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martes, 31 de mayo de 2011

CIENCIA:LOCURA DIVINA: PSICOLOGÍA, ESPIRITUALIDAD Y PSICOSIS

Stanislav Grof


Por Stanislav Grof  de su libro "El Poder Curativo de las Crisis

"Detonadores de las crisis de transformación. En algunos casos, es posible identificar la situación que parece haber provocado la emergencia espiritual. Puede ser un factor principalmente físico, como una enfermedad, un acci­dente o una operación. En otras ocasiones, un esfuerzo físico agotador o una prolongada falta de sueño puede ser el deto­nador inmediato. En las mujeres, puede ser el parto, un parto malogrado o el aborto; también hemos visto situaciones en las que el comienzo del proceso coincidió con una experien­cia sexual excepcionalmente intensa. Ocasionalmente, el inicio de una emergencia espiritual puede ser el resultado de una fuerte experiencia emocional. Puede tratarse de la pérdida de una importante relación, como la         muerte de un hijo o de un pariente cercano, el fin de una re­lación amorosa o el divorcio. Igualmente, una serie de fraca­sos, como ser despedido de un trabajo o la pérdida de una propiedad, puede preceder el desencadenamiento de una cri­sis evolutiva. En personas predispuestas, la "ultima gota" pue­de ser una experiencia con drogas psicodélicas o una sesión de psicoterapia existencial. Sin embargo, uno de los catalizadores más importantes de la emergencia espiritual parece ser la implicación profunda en alguno de los métodos de meditación y de las prácticas espirituales. Repetidamente hemos tenido contacto con per­sonas cuyas experiencias extraordinarias ocurrieron durante la práctica del Zen, de la meditación budista Vipassana, del Kundalini Yoga, de ejercicios sufíes, o de la oración cristiana y la contemplación monástica. A medida que las diversas disciplinas espirituales orientales y occidentales ganan po­pularidad a ritmo acelerado, cada vez más personas parecen experimentar crisis transpersonales; ésta es una razón más para que la comprensión y el tratamiento adecuados de las emergencias espirituales sea un asunto de importancia cre­ciente.

Emergencia espiritual. Mapas internos de la emergencia espiritual.

El espectro existencial de las emergencias espirituales es extremadamente rico: abarca emociones intensas, visiones y otros cambios de percepción, procesos no habituales de pen­samiento, junto con síntomas diversos que incluyen desde temblores hasta sentimientos de ahogo. No obstante, hemos observado que el contenido de estas experiencias parece cir­cunscribirse a tres categorías principales: el primer grupo abarca experiencias estrechamente relacionadas con la histo­ria de la vida del individuo, y es conocido como la categoría biográfica. La segunda categoría gira en torno a los temas de la muerte y el renacimiento; la estrecha relación con el trauma del nacimiento biológico otorga a este grupo el nombre de perinatal. La tercera categoría está mucho más allá de los lí­mites de la experiencia humana ordinaria y se halla relacio­nada muy de cerca con el inconsciente colectivo junguiano; llamamos a estas experiencias transpersonales porque impli­can imágenes y motivos que parecen tener su fuente al mar­gen de la historia personal del sujeto en cuestión. Los aspectos biográficos de las emergencias espirituales implican revivir y sanar acontecimientos traumáticos de la vida de la persona de que se trate. El afloramiento de recuer­dos importantes de la infancia, como el abuso físico o sexual, la pérdida del padre, de la madre o de un ser querido, el en­cuentro cercano con la muerte, la enfermedad o una opera­ción, y otros acontecimientos difíciles pueden jugar a veces un papel importante en las crisis de transformación. Este te­rreno ha sido explorado y cartografiado a fondo por terapeu­tas orientados hacia la biografía de la persona y, por ello, no requiere una exposición más amplia en estas páginas. El siguiente nivel de experiencias en la emergencia espiri­tual es el perinatal (del griego peri, que significa "alrededor" o "cerca de" y del latín natalis, que significa "concerniente al nacimiento"). Este aspecto de la emergencia espiritual se centra en los temas de morir y renacer, y se desarrolla según un modelo que comporta una estrecha relación con las fases del nacimiento biológico y que parece implicar un revivir el re­cuerdo de la propia venida al mundo. Como la mayoría de nosotros no recordamos consciente­mente nuestro propio nacimiento, nos es difícil creer que la experiencia de ser renacidos tenga algún impacto en la for­mación del ser humano. Los descubrimientos recientes, sin embargo, sugieren lo contrario. El incipiente movimiento pe­rinatal en el campo de la psicología, cuyos orígenes se en­cuentran en las teorías del discípulo de Freud, Otto Rank, y que ha cobrado fuerza a partir de las investigaciones de David Chamberlain y otros profesionales, afirma con fundamento que la memoria enterrada del trauma del nacimiento ejerce un profundo efecto en la psique y que puede resurgir poste­riormente a lo largo de la vida.


 Revivir el recuerdo del nacimiento desemboca con fre­cuencia en la preocupación por la muerte y en imágenes rela­cionadas con ésta, que reflejan al mismo tiempo que el nacimiento es un acontecimiento difícil y amenazante para la vida, y que en sí mismo supone la "muerte" del periodo prenatal de existencia, la única clase de vida que el feto ha experimentado hasta entonces. Las personas que reviven el trauma del naci­miento sienten que sus vidas están siendo biológicamente ame­nazadas; este sentimiento alterna o coincide con experiencias de lucha para nacer o liberarse de alguna especie incómoda de reclusión. Los miedos de volverse loco, de perder el control, e incluso de muerte inminente, pueden hacerse tan intensos en este estado que se asemejan a los estados psicóticos. Estos episodios tienen frecuentemente reminiscencias es­pirituales, que se viven como intensas aperturas místicas y una nueva conexión con lo Divino. En muchas ocasiones és­tas se entremezclan con motivos psicológicos del inconscien­te colectivo, que Jung describió como arquetipos, sugiriendo de manera fascinante que el nivel perinatal de la mente re presenta, de alguna manera, el puente entre el inconsciente colectivo y el inconsciente individual.


