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miércoles, 29 de septiembre de 2010

INFLUENCIA DEL ESPIRITISMO SOBRE EL PROGRESO


En más de una oportunidad nos hemos preguntado, en la intimidad de nuestro ser, esta cuestión relacionada con el progreso-individual, lo que es decir. Con el Progreso de la humanidad, del planeta
Toda la sabiduría que el Espiritismo encierra, es una palanca indiscutida para alcanzar ese progreso –que es sinónimo de avance, de prosperidad, de adelanto y por momentos nos parece que no se logra ese progreso en la medida de las necesidades del hombre y la civilización.
KARDEC, en el comentario que adiciona a la respuesta de la pregunta 798 del libro III – Cap.VIII, en el libro de los Espíritus, nos ofrece un panorama perfectamente claro en el accionar de las ideas y sus consecuencias, afirmando: “Las ideas no se transforman sino con el tiempo y jamás súbitamente. Ellas se debilitan degeneración en generación y acaban por desaparecer, poco a poco, con aquellos que la profesaron y que son sustituidos por otros individuos, imbuidos de nuevos principios, como ocurre con las ideas políticas. Vemos el paganismo; seguramente, hoy no hay personas que profesen las ideas religiosas de los tiempos paganos. No obstante, varios siglos después de advenimiento del Cristianismo, ellas dejaron vestigios que sólo la completa renovación de las razas pueden borrar. Ocurrirá lo mismo con el Espiritismo; él hizo mucho progreso, pero aun quedara durante dos o tres generaciones, un fermento de incredulidad que solo el tiempo disipará. Sin embargo, su marcha será más rápida que la del Cristianismo quien le abre el camino y sobre el cual se apoya. El Cristianismo, tenía que destruir; el Espiritismo sólo tiene que edificar”
Y a continuación, preguntaba el ilustre codificador: 799-¿De que manera el Espiritismo puede contribuir para el progreso? – “Destruyendo el materialismo que es una llaga de la sociedad, pues él hace que los hombres comprendan dónde está su verdadero interés. (...) Destruyendo los preconceptos de sectas, de castas y de color, puesto que él enseña a los hombres la gran solidaridad que debe uniros como hermanos”

Bien sabemos que el Espíritu, siguiendo a la ley de evolución, se viene desarrollando a través de los reinos de la naturaleza y a través de los siglos hasta llegar a nuestra especie, información ésta, cabal y racional, que nos llega suministrada por los espíritus Superiores.
De ahí se deduce que el alma trae, al entrar a la vida humana, residuos milenarios, lo que explica su salvajismo, su egoísmo, los sentimientos inferiores que parecen ser el patrimonio de la gran mayoría de los seres.
Para acelerar el progreso espiritual, el Padre Creador viene enviando al Planeta sus instructores que se encargarían de transmitirnos las leyes divinas, que son la directriz de nuestra conducta y que son las que habrán de encaminarnos al bien y a los sentimientos superiores.
El Brahmanismo, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos, recomienda el coraje moral, la sabiduría, el amor a las criaturas, el sacrificio, la rectitud, la austeridad.
A Krishna le son atribuidas las máximas que establecen la moral de los pueblos; ellas nos enseñan que el orgullo, la avaricia, la crueldad, las pasiones vergonzosas, y otras calamidades por el estilo, torna al hombre despreciable.
Zoroastro, hace muchos siglos, fundó en Persia una religión digna de todo respeto. Jeremías, uno de los mayores profetas del antiguo testamento, (siglo VI a.), tomó la defensa de los oprimidos, clamó por la paz, predicó contra la tiranía, el asesinato, las malas costumbres, dejando al mundo una gran lección y un gran ejemplo.
Buda, 600 años antes de Cristo, presento una religión fundamenta en la misericordia, en el bien, en la instrucción y otras tantas virtudes, recomendando la acción recta, el lenguaje recto, la meditación recta...
En síntesis: no pecar por pensamiento, palabras y obras...
En oriente, refulgieron tres grandes figuras estelares: Lao-Tse, Mencio o Meng-zu (-3& a.C.) y Confucio. El primero presenta el libro de la Razón Suprema y estableció los principios morales que más tarde fueron desarrollados por los otros dos. Mencio, en su Tratado de Moral, les enseña a los hombres su verdadera conducta. Y Confucio resume su amplia enseñanza en una frase: “No hagáis los otros lo que no queréis que os hagan.”
No podemos de dejar de citar a dos genios nacidos en Grecia –Tierra donde florecieron las literaturas, el arte, la filosofía y la política, causando admiración hasta el presente. Diríamos que ellos fueron precursores del cristianismo y que sus ideas se ajustan a las que nos traen los Espíritus, hoy englobadas en la obra imperecedera de Allan Kardec.
Ellos fueron Sócrates y Platón, el primero dejo al segundo, su filosofía: “El hombre es un alma encarnada que existe antes de tomar un cuerpo en la Tierra, a la cual desea volver. Sin embargo, no es en el cuerpo que encontramos la verdad...
Y finalmente el Cristo, quien legó a la humanidad su evangelio de paz, de armonía, de perdón, de amor. Y su mayor máxima fue: “ Amaos los unos a los otros...”
Y nos he dado observar que las ideas transcendentes de todos ellos, permitieron el progreso del hombre, alejando a la barbarie y de igual forma, insuflando en él la idea de la conducta moral, único cambio camino para avanzar en la senda espiritual.
Siglos de experiencias, de oportunidades le fueron otorgados al ser humano para lograr el avance a que esta destinado, rompiendo con las ligaduras que lo ataron a civilizaciones ya desaparecidas, pero que aún dejan vestigios en lo más íntimo del ser, dada su vinculación con el instinto, con el materialismo éste aún pareciera dominar.
Pese a las ideas religiosas transmitidas desde Planos Superiores, la prevalencia de ese materialismo, las distorsionó porque el hombre persiste en su egoísmo y su capricho de considerarse el rey de la Creación...
Y aquellos que se denominaban como representantes de dios sobre la Tierra, se ocuparon más de si organización de verdaderos imperios clericales que dieron lugar a doce siglos de oscurantismo religioso, impidiendo el progreso de la conducta moral, de las artes, de las letras, es decir, del propio ser humano.
En contraposición a ello, surgen movimientos materialistas que pretenden oponer esos estados de “religiosidad” arcaicos y nada espirituales, su desprecio por las leyes divinas, que fueron menospreciadas y alteradas por aquellos que tenían la obligación de cumplirlas y con su ejemplo, permitir que los demás las cumplieran.
La palabra de Dios estaba olvidada, si es que alguna vez se torno recordada. Fue cuando llegó la época en que era preciso estremecer a las conciencias por medios persuasivos, por la fuerza de la prueba.
La ciencia había abierto profundos surcos en las almas y por esos surcos la fe, sin una base segura, sin una lógica esclarecedora, se iba agotando y dejaba si vida las vertientes donde antes corría la savia de la creencia. Y cuando un páramo desértico quedaba el espíritu cuando retirasen de él la idea de Dios, idea que es la linfa vivificante y que el progreso científico haría, seguramente, desfallecer, si la Providencia Divina no nos socorriese de forma inmediata con el remedio salvador.
Pero aquella idea iba empalideciendo en la proporción que los procesos de investigación iban ganado fuerza. La ciencia establecía leyes para los fenómenos.
El Universo se nos presentaba con su mecanismo debidamente estudiado. Ya no era presidido por la voluntad arbitraria de Dios; ya no habían milagros; ya no era el Dios tronante quien preparaba los truenos; los cataclismos ya no representaba la cólera divina, ni la necesidad de oblatas e inmolaciones; ya nuestros destinos, los hechos naturales y la actividad cósmica no dependían de los deseos o caprichos inexplicables del Omnipotente.
Todo pasaba al imperio formidable de la ley, investigando se llega a las causas y se descubren los efectos. Se verifica porqué los astros se movían; se indagaba en la génesis de las enfermedades; se investigaba el origen de los movimientos telúricos... Los descubrimientos mostraban el creciente valor de la materia, en la proporción de que iban huyendo los investigadores del Espíritu. Es que no lo veían en el cuerpos los atomistas; no lo percibían los biólogos; no lo explicaban los filósofos. Y la psicología, de la cual todos se esperaban, mancomunada con las demás disciplinas, entraba a vislumbrar en las acciones psíquicas las influencias somáticas. Era el completo desbaratar de las religiones, impotentes ante el avance del progreso material, sin fuerza moral delante de la propia ruina por sus realizaciones inmortales.
Es que las religiones habían alimentado el pensamiento materialista en el hombre, frente a la manipulación de la idea espiritualista, negando con los hechos lo que la prédica clerical afirmaba... Y todo un desfile de sucesos sangrientos que mancillaron a la historia y al cristianismo cobraba forma patética de lo que representaban esas religiones...
Descubrir cualquier cosa que, implícita o explícitamente, entrase en desacuerdos con la Sagrada Escritura, o sea con la palabra de Dios, que nadie sabía quién lo oyó o como nos la habían transmitido, era tener por cierta la cremación en la plaza pública, para escarmiento para los herejes.
No obstante, la Divinidad está atenta al desarrollo intelecto- moral del hombre y una vez más, acude en su auxilio, pues había llegado el momento preciso en que era necesario llamar la atención de este mundo para los misterios del otro. Comenzaba una nueva era en la que los hombres se debían encaminar hacia la armonía y hacia la paz. Fue lo que declararon los espíritus, cuando les indagaron la razón de aquellos ruidos y a qué venían...
Nuestro deseo –ellos respondieron- es que la humanidad viva en armonía y que los escépticos se convenzan de la inmortalidad del alma...
No se comprendía bien lo que eran aquellos fenómenos y a qué venían ellos. El gran papel que el Espiritismo tenía que representar no estaba bien definido, a pesar del aviso dado por los primeros fenómenos.
Era preciso poner en orden las piezas dispersas, darles un sentido, explicarlas, traer la luz que habría de esclarecer el gran momento que despuntaba en la faz del mundo, que habría de transformar a ese mundo de dolores en mundo de esperanzas.
Fue cuando Allan Kardec apareció en el gran escenario espiritual.
Y es él que nos enseña: “El progreso de la humanidad tiene su principio en la aplicación de la ley de justicia, de amor y caridad. Esa ley está fundada sobre la cabeza del futuro; quitadle esa certeza y le quitaréis su piedra fundamental. De esa ley derivan todas las otras, porque ella encierra todas las condiciones de felicidad del hombre y sólo ella puede curar las llagas de la sociedad y él puede juzgar, por la comparación de las épocas y los pueblos, cuánto su condición mejora a medida que esa ley es mejor comprendida y practicada”. – L. E., conclusión, IV. Y dice más aún, con una sorprendente visión del futuro: “Por medio de Espiritismo, la humanidad debe entrar en una fase nueva, la del progreso moral, que es su consecuencia inevitable, ídem V
Transcurrido este lapso de tiempo, desde el surgimiento del Espiritismo, sería muy ciega nuestra percepción si no valoráramos cuánto ha influido y proseguirá influyendo el espiritismo en la marcha del progreso de la humanidad.
Sólo de pensar que, aquellos que adoptamos su Doctrina como forma de vida y que se suman por millones – nada comparado con el cúmulo de seres encarnados y desencarnados que estamos vinculados a la Tierra, es verdad- y que ya disponemos de otra conciencia moral, aportando nuestros pensamientos más fraternos, más cristianos, más responsables, estamos colaborando en abrir canales de inspiración elevada que nos llegan de los planos superiores, que mejoraran nuestros sentimientos, al tiempo que también se abren espacios para la vivencia de la paz, que aún continua siendo la gran ausente de la familia humana.

