en diversas secciones de servicio. Allí está el Departamento del Deseo, donde actúan los propósitos y las aspiraciones, que acicatean los impulsos al trabajo; el Departamento de la Inteligencia, que amplía el patrimonio de la evolución y la cultura; el Departamento de la Imaginación, que atesora las riquezas de los ideales y de la sensibilidad; el Departamento de la Memoria, que archiva el cúmulo de las experiencias; y algunos otros, que definen los anhelos del alma. Por encima de ellos, sin embargo, aparece el Despacho de la Voluntad.

La Voluntad es una gerencia esclarecida y vigilante que gobierna a cada uno de los sectores de la acción mental. La Divina Providencia concedió al raciocinio la Voluntad, como una aureola luminosa, al cabo del laborioso y multimilenaria viaje del ser por las oscuras provincias del instinto.

Para valorar su importancia, basta con recordar que la Voluntad es el timón de todas las categorías de fuerzas incorporadas a nuestro conocimiento. La electricidad es energía dinámica. El magnetismo es energía estática. El pensamiento es fuerza electromagnética. El pensamiento, la electricidad y el magnetismo se conjugan en cada una de las manifestaciones de la Vida Universal, para crear gravitación y afinidad, asimilación y desasimilación en los campos múltiples de la forma, que están al servicio del peregrinaje del espíritu hacia las Metas Supremas trazadas por el Plan Divino.

La Voluntad, empero, es el impacto determinante. Es el botón poderoso, a nuestra disposición, que decide el movimiento o el reposo de la máquina. El cerebro es la dínamo que produce energía mental, de acuerdo con la capacidad de reflejar que le es propia, pero en la Voluntad tenemos el control que orienta dicha energía con tal o cual rumbo, determinante de las causas que rigen los problemas inherentes al destino.

En ausencia de la Voluntad, el Deseo puede llegar a comprar al engaño siglos de aflicciones, marcados por la reparación y el sufrimiento; cuando carece de Voluntad, la Inteligencia corre el riesgo de quedar aprisionada en el calabozo de la delincuencia; por falta de Voluntad, la Imaginación que ha sido dominada por las sombras puede generar peligrosos monstruos, y si la Memoria no está aliada a la Voluntad - aunque permanezca fiel a su función de registro, de conformidad con el destino que le ha asignado la Naturaleza - puede llegar a caer en un deplorable relajamiento. Sólo la Voluntad aportará la fortaleza necesaria para sustentar la armonía del espíritu.

Por cierto, la Voluntad no consigue evitar la reflexión mental cuando se trata de la conexión entre semejantes, porque la sintonía es una ley irrevocable; sin embargo, tiene la posibilidad de imponer el yugo de la disciplina a los elementos que administra, de manera de mantenerlos en íntima concordancia dentro de la corriente del bien.

Chico Xavier
Libro: Pensamiento y Vida (Emmanuel)

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           ¿Qué es la irradiación?