 Como muchos de los temas y facetas cautivantes de esta clase de emergencia espi­ritual y su relación con el nacimiento biológico trascienden el alcance de este libro, se puede encontrar una exposición más detallada en la obra de Stanislav Grof, The Adventure of Self­Discovery. Además de los contenidos biográficos y perinatales, mu­chas emergencias espirituales tienen un componente signifi­cativo de experiencias que pertenecen a la tercera categoría: episodios que son claramente espirituales o "transpersona­les". La palabra transpersonal se refiere al hecho de trascen­der las fronteras ordinarias de la personalidad e incluye mu­chas experiencias que se han llamado espirituales, místicas, religiosas, ocultas, mágicas y paranormales. Como estos tér­minos están asociados con muchos errores populares, es su­mamente importante comprender adecuadamente el terreno de lo transpersonal para poder valorar correctamente los pro­blemas relacionados con las emergencias espirituales. La mejor manera de empezar nuestra exposición en este campo de experiencia es definir los factores que nos atan y nos limitan en la vida diaria, impidiéndonos contactar con la dimensión transpersonal. En los estados ordinarios de con­ciencia nos vivimos a nosotros mismos como seres físicos, cuerpos materiales encerrados en nuestra piel. Alan Watts, el famoso filósofo que popularizó el pensamiento religioso oriental entre el público occidental, se refería a esta situación como "la identificación con el ego encapsulado en la piel". Con nuestros cinco sentidos ordinarios nunca podemos expe­rimentar sino lo que está sucediendo "aquí y ahora", los acon­tecimientos presentes en nuestro entorno inmediato. No po­demos ver los acontecimientos de los que estamos separados por una montaña, oír las conversaciones mantenidas en una ciudad remota o sentir la suavidad de la piel de un cordero si no la tocamos. Estas limitaciones parecen no se tener que aplicarse en los estados no ordinarios de conciencia. 


Cuando entramos en el campo de lo transpersonal, podemos experimentar aconteci­mientos remotos en el tiempo y en el espacio tan vívidamen­te como si estuvieran sucediendo aquí y ahora. Podemos par­ticipar en escenas con nuestros antepasados, antecedentes ani­males, o incluso personas de otros siglos y otras culturas que no tienen una relación ancestral con nosotros. Nuestros límites personales parecen fundirse y podemos llegar a identificarnos con otras personas, grupos de gente o toda la humanidad. De hecho, podemos sentir que nos trans­formamos en entidades que ordinariamente percibimos como objetos fuera de nosotros, como personas, animales o árboles. En los estados transpersonales pueden ocurrir experiencias muy realistas y exactas de identificación con diversas formas de vida, e incluso con procesos inorgánicos, como los acon­tecimientos subatómicos descritos por la física cuántica. Pero el contenido de las experiencias transpersonales no se limita al mundo de las cosas que existen en nuestra realidad cotidiana. Incluye elementos que la cultura occidental no acepta como objetivamente reales: podemos encontrar dioses, demonios, espíritus-guías, habitantes de otros universos, o fi­guras mitológicas, que nos parecen tan reales como las cosas que encontramos en nuestra vida de todos los días. Así, en el estado transpersonal, no diferenciamos el mundo de la "reali­dad consensuada", o el mundo convencional cotidiano del reino mitológico de las formas arquetípicas. Esta afirmación puede parecer absurda al lector escéptico educado en la tradición de la ciencia occidental. ¿Por qué son importantes estas experiencias y de qué manera son relevantes para el tema de la emergencia espiritual? El hecho de que los fenómenos transpersonales parezcan reales y convincentes no quiere decir que deban tomarse en serio. Nuestros cerebros tienen una capacidad fantástica para almacenar con toda clase de detalles fotográficos todo lo que hemos oído, leído o visto en los libros, las películas y la televisión. ¿Por qué no sería po­sible que simplemente elaborásemos a partir de este material increíblemente variado innumerables secuencias diversas, que no tienen mayor significado ni relevancia? ¿No es un desper­dicio de tiempo prestar tanta atención a estos fenómenos? Este punto de vista, por lógico que parezca, no resiste la prueba de las evidencias existentes. Los investigadores que han estudiado seriamente las experiencias transpersonales han llegado a la conclusión de que son fenómenos extraordina­rios que desafían el fundamento mismo de la visión del mun­do tradicional occidental. Las experiencias transpersonales no pueden ser explicadas como productos de procesos neurofi­siológicos dentro del marco científico tradicional, que sostie­ne que la conciencia reside únicamente en el órgano que se halla dentro de nuestros cerebros. La principal razón para esta conclusión es la observación frecuente de que en las experiencias de esta clase podemos, sin intervención de los sentidos, llamar a otras fuentes de in­formación sobre el universo que están fuera de los límites convencionalmente definidos de la psique individual. Las ex­periencias que incluyen a nuestros ancestros y acontecimien­tos de la historia de nuestra raza, episodios de vidas en otras culturas, y secuencias que tienen la cualidad de recuerdos de otros periodos de vida, suelen comportar descripciones deta­lladas de los trajes, las armas, los rituales y la arquitectura de las estructuras sociales de épocas históricas con las que nun­ca hemos estado personalmente en contacto. Las experiencias de identificación con diversos animales o con los animales de los que procedemos pueden proporcionar comprensiones extraordinarias relativas a la psicología, los instintos, los hábitos y la manera de cortejar de los animales. Con frecuencia puede surgir información nueva y fascinante a partir de experiencias relacionadas con plantas o con procesos inorgánicos. Dicha información está típicamente por encima del nivel de conocimientos de la persona que la recibe.Sin embargo, la evidencia más convincente de la autenti­cidad de los fenómenos transpersonales proviene del estudio de las experiencias de salida del cuerpo, durante las cuales se puede sentir que la propia conciencia se ha separado del cuer­po y puede viajar y observar acontecimientos que suceden en lugares remotos.


 La exactitud de las observaciones hechas en los estados "fuera-del-cuerpo" han sido corroboradas repetidamente por los investigadores que estudian las experiencias al borde de la muerte, que frecuentemente comportan fenó­menos de salida del cuerpo.Lo más asombroso es que incluso las experiencias trans­personales que incluyen entidades y campos que no son rea­les según la visión occidental del mundo pueden vehicular in­formaciones absolutamente nuevas. Los detalles exactos pro­cedentes de tales experiencias han sido verificados por una investigación en la mitología correspondiente de las socieda­des en cuestión. (Como ya señalamos anteriormente, fueron tales observaciones las que condujeron a Jung al descubri­miento del inconsciente colectivo).Aunque queda fuera del alcance de este ensayo profundi­zar en los detalles de las evidencias y proporcionar ejemplos concretos, esperamos que este breve bosquejo haya logrado mostrar que las experiencias transpersonales, que juegan un papel primordial en las emergencias espirituales, son aconte­cimientos extraordinarios que merecen un serio estudio. (Los lectores que estén particularmente interesados en esta inves­tigación pueden encontrar más información en las obras de Stanislav Grof, Psicología Transpersonal. Nacimiento, Muer­te y Trascendencia en psicoterapia y The Adventure of Self­.) Seria un grave error rechazar estos estados de la mente como si fueran productos irrelevantes o insignificantes de la pa­tología del cerebro. Desde un punto de vista práctico, es más importante en los estados transpersonales su extraordinario potencial tera­péutico y de transformación que la autenticidad de la infor­mación recibida. 