Trabajo realizado por:
Juan Antonio Durante

Pluralidad mundos:Migración de Espíritus




1.Uno de los principios fundamentales del espiritismo es el de la pluralidad de los mundos habitados. En la obra de la creación divina, entre los mundos destinados a la encarnación de Espíritus en estado de prueba o expiatorio, se encuentra la Tierra, una de las innumerables habitaciones del ser humano. Evidentemente, existen muchos otros mundos que abrigan humanidades semejantes a la nuestra, no siendo el hombre terrenal el único ser corpóreo dotado de inteligencia, racionalidad y sentido moral en el inmenso Universo.

2.Creado simple e ignorante, dotado de libertad y libre albedrío, inclinado tanto para el bien como para el mal, falible por tanto, el espíritu se sujeta a encarnar y reencarnar, experimentando multiples existencias corporales en la Tierra o en otros planetas, tantas cuantas fueran necesarias para ultimar su depuración y su progreso. Ese proceso admirable se realiza a través de las emigraciones e inmigraciones de espíritus, o sea, de la alternancia sucesiva y múltiple de las existencias humanas en los dos planos de la vida: el corpóreo y ele espiritual. Todo Espíritu encarnado, cuando vive su cuerpo, está fijado en el mundo en el que encarnó.

3.desencarnado, el pasa a la condición de Espíritu errante, que es exactamente el individuo que aun necesita reencarnar para depurarse y progresar. En el estado de erraticidad el espíritu continua para pertenecer al mundo donde tiene que encarnar, más, no estando el sujeto por el cuerpo, es más libre y puede hasta incluso visitar otros mundos, con la finalidad de instruirse.


4.las emigraciones e inmigraciones de Espíritus pueden ocurrir también entre mundos diferentes, esto es, los espíritus pueden emigrar de unos para otros planetas. Unos emigran por la fuerza del progreso realizado, que los habilita para ingresar en un mundo más adelantado, lo que es un premio para ellos; otros, al contrario, son desterrados del mundo al que pertenecen, por no haber acompañado el progreso moral alcanzado por la humanidad de ese mundo. El exilio que les es impuesto constituye un verdadero castigo, que la ley de justicia impone a los recalcitrantes del mal, esclavizados al orgullo y al egoísmo.


La raza adámica tuvo su origen en la inmigración de Espíritus

5.Las enseñanzas espiritas aquí resumidas nos enseñan a comprender y a mejor explicar las diversidad de razas humanas y, sobretodo, la existencia en la Tierra de una etnia considerada intelectualmente superior, si es comparada a las otras aquí existentes de las cuales algunas manifiestan aun notoria inferioridad. La etnia blanca existente en la Tierra, llamada otrora “raza blanca” (1), fue constituida, inicialmente, por Espíritus emigrados de un planeta perteneciente al sistema de Capela, una estrella millares de veces mayor que el Sol.


6.Habiendo el mencionado planeta alcanzado un estado de progreso condimente con el de un mundo regenerado y más feliz, más permaneciendo en el una legión de Espíritus aun recalcitrantes en el orgullo y en otros serios defectos morales, tuvieron ellos que ser desterrados y, por causa de eso, muchos acabaron siendo encaminados para el planeta Tierra, donde fueron recibidos por Jesús.


7.En nuestro mundo, siendo mucho más adelantados que los habitantes pertenecientes a los pueblos autóctonos o indígenas, sobretodo en lo tocante a la inteligencia, vinieron a impulsar el progreso de aquellos, mezclándose ellos y expandiéndose su cultura por todos los cantos de la Tierra. Los hombres que resultaron de la reencarnación de los exiliados de Capela en nuestro mundo formaron la llamada raza adámica, que dio origen a los pueblos más evolucionados de nuestro planeta: loa arianos o indio-europeos, los egipcios, los israelitas y los indianos.


8.La historia de los exiliados de Capela nos permite comprender mejor las narrativas bíblicas acerca de Adán y Eva y su expulsión del Paraíso. La leyenda del paraíso perdido se funda, en verdad, en el destierro de aquella legión de Espíritus del planeta capelino que, si es comparado con la Tierra, podría compararse a un paraíso.


9.Emmanuel, en su libro A Caminos de la Luz, nos da informaciones valiosas a respecto de la llamada raza adámica, asunto que fue tratado igualmente por Kardec en La Génesis. En esta obra, el Codificador, después de eludir la cuestión de las emigraciones e inmigraciones colectivas de Espíritus de un mundo para otro, hace clara referencia a la raza adámica en el Cáp. Ítem 38: “De acuerdo con la enseñanza de los Espíritus, fue una de esas grandes inmigraciones, o si lo quieren, una de esas Colonias de Espíritus, venida de otras esferas. Lo que dio origen a la raza simbolizada en la persona de Adán y, por esa razón misma, llamada raza adámica. Cuando llegó ella aquí, la tierra ya estaba poblada desde tiempos inmemoriales, como América, cuando llegaron los europeos.

Adán y Eva vivieron en la Tierra en el periodo neolítico

10.Más adelantada de lo que las que habían precedido a este planeta, la raza adámica fue, en efecto, la más inteligente y la que empujó al progreso a todas las otras. La Génesis nos lo muestra, desde sus orígenes industriosos, aptos para las artes y para las ciencias, lo que muestra que ella no pasó en la Tierra por la infancia espiritual, diferentemente de lo que ocurrió con los demás pueblos que habitaban, entonces, el planeta.


11. Todo lleva a creer que la llamada raza adámica no es antigua en la Tierra y nada se opone a que sea considerada como habitando este globo desde hace apenas algunos millares de años, lo que no estaría en contradicción con los hechos geológicos, ni con las observaciones antropológicas, antes tendería a confirmarlas. Caín y Abel tenían habilidades desconocidas de los hombres primitivos, como el uso de la tierra para el plantío y el pastoreo. Caín conocía también el arte de la construcción de casas y ciudades, una conquista del periodo neolítico, porque antes de el los hombres de la Tierra vivían en cavernas.


12.Se llama periodo neolítico al periodo de la época holocena en que los vestigios culturales del hombre prehistórico se caracterizaban por la presencia de artefactos de piedra pulida (aun no era utilizado el bronce9 y por el aparecimiento de la agricultura. La época holocena, iniciada hace cerca de 12.000 años, es aquella en que las galeras se restringieron a las regiones polares y acarrearon el desenvolvimiento y la expansión de la civilización humana.

