Entradas populares

viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad de Jesús



Navidad de Jesús
Toda vez que la Navidad retorna, Su figura es recordada con mayor vigor. Algunos permanecen en el intento de negar-Le la existencia, afirmando que todo es fruto de la leyenda.
Otros, que creen en Su existencia, se pierden en fechas y números, intentando descubrir cuando El verdaderamente nació.
Lo que se sabe es hasta el siglo IV, los cristianos del Mundo conmemoraban Su natalicio en diferentes meses y días, motivo por el cual la Iglesia optó por determinar la fecha del 24 de diciembre, a fin de que todos Sus seguidores se uniesen   para el mismo evento, como un único corazón.
Algunos extrañan que todo lo que  se refiera a la figura humana de Cristo sea tan oscuro. No se sabe con exactitud  cuando y donde nació, casi nada se tiene  al respecto de Su infancia y adolescencia.
 Aun mismo después de Su muerte, no nos lego sino una tumba vacía, habiendo desaparecido Su cuerpo, sepultado en lugar ignorado tal vez.
Exactamente porque, desde el primer día entre nosotros, Jesús, insistió en afirmar que el mensaje es más importante que el hombre recibió nunca: Seguimos existiendo tras la muerte del cuerpo y volveremos a la Tierra cuantas veces nos haga falta para evolucionar por el camino del Amor.
Con todo, algo existe en torno a Él una gran ensdeñanza de la que nadie discute y todos se hermanan. El legó a la Humanidad el más bello tesoro de todos los tiempos: la lección del amor, el amor por excelencia  que  Él fué y ejemplificó.
Desde Su nacimiento en la  soledad  de la Noche  y Su muerte infamante en la cruz, la Suya fue la vida de los que aman de verdad en su totalidad.
Por eso mismo es que no tenemos noticias de Jesús en el seno de Su familia, conviviendo con los Suyos. Su familia era la Humanidad y con ella estuvo en Su misionado.
Amó a la multitud y la sirvió. Habló de cosas profundas, utilizando figuras  alegóricas y  un lenguaje accesible al pueblo, que deseaba un mensaje diferente  de todos los que se oyeran hasta entonces.
Su voz tenía especial entonación y cuando se ponía a declamar la poesía de los Cielos, extasiaba a las almas. Los sencillos  lo seguían, los deseosos de aprender y los que ansiaban por el consuelo de sus heridas morales lo oían atentos.
Su mensaje era dirigido a todos los seres, en los diferentes estados evolutivos, para las diferentes edades.
Se dirigió a los niños, invito a los jóvenes a seguir-Lo, congregó a hombres y mujeres en plena madurez, alentó a la vejez.
Su vida fue un continuo servir. Nadie antes que Él y nadie después realizó tamaña revolución en el campo de los ideales, sembrando en la tierra de los corazones, en tan poco tiempo. Menos de tres años…
Su mensaje, impregnado del perfume de Su presencia, prosigue en el Mundo, arrebatando  almas.
Definiéndose como el Camino, la Verdad y la Vida, El es también el consuelo de los afligidos, la luz para los que andan en tinieblas densas, y el amparo de los que se sienten desalentados y solos.
Su nombre fué Jesús. Su mensaje es el  amor perenne. Sus dichos y Sus hechos constituyen los Evangelios.
La conmemoración de Su natalicio a todos nos motiva a amar, a dar a perdonar. Y solo hay Navidad porque El vino para Sus hermanos, para nosotros y nos legó el mensaje divino  que habla de paz, de armonía  y de las bellezas espirituales.


* * *
 Aprovechemos los días de la Navidad que estamos viviendo para meditar a respecto de las enseñanzas de Jesús.
Aprovechemos más: pongamos en práctica algunos de ellos.
Y entre los presentes y mimos que distribuiremos en nombre de El, no nos olvidemos de colocar una parte de nuestro corazón.
No olvidemos: es Navidad.
Redacción de Momento Espirita.