Muchas dificultades psicológicas y emocio­nales son causadas por recuerdos olvidados de acontecimien­tos traumáticos de la historia personal. Sin embargo, parecen surgir otras complicaciones de la información aterrorizadora o amenazante que se encuentra justo bajo el umbral de la aten­ción consciente en los terrenos perinatal y transpersonal. Aquí se incluyen las evocaciones traumáticas del nacimiento y las que parecen pertenecer a "vidas pasadas", la identificación con animales heridos, los arquetipos diabólicos, y muchos otros fenómenos. Cuando mediante diversas técnicas dejamos emerger este tipo de manifestaciones a la conciencia, para ex­perimentarlas plenamente y analizarlas de cerca, pierden el poder perturbador que ejercen en nuestras vidas en caso con­trario, y se pueden solventar los problemas crónicos psicoló­gicos, e incluso físicos, cuyos orígenes eran previamente des­conocidos. De manera similar, también tienen un extraordinario im­pacto curativo directo las experiencias positivas y liberado­ras, como la recuperación de recuerdos intrauterinos felices o los sentimientos de unidad y de unicidad con la naturaleza, las demás personas y lo divino. Con frecuencia nos propor­cionan una mayor sensación de bienestar, una nueva pers­pectiva de nuestras dificultades inmediatas, y un sentimiento más amplio de dirección y de objetivos en la vida. Estas po­sibilidades extraordinarias nos impulsan a tratar las emer­gencias espirituales con gran respeto y a cooperar para reali­zar plenamente su enorme potencial curativo y de transfor­mación.


( Verblog inquietudesespiritas.blogspot.com )

lunes, 30 de mayo de 2011

la herencia de facultades mediúmnicas


¿ Las facultades psíquicas son hereditarias?

La materia no es nada más que materia, y el espíritu es espíritu; quiero indicar con esto que por la materia no se transmite genéticamente ninguna facultad espiritual, aunque la herencia genética sí que influye mucho en la manifestación de las facultades del Espíritu, pero no las origina.
Las facultades mediúmnicas no tienen que ver con la parte física o mental de la persona aunque sí en su predisposición psíquica y neurológica, por tato en si mismas no se heredan genéticamente pero sí se hereda la predisposición para desarrollarla.. Se podría afirmar que se hereda el instrumento, pero no la música; aunque haya “música”, sin instrumento no suena, sin embargo al haber instrumento la música siempre puede sonar mas o menos afinada. Esto cuando así acontece, tiene una causa espiritual que lo propicia, como el quelos espíritus que en el plano espiritual forman un grupo familiar por afinidad, reencarnan a veces juntos en la Tierra como familia carnal que trae unos compromisos comunes a través de esas facultades psíquicas, cuya referencia orgánica es común y transmisible.
Las cualidades y defectos espirituales, así como las capacidades, son de caracter psíquico, se refieren al alma y las hereda el Ser de sí mismo, habiéndolas adquirido durante sus vidas anteriores; este las conquista por su propio desarrollo evolutivo, transmitiéndolas desde una vida hasta la siguiente, aunque se puede ser médium desarrollado en una e los xistencia , y en la siguiente por algún motivo, volver a este mundo con sus facultades anuladas o dormidas, y no serlo; depende de la disposición orgánica cerebral heredada para poderlo ser.
El ser médium o el no serlo, es algo independiente de la voluntad de cada persona, por lo que no es nada negativo el no serlo, ni se debe envanidecer por ello el que si lo es, pues es algo que no ha dependido de él.
- José Luis -

La mediumnidad es una planta delicada que para florecer necesita atentas precauciones y cuidados asiduos.”
- León Denis -


(visitar el blog   inquietudesespiritas.blogspot.com )

domingo, 29 de mayo de 2011

Animismo y mediumnidad

Lic. Jon Aizpurua

¿El Animismo explica la mediumnidad?


La teoría del Animismo tiene varias acepciones, aunque en este caso se refiere a la actuación de la mente sobconsciente o inconsciente de un sujeto en trance provocado ante ciertos estímulos.

Los fenómenos anímicos son aquellos que son originados por el alma de quien los causa.

En Psicología se llaman “Catarsis”, y suponen la liberación de un trauma mediante un recuerdo profundamente desagradable, a través de una exteriorización verbal que actúa a modo de drenaje del alma del paciente.

     Según Aksakof el término “animismo” se refiere a todos los fenómenos intelectuales y físicos debidos a una actividad extracorpórea, a cierta distancia del organismo físico, en particular los fenómenos mediúmnicos que se pueden explicar por la acción que un ser humano ejerce mas allá de los límites de su cuerpo. La idéa se podría resumir en que el animismo comprende todas las manifestaciones supranormales del alma y sus respectivos efectos. Según esta teoría, es el inconsciente del propio médium, el que se manifiesta durante el trance o contacto mediúmnico, y es el causante de todas las manifestaciones psíquicas y físicas que se atribuyen erróneamente a los espíritus. Así los fenómenos , según ella, obedecen a un desdoblamiento de la personalidad del propio médium, que exterioriza de ese modo sus capacidades intelectuales y motrices de toda índole.

     Esta teoría, aun siendo cierta en algunos casos, no es suficiente para desechar la autenticidad y la explicación de una intervención espiritual externa, en infinidad de casos y hechos mediúmnicos

    Así el animismo, no puede explicar el caso de las llamadas “correspondencias cruzadas”, que como ya se dijo anteriormente, son aquellos casos de mediumnidad de Psicografía en que fragmentos de un mismo mensaje son dados por separado a varios mediums diferentes, y como prueba de su autenticidad, el comunicado resultante y final no adquiere sentido hasta que no se juntan estos comunicados de diversa procedencia. Asimismo el animismo tampoco puede explicar los casos extraordinarios de psicografía invertida, en la que el médium escribe al revés, o sea el diestro lo hace de derecha a izquierda, de modo que el resultado solo se puede leer mediante un espejo o si el papel es transparente haciéndolo por el reverso, y si a esto añadimos que a veces lo hacen en un idioma que no es el del médium….