13. El Espiritismo nos enseña que la especie humana no comenzó por un único hombre y que aquel a quien llamamos Adán no fue el primer ni el único en poblar la Tierra. Kardec indago a los espíritus Superiores: ¿En que edad vivió Adán? Ellos le respondieron: “Más o menos en la que señaláis: cerca de 4000 años antes de Cristo” (L.E., ítem 51). De hecho, la narrativa contenida en el Cáp. 4 de la Génesis nos lleva al mismo entendimiento, porque solamente en el periodo neolítico – entre los años 5.000 a C. y 2500 a.C. – es que surgió en la tierra el pastoreo, seguido del cultivo de la tierra, y el hombre pasó de cazador a pastor, lo que prueba que la fecha indicada por los Espíritus al respecto de la época en que vivió Adán es perfectamente compatible con los registros históricos. Como la población de la Tierra se inició en épocas bien más atrasadas, es evidente que no descendemos de los padres de Abel y Caín, más si de otros ancestrales que habrían vivido mucho antes.



(1)Diversos autores, siguiendo criterios de distinta clasificación, propusieron diferentes clasificaciones de la humanidad en términos raciales. La más básica y difundida es la de las tres grandes subdivisiones: caucasóide (raza “blanca”), negroide (raza “negra”) y mongoloide (raza “amarilla”). Como concepto antropológico, esa clasificación sufrió numerosas y fuertes críticas, pues la diversidad genética, de la humanidad parece presentarse en un continuo, y no con una distribución en grupos aislado, y las explicaciones que recorren la noción de la raza no responden satisfactoriamente a las cuestiones colocadas por las variaciones culturales. Es, pues, solamente por la falta de un término más adecuado por lo que colocamos en el texto expuesto el vocablo “raza”, cierto de que existe una única raza en el mundo en que vivimos: la raza humana.


Respuestas


1. ¿Existen en el Universo muchos planetas habitados como en la Tierra?

R: Si. Según el espiritismo, existen muchos otros mundos que abrigan humanidades semejantes a la nuestra, no siendo el hombre terrenal el único ser corpóreo dotado de inteligencia, racionalidad y sentido moral en el inmenso Universo

2. ¿Las emigraciones e inmigraciones de Espíritus pueden ocurrir en que situaciones?

R: Hay Espíritus que emigran por la fuerza del progreso realizado, que los habilita para ingresar en un mundo más adelantado, lo que es un premio para ellos; otros, al contrario, son desterrados del mundo al que pertenecen, por no haber acompañado al progreso moral alcanzado por la humanidad de ese mundo. El exilio que les es impuesto constituye, entonces, un verdadero castigo, que la ley de justicia impone a los recalcitrantes en el mal, esclavizados por el orgullo y el egoísmo.


3. ¿Los ascendientes de la etnia blanca existen en la Tierra, de donde vinieron?

R: Ella fue constituida, inicialmente, por espíritus emigrantes de un planeta perteneciente al sistema de Capela, una estrella millares de veces mayor que el Sol.

4. ¿Qué significa la expresión raza adámica?

14.R: De acuerdo con las enseñanza de los Espíritus, fue una de esas grandes inmigraciones de Espíritus, venidos de otra esfera, lo que dio origen a la raza simbolizada en la persona de Adán y, por esa razón misma, llamada raza adámica. Cuando llego aquí ella, la Tierra ya estaba poblada desde tiempos inmemoriales, como América, cuando llegaron los europeos. Más adelantada que los pueblos que la habían precedido en este planeta, la raza adámica fue, con efecto, la más inteligente y la que empujo al progreso a todas las otras. La Génesis nos la muestra desde sus orígenes industriosos, aptos para las artes y para las ciencias, lo que muestra que ella no pasó en la Tierra por la infancia espiritual, diferentemente de lo que ocurrió con los demás pueblos que habitaban, entonces, el planeta.



5. ¿En que época, según la Génesis y el espiritismo vivió Adán?

R: Según las enseñanzas espiritas, Adán vivió cerca de 4.000 años antes de Cristo, un dato que es compatible con la narrativa contenida en el Cáp. 4 de la Génesis porque solamente en el periodo neolítico – entre los años 5.000 a C. y 2500 a.C. – es que surgió en la tierra el pastoreo, seguido del cultivo de la tierra, y el hombre pasó de cazador a pastor, lo que prueba que la fecha indicada por los Espíritus al respecto de la época en que vivió Adán es perfectamente compatible con los registros históricos.
-Merche-

Bibliografia:

El Libro de los Espíritus, de Allan kardec, ítems 50 y 53.
La Génesis, de Allan Kardec, ítems 37, 38, 39, y 56.

Una rara virtud olvidada


Se oye hablar mucho acerca de la olvidada honestidad.

Ciudadanos critican, de forma vehemente, lo que califican como corrupción en el Gobierno. Las imágenes televisivas y los periódicos apuntan ciudadanos que defraudaron los cofres públicos, de forma directa o indirecta.

Así, todos nosotros que leemos los periódicos, que miramos las imágenes televisivas, que creemos que es muy bueno que ese o aquel personaje, supuestamente deshonesto haya sido encarcelado, nos olvidamos de algo muy importante: la honestidad es una virtud rara en nuestros días.

Ocurre que, de tal forma nos acostumbramos a defraudar, a dañar, que ya no nos percatamos de lo que hacemos.

Veamos algunos ejemplos.No es tan raro que haya deshonestidad en el matrimonio.

Por ejemplo, una relación extra conyugal. Por el motivo que sea, no hay disculpas.

Existe también la deshonestidad comercial, donde los comerciantes venden mercancías de calidad inferior como si fuesen de mejor calidad.

Y aun negocian con la famosa rebaja especial para el cliente. Pero ellos saben que están engañando al comprador. Nada en contra del lucro en la actividad comercial.

Sin embargo, todo en contra la explotación de cualquiera que compre de buena fe.

Y, ¿qué decir de la deshonestidad profesional? ¿Cuántos médicos, abogados, profesores dejan de actuar con honestidad en su profesión?

Cuando el médico asiste a un paciente sin importarle éste, más preocupado en liberarse de una tarea que cree mal pagada;

cuando el abogado pierde plazos legales, dejando de providenciar lo que debía y con eso perjudica a su cliente en la conclusión de la causa;

cuando el abogado alarga determinadas acciones más allá de lo necesario, cobrando con regularidad sus honorarios mensuales;

cuando el profesor no elabora las clases y engaña a los alumnos, padres y administración de la escuela, colegio o universidad, es deshonestidad.

Cuando, como empleados, dejamos nuestros lentes o la cartera sobre la mesa, o el paletó en la silla, para simular que estamos en el local de trabajo, pero no estamos trabajando, eso es deshonestidad.

Cuando utilizamos el tiempo que nos paga la empresa pública o privada, para atender a nuestros asuntos particulares, telefoneando o conversando, somos deshonestos.

Cuando, todavía faltando 20 o 30 minutos para el término de la jornada, nos arreglamos y nos quedamos esperando la hora de salir, estamos defraudando a quien nos paga.

Pensemos: hoy son 20 o 30 minutos, pero, sumados a lo largo de 30 o 35 años de trabajo, ¿cuántos años habremos hurtado a nuestro empleador?

Y todo eso lo hacemos de manera sencilla y común todos los días. Como si fuera normal.

Estamos acostumbrándonos a ser deshonestos, con la disculpa de que somos mal pagados, no reconocidos o porque "todo el mundo lo hace".

Pensemos en eso: analicemos nuestra manera de actuar en el mundo.

Analicemos cuán incorrectos estamos siendo, deshonestos en el hogar, en la escuela, en la calle, en el trabajo, en la sociedad como un todo.

Corrijamos el paso mientras es tiempo. Si los demás lo hacen, el problema es de ellos. No es nuestro.

Seamos de los que hacen la diferencia. No hay que temer a aquellos que nos dicen que somos tontos.

Tonto es el que piensa que está engañando a la propia consciencia, donde está escrita la Ley de Dios.

Reformulemos nuestras acciones y, a partir de ahora, hagamos un pacto solemne e irrestricto con la honestidad.

A partir de hoy, sin falta. Creamos: seremos más felices, sin remordimientos y sin temores.


ESPECIAL:


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CD Momento Espírita - Seleção das Melhores Trilhas Sonoras - Vol. 1
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Redacción del Momento Espírita, con base en el programa televisivo Vida y Valores - Honestidad, presentado por Raul Teixeira y Cristian Macedo.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Una parte resumida del Libro de los Espíritus



GRUPO DE ESTUDIOS ESPÍRITAS
Integrante: Xiomara Ramírez
José Luís Martín

LIBRO DE LOS ESPÍRITUS

LIBRO PRIMERO
CAUSAS PRIMERAS


            Diserta sobre los conceptos básicos de la creación (Dios, espíritus y materia), las causas primarias, con el objetivo de enmarcar y esclarecer los principios filosóficos de la doctrina.  Se divide en cuatro capítulos, que se titulan: Dios; elementos generales del universo; creación; principio vital. Aborda las preguntas filosóficas de la Doctrina Espirita, contenido en  75 preguntas seguidas de sus respuestas y argumentos. Explica que es Dios, definiendo  a “Dios como inteligencia  suprema, causa  primarias de todas las cosas”, eterno, inmutable único, omnipotente, soberanamente justo y bueno. Estable la existencia de un mundo espiritual y material, que todo el universo esta poblado y que “las condiciones de existencia de los seres que habitan los diferentes mundos deben ser apropiados al medio en que están llamados a vivir”