Irradiar significa lanzar de sí, emitir (rayos, energía, fluidos, pensamientos, sentimientos, etc.) que nos son propios.
Puede decirse que todos nosotros, Espíritus encarnados, tenemos capacidad para expandir nuestros fluidos vitales y mentales, bajo la forma de energías electromagnéticas, las cuales se dislocan en la atmósfera en dirección al blanco, bajo la forma de irradiaciones. Nuestros pensamientos y sentimientos pueden ser irradiados a largas distancias, en un mismo plano de la vida o entre los planos físico y espiritual.
¿Cómo se lleva a cabo la irradiación?
Podemos mentalizar a un enfermo o portador de alguna dificultad, envolviéndolo en vibraciones de salud, de equilibrio, de paz o de armonía. También podemos vibrar mentalmente por la paz mundial o de un país, por el deseo de alguna realización, etc.
La capacidad de expansión de nuestros pensamientos y sentimientos guarda relación con nuestra evolución, porque cada cual de nosotros respira (vibra) en determinado tipo de onda. Cuanto más primitiva se revela la condición de la mente, más débil es el influjo vibratorio del pensamiento.
El Espíritu André Luiz nos esclarece que el hombre encarnado se asemeja a un generador de fuerza electromagnética, cuyas energías se propagan por medio de una oscilación por segundo, que es registrada por el corazón, bajo la forma de latidos cardíacos. Informa, también, que todos los seres vivos de la Tierra emiten energías, encuadradas en los dominios de las radiaciones ultravioletas (ondas cortas de energía, invisibles a los ojos del cuerpo). Por último, nos elucida que las almas regularmente evolucionadas, pero dedicadas al bien, revelan apreciables condiciones vibratorias, de forma que pueden proyectar rayos mentales más sublimados, al asimilar corrientes mentales superiores emitidas por Espíritus que ya se encuentran en lugares evolutivos más elevados.
Al asimilar los pensamientos y sentimientos de los Espíritus dedicados al bien, la criatura encarnada enriquece sus propios rayos vitales. Esos rayos vitales no son nada más que los efluvios ectoplásmicos (o fluido vital), los cuales envuelven a la persona necesitada de auxilio, aunque ésta esté a larga distancia.
Kardec nos esclarece que los Espíritus actúan sobre los fluidos espirituales, sin manipularlos como los hombres manipulan los gases, pero empleando el pensamiento y la voluntad. Para los Espíritus, el pensamiento y la voluntad son lo que las manos para el hombre. Por el pensamiento, ellos imprimen a aquellos fluidos tal o cual dirección, los aglomeran, combinan o dispersan; organizan con ellos conjuntos que presentan una apariencia, una forma, una coloración determinadas; les cambian las propiedades como un químico cambia la de los gases o de otros cuerpos, combinándolos según ciertas leyes (…). Algunas veces, esas transformaciones resultan por una intención; otras son producto de un pensamiento inconsciente (o espontáneo). Siendo los fluidos el vehículo del pensamiento, éste actúa sobre los fluidos como el sonido sobre el aire; ellos nos traen el pensamiento, como el aire nos trae el sonido. Puede decirse, sin recelo de errar, que en esos fluidos hay ondas y rayos de pensamientos, que se cruzan sin confundirse, como en el aire hay hondas y rayos (vibraciones) sonoros. Hay más: creando imágenes fluídicas, el pensamiento se refleja en el envoltorio periespirítico, como en un espejo; toma en él cuerpo y ahí en cierto modo se fotografía.
En síntesis: cuando proyectamos nuestros pensamientos y sentimientos por intermedio de la bondad, creamos una imagen fluídica que puede alcanzar el blanco apuntado, si éste presenta condiciones de receptividad. La acción de la voluntad se hace a través del fenómeno de la sugestión, que es una fuerza mental pura y simple, transportando la idea por una imagen viva, la sugestión como la electricidad, el explosivo, el vapor y la desintegración atómica, no es buena ni mala; dependiendo sus efectos de la aplicación que se le dé. Así, la tenemos no sólo en el altar de la oración y en los símbolos sagrados de los servicios religiosos, aconsejando la virtud y el progreso al corazón del pueblo, sino también en los espectáculos deprimentes de los ritos bárbaros y en la demagogia de arrastramiento, destilando el psiquismo inferior que inspira las conductas licenciosas y la rebelión. Lo comprendemos así, porque nuestras emociones, pensamientos y actos son elementos dinámicos de inducción. Todos exteriorizamos la energía mental, configurando las formas sutiles con las que influenciamos al prójimo y, todos somos afectados por esas formas, nacidas en los cerebros ajenos. Cada actitud de nuestra existencia polariza fuerzas en aquellos que se nos afinan como el modo de ser, induciéndonos a la imitación consciente o inconsciente.
¿Cómo, dónde y cuando puede ejercitarse la irradiación?
Como la oración, la irradiación puede realizarse a solas, en los momentos de recogimiento espiritual, o en público, sea en reuniones especiales para esta finalidad, sea un poco antes del término de una reunión mediúmnica.
a) A solas, en momentos de íntima meditación. En esa situación, la persona se recoge en un lugar tranquilo y silencioso, buscando entrar en sintonía con el objeto de su irradiación, si fuera el caso, o crear imágenes mentales en pro de la paz o del éxito de algún emprendimiento.
b) La oración, la lectura edificante y la música ennoblecida son medios que favorecen la elevación del padrón vibratorio, permitiendo que las emanaciones mentales emitidas por la persona alcancen las de los benefactores espirituales, resultando una suma de fuerzas. Es importante que la irradiación sea hecha en día y hora establecidos, a fin de que haya continuidad del ejercicio.
c) En público, en las reuniones específicas para ésta finalidad (reuniones de irradiación mental), o un poco antes de la oración de cierre de una reunión mediúmnica. Los ejercicios de irradiación mental que son realizados en las reuniones espíritas tienen las siguientes finalidades, entre otras:
- Beneficiar a enfermos del cuerpo físico y aquellos procesos obsesivos;
- Vibrar por los trabajadores de la Casa Espírita o del Movimiento Espírita, por la paz y por la armonía universales;
- Colaborar con los dirigentes espirituales de las reuniones mediúmnicas, en el trabajo de atendimiento a los Espíritus sufrientes;
- Prestar solidaridad a todos aquellos que trabajan para neutralizar las fuerzas negativas, aún reinantes en el Planeta, las cuales favorecen las guerras, las luchas fraticidas, la locura, el suicidio, el homicidio y la subyugación a las pasiones inferiores.
Consideraciones sobre la irradiación mental 
En todos los ejercicios de irradiación, realizados a solas o en público, el método a seguir es el de la mentalización, estableciendo la unión como si el enfermo estuviese presente. Sin embargo, es necesario saber dar dirección al pensamiento emitido, en virtud de las corrientes fluídicas (energías) contrarias, que se pueden encontrar en el camino a recorrer. Si la sensibilidad del médium capta influencias negativas o encuentra cualquier tipo de obstáculo a la irradiación, ésta debe ser siempre conjugada con una oración que, encontrando eco entre los Espíritus protectores, éstos acuden para auxiliar.
Normalmente la unión y la distancia entre el agente emisor y el necesitado es hecha por un Espíritu protector que, espontáneamente, colabora en ésta tarea.
En el tratamiento a distancia no es preciso mentalizar ningún gesto de pase. Es suficiente pensar en el enfermo, suplicando a Dios el socorro necesario para restablecer su salud. En esa situación, la ideoplastia puede crear imágenes en las que el enfermo es envuelto en fluidos saludables y renovadores, que le restauran el equilibrio orgánico. También es posible que la mente de quien irradia mentalice al enfermo feliz, sano y recuperado del mal que le afligía.
En éste ejemplo de ideoplastia, hubo irradiación de fluidos regeneradores, movilizados por el deseo de ver a la persona curada y por la súplica hecha a Dios. La mente del emisor, asociada a la de los benefactores espirituales, llevó al necesitado el auxilio apropiado y le transmitió una forma mental de cura (imagenplastia).
En las reuniones mediúmnicas, un poco antes de su término, las irradiaciones mentales complementan el atendimiento hecho a los Espíritus sufrientes, restauran las energías desprendidas, sobre todo por los médiums y desintegran cualquier residuo mental negativo que, tal vez, aún permanezca en el ambiente.
En las reuniones de desobsesión, o incluso en otras reuniones mediúmnicas, si el dirigente percibe una cierta inquietud o alguna desarmonía, puede hacer irradiación al inicio de la práctica mediúmnica. Este recurso tiene como finalidad equilibrar la reunión y suministrar el clima propicio para la realización de las tareas de intercambio mediúmnico. Así, el dirigente del grupo solicita a sus integrantes que formen corrientes mentales por medio de la emisión de las mejores ideas que puedan mentalizar, sea por la oración silenciosa, sea por la imaginación edificante.
Algunos Centros Espíritas tienen reuniones específicas de irradiación mental. Representan una actividad complementaria a los trabajos de desobsesión y al atendimiento fraterno. También puede representar el sustento o refuerzo espiritual para las actividades que el Centro realiza. A veces, esas reuniones son permanentes, otras veces, son temporales, cuando la institución está pasando por una dificultad o, por el contrario, cuando ésta va a realizar un evento de elevada significación.
De cualquier forma, la irradiación mental dirigida al Bien Mayor, en beneficio propio o del prójimo, representa siempre un medio de equilibrio y un instrumento de mejoría espiritual.
Esperamos que os haya ayudado para comprender y conocer lo que es la irradiación y os invitamos a ponerla en práctica para auxiliar a quienes puedan necesitarlo de una manera anónima.
- Erik Campe-