     Para el Espiritismo, la idea del animismo supone la manifestación del alma del médium que se puede manifestar como cualquier otro espíritu, al gozar de cierto grado de libertad, recobrando sus atributos como ser espiritual libre, expresándose como tal y no como Ser encarnado.

     Por lo expuesto, se pueden considerar anímicos los fenómenos en los que no intervienen otros espíritus del plano espiritual, tal como la precognición, la telepatía, la emancipación del alma, el desdoblamiento, la clarividencia, la Clariaudiencia, etc. También pueden ser considerados como los de efectos físicos provocados por la propia energía del médium, tal como movimiento de cuerpos inermes o como la transfiguración ( expansión del periespíritu que envuelve el cuerpo del médium), etc.

     Efectivamente a veces es el propio espíritu del médium quien transmite su propio mensaje, y en otras ocasiones lo hace haciéndose pasar por personalidades que no fueron de la Tierra, o simplemente: que son falsas; a estos fenómenos, cuando así son percibidos se denominan como de “mixtificación”.


José Luis


No existe contradicción antagónica entre estas dos categorías de fenómenos, los hay anímicos ,tanto como mediúmnicos”
- Lic. Jon Aizpurua -

sábado, 28 de mayo de 2011

Temor a la muerte



Causas del temor a la muerte


El hombre, a cualquier grado de la escala a que pertenezca, desde el estado salvaje, tiene el sentimiento innato del porvenir. Su intuición le dice que la muerte no es la última palabra de la existencia, y que aquellos cuya memoria recordamos no son perdidos para siempre. La creencia en el porvenir es intuitiva y muchísimo más generalizada que la del nihilismo. ¿A qué se debe, pues, que entre aquellos que creen en la inmortalidad del alma se encuentra todavía tanto apego a las cosas de la materia y tanto temor a la muerte? 
El temor a la muerte es un efecto de la sabiduría de la Providencia y una consecuencia del instinto de conservación, común a todos los seres vivientes. Es necesario, mientras, que el hombre no esté bastante enterado de las condiciones de la vida futura, como contrapeso a la propensión que, sin este freno, le induciría a dejar prematuramente la vida terrestre y descuidar el trabajo que debe servir para su adelanto.



Por eso, para los pueblos primitivos el porvenir sólo es una vaga intuición. Más tarde, una sencilla esperanza, y después, una certeza, pero todavía neutralizada por un secreto apego a la vida corporal.


A medida que el hombre comprende mejor la vida futura, el temor a la muerte disminuye. Pero al mismo tiempo comprende mejor su misión en la Tierra, y espera su fin con más calma, resignación y sin temor.


La certeza de la vida futura da otro curso a sus ideas, otro objeto a sus trabajos. Antes de tener certeza, sólo trabaja para la vida actual. Con esta certidumbre, trabaja en vista del porvenir sin descuidar el presente, porque sabe que su porvenir depende de la dirección más o menos buena que da al presente. La seguridad de volver a encontrar a sus amigos después de la muerte, de continuar las relaciones que tuvo en la Tierra, de no perder el fruto de ningún trabajo, de aumentar sin cesar en inteligencia y en perfección, le da la paciencia de esperar y el valor para soportar las fatigas momentáneas de la vida terrestre. La solidaridad que ve establecerse entre los difuntos y los vivientes le hace comprender la que debe existir entre los vivos. La fraternidad tiene desde entonces su razón de ser y la caridad un objeto en el presente y en el porvenir. 


Para liberarse del temor a la muerte, hay que contemplar a ésta desde el verdadero punto de vista, es decir, haber penetrado, con el pensamiento, en el mundo espiritual y haberse formado del porvenir una idea lo más exacta posible, lo que manifiesta en el espíritu encarnado cierto desarrollo y cierta aptitud para desembarazarse de la materia. Para aquellos que no están lo suficientemente adelantados, la vida material es preferible a la vida espiritual.


El hombre, interesándose por lo exterior, no ve la vida más que en el cuerpo, mientras que la vida real está en el alma. Estando el cuerpo privado de vida, cree que todo está perdido, y se desespera. Si en lugar de concentrar su pensamiento sobre el vestido exterior lo fijase en el origen de la vida, en el alma, que es el ser real que sobrevive a todo, se dolería menos de su cuerpo, origen de tantas miserias y dolores. Pero para esto se necesita una fuerza que el espíritu sólo adquiere con la madurez.


El temor a la muerte procede, pues, de la insuficiencia de las nociones de la vida futura, pero manifiesta la necesidad de vivir, y el miedo de que la destrucción del cuerpo sea el fin de todo está provocado por el secreto deseo de la supervivencia del alma, todavía semioculta por la incertidumbre.


El temor se debilita a medida que la certeza se forma, y desaparece cuando la certidumbre es completa.


He aquí el lado providencial de la cuestión. Era prudente no deslumbrar al hombre cuya razón no era todavía lo bastante fuerte para soportar la perspectiva, demasiado positiva y seductora, de un porvenir que le habría hecho descuidar el presente, necesario a su adelantamiento material e intelectual.


Este estado de cosas es mantenido y continuado por causas puramente humanas, que desaparecerán con el progreso.


La primera es el aspecto bajo el cual está representada la vida futura, aspecto que bastaría a inteligencias poco adelantadas, pero que no puede satisfacer las exigencias de la razón de hombres que reflexionan. Luego, refieren estos, si se nos presentan como verdades absolutas principios contradictorios por la lógica y los datos positivos de la ciencia, es que no son tales verdades. De aquí, en algunos, la incredulidad, y en muchos, una creencia mezclada con la duda.


La vida futura es para ellos una idea vaga, una probabilidad más que una certidumbre absoluta. Creen en ella, quisieran que así fuese, pero a pesar suyo dicen: “Sin embargo, ¿y si no fuese así? El presente es positivo, ocupémonos de él por de pronto, el porvenir vendrá por añadidura.” Y después, dicen: “¿Qué es en definitiva el alma? ¿Es un punto, un átomo, una chispa, una llama? ¿Cómo siente, cómo ve, cómo percibe?” El alma no es para ellos una realidad efectiva, sino una abstracción. Los seres que les son amados, reducidos al estado de átomos en su pensamiento, están, por decirlo así, perdidos para ellos, y no tienen ya a sus ojos las cualidades que los hacían amar. No comprenden ni el amor de una chispa, ni el que se puede tener por ella, y están medianamente satisfechos de ser transformados en nómadas. De aquí el regreso al positivismo de la vida terrestre, que tiene algo de más sustancial. El número de los que están dominados por estos pensamientos es considerable. 
 Otra razón que une a los asuntos de la materia a los que creen más firmemente en la vida futura es la impresión que conservan de la enseñanza que se les dio en la niñez. 
El cuadro que de ella hace la religión no es, hay que convenir en ello, ni muy seductor, ni muy consolador. Por un lado se ven las contorsiones de los condenados, que expían en los tormentos y llamas sin fin sus errores de un momento, para quienes los siglos suceden a los siglos sin esperanza de alivio ni de piedad. Y lo que es todavía más despiadado para ellos, el arrepentimiento es ineficaz.