LIBRO SEGUNDO
MUNDO ESPÍRITA O DE LOS ESPIRITUS

Explica todo lo relacionado a los espíritus, con el objeto  de esclarecer como se desenvuelve la existencia de los espíritus, el mundo espiritual y su intervención en el mundo material. Se divide en once capítulos, que se titulan: De los espíritus; la encarnación de los espíritus; regreso de la vida material a la espiritual; pluralidad de existencias; consideraciones sobre la pluralidad de existencias; vida espiritista; regreso a la vida corporal; emancipación del alma; intervención de los espíritus en el mundo corporal; ocupaciones y misiones de los espíritus; los tres reinos, distribuidos en 538 preguntas con sus respectivas respuestas, tratando temas como: Origen y naturaleza de los espíritus; los órdenes de espíritus; el tema de los ángeles y los demonios; la reencarnación y su objeto; el alma y el materialismo; los mundos transitorios; sensaciones de los espíritus; cómo es el regreso a la vida corporal; la unión con el cuerpo; las simpatías y antipatías; el dormir y los sueños; la intervención en el mundo corporal; las ocupaciones y misiones de los espíritus; los minerales, las plantas, animales y el hombre. Instruye que los espíritus “son los seres inteligentes de la creación, pueblan el universo fuera del mundo material”, que pueden interactuar con personas, que dependiendo de nuestros pensamiento y acciones nos sintonizamos con los espíritus. Que hay tres órdenes de espíritus (los imperfectos, los buenos, los espíritus puros). Los ángeles son espíritus puros y los demonios son espíritus menos puros. También esclarece que el alma es un espíritu encarnado y al dormir el cuerpo descansa pero el “espíritu recorre el espacio y entra en relación mas directa con otros espíritus”. Que los espíritus influyen en nuestros pensamientos y “su influencia es mayor de lo que creéis; porque a menudo son ellos quienes os dirigen”. Pero esta “influencia nunca se aparta de las leyes de la naturaleza” y que depende de nosotros el alejar los males y atraer la prosperidad. “Dios os ha dado la inteligencia para que os sirváis de ella, y en este punto especialmente vienen en vuestra ayuda los espíritus, sugiriéndoos pensamientos propicios; pero no asisten más que a los que a si mismo saben asistirse, y tal es el sentido de estas palabras: Buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá.”

El Espiritismo como Ciencia



En el medio espírita es muy común la utilización de la palabra “ciencia” para dar una definición de la doctrina espírita. Incluso Allan Kardec, al dar una definición del espiritismo, usa la palabra ciencia, es más, dice textualmente: “El espiritismo es la ciencia que estudia la naturaleza, el origen y el destino de los espíritus, y las relaciones que hay entre el mundo espiritual y el mundo corporal”.

El uso de esta palabra es uno de los temas que más puede sorprender a aquellas personas que no conocen el espiritismo, ya que les extraña que el concepto de ciencia vaya unido a una idea que se encarga de cuestiones como la comunicabilidad con los espíritus, la reencarnación, la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, las enseñanzas morales de Jesús etc.

Otro de los argumentos de aquellos que no conocen el espiritismo, es que la ciencia no considera los fenómenos espíritas dentro de sus objetivos de estudio. En esta cuestión, tenemos que considerar que la “ciencia” es un medio de conocer la realidad, siguiendo un determinado método, que se designa con el nombre del “método científico”.

Teniendo en cuenta esta premisa, todo medio de aproximación a la realidad que tenga en cuenta este método, será, por consecuencia, una ciencia, independientemente que sea o no considerada “oficial”. Dentro de este orden de ideas, debemos reconocer, también, que cada ciencia se especializa en un determinado contexto, por ejemplo, la Biología, en el estudio de la vida en sus múltiples aspectos, la física de las propiedades íntimas de la materia, la química de las interacciones de estas propiedades, y así cada una de las ciencias, se dedica a una rama del conocimiento, teniendo su especialización.

Por ello, que la medicina, la biología, la física… no se ocupen de las cuestiones espirituales no significa que estas no sean verdad, solo que por el momento, no son el objetivo de sus investigaciones. Por otra parte, existe también un proceso sociológico estudiado perfectamente por las ciencias de la educación. Es el de las “creencias”, y cuando hablamos de creencias, no nos referimos solo a las creencias religiosas. Y entre las creencias “erróneas” que hacen parte de nuestra sociedad, es la de atribuir un carácter de infalibilidad a la denominada ciencia oficial y a los científicos que se encargan de ella. Esto es una realidad, y la podemos observar a diario, sobre todo nosotros.

Hemos oído decir en más de una ocasión, cuando le planteamos a alguien la idea de la doctrina espírita: “si fuera verdad, la ciencia lo diría”. Desde el punto de vista científico, esto es un absurdo, ya que la propia ciencia demuestra su progreso constante, y afirma que para nada está en posesión absoluta de la verdad, sino todo lo contrario.

Precisamente una de las ideas más interesantes de la ciencia, es que no tiene principios o teorías absolutas, ya que nuevos métodos de investigación podrían hacernos observar mejor los fenómenos y descubrir cosas que no sabemos, u otras que creemos que son de una manera, que sean de otras. En definitiva, si el espiritismo es una ciencia o no, no será porque lo confirmen las llamadas ciencias oficiales, sino porque en realidad siga o no el método científico. Pero antes de pasar a verificar si el espiritismo sigue o no el método científico, vamos a explicar rápidamente en qué consiste el método científico.

Se considera método científico a una serie de pasos, que tienen por objetivo el estudio de un fenómeno. La característica fundamental del método científico, es que estudie fenómenos naturales, y que de alguna manera, puedan ser percibidos por los sentidos, o bien por medio de instrumentos capaces de percibirlos. Todo lo que no sea natural, no sería característico de la ciencia. El primer paso del método científico, es la observación. Ella consiste en el proceso de observar un determinado fenómeno que existe en la naturaleza. La observación exige de un conocimiento, ya que los fenómenos naturales existen en la naturaleza y son observados generalmente por las personas, más no todas los observan desde una visión científica. La observación del fenómeno, no implica simplemente verlo, sino preguntarse los porqués. El porqué ocurre, cual es la causa que lo provoca, cuales son sus consecuencias, etc.

El segundo paso del método científico, es la formulación de hipótesis. Una hipótesis, es una suposición que pretende explicar el fenómeno observado. La hipótesis debe ser racional, que explique de forma lógica el fenómeno, y que pueda responder a las diversas formas en las que el fenómeno pueda presentarse. Además, algo muy importante, es que la hipótesis pueda ponerse a prueba, y demostrarse si es cierta o no lo es. Sin esta última característica, no estaríamos hablando de una ciencia, sino de una filosofía, que puede demostrar de forma lógica un determinado fenómeno, más no puede hacerlo de forma empírica, es decir, demostrando las hipótesis.

El tercer paso, sería la experimentación. Es un paso muy importante, cuyo objetivo es la verificación de la hipótesis planteada. En este paso se pueden usar dos o varias variables, dependiendo del objeto de estudio. Además, esas variables pueden ser modificadas por el experimentador, o bien pueden no ser modificadas, dependiendo de la naturaleza de esas variables.

Lo importante, es que el objetivo sea cumplido, es decir, que la hipótesis sea demostrada empíricamente o bien no se pueda demostrar, lo que llevaría a formular nuevas hipótesis y repetir el proceso. Y el cuarto paso, es la formulación de leyes y teorías, que constituye la parte definitiva.

En relación a las investigaciones hechas, los datos obtenidos, se elaboran las leyes o teorías, dependiendo de los resultados obtenidos. Es un paso que requiere mucho estudio para no equivocarse en la formulación de esas conclusiones, que nunca serán definitivas, sino provisionales, a la espera de que nuevos conocimientos puedan ampliarlas, refutarlas o validarlas. De forma muy rápida y concisa, hemos visto los pasos del método científico.

Ahora, nos toca determinar si el espiritismo ha seguido esos pasos o no, lo que haremos también de forma muy rápida, ya que existen diversas obras donde se explican con más detalle estos pasos, obras a las cuales remitimos al lector para un mayor conocimiento del tema. Como dijimos, el primer paso del método científico, es la observación racional, es decir, empleando la razón en aquello que se observa, intentando preguntarnos los porqués de lo que pasa. Si estudiamos con detenimiento la historia del espiritismo, veremos como ese primer paso fue perfectamente realizado.

Desde los fenómenos en Hydesville, a través de las hermanas Fox, se han venido observando una serie de fenómenos que entraba a formar parte de lo que hoy se conoce con el nombre de “paranormales”. Esos fenómenos, que sucedían espontáneamente, fueron al comienzo objeto de diversión de multitud de personas, empero, otras, al observar estos fenómenos, comenzaron, lo que podríamos denominar: “la era científica de los fenómenos paranormales” ya que al observarlos, se preguntaban cuales eran las causas que los producían.

Entre estas personas hubo muchos que también eran destacados en las diversas ciencias oficiales, y que delante del nuevo campo de investigación, usaron la misma rigidez, (o incluso más), que la empleada para la investigación de sus campos profesionales de estudio. Entre ellos, en esa época, podemos citar a: (poner nombres de los científicos referidos). (Ver el libro: “Historia del Espiritismo” de Arthur Conan Doyle) Siguiendo con el método científico, el segundo paso es el de elaborar hipótesis que explicasen esos fenómenos. Así, paralelamente al interés suscitado por ese orden de fenómenos, comenzaron a surgir diversas hipótesis, que intentaban explicar los fenómenos.