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Hermanas Fox


       NACIMIENTO DEL ESPIRITISMO
      Periodo Espiritista que se extiende desde las hermanas Fox, en el año de 1847 -1851 

Periodo Espiritista Que se extiende desde las hermanas Fox, en el año de 1847 a Crookes (1847-1872). Charles Robert Richet (1890 - 1950) efectuó en su obra Traité de métapsychique (1922) una división de la historia de los fenómenos paranormales en base a los sucesos y hallazgos de su historia en 4 etapas claramente diferenciadas: consideraba que el mesmerismo, después de todo, era una terapia dudosa que no hacía ningún progreso. 

De hecho, para él, las hermanas Fox (1847) anunciaron la llegada del espiritismo como hoy lo conocemos, y con él nuevas prácticas y formas de estudio que resultaron una evolución radical en la historia de la parapsicología. 

En 1847, sobrevino un acontecimiento, insignificante en apariencia, pero en realidad de una importancia considerable, que nos introdujo en el mundo de hechos imprevistos y de doctrinas tan imprevistas como los hechos. 

Charles Robert Richet - III. Historia - Periodo Espiritista 
El momento exacto del nacimiento del espiritismo es desconocido, pero se aproxima a la mitad del siglo XIX con la creación de la obra, denominada en su totalidad, “Spiritist Codification” por el pedagogo francés Allan Kardec entre 1857 y 1868. 