Por otro lado, las almas lánguidas y atormentadas en el purgatorio esperan su libertad del buen querer de los vivos que rueguen o hagan rogar por ellas y no de sus esfuerzos para progresar. Estas dos categorías componen la inmensa mayoría de la población del otro mundo. Por encima se mece la muy reducida de los elegidos, gozando, durante la eternidad, de una beatitud contemplativa. Esta eterna inutilidad, preferible sin duda al no ser, no deja de ser, sin embargo, una fastidiosa monotonía. Así se ven, en las pinturas que representan los bienaventurados, figuras angelicales, pero que más manifiestan hastío que verdadera dicha.


Este estado no satisface ni las aspiraciones, ni la idea instintiva del progreso que sólo parece ser compatible con la felicidad absoluta. Cuesta esfuerzo concebir que el salvaje ignorante, con inteligencia obtusa, por la sola razón de que fue bautizado, esté al nivel de aquel que llegó al más alto grado de la ciencia y de la moralidad práctica, después de largos años de trabajo. Es todavía más inconcebible que un niño muerto en muy tierna edad, antes de tener la conciencia de sí mismo y de sus actos, goce de iguales privilegios, por el solo hecho de una ceremonia en la que su voluntad no tiene participación alguna. Estos pensamientos no dejan de conmover a los más fervientes, por poco que reflexionen.
El trabajo progresivo que se hace sobre la Tierra, no siendo tomado en cuenta para la dicha futura; la facilidad con que cree adquirir esa dicha mediante algunas prácticas exteriores; la posibilidad también de comprarla con dinero, sin reformar seriamente el carácter y las costumbres, dejan a los goces mundanos todo su valor. Más de un creyente manifiesta en su fuero interno que, puesto que su porvenir está garantizado con el cumplimiento de ciertas fórmulas, o por legados póstumos que de nada le privan, sería superfluo imponerse sacrificios a una privación cualquiera en provecho de otro, desde el momento en que podemos salvarnos trabajando cada uno para sí.


Seguramente no piensan así todos, porque hay grandes y honrosas excepciones. Pero hay que convenir en que aquél es el pensamiento del mayor número, sobre todo de las masas poco instruidas, y que la idea que se tiene de las condiciones para ser feliz en el otro mundo desarrolla el apego a los bienes de éste, cuyo resultado es el egoísmo. 
Añadamos a lo citado que todo, en las costumbres, contribuye a mantener la afición a la vida terrestre y temer el tránsito de la tierra al cielo. La muerte sólo está rodeada de ceremonias lúgubres que más bien horrorizan sin que promuevan la esperanza. 
Si se representa la muerte es siempre bajo un aspecto lúgubre, nunca como un sueño de transición. Todos esos emblemas representan la destrucción del cuerpo, lo muestran horrible y descarnado, ninguno simboliza el alma desprendiéndose radiante de sus lazos terrenales. La salida para ese mundo más feliz únicamente está acompañada de las lamentaciones de los sobrevivientes, como si les sobreviniese la mayor desgracia a los que se van. Se les da un eterno adiós, como si nunca se les hubiera de volver a ver. Lo que se siente por ellos son los goces de la tierra, como si no debieran encontrar otros mayores. ¡Qué desgracia, se comenta, morir cuando se es joven, rico, feliz y se tiene ante sí un brillante porvenir!


La idea de una situación más dichosa apenas se ofrece al pensamiento, porque no tiene en él raíces. Todo concurre, pues, a inspirar el espanto de la muerte en lugar de originar la esperanza. El hombre tardará mucho tiempo, sin duda, en deshacerse de las preocupaciones. Pero lo logrará a medida que su fe se consolide, y se forme una idea sana de la vida espiritual. 
La creencia vulgar coloca, además, a las almas en regiones apenas accesibles al pensamiento, en las que vienen a ser, en cierto modo, extrañas para los sobrevivientes: la iglesia misma pone entre ellas y estos últimos una barrera insuperable. Declara rotas todas las relaciones, e imposible toda comunicación. Si están en el infierno, no hay esperanza de poder volver a verlas, a no ser que uno mismo vaya. Si están entre los elegidos, la beatitud contemplativa las absorbe eternamente.


Todo esto establece entre los muertos y los vivos tal distancia, que se considera la separación como eterna. Por esto se prefiere tener cerca de sí, sufriendo en la Tierra, los seres a quienes se ama, a verlos partir, aunque sea para el cielo. Además, el alma que está en el cielo, ¿es realmente feliz al ver, por ejemplo, a su hijo, su padre, su madre o sus amigos, arder eternamente?
Extraído del libro "El Cielo y el Infierno" - Codificado por Allan Kardec

( ver el blog  inquietudesespiritas.blogspot.com)

viernes, 27 de mayo de 2011

El ejemplo

Carmen Cardona Directora de "Amoroso"


El mejor Legado de un Espirita para la Humanidad debe ser  El Ejemplo.

La Historia nos enseña en sus  recapitulaciones, que el trascender del hombre se puede enmarcar con sus actos y actitudes a lo largo de las múltiples existencias. Los grandes Líderes de la humanidad han dejado un legado de ejemplaridad en sus aportes: a la ciencia, filosofía, letras, religiones etc. en fin un sinnúmero de hechos tangibles e intangibles. Pero estos hechos circunstanciales han sido acompañados por la Renuncia de viejos defectos que trae consigo nuestro espíritu, arrastrados durante muchas existencias y por falta de voluntad, de conciencia, de conocimiento no se han podido erradicar.