Las hipótesis que surgieron fueron muchas y muy diversas, sobre todo, por tratarse de un campo de estudio totalmente nuevo. El lector podrá encontrar una relación de algunas de ellas en el capítulo 3 del libro de los médiums de Allan Kardec, titulado: “Sistemas”.

A pesar de las muchas hipótesis que surgieron, muchas de ellas fueron descartadas en breve, por no poder explicar sino una parte muy concreta de los fenómenos y no los fenómenos en todas sus modalidades. Otras prevalecieron más tiempo, y entre ellas, podemos destacar cuatro grupos generales. El primer grupo, sería el de ver una causa energética absolutamente mecánica en los fenómenos.

Otro grupo de hipótesis, pretendía explicar los fenómenos, como resultado de una manifestación inconsciente y mecánica de la inteligencia de los asistentes a las reuniones. Otro grupo de ideas al respecto de esos fenómenos, afirmaba que todo se trataba de un fraude muy bien elaborado. Y el último, que las manifestaciones eran resultado de inteligencias extracorpóreas, a las que se designaba con el nombre de espíritus.

El desafío siguiente, sería intentar ver cual de esas hipótesis podía explicar mejor los hechos. Llegamos así, al tercer punto del método científico, la experimentación: Dentro de este aspecto, las investigaciones partieron de lo conocido a lo desconocido, e intentaron responder en primer lugar, a aquellas hipótesis que eran más conocidas, para pasar a las más desconocidas. Por ello, lo primero que se intentó verificar, era si los fenómenos eran o no reales. Es decir, si la hipótesis de fraude los podía explicar.

Después de someter a los médiums a investigaciones cuidadosas, se pudo concluir con que había, efectivamente, una serie de fenómenos que eran fraudulentos, sobre todo se podía ver esto en personas que los realizaban de forma profesional, y tenían un rendimiento económico, sin embargo, también se observaron muchos fenómenos que eran reales, y en los que era imposible ver un fraude. Sobre todo, en los fenómenos espontáneos.

También existía otro factor a tener en cuenta, y era que entre los médiums, los había que no ganaban nada, que todo lo hacían de forma desinteresada y que solían sacar más perjuicio que beneficio de los fenómenos. Fue especialmente entre estos médiums, donde se encontraron más pruebas evidentes de la realidad del fenómeno. Una vez descartada la idea de fraude, se investigó en torno de la posibilidad que una fuerza mecánica actuase en los fenómenos. Sin embargo, los fenómenos presentaban inteligencia, y podían contestar de forma racional a las preguntas hechas por los investigadores. Por ello, se descartó la idea de que la causa fuese únicamente mecánica, ya que debía, para contestar de forma inteligente, ser inteligente. Así, se llegó a la conclusión de que los fenómenos eran una manifestación inconsciente de los manifestantes. Esta idea hubiera sido muy buena si no hubiera una serie de hechos que la desmentían. Era que a veces, las ideas expuestas por el fenómeno, eran
contrarias a las que los asistentes tenían. Otras veces, el fenómeno se manifestaba mostrando características sumamente personales, como una individualidad, una personalidad, unos gustos, unos conocimientos, etc. Que no eran los de los allí presentes. Otras veces, se manifestaba en un idioma que ninguno conocía, otras veces por medio de la pintura. En definitiva, mostrando una individualidad y unos conocimientos propios, por lo que esa hipótesis no parecía explicar todos los fenómenos.

Por último, la idea espiritista, es decir, que eran los espíritus los que producían todos esos fenómenos. Como vemos, el tercer punto del método científico, está presente en el espiritismo, pues ha habido una investigación para intentar explicar las diversas hipótesis que surgieron para explicar un determinado orden de hechos. Incluso los datos obtenidos, pueden ser catalogados como empíricos. Pues se pudo tener constancia material de los fenómenos producidos, y las dos o más variables con las que se trabajaba, eran perfectamente empíricas.

Remitimos al lector a la obra ya mencionada, “Historia del espiritismo”, donde encontrará un resumen de las diversas investigaciones que se llevaron a cabo. De la misma forma, podrá el lector encontrar en la lectura de dicho libro, otras fuentes donde ampliar sus conocimientos sobre el proceso de investigación frente a los fenómenos mediúmicos. Como resultado de esa investigación, surgieron unas conclusiones que fueron perfectamente catalogadas, y que serían la elaboración de las diversas leyes y teorías, como conclusión de los estudios realizados.

“El Libro de los Médiums” de Allan Kardec, por ejemplo, es un compendio de las conclusiones a que se llegaron después de largos estudios. Quizás, quien lea el Libro de los Médiums, pueda pensar que las conclusiones a las que llegó Kardec, en su investigación de la mediúmnidad, puedan haber sido un tanto precipitadas. La verdad es que Kardec establece en el libro los resultados, pero no repite las investigaciones que le llevaron a esos resultados, por la razón de que ya están sumamente explicadas en otras obras que tratan sobre el asunto.

Lo realmente admirable, es que hoy, después de 150 años, las conclusiones a las que llegó Kardec siguen siendo válidas dentro de la ciencia espírita, que por supuesto, continúa progresando y actualizándose, condición precisa para que sea ciencia. Lamentablemente, es un campo de investigación “no oficial” y por lo tanto, las posibilidades son escasas, ya que no se tienen los suficientes recursos como para poder realizar una investigación aún mayor.

Trabajos como los del ingeniero Hernani Guimaraes Andrade, o el Doctor Felipe Sergio de Oliveira, son ejemplos admirables de investigaciones actuales en el campo de la mediúmnidad. Una de las críticas más comunes al respecto del espiritismo como ciencia, es que no aborda fenómenos naturales. A mi, personalmente, me parece una crítica absurda, porque no creo que nadie tenga el control sobre lo que es o no es natural. El espiritismo es muy claro a este respecto, y afirma que los fenómenos mediúmnicos son perfectamente naturales.

El problema, es que se considera natural, solo lo que la ciencia oficial puede estudiar, en una postura estrecha de miras, ya que según eso, estamos limitando la naturaleza a la ciencia, lo que debería ser al contrario, pues es la ciencia la que estudia en la naturaleza y no ésta la que actúa según la ciencia.

Por lo tanto, establecer que los fenómenos mediúmnicos no son naturales, es demostrar escasa inteligencia y pretender que las cosas giran en torno de nuestras ideas. Otra de las críticas que se oponen al concepto del espiritismo como ciencia, es que las variables no pueden ser modificadas a gusto del experimentador. Esto es cierto, pero hoy se conocen muchas ciencias cuyas variables no pueden ser modificadas por el experimentador, ya que el campo de estudio está dentro de una serie de fenómenos que no son modificables por el hombre, y que solo se producen en determinadas circunstancias. Incluso muchos de estos fenómenos, para ser correctamente estudiados, necesitan de esta característica, pues si el hombre los modifica, los resultados no serían iguales. Por ejemplo, si deseamos estudiar el comportamiento de los animales dentro de su hábitat natural, no podremos cambiar variables de estudio, ya que al hacerlo, estaríamos modificando los posibles resultados. El espiritismo
estudia los seres espirituales y sus relaciones con el hombre, por lo que el estudio deberá ser observarlos en su campo de acción, lo que no implica que sea una ciencia. Llegamos al final del artículo, sin la pretensión de haber agotado el tema. Hay mucho que hablar sobre el mismo, sin embargo, lo que pretendíamos, era intentar explicar que el espiritismo es realmente una ciencia.

Artículo de Juan José Torres

Investigando los efectos de la oración



LOS INVESTIGADORES SE FIJAN EN EL PODER DE LA ORACIÓN
Hilary E. MacGregor. Los Angeles Times
Jun. 1, 2005 03:11 PM

SAN FRANCISCO - Sobre una mesa de operaciones en un centro médico en San Francisco, una paciente de cáncer de mama se somete a una cirugía reconstructiva después de una mastectomía. Pero ésta no será una cirugía ordinaria. Un sanador chamánico a tres mil millas de distancia ha recibido el nombre de la mujer, una foto y detalles acerca de la operación.

En cada uno de los siguientes ocho días, el sanador rezará durante 20 minutos por la recuperación de la paciente con cáncer, sin que ésta lo sepa. Un cirujano ha insertado dos pequeños tubos de fábrica dentro de la ingle de la mujer para permitir a los investigadores saber lo rápido que sana.

La mujer es una paciente en un estudio extraordinario llevado a cabo por el gobierno que quiere determinar si la oración tiene el poder de sanar pacientes desde lejos - un campo conocido como "sanación a distancia". Mientras que este término no le sea probablemente familiar a la mayoría de los americanos, la idea de rezar en sus casas, hospitales y lugares de culto no lo es. En los años recientes, la medicina ha mostrado un interés creciente en investigar los efectos de la oración y la espiritualidad sobre la salud. Una encuesta sobre 31.000 adultos efectuada el año pasado por el Centro para el Control y la Prevención de la Enfermedad encontró que el 43 por ciento de los adultos de los E.E.U.U. rezaban por su propia salud, mientras que el 24 por ciento tenían a otros rezando por su salud.

Algunos investigadores dicen que esta razón es suficiente para estudiar el poder de la oración.