Los libros que componen la colección son Le Livre des Esprits, Le Livre des Médiums, L'Évangile Selon le Spiritisme, Le Ciel et L'Enfer y La Genèse, y son una compilación de preguntas hechas por Kardec y las respuestas supuestamente dadas por los espíritus con los que se comunicaba. 

Esta obra sienta, además, las bases de la doctrina espiritista. Kardec se influenció de las hermanas Fox (1814-1893), de Franz Mesmer (1734-1815) y la ouija de entonces.15 Las hermanas Fox; Kate Fox (1837–1892), Margaret Fox (1833–1893) y Leah Fox (1814–1890); son comúnmente consideradas las fundadoras del movimiento espiritista o el espiritismo. 

Lejos de esta minoritaria consideración, las hermanas Fox (Fox Sisters) fueron las impulsoras principales del movimiento creado por Kardec y de las sucesivas investigaciones sobre los fenómenos poltergeist en todo el mundo. La primera experiencia se remonta a Marzo de 1848 en Hydesville (cerca de Nueva York) cuando ambas hermanas avisaron de extraños ruidos en su habitación. 

El 31 de ese mismo mes, los fenómenos se volvieron tan intensos que la familia tuvo que abandonar su hogar, llamando a varias personas que fueron testigos de los hechos. Después de una exhibición pública de sus habilidades en el Corinthian Hall (Rochester), las hermanas se fueron de gira mostrando sus habilidades por Estados Unidos y el extranjero. 

El entusiasmo despertado fue tal, que el químico William Crookes escribió después de una sesión de espiritismo en Londres en 1871: “Testé los golpes de todas las formas concebibles, hasta que no hubo escapatoria de la convicción de que los sucesos no se producían mediante el engaño o medios [artilugios] mecánicos”. Crookes, Londres en 1871 En 1888, no obstante, las hermanas confesaron públicamente que los ruidos habían sido provocados intencionalmente haciendo sonar las articulaciones de los dedos del pie o colgando una manzana de una cuerda y haciéndola golpearse en el piso. El sonido se desviaba de alguna forma, de modo que nadie fuera capaz de localizar la fuente de procedencia del mismo. No obstante, pese a esta confesión, la doctrina espiritista continuó en su evolución. 

El New York Herald describió la reacción con relación a la confesión de que era un fraude: “Se produjo un terrible silencio. Todos sabían que se encontraban ante la principal responsable del espiritismo, su fundadora, su más alta sacerdotisa y médium. Se puso de pie sobre una pequeña mesa de pino, calzada sólo con medias. Mientras ella se mantenía inmóvil pudieron oírse diversos golpes fuertes, tan pronto en las bambalinas, como detrás del escenario o en el pasillo... La señora Kane se excitó. Comenzó a dar palmadas, a bailar y chilló: «¡Es un engaño! ¡El espiritismo ha sido desde el principio al fin una farsa! ¡No es más que un truco! ¡No hay nada de verdad en ello!» Siguió un torrente de aplausos. 

En 1851 un grupo de investigadores descubrieron que cuando sujetaban las piernas de las hermanas Fox, los ruidos dejaban de producirse; por lo tanto, había que creer que las muchachas «chasqueaban» con las articulaciones de sus rodillas. Los escépticos se agarraron a ello para probar la falsedad de las médiums, pero siguieron sin poder dar una explicación de la variedad de ruidos o a la levitación de mesas que se producían en muchas de las sesiones. 

Ese hubiera debido ser el golpe mortal al movimiento de cuyo nacimiento Margaretta era responsable. No obstante, pese a que la mayoría de los presentes quedaron convencidos, otros no, y sus reservas se vieron justificados al cabo de un año, cuando Catherine primero y Margaretta después se retractaron de su confesión. 

Margaretta recalcó que todo lo que había dicho en contra del espiritismo era «absolutamente falso». Se negó a decir quiénes la presionaron, pero mencionó que «altas jerarquías de la Iglesia Católica hicieron todo lo que pudieron para que entrara en un convento». De hecho, se había convertido al catolicismo poco después de la muerte de su marido. 

Historia de la Hermanas Fox en el Espiritismo. 

La historia que aclara que las Hermanas Fox, luego de decir que el Espiritismo era una farsa un fraude, al año siguiente Margaretta Fox se retractó y negó lo que había dicho por presión aparente de altos Jerarcas de la Iglesia Católica. 