El Espiritismo como bien sabemos es el Consolador Prometido  que nos da el   ánimo para la transformación Interior, ya que con su estudio disciplinado nos lleva al raciocinio del trabajo,  de las batallas que debemos emprender contra nuestras miserias Humanas; pero para este pequeño y gran detalle hay que detectar a uno de  nuestros peores enemigos: EL ORGULLO, y la VANIDAD.   Lamentablemente estos son dos aliados Perturbadores del  Progreso, que cohabitan sin hacer escándalo y duermen escondidos en nuestra psiquis, sin ser reconocidos…..pero en el momento donde la situación lo apremie, sale Rozagante y Enaltecido, dejando su Olor y su Huella mezclado con el dolor y la humillación del  prójimo, arrasando con las Iniciativas de los seres más Pequeños, entorpeciendo las frecuencias más sublimes de los espíritus superiores que acompañan las Tareas ennoblecedoras.

Todo aquel que se llame Espirita, debe emprender un camino  de vigilancia y renuncia para que logre los Objetivos benévolos del  trabajo de la Divulgación Espirita, y coadyuvar con los esfuerzos Conjuntos que realizan cada uno de los países por mantener la Instrucción disciplinada  y la fraternidad en alusión de ser Los Obreros de la Ultima Hora. Que sublime y admirado trabajo, pero que gran responsabilidad ante el mundo espiritual Superior, ya que nuestro trabajo de Redención es el camino que labra la Luz para muchos hermanos encarnados y desencarnados; Toda acción tiene una reacción, Ley de Causa y Efecto; Estimulo para mantenerse firme en el trabajo más enriquecedor: La formación Espiritual, el engrandecimiento Moral, La disciplina de los Sentimientos, Perdonando y Olvidando  las agresiones mentales y verbales que se reciben. Al superar los obstáculos, al vencer nuestras malas inclinaciones se da la tan anhelada conquista interior.  Como lo observa Emmanuel: No nos olvidemos que nuestros pensamientos, palabras, actitudes y acciones constituyen moldes mentales para aquellos que nos acompañan.[…] Todos tus pensamientos actúan en las mentes que te rodean. Todas tus palabras generaran impulso en aquellos que te oyen (Francisco
Cándido Xavier. Fonte viva, cap161, p.361)

En la Obra; Oratoria a luz del Espiritismo (de Simoni Privato), podemos recopilar las diferentes formaciones enriquecedoras de algunos  Apreciados Lideres Espiritas por su acción! que han pasado por la  Tierra, dejando  consigo un legado de admirables renuncias y continua Formación Espiritual, mucho de ellos han sufrido la burla, el desprecio, la infamia, la calumnia, el destierro etc.,  pero al ver sus esfuerzos por mantenerse fieles en el Ideal,  podemos concluir,  que lograron su Misión; marcaron con idoneidad el camino de otras generaciones que comienzan a despertar en su más sublimes sentimientos y como enmarqué desde un principio; EL EJEMPLO de sus pequeñas o grandes  Obras de amor son Los Arquetipos que hoy en día Nos enmarcan en  nuestras prácticas, Por ende, es Menester de todos los Oradores, líderes, dirigentes de pequeñas o grandes  agrupaciones o Instituciones Espiritas  de la Humanidad, que  comencemos el Trabajo concienzudamente con nuestro Íntimo, recordando que la batalla  más enriquecedora es la que emprendemos con nuestras propias debilidades.

No esperemos los aplausos de la Humanidad, ni la aprobación de Instituciones, si no la paz en nuestras conciencias por haber cumplido  el deber de servir al maestro Jesús en todas las Circunstancias de nuestra existencia. Emprendiendo un Trabajo desinteresado resaltado por: La Disciplina, la Humildad, la Tolerancia, la Indulgencia, la fraternidad, la solidaridad y el amor al prójimo. Así contribuiremos en la ejemplar misión de Instrucción y Divulgación de nuestra amada Doctrina.

Todos los Espiritas  Debemos Trabajar la tierra para la Siembra de las Semillas a germinar; abonandolas con amor, dotándolas de conocimientos, de ejemplo, y brindándole durante su crecimiento las herramientas necesarias para que den buen fruto.

Revista "Amoroso" nº 5

( ver   inquietudesespiritas.blogspot.com )

jueves, 26 de mayo de 2011

Qué es y qué no es el Espiritismo


El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal. Es a la vez, una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica consiste en las relaciones que se pueden establecer con los espíritus, como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones

El espiritismo, haciéndonos conocer el mundo invisible que nos rodea y en medio del cual vivimos, las leyes que lo gobiernan, sus relaciones con el mundo visible, la naturaleza y el estado de los seres que lo habitan y, en consecuencia, el destino del hombre después de la muerte, es una autentica revelación en el sentido científico de la palabra.

ORIGENES

El espiritismo tuvo numerosos antecedentes. El más celebre de éstos lo constituyen denominados hechos de Haydsville sucedidos el 31 de marzo de 1848 en la aldea de HaydsviIle, en el Condado de Wayne, cerca de Nueva York. A través de las facultades mediúmnicas de las hermanas Fox, residentes en esa localidad se obtuvieron las primeras comunicaciones comprobadas mediante el sistema del código de golpes que permitía el diálogo con las inteligencias desencarnadas o espíritus.

A partir de estos hechos, rigurosamente verificados, se originó en Norteamérica un movimiento denominado ESPIRITUALISMO MODERNO al cual se vincularían notables personalidades de la religión, la ciencia y la política. También se hicieron celebres los fenómenos de mesas danzantes y parlantes, que tendrían amplias repercusiones en Europa, especialmente en Francia, Inglaterra, Italia, Alemania y España.

Históricamente se ubica el nacimiento del espiritismo como doctrina propiamente dicha, de carácter científico, filosófico y moral, a partir del 15 de abril de 1857 con la publicación de la obra EL LIBRO DE LOS ESPlRITUS, codificada por el pedagogo francés Hipólito León Denizard Rivail (Allan Kardec). Este libro se constituyó en la base fundamental a partir de la cual se desarrollaría la elaboración teórica e investigativa que conformaría el cuerpo doctrinario conocido como la Codificación Kardeciana integrada por cinco libros fundamentales y otras tantas obras introductorias y complementarias.

>Los libros básicos de la Codificación Kardeciana son: "EL LIBRO DE LOS ESPíRITUS", (1857); "EL LIBRO DE LOS MEDIUMS", (1861); "EL EVANGELIO SEGUN EL ESPIRITISMO", (1864); "EL CIELO Y EL INFIERNO", (1865) y "LA GENESIS, LOS MILAGROS Y LAS PREDICCIONES SEGUN EL ESPlRITlSMO, (1869).Allan Kardec, pedagogo francés de formación pestalozziana y de gran estructura científica y cultural, (1804-1869), fue el codificador del espiritismo. Durante 15 años de rigurosa labor investigativa y experimental, se dedicó a recopilar, analizar, seleccionar y sintetizar las enseñanzas transmitidas por muchos espíritus de reconocida superioridad moral e intelectual, a través de numerosos mediums de Francia y otros países de Europa. De la organización temática de las extensas informaciones transmitidas por los espíritus, fueron surgiendo los libros de la codificación Kardeciana, en los que se desarrollan temas de ciencia, filosofía, ética, religión, derecho, antropología, sicología, sociología, astronomía, medicina, arte, etc. Las enseñanzas transmitidas por los espíritus fueron ampliadas por Allan Kardec a través de sus propios comentarios, opiniones y observaciones.