"Casi cada comunidad en el mundo tiene una oración para la enfermedad, que practican cuando un miembro de su comunidad está enfermo," dijo Dr. Mitchell Krucoff, un cardiólogo de la Universidad Duke e investigador en el campo de la oración y la sanación a distancia. "Es una practica cultural ubicua, hasta donde podemos contar. Las prácticas culturales en el cuidado de la salud frecuentemente tienen una razón. Pero entender esta razón, aprender el mejor modo de usarla, requiere ciencia clínica básica".

La ciencia sólo ha comenzado a explorar el poder de la sanación a distancia, y los primeros resultados de esta investigación no han llegado a una conclusión. En un artículo publicado en los Anales de Medicina Interna en 2000, investigadores reportaron 23 estudios acerca de técnicas de sanación a distancia, que incluían sanación religiosa, energética y espiritual. Trece de los 23 estudios indicaron que existen efectos positivos en la sanación a distancia, nueve estudios no encontraron efectos beneficiosos y uno mostraba un modesto efecto negativo en el uso de sanación a distancia.

El estudio de la sanación a distancia fue una vez el campo de excéntricos científicos, pero investigadores de instituciones tan prominentes como el Instituto Médico

Mente/Cuerpo en Chestnut Hill, Massachuset, el Centro Médico de la Universidad Duke en Carolina del Norte y el Centro Médico California Pacific en San Francisco se han introducido en este asunto. Y los Institutos Nacionales del Centro de Salud Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa han gastado 2,2 millones de dólares en estudios sobre la sanación a distancia y la oración de intercesión desde 2000 - una pequeña fracción del presupuesto anual de la agencia, que sumó un total de 117 millones de dólares en 2004.

Algunas personas piensan que esta relativamente pequeña suma de dinero no está bien empleada.

"No puedes usar la ciencia para probar a Dios," dijo John T. Chibnall, un profesor asociado de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de St. Louis en Missouri, quien co-escribió una mordaz refutación de los estudios acerca de la sanación a distancia publicados en los Archivos de Medicina Interna en 2001. "No deberíamos malgastar el dinero del gobierno mostrando que Jesús es 'el hombre'," dijo Chibnall en una entrevista. "La fé es la fé. La ciencia es la ciencia. No useis la ciencia para aumentar o disminuir la creencia en Dios."

Mientras algunos científicos se oponen a estos estudios sobre materias religiosas o científicas, otros se preguntan si es posible trazar un método científico válido para medir algo tan nebuloso como el poder de la oración.

¿Qué constituye una "dosis" de oración? ¿Cómo define uno la oración? ¿Es canalizar la intención budista o la energía Reiki lo mismo que rezar al Dios judeocristiano? ¿Y cómo determinas si fue la oración lo que hizo que el paciente se pusiera mejor, u otra cosa, como el efecto placebo?

"Hay enormes problemas metodológicos y conceptuales con los estudios sobre la sanación a distancia," dijo el Doctor Richard Sloan, un profesor de medicina del comportamiento en la Universidad de Columbia en Nueva York. "Nada en nuestra comprensión del universo o de nosotros mismos sugiere cómo los pensamientos de un grupo de gente podrían influir la fisiología de personas a 3.000 millas de distancia."

El cardiólogo Randolph Byrd hizo el primer estudio clínico sobre sanación a distancia en el Hospital General de San Francisco en 1988. Dividió a 393 pacientes cardiacos en dos grupos.

Un grupo recibió oraciones de cristianos fuera del hospital; el otro, no. Su estudio, publicado en el Southern Medical Journal, encontró que los pacientes por los que no se rezó necesitaron más medicación y fueron más propensos a sufrir complicaciones. Aunque tenía fallos, el estudio generó una considerable atención.

Desde entonces, los investigadores han continuado observando los posibles efectos de la oración remota y otras técnicas de sanación a distancia similares en el tratamiento de afecciones del corazón, SIDA y otras enfermedades así como en la infertilidad. Numerosos experimentos que incluían oración y sanación a distancia han sido también hechos sobre animales y plantas. Uno de dichos estudios encontró que los sanadores podían incrementar la tasa de sanación de heridas en ratones.

"Los críticos normalmente se quejan si ves resultados positivos en humanos porque lo achacan al pensamiento positivo, o al efecto placebo," dijo el Doctor Larry Dossey, un interno retirado en Santa Fe, y autor de numerosos libros sobre espiritualidad y sanación. "Los microbios no piensan positivamente, y no están sujetos a la respuesta placebo."

En los primeros noventa, Elisabeth Targ y unos colegas en el Centro Médico California Pacific estudiaron los efectos de la sanación a distancia sobre 20 pacientes de SIDA. Schlitz, que trabajó con Targ (que murió de un tumor cerebral en 2002), dijo que el estudio encontró que aquellos que recibieron oraciones sobrevivieron en mayor número, se enfermaron menos frecuentemente y se recuperaron más deprisa que los otros. Un posterior estudio que siguió a 40 pacientes encontró resultados similares.

Aproximadamente al mismo tiempo, Krucoff de la Universidad Duke estaba liderando un pequeño pero inusual experimento para determinar si pacientes cardiacos se recuperarían más rápido tras la cirugía angioplástica si recibían cualquiera de varios tratamientos intangibles. Su estudio comparó los resultados de Healing Touch, relajación del estrés, y sanación a distancia con los cuidados normales.

Sanadores espirituales de todo el mundo-incluyendo judíos elevando plegarias en el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, budistas rezando en monasterios en Nepal y Francia, monjas carmelitas en Baltimore ofreciendo oraciones durante las vísperas, y moravianos, baptistas y cristianos fundamentalistas rezando en la iglesia - rezaban simultáneamente por uno de los distintos grupos designados en el estudio.

Todos los grupos fueron mejor que el grupo que sólo recibió los cuidados habituales, pero aquellos que recibían oraciones a distancia fueron los mejores. Desde entonces, ha completado un estudio mayor y desde múltiples sitios. Ese estudio - el más completo hasta la fecha - se encuentra en estos momentos en revisión para su publicación en una revista médica

domingo, 26 de septiembre de 2010

Polstergeist y Casas Encantadas



“No soy de aquellos que menosprecian a priori el estudio de los llamados fenómenos psíquicos esotéricos,considerándolos anticientíficos, poco serios o incluso peligrosos”
- Sigmund Freud -

¿ Qué son los Polstergeist y las Casas Encantadas?

El término Polstergeist es de origen alemán, y significa “ espíritu ruidoso”. Básicamente es un fenómeno muy espectacular e impresionante que se manifiesta de muy diversas formas: objetos que se mueven o caen sin un motivo físico aparente, muebles que se desplazan solos, ruidos misteriosos, olores desagradables, levitación incontrolada de alguna persona, objetos que vuelan literalmente, etc.
A veces lo que se desplazan y aparecen expontáneamente son fuegos o combustiones expontáneas de carácter paranormal, lo que en Parapsicología se conoce como “Papirogenia”.
Este fenómeno viene causado por una energía que se desprende y proyecta a través de un sujeto dotado para ello o por un médium que normalmente desconoce que la causa del fenómeno la lleva en sí mismo y provoca lo que se llama “actividad polstergeist”. De él se encuentran testimonios de su existencia desde el siglo XII y siempre sus manifestaciones se achacaban al diablo , personaje amenazador y terrible, siempre presente en las mentalidades de aquella época.
Los polstergeist pueden ser de dos clases según su origen: anímico o causado consciente o inconscientemente por una persona sujeto emisor de una energía psíquica llamada Psicorragia, y también puede ser de origen mediúmnico, cuando está provocado por Entes desencarnados que utilizan para su manifestación la energía psíquica del médium, dirigiéndola y proyectándola sobre los objetos materiales
Este fenómeno es diferente y no se debe confundir con el de las “Casas Encantadas”, cuyos efectos físicos son similares, pero no así el mecanismo que los produce, pues en este caso el fenómeno también se debe a la utilización de la energía Psi de un médium, pero quedando circunscrita a un determinado lugar en donde el Ser o Seres desencarnados actúan de forma directa sobre la materia y objetos del lugar. Este fenómeno viene a ser motivado por la fijación en ese lugar de ciertos seres desencarnados que ignoran su estado real así como nuestro sentido del tiempo del que ellos carecen en la dimensión espiritual donde existen.
Otras veces no son entidades reales quienes intervienen, sino que en efecto , existen unas presencias paranormales que se podrían considerar como verdaderos fantasmas irreales presentes en el ambiente por la “impregnación psiquica” causada por personas que alguna vez tuvieron un fuerte choque psíquico en el lugar de las manifestaciones ( terror, ira, etc). Según la Parapsicología, la impregnación psíquica consiste en que en los objetos materiales o en el medio ambiente que rodeó a unas personas protagonistas de unos hechos en el pasado, quedaron impregnados a lo largo del tiempo y tras haber dejado atrás las causas que lo generaron, quedando formados como unos “clichés” fotográficos con esa energía psíquica emanada en su día en aquel lugar de modo impactante a causa de unos hechos impactantes.







viernes, 24 de septiembre de 2010

Espiritismo: Respuesta a los problemas de la persona



ESPIRITISMO: RESPUESTA A LOS PROBELEMAS DEL SER HUMANO (I)
Autor: José Eurípides García

Hace dos mil años que el Cristianismo llegó a la Tierra, con suficiente contenido de amor y fraternidad como para solucionar los problemas humanos.