-Frank Montañez-

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    METAMORFOSIS RELIGIOSA


Las religiones son organismos vivos, integrados por las células individuales de los adeptos, que crecen en el tiempo, pasando por todas las transformaciones del crecimiento. Kerschensteiner, en su Fisiología del mito, afirma que la ley del mito es la metamorfosis. Mas, ¿por qué del mito, si esa ley es la de toda la evolución de las cosas y de los seres en todo el Universo? Los mitos son elementos fundamentales de la religión. Naciendo de los mitos agrarios, que son representaciones de convergencias telúricas, las religiones se desarrollan en las coordenadas históricas del tiempo y del espacio y se proyectan en las perspectivas del futuro. El pasado mítico, en las mitologías mágicas y anímicas de las selvas y las zonas heladas, constituye el resultado sincrético de las relaciones del asombro. El alma humana se deslumbra con la magia de la Naturaleza, sintiéndose integrada en ella y por ella absorbida. Ese momento mágico eclosiona en mitos que comprenden al mundo de los dioses, en la plenitud divina captada por la videncia de Tales de Mileto: “El mundo está lleno de dioses”. De los procesos dialécticos del caos surgen los ritos, los cultos y los templos. Pero es en el templo, forma estática de la síntesis dialéctica, que tenemos la síntesis final de la oposición Hombre-Tierra. El templo protege a la religión, para defenderla y sustentarla Ens. Desarrollo. Es como la concha marina en que la ostra se forma para producir la perla, esa deformación de la materia que rompe la estática de la forma mediante el impacto de las leyes del crecimiento. Del templo humilde, primitivo –la cabaña mágica del pague o del chamán-, fácilmente destruidas las formas primarias, surgen las manifestaciones múltiples y sólidas de los templos de la Sumeria, del Egipto antiguo y suntuoso y de la Mesopotamia lírica con sus brazos de ríos.

Del templo de Salomón, orgulloso como las montañas del Cáucaso, en un momento de concentración final de los ciclos históricos, completándose la espiral evolutiva del tiempo en le espacio –tiempo y espacio amalgamados en la realidad sustancial de materia y espíritu-, surgirán las descendencias espurias de las sinagogas, convergiendo en la dirección de los primeros templos cristianos. En las repeticiones filogénicas de la temporalidad, el primer templo cristiano, fundado por Pablo en Antioquia, se proyecta al encuentro de los mitos imperiales de la Roma de los Césares y allí, a sangre y lágrimas, se realiza la amalgama sedimentaria del embasamiento del ciclo gigantesco de las catedrales. Y una vez más, en la impulsión de la filogenia, siempre actuante, vamos a tener, en la sucesión de dos milenios, la aparición de las generaciones microscópicas más prolíficas de los Centros Espíritas. Los ritmos del desarrollo convergen siempre en los orígenes, en la necesidad de recomenzar, buscando el hilo perdido del prolongado proceso genético en los escombros de la corrupción aristotélica. Generación y corrupción son el reverso de la moneda de César que los fariseos presentaran a Cristo, alternándose en las exigencias conjugadas y opuestas del Reino de Dios, y del Reino de la Tierra. Ante la grandiosidad de los templos y su complejidad, en las fases de crecimiento violento, la sinagoga y el Centro Espírita son descendencias espurias de linajes de templos suntuosos. No obstante, la sinagoga va aún a convertirse en el templo cristiano de paredes desnudas, desprovisto de altares e imágenes, de símbolos e insignias, para adherirse al esquivo hilo de Ariadna de la orientación mesiánica.

Observamos que en todo ese proceso la ley ordenadora es una sola: la de la metamorfosis. Hay una intención secreta en el proceso histórico, que los hombres no perciben, pero captan en su inconsciente, en esa región subterránea del alma que la percepción extrasensorial nos revela en la actualidad de un modo innegable.