FUNDAMENTOS Y ASPECTOS

El espiritismo se basa en ocho principios fundamentales, a saber:

1. La existencia de Dios como creador universal.

2. La existencia e inmortalidad de los espíritus.

3. La ley de la evolución.

4. La ley de la reencarnación.

5. La comunicabilidad de los espíritus a través de la mediumnidad.

6. La ley de causa y efecto o de acción y reacción.

7. La pluralidad de mundos habitados.

8. La fraternidad universal. (Ley de justicia, amor y caridad).

Estos principios también son conocidos como los postulados del espiritismo y constituyen la fundamentación científica, filosófica y moral de la doctrina espiritista, contenida en las obras de Allan Kardec, y como en los libros de los autores clásicos del espiritismo que desarrollaron y complementaron las enseñanzas sistematizadas por el pedagogo francés.

Allan Kardec escribió: "El espiritismo se presenta con tres aspectos distintos a saber: el hecho de las manifestaciones, los principios filosóficos y morales que de ella emanan y la aplicación practica de tales principios. A partir de esta definición se han establecido los tres aspectos del espiritualismo científico, filosófico y moral. EJ aspecto científico comprende la fenomenología mediúmnica, las investigaciones experimentaciones y comprobaciones, la demostración de la realidad espiritual, la aplicación del método científico y la determinación de las leyes que rigen los fenómenos psíquicos y espirituales.

El aspecto filosófico comprende el conjunto de explicaciones y respuestas que el espiritualismo da ante los grandes interrogantes básicos e históricos de la humanidad: Dios, Universo, el hombre, el alma, la vida, el amor, el dolor, la verdad, el bien y el mal, los orígenes, las finalidades, el destino, etc.

El aspecto ético o moral se fundamenta en las enseñanzas y en la ejemplificación vivenciada, dadas por el Maestro Jesús a la humanidad como código de moral por excelencia de aplicación universal en el ámbito personal, familiar y social.

El espiritismo es considerado como la tercera de las grandes revelaciones. La primera revelación estuvo personificada por Moisés, la segunda por Cristo, la tercera por nadie en especial. Las dos primeras son individuales, la tercera es colectiva y está es una característica esencial de gran importancia. Es colectiva porque no se hizo ante nadie en particular, no hay un profeta exclusivo. Los elementos de la revelación espiritista fueron sembrados al unísono en gran cantidad de sitios, revelados a infinidad de hombres de condiciones sociales diversas y con diferentes grados de instrucción. Cada centro encontró en los demás el complemento de lo que obtuvo, y el conjunto y la coordinación de todas las enseñanzas parciales han integrado la doctrina espiritista.

OBJETIVOS

Demostrar de manera objetiva, racional y científica la realidad de la existencia y supervivencia de los espíritus, de la Vida en el mundo espiritual, de sus relaciones con el mundo físico y de las leyes que rigen los fenómenos espirituales.

Desarrollar y educar las facultades mediúmnicas como instrumento que posibilita la comunicación de los espíritus con fines edificantes, altruistas y positivos.

Recibir informaciones y enseñanzas de espíritus superiores a manera de orientación para la vida personal, familiar y social de quienes hacen aplicación de dichos mensajes.

Ayudar a los espíritus sufrientes y necesitados mediante el esclarecimiento dialogado que se les puede hacer en momentos en que se comunican en las sesiones mediúmnicas.

Contribuir al mejoramiento y progreso moral, social y espiritual de las personas en la medida en que hacen adecuada aplicación de las enseñanzas doctrinarias del espiritismo.

Esclarecer al hombre sobre las causas profundas del mal, del dolor y de los sufrimientos propios de la vida en la tierra, a la vez que le proporcionan las enseñanzas y métodos adecuados para asumirlos y superarlos con base en la práctica del bien, del amor, de la justicia y de la caridad.Desarrollar actividades de enseñanza y divulgación doctrinaria, asistencia social y asistencia espiritual en favor de sus seguidores y de las comunidades en que se hallan establecidos los centros y sociedades espiritistas, que se constituyen así en instituciones de beneficio público, sin animo de lucro.

LA MISION DEL ESPIRITISMO

El espiritismo está llamado a cumplir una misión de carácter espiritual. Su papel es de esclarecimiento al hombre sobre su naturaleza dualista: Espíritu (inmortal), y cuerpo físico, (temporal). La enseñanza mediante la razón, cuál ha sido su origen como ser, cuál es su objetivo en el mundo y hasta donde marchan en la senda evolutiva.

El espiritismo descorre ante la humanidad el velo de las grandes verdades espirituales, ocultas durante muchos siglos. Para ello emplea el razonamiento y la demostración científica de sus postulados, sin dogmatismos ni fanatismos. No emplea la fe ciega sino la fe razonada.

Al demostrar al hombre que Dios es la causa suprema de todo cuanto existe, le hace comprender la existencia de las leyes divinas o naturales que rigen el universo y su necesidad de vivir en concordancia con estas leyes. Le enseña que el mal y el sufrimiento se originan en la ignorancia espiritual del mismo hombre y del abuso del libre albedrío. Entre esas leyes el espiritismo destaca la importancia y la necesidad de la Ley de Amor.

Otra finalidad del espiritismo es llevarnos a la comprensión de que mediante el amor y la verdad, el hombre alcanzará su mejoramiento moral y un camino más corto hacía el perfeccionamiento como espíritu. Al demostrar la preponderancia de la naturaleza espiritual sobre lo material, el espiritismo está llamado a desterrar al materialismo tanto en costumbres como en ideologías, en que el hombre de la tierra se debate.

El espiritismo es doctrina de consuelo, esperanza y caridad para la humanidad sufriente y extraviada, indicándole claramente el camino hacia la vida futura y hacia los mundos superiores en los cuales reina el amor, la justicia y la fraternidad.