Unos dos mil años ya pasaron llenos de progreso material y sin embargo, el hombre continúa siendo prácticamente el mismo.

Busca el infinito de los espacios, procura nuevos procesos y destruye metódicamente la cuna material, que es la Tierra generosa donde nació.

La tecnología lo impulso hacia lo externo, mientras que la ética no logró atraerlo hacia sí mismo.

La religión le habló de un Dios exterior, sin embargo, no pudo imbuirlo del Dios presente en él.

La filosofía le enseñó a descifrar los por qué, pero fracasó al ofrecerle una visión y una actitud de comportamiento que le den felicidad frente a la vida.

Hay abundancia y miseria en una mezcla de sonrisas y muecas. Se confunden los ideales de la belleza con las erupciones de la barbarie en un vendaval de alucinación.

Irrumpen las glorias en los laboratorios, la belleza en los santuarios del arte, los grandiosos heroísmos en los campos de guerra, las amplias expresiones del humanismo en las Academias y la delincuencia, la alienación en las calles del mundo.

La evolución de la humanidad ha sido lenta: conquista a conquista, pacientemente.

En el principio, en el silencio de las criptas, de los santuarios, en el altar de la naturaleza, el hombre realiza sus más elocuentes descubrimientos.

Bajo los espesos velos de ceremoniales extravagantes, florecen las doctrinas secretas, que a pesar de ello, están perfumadas por una alta espiritualidad. En la India, es el Brahmanismo; en Egipto el Hermetismo; en Israel, la Cábala; en Grecia y en Roma el Politeísmo. Observando la realidad exterior, todos los ocultistas penetran en el misterio de la realidad externa de la naturaleza y del hombre, extrayendo informaciones valiosas que contienen el germen de la vida abundante, eterna. El alma, a pesar de la vida dual en la Tierra y fuera de ella, es la detentora de la sabiduría.

Nacen entonces en esas investigaciones, las Ciencias de los Números, conocidas como las Matemáticas Sagradas, la Teogomía, la Cosmogonia, la Astrología, la Magia… De esas fuentes salen los grandes fundadores de las religiones: Krisna, Buda, Zoroastro y Hermes, Moisés y Jesús. También surgen los padres del pensamiento filosófico: Sócrates, Platón, Aristóteles, Pitágoras…

Sin embargo, la religión verdadera estaba por encima de las fórmulas y de los ceremoniales.

Las enseñanzas fueron reunidas en los Vedas, en el Zend Avesta, en el Libro de los Muertos, en la Biblia.

La Edad Media guardaría aún, fuertes reminiscencias de los cultos antíguos y la Masonería recitaría la iniciación esenia para preparar al discípulo y ayudarlo a subir los peldaños superiores.

Con Jesús se modificaron los rumbos del pensamiento vigente. El amor del cual se hace mensajero, es la alianza que el Padre mantiene con los hijos, no obstante la prolongada desobediencia de éstos.

Lentamente fue el Cristianismo recibiendo la introducción y el injerto de las vanas preocupaciones y transitorias aspiraciones humanas. Algún tiempo después, lo encontramos cubierto de adulteraciones y modismos adaptables a las conveniencias de clases y congregaciones, dejando al margen la transparencia de las enseñanzas primitivas, perdidas en la exégesis y en la teología, con lo que se buscaba oscurecer el mensaje sublime.

La Providencia Divina, sin cesar, prosiguió mandando a la Tierra espíritus misioneros en los diversos campos del conocimiento y de la religión a fin de que no permaneciera olvidada la palabra del Excelso Cantor.

Agustín de Hipona, Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Tomás de Aquino, entre otros, son Espíritus de elevada jerarquía, que reencarnan para cuidar de la pureza del mensaje evangélico de Jesucristo.

Las tinieblas que no se dejan vencer por la luz, crearon el Papado, la Santa Inquisición, encendieron hogueras buscando silenciar las voces de los muertos, siempre vivos.

Las guerras santas se extendieron, llevando el horror a los hombres, y en nombre del Maestro se practicaron innumerables atrocidades.

Hombres de filosofía y ciencia, religiosos y médiums, conocieron la tortura. Las llamas de las hogueras, los martirios de las prisiones. Buscaban ahogar el pensamiento. Cuando se pensaba que las luces se apagarían, surgió el iluminismo, abstrayendo del pensamiento religioso las luces inmortales de la cultura y de la sabiduría, que tiene como exponentes a Francis Bacon y a Thomas Hobbes.

La crisis de los sistemas filosóficos de la Escolástica medieval y la influencia de los progresos científicos del Renacimiento dan origen a la nueva filosofía : el Racionalismo. Es la corriente filosófica que le concede la primacía a la razón y constituye la última respuesta al problema medieval de la razón y de la fe. La razón se alza con el predominio absoluto e intenta introducir toda la realidad a fórmulas racionales, las matemáticas son para ellos la ciencia racional por excelencia. Descartews descubre la geometría analítica, Leibniz el cálculo infinitesimal y Spinoza intenta la ética demostradas de modo geométrico. René Descartes encuentra que el mundo de los seres está constituido por tres realidades o sustancias distintas e irreducibles entre sí; a saber: el YO, cuya nota esencial es el ser pensante; el mundo corpóreo exterior delimitado por la extensión y por encima de todo, del mundo finito, se encuentra otra realidad sin límites ni extensión: Dios. Para Descartes el hombre está compuesto por dos sustancias completas y distintas, el cuerpo y el alma. Estas sustancias se hallan unidas accidentalmente y el alma está localizada en la glándula pineal, por donde recibe el flujo del cuerpo y a través del cual ejerce su influencia sobre este.

Estos conocimientos eran un avance de conceptos tradicionales de la religión como tal, la razón comienza a iluminar el pensamiento.

Dentro del mismo lineamiento, Pascal reconoce que las verdades matemáticas no pueden ser averiguadas ni conocidas por los mismos medios que las verdades morales y religiosas. Afirma que la ciencia es impotente para alcanzar a la religión, en la cual, la razón debe ser sustituida por el amor. Concluye que para creer en Dios es preciso aceptarlo y amarlo.

Separa así Pascal la ciencia de la fe. La primera puede ser alcanzada por la investigación y por el convencimiento organizado, pero lo ddivino sólo puede ser penetrado por la intuición.

En 1.632 reencarnó el espíritu que se llamó Benito Spinoza, quien consideraba que existe una sola sustancia, Dios, de la cual todas las cosas son atributos o modos. Para Spinoza, todos los cuerpos de la naturaleza son modificaciones del atributo “extensión” de la sustancia divina; y todas las almas humanas son modificaciones del atributo. Por eso para él todo es Dios, y el hombre , que no es un ser sustancial sino una modificación de la Divinidad, no puede obrar por si mismo. Estaba instaurada la doctrina panteísta. En contraposición a estas ideas filosóficas, surge el idealismo y el materialismo dialéctico, que nos da un concepto panteísta del mundo, donde la naturaleza es una emanación, una prolongación de Dios, por lo tanto, Dios mismo bajo otro aspecto. Hegel, su fundador y divulgador, influye decisivamente en la doctrina materialista de Kart Marx.
En el sisglo XIX nace el Positivismo, que tiene como fundador a Augusto Comte, que viene a oponerse a la filosofía romántica.

Para los posistivistas solamente los hechos deben ser discutidos y analizados. Son totalmente contrarios a Dios, al Espíritu y a la Metafísica. El hombre debe progresar de la fe rudimentaria para la edad de la razón. Comte proclama que Dios no existe. Envueltos en estas ideas, la “Diosa Razón” debe sustituir a todos los conceptos hasta entonces vigentes. Lo abstracto debe ser abandonado.

Estas ideas influenciaron a Feuerbach, quien sustentaba que el espíritu no es nada mas que una manifestación de la naturaleza. Todas las entidades trascendentales son solamente hipótesis de los conceptos humanos. El hombre crea dioses a su imagen y semejanza.

El ateismo es una consecuencia de la razón, una consecuencia del desarrollo cultural. Naturalmente, el hombre es religioso. El materialismo es alcanzado por el hombre cuando llega a la conciencia de su limitación y también de su poder. Como discípulo sobresaliente de Feuerbach surge Kart Marx y con él, el materialismo histórico y el refuerzo del materialismo dialéctico de Hegel. “La religión es el opioo del pueblo”- proclama Marx.-“Dios no existe”.
( Continúa en el siguiente…)

ESPIRITISMO: RESPUESTA A LOS PROBLEMAS DEL SER HUMANO(II)

Autor: José Eurípides García( Viene del anterior)

Bajo estos conflictos del pensamiento humano, las contiendas filosóficas suceden a las agitaciones políticas. Osadas concepciones triunfan en las academias, creando escuelas que sólo se diferencian por sutilezas atractivas para las masas ansiosas de novedad y renovación.

El saber y la cultura dominan sobrepujando a las convulsiones sociales.
Venciendo a las tradiciones y creencias, las conquistas científicas aglutinan adeptos.