Los filósofos de la Nada, esos modificadores de sí mismos, y quienes se interesan por la realidad sensorial, viven apenas una media-vida, conocen apenas la superficie opaca de la Tierra y no pueden opinar sobre la realidad total encarada e investigada por el Espiritismo. Tenemos el derecho de negar a esos filósofos, como Kardec refutó a los científicos de su tiempo, por su supuesta capacidad para criticar a la Ciencia Espírita. ¿Cómo podrían ellos percibir la ley de la metamorfosis en su desarrollo asombroso, desde la cabaña mágica del pagé hasta el Centro Espírita, si no disponían de los datos necesarios sobre la realidad espiritual que niegan? Los ejemplos históricos de esa imposibilidad son numerosos. Auguste Comte negó la psicología, mutilando su visión admirable de la realidad científica; Spencer describió la mecánica sensorial del origen de las religiones, sin percibir las causas de ese proceso, por lo que fue corregido, más tarde, por su discípulo italiano, el ingeniero Ernesto Bozzano, que demostró, a través de la investigación científica, el engaño de su maestro genial; Bertrand Russell insistió, hasta su último instante, en la sustentación de su posición materialista, negándose a aceptar la misma comprobación de las conquistas de la física atómica y nuclear de la irrealidad de la materia; los marxistas, escudados en la visión materialista de Marx y en la dialéctica de la Naturaleza de Engels, se niegan a aceptar la evidencia del espíritu en sus mismos descubrimientos de laboratorios, como lo hizo Vasiliev en el caso de las investigaciones para psicológicas y como lo hizo la misma Academia de Ciencias de la ex URSS con el descubrimiento del cuerpo vio plasmático. No se trata de mala voluntad, sino de un condicionamiento mental, como explicó el profesor Remy Chauvin. Un viejo obstinado como René Sudre –que recibió de Bozzano el mayor castigo en la historia de las ciencias-, volvió a negar la presencia del espíritu en los fenómenos paranormales, publicando sus interpretaciones de la Parapsicología actual con la misma obstinación e inflexibilidad de las momias mentales del pasado. Padres y frailes, ya liberados de la sotana y los hábitos, insisten ridículamente con sus cursos culturales y una incapacidad dolorosa de comprensión científica, haciéndose pasar por científicos y filósofos ante las multitudes ingenuas. Son figurones de una fase histórica en que el clero y las Iglesias se desprenden de las vestiduras antiguas, pasando, sin percibirlo, por la metamorfosis de las orugas que se transforman en mariposas y vuelan sin rumbo en busca del néctar de los dioses. Esos padres y frailes, protegidos por la jerarquía eclesiástica, descienden de las funciones sacerdotales a las de camellos de una falsa cultura desgastada en el tiempo. La ley de la metamorfosis actúa imperceptiblemente sobre la especie, modificándola de una manera implacable.

En lo relacionado con los templos, los cambios se dieron con tal rapidez que provocaron la rebelión de los fieles y de algunos clérigos tradicionalistas, como el cardenal Lefevre y sus compañeros de la resistencia francesa. Se modifica los templos de su estructura interna y con ésta los rituales y toda la sistemática litúrgica. Pero esos cambios, destinados a simplificar y actualizar la religión, avanza, precisamente, en dirección al modelo espírita. Las Iglesias y sus templos se liberan de las suntuosidades materiales y formales en busca del contenido espiritual. La resistencia a esas transformaciones es inútil, pues apenas logran moderar, en algunos sentidos, la velocidad del proceso.

Todo eso nos muestra claramente que la metamorfosis religiosa, en el Catolicismo y en las demás Iglesias cristianas, está realizando la curva del regreso, en la espiral evolutiva, a los primeros siglos del Cristianismo. Nada se perdió durante el transcurso del tiempo. Podemos recordar, para ejemplificar, el símbolo hindú de la serpiente que muerde su propia cola. Conforme a ese símbolo, usado oficialmente por la Teosofía, el proceso evolutivo parte de la ignorancia (el rabo de la serpiente), crece con la absorción de elementos naturales, engordando el cuerpo, y alcanza la conciencia con la formación de la cabeza. Cuando la serpiente muerde la punta de su cola, cerrando el círculo de su giro sobre sí misma, tenemos su retorno a la simplicidad primitiva. La cola nada era, el cuerpo era apenas un embrión, la cabeza desarrolló las potencialidades de la inteligencia y con la mordida de su cola cerró el ciclo evolutivo en prueba de humildad. La cabeza, centro del saber, del conocimiento, se arrastró por el suelo, junto con la cola, y con ella se confundió. Kardec recibió esta enseñanza de los Espíritus superiores: “Dios creó a todos los Espíritus simples e ignorantes”. Y a partir de ese estado primitivo mostró que todas las posibilidades evolutivas se abrían para los Espíritus en las vidas sucesivas. La verdad es una sola, pero puede ser percibida e interpretada conforme a la posición de cada observador.


Todo cuanto aconteció en el Cristianismo a través de los milenios tuvo su razón de ser, provino necesariamente de las condiciones de la humanidad en cada fase de su evolución histórica. La serpiente engordó y se engolosinó, a tal punto, que pareció tragarse el mundo. Más cuando la inteligencia comenzó a desarrollarse, ella se enrolló y trató humildemente de morderse la cola. Y en ese momento decisivo se funde el elemento vital, los materiales absorbidos en el crecimiento, las experiencias adquiridas y las intuiciones del futuro para que el animal instintivo perciba la luz de la razón en su cerebro indagador y descubra en su mente los reflejos del poder creador de Dios. Todo sirvió para  la formación y la apertura del Ser en la escala divina.

