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miércoles, 12 de octubre de 2011

Pretensiones



“Camino Verdad y Vida” lección 138

Todos nosotros tenemos oportunidades de trabajo en la vida….sea el trabajo espiritual o material, y lo elegimos y lo aceptamos cuando nos sentimos identificados con el y así, de cierto modo, lo desarrollaremos  conformemente nuestra manera de pensar y actuar en la vida, y conformemente nuestra conducta moral, o sea, si somos honestos, lo desarrollaremos de manera honesta con respecto a los demás y a nosotros mismos. Lo contrario de esto nos aleja de la tarea de servir.


No nos hace falta pretender mucho más de lo que tenemos, pues cuando honestamente servimos bien,  los frutos nos van a ser concedidos  y, por supuesto, de acuerdo con nuestro mérito. Por lo tanto, con respecto a la siembra del bien, basta poco….. Basta trabajar desarrollando la parte que nos cabe a cada uno de nosotros, sin querer ser o sentirse superior o inferior a cualquiera, vigilando nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Sabemos que “a quien mucho es dado mucho será pedido”. Así que cada cual recibe la tarea que le cabe adecuadamente, pues el Padre conoce a sus hijos y conoce perfectamente  lo que cada uno es capaz.

Entre tanto no debemos tener la pretensión  de trabajar solamente en beneficio del prójimo para exhibirnos como destacados hombres del bien, sino que debemos  hacer siempre un sincero auto análisis, pues eso nos enseña lo que tenemos de bueno y de malo en nosotros mismos y en consecuencia de ello debemos hacer lo posible para asumir y corregir nuestras faltas porque antes de que seamos buenos o malos con los otros debemos ser buenos o malos con nosotros mismos.

Para desarrollar el trabajo en la siembra del bien no basta la espontaneidad, pues ella no nos quita nuestra responsabilidad con relación  cualquier actitud nuestra. Es muy importante también saber que, como seres aún pequeños e intentando alcanzar un peldaño más en la escala evolutiva, podemos cometer faltas, pero si queremos seguir evolucionando, debemos dominar nuestro orgullo y asumir siempre las faltas que cometemos, reasumiendo el trabajo y reempezarlo si es necesario, poniéndo lo mejor de nosotros.

Si nos predisponemos a trabajar como servidores de Cristo, debemos hacerlo llenos de buena voluntad, responsabilidad y ganas de servir. Toda tarea que abracemos como trabajadores del Maestro debemos tener como principal pretensión el Amor, teniendo siempre en cuenta que el trabajo es de todos los que de hecho quieran trabajar, que somos como hormigas, cada cual haciendo su parte, y los beneficios de toda esta construcción, concedidos por Dios según el mérito, son de  todos.
- Lía -

...Que infeliz es aquel que no puede perdonarse a si mismo. - Publilius Syrus


( Ver  inquietudesespiritas.blogspot.com)