El espiritismo, doctrina revelada por los espíritus superiores, tiene un objetivo primordial en nuestro planeta: Revivir e implantar el cristianismo puro con todas sus consecuencias morales, sociales, por tanto, está llamado a unificar todas las conciencias y corazones alrededor del Evangelio de Jesús.

LA MORAL ESPIRITA

Los principios morales que promulga el espiritualismo se fundamenta en las enseñanzas morales legadas por el Maestro Jesús a la humanidad, ejemplificadas a través de su vida personal y de su comportamiento social.

La moral espiritista retoma la moral cristiana en su más pura y profunda expresión, asumiéndola como el código moral por excelencia
de aplicación universal, apropiado para orientar la vida del hombre en todos los aspectos, desde su vida interior hasta la convivencia con el prójimo en todos los ámbitos. La moral espiritista se fundamenta así en la Ley de Justicia, amor y caridad.

El espiritismo ofrece las pautas de conducta más adecuadas para el progreso y mejoramiento del hombre dentro de los parámetros de equidad, respeto, responsabilidad, fraternidad y caridad. Las enseñanzas y pautas de comportamiento que promulga la doctrina espiritista no tienen las características de una imposición férrea o de ciega aceptación, el espiritismo les presenta en su característica de enseñanzas sabias y superiores apropiadas para dirigir e impulsar nuestra evolución espiritual quedando su aplicación bajo la responsabilidad de cada persona, quien en virtud de la Ley de Causa y Efecto asumirá las consecuencias de su buen o mal comportamiento. Allan Kardec manifestaba que mediante el espiritismo la humanidad habría de entrar en una nueva fase, la del progreso moral. También expresaba que esta doctrina poseía un poder moralizador incalculable en razón de la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida y de las consecuencias que nos demuestra respecto de la practica del bien y del mal.

NO ES ESPIRITISMO

La doctrina espirita a través de sus divulgadores, se viene esforzando para esclarecer a los hombres sobre lo que es el espiritismo, entre tanto hallamos importante dar a entender algunas informaciones acerca de lo que NO ES EL ESPIRlTISM0:

No es espiritismo el uso de amuletos, higas, señales cabalísticas, rituales como ceremonias de casamiento, bautizos, etc., vestidos especiales para el trabajo espiritual, velas, saumerios y otros objetos de culto, comunes a una serie de religiones.

No es espiritismo, el trabajo de asistencia espiritual pago bajo cualquier forma. Los trabajadores de la doctrina no son profesionales religiosos: Todos tienen sus tareas utilitarias para ganar el pan del sustento diario. En ninguna hipótesis, el espiritista saca provecho material de su posición religiosa, sea el medium, el expositor o dirigente.

Su ejercicio no confiere a ninguno el título de espiritista. Existe la mediumnidad en las varias religiones, inclusive en el propio catolicismo.

La parapsicología tampoco tiene nada que ver con el espiritismo , como ciencia, podrá un día comprobar los hechos espíritas.

No es espiritismo la lectura de la mano, el acto de tirar la suerte o adivinación del futuro, la astrología, la superstición, el fanatismo religioso, el "mal hecho a personas". Aunque disparatadas estas cosas, ya hemos visto a mucha gente relacionarlas con espiritismo, por eso las estamos citando. El espiritismo en sí no es responsable por las insanías practicadas por hombres que se dicen espiritistas. Así como el catolicismo o el protestantismo no pueden ser culpados por crímenes c
ometidos por sus creyentes, tampoco por el hecho de un hombre decirse espírita, debemos tenerlo como tal. Lo que realmente caracteriza al espírita es su constante mejoramiento en el campo moral y su continuo trabajo en favor del prójimo.

El espiritismo es el cristianismo revivido, nada más. Su acción se dirige siempre para el espíritu, (encarnado o desencarnado), con miras a su perfeccionamiento y felicidad.

Es  una doctrina esencialmente cristiana, esto es, dinámica, abierta y tolerante. No cierra la puerta a nadie, ni para entrar ni para salir. Coloca en la práctica la enseñanza de la fraternidad dejada por Jesús, considerando a todos los hombres como hermanos y a todas las religiones como clases de una gran escuela.

CONSIDERACIONES FINALES

Por lo anteriormente expuesto, queda demostrado que el espiritismo no puede ser confundido con una agrupación ocultista dedicada a practicas mágicas, supersticiosas o satánicas, con las cuales equivocadamente se le ha querido relacionar, asemejar o analogar.

(Artículo originalmente publicado en el website de la Federación Espírita Española)



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miércoles, 25 de mayo de 2011

Pensamientos



El pensamiento es nuestra capacidad creativa en acción. En cualquier tiempo, es muy importante no olvidarnos de eso.
                                                  ***
La idea forma la condición; la condición produce el efecto; el efecto crea el destino.
                                                   ***
Su vida será siempre lo que usted este pensando constantemente.  En razón de eso, cualquier cambio real en sus caminos, vendrá únicamente del cambio de sus pensamientos.
                                                   ***
Imagine su existencia como desea que deba ser y, trabajando en esa linea de ideas, observará que el tiempo le traerá las realizaciones esperadas.
                                                   ***
Las leyes del destino le traerán de vuelta todo aquello que usted piense. En ésta verdad, encontramos todo lo que se relacione con nosotros, tanto en lo que se refiere al bien como al mal.
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Observe y verificará que usted mismo atrajo hacia su campo de influencia todo lo que usted posee y todo aquello que hace parte de su cotidiano.
                                                   ***
Dios es Amor y no castiga criatura alguna. La misma criatura es que se culpa y se corrige, ante los falsos conceptos que alimente con relación a Dios.
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En nuestro íntimo, la libertad de escoger es absoluta; después de la creación mental que nos pertenece, es que nos reconocemos sujetos a ella.
                                                   ***
El Bien Eterno es la Ley Suprema; manténgase en el bien a todo y a todos y la vida se lo convertirá en fuente de bendiciones.
                                                    ***
A través de los principios mentales que nos rigen, de todo aquello que damos de nosotros a los demás recibimos de los demás el céntuplo.
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Espiritu André Luiz
Medium Francisco Cândido Xavier
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Comentarios.-  Seamos conscientes de la proximidad de nuestro Guia Espiritual y en los momentos que nos lleguen a nuestra mente pensamientos negativos, pensemos conscientemente en nuestro acompañante espiritual, y nos podrá ayudar mejor,para que en ese momento aceptemos conscientemente la fuerza de DIOS, y las sombras se volverán Luz y nosotros caminaremos libres, hacia la Redención, en las manos Amorosas del PADRE.

Con respeto y amor
marco antuan