Dijo Jesús que la piedra rechazada sería tomada como fundamento del edificio. El Centro Espírita, rechazado, calumniado y humillado, aparece en este proceso bimilenario de la evolución religiosa de Occidente como la piedra angular de la Civilización del Espíritu en la Era Cósmica. En el Centro Espírita las enseñanzas de Jesús se concretizan, no en ídolos y formalidades artificiales, sino en conocimiento y saber positivo. El hombre descubre que su concepto de lo sagrado estaba errado, pues lo sagrado no radica en las cosas exteriores, sino en la naturaleza íntima del ser humano y en la divinidad de los Seres superiores. Percibe que lo que vale es el Espíritu y no el cuerpo, pues sólo el Espíritu realmente existe. Aprende que ninguna bendición exterior o formal puede salvarlo, sino sólo su dedicación al bien y a la verdad, a su apertura espiritual hacia las bendiciones permanentes de Dios que brotan en el mundo, abarcando a todas las criaturas y a toda la Creación. El Centro Espírita lo instruye –mediante enseñanzas y hechos- que la muerte no es la condenación del Edén, sino “la puerta de la vida”, conforme a la feliz expresión de Charles Richet. El misterio de la vida eterna, concedida apenas a los elegidos, se convierte en la herencia universal de Pablo, según su decir: “somos herederos de Dios y co-herederos de Cristo”. La función moral del Centro no es compulsiva, sino endógena. No se cumple a través de un código opresivo, sino mediante el despertar de las conciencias respecto a la responsabilidad de todos y de cada uno. El fundamento de esa moral está basado en el principio del amor al prójimo, y su manifestación, en el plano social, es la caridad. El amor es la esencia de la vida social, la sustancia básica de la estructura social, y la caridad es la dinámica de las relaciones, conforme a los términos de la definición de Pablo. El Centro Espírita asimila en la práctica, en su dinámica cotidiana, la savia pura del Evangelio con que alimenta la vida, el pensamiento y los sentimientos del hombre. Lejos quedaron, en el proceso histórico, las leyendas de la ira divina y de las condenaciones terroríficas. En la pequeña comunidad del Centro se forma y desarrolla la Sociedad del Futuro, fundada en la comprensión de los deberes conciénciales. El mundo humano y el mundo espiritual se funden en el proceso de las relaciones mediúmnicas, en el trueque de experiencias entre los Espíritus y los hombres, que mutuamente se ayudan en la amplia escala de la trascendencia. Gracias al racionalismo espírita –desenvolvimiento natural del racionalismo cristiano- se establece la solidaridad de las conciencias de la tesis de René Hubert, actualizando en la realidad humana la utopía divina del Reino de Dios. Caen así las barreras de las razas, de las condiciones sociales, posesiones y culturas, sectas y partidos, muertos y vivos, pues todos comprenden que la fraternidad universal de los seres deviene de la paternidad universal de Dios. Los objetivos del Evangelio son alcanzados con el derrumbe total de los divisionismos  formales establecidos por la ignorancia humana.

Claro que ese milagro humano, producido en el Centro por el descubrimiento de la finalidad de la existencia terrena, no es completo ni perfecto, pero ya manifiesta los trazos esenciales del perfil del futuro. Quedan atrás, a la distancia, los siglos y los milenios de atrocidades y amenazas satánicas y diabólicas, reducidos a cenizas de etapas superadas. En la sencillez del Centro Espírita, desprovisto de aparatos, de imágenes, de rituales, de sacramentos, de vestiduras, de actos religiosos pagos, ajenos a la simonía y al profesionalismo religioso y dedicado al servicio de la caridad amplia, y sin preferencia alguna, las fuerzas de la evolución acumulan su poder para la eclosión de la Civilización del Espíritu que barrerá del planeta todas las formas y formalismos de las expresiones religiosas inferiores que se hartan con los engaños del poder espiritual. Las oraciones pagas, las ceremonias suntuosas, los títulos fantasiosos y heréticos de los representantes religiosos y las organizaciones religiosas investidas de poderes estatales han de desaparecer por falta de adecuación a los tiempos nuevos. La experiencia del Centro Espírita suprime todas las formas de engaños a las poblaciones y la simulación de poderes divinos a través de ordenaciones, consagraciones e investiduras divinas, pues serán abolidas por consenso. La religión, desembarazada de los compromisos políticos, comerciales, financieros y otros más, será restaurada en su pureza ejemplificada por Jesús y sus discípulos en la etapa apostólica.

