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sábado, 1 de octubre de 2011

Afectividad entre los espíritus



Disciplina Afectiva

- ¿Sobre qué bases se cumple la disciplina afectiva en las sociedades espirituales de las Esferas Superiores?

Se engañan penosamente cuantos puedan admitir la incontinencia sexual como regla de conducta en los planos superiores de la Espiritualidad.

Médiums que hayan observado las regiones donde impera la licenciosidad, o desencarnados que al respecto de ellas nos traigan una u otra noticia, se refieren a lugares naturalmente inferiores, extremadamente afines con la poligamia embrutecedora, y por más brillantes que sean sus manifestaciones o conceptos filosóficos.

En los planos ennoblecidos se realiza también el casamiento de las almas, conjugadas con el amor puro, verdadera unión esponsalicia de carácter santificante que genera las obras admirables de progreso y belleza como realizaciones colectivas; y cuando semejante enlace deba ser suspendido, por circunstancias irrenunciables, los Espíritus de comportamiento superior aceptan, en la Tierra, la lucha por la sublimación de las fuerzas genésicas aplicándolas en trabajos dignos, con abstención de prácticas poligámicas, tanto más intensamente cuanto más activo se les manifieste el esfuerzo por su propio acrisolmamiento.

Además, es preciso considerar que en la renuncia constructiva a que se entregan, a la espera, a veces larga, del amor que los integrará en la complementación deseada, encuentran, en el servicio a sus semejantes, preciosas oportunidades de perfeccionamiento y progreso, afirmando en sí mismos los altos valores culturales y sentimentales que les propician gozos íntimos de los más relevantes y más puros.
Pedro Leopoldo, Brasil, 25 de Mayo de 1958
Conducta Afectiva

- ¿Cuál es la conducta afectiva entre las almas ennoblecidas?

Cuanto más elevado es el grado de perfeccionamiento del alma, más reclamará de sí misma, espontáneamente, la necesaria disciplina de las energías del mundo afectivo, solamente empleándolas en el circuito de fuerzas en que se completa con el alma a la que se haya unida, o bien en la entrega a una tarea noble, a través de la cual opera la disipación de las cargas magnéticas de sus impulsos genésicos, transfieriéndolas al trabajo en que se proyectan su sensibilidad y su inteligencia.

Eso acontece, en el plano físico, entre aquellos cuyo sistema psíquico ya se alejó suficientemente de las emociones vulgares, ligándose, en complementación ideal fluídica, con las almas hermanas unidas en matrimonio.

Interrumpida la alianza física en la esfera carnal por causa de la muerte, el hombre o la mujer, consagrados a la sublimación íntima, se asocian, casi siempre, a la compañera o al compañero en estado de viudez, en una constructiva simbiosis de acción, ya sea en el amparo a los hijos, aún necesitados de asistencia, o en la consagración a obras edificantes de solidaridad, por cuanto los Espíritus que verdaderamente se aman desconocen lo que sea el abandono o el olvido.

Atentos al mismo principio de perfeccionamiento, aquellos que se ajustan en matrimonio en el Plano Espiritual, permutan sus propias fuerzas en un constante circuito energético, mediante el cual atienden vastísimas obras beneméritas con la creación mental de valores necesarios al progreso común y con la euforia permanente que el amor sublime les confiere. Mas, faltándoles la compañía, por medio de la cual se integran a los mas altos ideales de perfeccionamiento y belleza, movilizan sus propias cargas magnéticas creadoras en servicio a la colectividad, con lo que se elevan más intensamente en la escala de la sublimación moral o, entonces - lo que es más frecuente -, tratan de olvidar sus propias posibilidades de mayor ascención, solicitando posiciones ignoradas y humildes al pie de aquellos a quienes se entregan, a fin de ayudarlos en la ejecución de las tareas que les fueran asignadas o en pago de deudas que aún tienen pendientes con la Ley.
Uberaba, Brasil, 28 de Mayo de 1958
Libro: Evolución en Dos Mundos-Psicografiado por Francisco Cándido Xavier-Dictado por André Luiz


…El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es…
JORGE BUCAY