Esa es la directriz histórica determinada por las características y las actividades del Centro Espírita. Pero todas esas modificaciones se procesarán durante el transcurrir del tiempo y en la medida del progreso cultural del mundo y del consiguiente esclarecimiento de los pueblos sobre los problemas fundamentales de la vida, del destino, del dolor y de la muerte. El conocimiento de esas incógnitas –que siempre atormentaron a los hombres- secará naturalmente la fuente de las mistificaciones interesadas en el campo religioso. Demostrada la ineficacia de todas las escenificaciones sacramentales, esclarecidas las supersticiones que dominan la mente humana insegura y medrosa, la humanidad alcanzará su virilidad y no habrá más campo para las explotaciones sistemáticas de la naturaleza religiosa del hombre. En el plano espiritual, las vastas poblaciones desencarnadas de Espíritus inferiores, apegados a los intereses materiales, serán a su vez removidas a otros mundos inferiores. En la economía divina nada se pierde. Esas poblaciones espirituales, atrasadas ante la evolución terrena, llevarán a esos otros mundos atrasados conocimientos que los auxiliarán para la elevación paulatina. Son esas las migraciones espirituales entre los mundos solidarios de  cada galaxia, conforme a la enseñanza de Kardec.

El mito del tercer milenio –que muchos espíritas aguardan con la ingenuidad de los judíos que aún esperan al Mesías y de los cristianos que confían en el regreso de Jesús entre las nubes y con un acompañamiento de ángeles en su entorno, mientras catástrofes punitivas devastarán el planeta-, no pasa de una interpretación errónea y supersticiones de un arquetipo colectivo: la ansia de los hombres por un mundo feliz, despierta en los seres por la realidad lejana de las realizaciones aún en lenta progresión en la Tierra y ya logradas en el Cosmos por mundos más antiguos que el nuestro. El tercer milenio es, simplemente, la continuación de las fases milenarias del calendario cristiano planificadas en el tiempo como Primero y Segundo Milenios. Es, por tanto, una fase de mil años en que el año 2001, aguardado como hora mística de la redención universal, es apenas el año inicial de un milenio de grandes y profundas transformaciones de la Tierra en la secuencia natural de su proceso evolutivo. En la sistemática objetiva, simple y racional del Centro Espírita, no hay lugar para violaciones milagrosas y, por tanto, sobrenaturales. Vivimos en la Naturaleza y todo cuanto conocemos es natural. El concepto de lo sobrenatural nació de la impotencia humana para descubrir el Cosmos. Pero desde el siglo pasado el hombre viene logrando profundizar los misterios del mundo y descubrir las leyes naturales de los fenómenos considerados sobrenaturales. Kardec fue el gran pionero de esa investigación y por eso mismo fue el primero en poner en duda ese concepto. Lo sobrenatural se reveló como siendo simplemente lo desconocido. En la proporción en que avanzamos ene. Conocimiento de la realidad todo se naturaliza. Sólo Dios parece disponer de la sobrenaturalidad, pero hasta las mismas religiones sustentan que Dios no es sólo trascendencia, es también, necesariamente, inmanencia. Para sustentar los principios de la omnipresencia y omnisciencia de Dios, los teólogos –los cultores de una hipotética ciencia de Dios- tuvieron que admitir su inmanencia en la Naturaleza, lo que igualmente lo naturaliza. Sobre, de tal manera, apenas una parte de Dios como sobrenatural, mas, si Dios es uno (a pesar de sus tres personas) es claro que no puede ser dividido en natural y sobrenatural. Y si Dios es el Creador que todo creó de sí mismo y está presente en todo, presidiendo toda la realidad de las cosas y de los seres, no desde afuera, sino desde dentro de esa realidad, no hay  manera de poderse sustentar su sobrenaturalidad específica y única.

El Espiritismo define a Dios como la Inteligencia suprema, creadora, mantenedora y estructuradora del Universo. Lógicamente, define al espíritu como el elemento estructurador de la materia. Para estructurar la materia dispersa en el espacio, pulverizada en átomos, partículas atómicas y plasmas cósmicos, el espíritu se posesiona de esos elementos y los ajusta a sus designios, generando las formas de las cosas y de los seres. De esa manera, el Fiat de la Creación no fue apenas la emisión de un pensamiento o de una palabra, sino todo un proceso complejo y lento de aglutinamientos sucesivos a través de la potencia inteligente que, por el hecho mismo de ser inteligente, sabía lo que hacía. Esa proposición espírita, fundada en la razón, no emocionó a los teólogos, ya que simplemente la condenaron con la simpleza de su autoritarismo, a su vez basado en la suposición ingenua de que Dios daba la ciencia infusa de la verdad absoluta. ¡Qué embrollo, santo Dios!

El conocimiento actual –que repudió el ilogismo teológico, estructurado con rebusques y malabarismos- no puede abdicar de las vías racionales, ni incluso con el prestigio de Kant, en la división igualmente arbitraria que este filósofo estableció entre lo dialéctico y lo absoluto. La metamorfosis religiosa se encargó de mostrar que las complicaciones del misticismo ilógico se redujeron en el tiempo a la lógica de la sencillez de las prácticas experimentales del Centro Espírita.

- Herculano Pires -

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