Los descubrimientos valiosos implantan directrices modernas coronando con el éxito a las mentes investigadoras. Desdeñando a las imposiciones religiosas y a la “cólera divina”, aumentan las filas del escepticismo y la negación.
La ciencia triunfa sobre la fe.
La razón vence al comodismo.
El conocimiento y el razonamiento dirigen al pensamiento.
Las extravagancias intelectuales, absoletas y ridículas, caen finalmente.
París, emergiendo en el “siglo de las luces” se transforma en la capital del mundo intelectual.
Las investigaciones no cesan. Nuevas ideas nacen sobre los escombros de ideas que mueren.
La liberación mental origina el desequilibrio moral.

Es en ese momento de expresivas y complejas realidades que aparece “El Libro de los Espíritus”, como respuesta del cielo a las preguntas aflictivas de la Tierra, como nos dice Vianna de Carvalho.

Estudiando al Divino Autor en el escenario maravilloso de la creación, Allan Kardec, el patriarca de la Doctrina Espírita, ordena, comenta, analiza y presenta conclusiones felices sobre las enseñanzas suministradas por los Espíritus, revolucionando vigorosamente los conceptos vigentes sobre Dios, el alma, la moral y la esperanza.

Fue el día 18 de abril de 1.857, cuando nace pálido como una mañana de primavera, en la librería del Sr. Didier.
Nace sencillo, pero de una profundidad incomparable.

Con la Doctrina Espírita, llega la luz y la comprensión sobre todos los problemas humanos.
En sus pasos siguen otras obras que forman la Codificación Kardeciana.

Es el Espíritu de Verdad, el Consolador que Jesús había prometido. Los Espíritus resurgen de los túmulos para decirnos que la muerte es una farsa, que la vida es eterna e inmortal. Con él viene la luz para los conocimientos humanos, el consuelo para los corazones afligidos.

Formando una conciencia ética y conectando la criatura al Creador a través del estímulo a la religiosidad interior y no de las manifestaciones exteriores de los mitos y dogmas, el Espiritismo no tiene el carácter aislado de una filosofía, de una ciencia o de una religión, porque es al mismo tiempo religión, filosofía y ciencia. Es simultáneamente revelación divina y obra de cooperación con los Espíritus humanos desencarnados y encarnados. Tiene la característica de ser impersonal, complementario y progresivo, primero por no ser fruto de la revelación de un solo espíritu, ni del trabajo de un solo hombre; segundo por ser complementación natural, expresa y lógica de las dos primeras grandes revelaciones divinas; tercero, porque como bien dijo Kardec, jamás dirá la última palabra. Es ciencia porque investiga, experimenta, comprueba, sistematiza y conceptúa leyes, hechos, fuerzas y fenómenos de la vida, de la naturaleza, de los pensamientos y de los sentimientos humanos. Es filosofía porque induce y deduce ideas y hechos lógicos sobre las causas primeras y sus efectos naturales. Es religión porque de sus constataciones científicas y de sus conclusiones filosóficas resulta el reconocimiento humano de la Paternidad Divina y de la hermandad universal de todos los seres de la creación, estableciendo de ese modo el culto natural del amor a Dios y al prójimo. Solamente así, como es, podrá el Espiritismo realizar su gran misión de transformar la Tierra, de mundo de sufrimientos, en orbe regenerador y pacífico, camino de más altas expresiones de la gloria cósmica.

El Espiritismo no necesita de exterioridades para emprender la reforma del mundo, eso lo realiza a través de cada persona, de cada grupo de personas, de cada sociedad.

Como doctrina de naturaleza progresiva, su influencia será cada vez más específica y más amplia en todos los sectores de la actividad humana, inspirando nuevos rumbos y nuevas motivaciones, suscitando nuevos pensamientos creativos y promoviendo el progreso.

A través de la literatura, de la música, de las artes plásticas, del cine, de la radio, del teatro, de la televisión, las ideas espíritas realizan un trabajo educacional de altísimo rendimiento, sembrando pensamientos más elevados y ennobleciendo los sentimientos.

En el campo de la medicina, está destinado a colaborar con la ciencia a descubrir y entender al ser humano, un complejo de cuerpo-periespíritu-espíritu, participando de la naturaleza de tres mundos diferentes que, no obstante, se interpenetran e integran, y como consecuencia, hablando de las enfermedades espirituales, físicas y periespirituales. En la Medicina Psiquiátrica, el Espiritismo está destinado a introducir una profunda innovación de conceptos y de métodos, a partir de la aceptación científica del predominio del espíritu sobre el cerebro de cada ser humano.

Eso, mas el conocimiento objetivo de las obsesiones y de los desequilibrios de naturaleza mediúmnica, darán nuevas dimensiones al entendimiento de la Psiquiatría, induciéndola a estudiar las repercusiones mutuas de las lesiones físicas, espirituales y periespirituales, para reformular todos los conceptos de diagnósticos.

En las áreas de la Psicología y del Psicoanálisis , la Doctrina Espírita introducirá modificaciones fundamentales de conceptuación y tratamiento de los problemas clínicos.

La Pediatría y la Pedagogía, encontrarán nuevas luces con el conocimiento espiritual. En el terreno de la filosofía religiosa la obra libertadora del Espiritismo es todavía más evidente. Creó nuevos conceptos de antiguas nociones del Cielo y del infierno, de los ángeles y de los demonios, del bien y del mal.

Es por cierto el aspecto más bello de la doctrina espírita, la de consolar, secar lágrimas, sembrar flores divinas de esperanzas. Por eso el propio Cristo que lo prometió y lo envió, lo denominó el Consolador.

Él realmente anima y conforta, ayuda y recobra ánimo. Por esta razón el Espiritismo nació ligado al Evangelio de Jesús, del cual no podrá nunca separarse. Si no fuera cristiana, la Doctrina Espírita carecería de sentido. Sus fundamentos son el Amor y la Justicia, su finalidad el Bien, fuente única de la verdadera felicidad; por eso es efectivamente, la respuesta a los problemas del ser humano.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La Piedad





17. La piedad es la virtud que más se aproxima a los ángeles, es la hermana de la caridad que os conduce hacia Dios. ¡Ah! dejad que vuestro corazón se enternezca al aspecto de las miserias y de los sufrimientos de vuestros semejantes; vuestras lágrimas son bálsamo que derramáis sobre sus heridas, y cuando por una dulce simpatía, conseguís volverles la esperanza y la resignación, ¡qué satisfacción no experimentáis! Es verdad que este encanto tiene cierta amargura, porque nace al lado de la desgracia; pero si no tiene la acritud de los goces mundanos, ni las punzantes decepciones del vacío que dejan en pos de sí, tiene una suavidad penetrante que alegra el alma. La piedad, la piedad bien sentida, es amor; el amor es afecto; el afecto es el olvido de sí mismo, y este olvido es la abnegación en favor del desgraciado, es la virtud por excelencia, es la que practicó toda su vida el divino Mesías, y que enseñó en su doctrina tan sublime y tan santa; cuando esta doctrina llegue a su pureza primitiva, cuando sea admitida por todos los pueblos, dará la felicidad a la Tierra, haciendo, al fin, reinar en ella la concordia, la paz y el amor.

El sentimiento más propio para haceros progresar dominando vuestro egoísmo y vuestro orgullo, el que dispone vuestra alma a la humildad, a la beneficencia, y al amor a vuestro prójimo, ¡es la piedad!, esa piedad que conmueve hasta vuestras entrañas ante los sufrimientos de vuestros hermanos, y que os hace tenderles una mano caritativa y os arranca simpáticas lágrimas. No sofoquéis nunca en vuestros corazones, pues, esa pasión celeste; no hagáis como esos egoístas endurecidos que se alejan de los afligidos, porque la vista de su miseria turbaría un instante su alegre existencia; temed el quedar indiferentes cuando podáis ser útiles. La tranquilidad comprada a precio de una indiferencia culpable, es la tranquilidad del mar Muerto, que oculta en el fondo de sus aguas el fango fétido y la corrupción.

¡La piedad, sin embargo, está lejos de causar la turbación y el fastidio de que se espanta el egoísta! Sin duda el alma experimenta, al contacto de la desgracia de otro y concentrándose en, si misma, un estremecimiento natural y profundo, que hace vibrar todo vuestro ser y os afecta penosamente; pero la compensación es grande cuando conseguís volver el valor y la esperanza a un hermano desgraciado a quien enternece la presión de una mano amiga, y cuya mirada, húmeda a la vez de emoción y de reconocimiento, se vuelve dulcemente hacia vosotros antes de fijarse en el cielo para darle gracias por haberle mandado un consolador en su apoyo. La piedad es la melancólica, pero celeste precursora de la caridad, la primera entre las virtudes, cuya hermana es y cuyos beneficios prepara y ennoblece. (Miguel. Bordeaux, 1862).

El evangelio según el espiritismo.
Allan Kardec

Atención a los niños



La expresión de Jesús: “Dejad que los niños vengan a mi…..” encierra una llamada para que los niños sean educados e instruidos en la Doctrina cristiana ya que es en el periodo infantil donde se muestra el más apropiado para la asimilación de principios.

Allan Kardec en El Libro de los Espíritus nos instruye que los niños nacen entre nosotros, traen gustos, inclinaciones y sentimientos muy diferentes de los de nuestro ambiente, estos han sido adquiridos en existencias anteriores, y si Dios en la infancia les da la apariencia de candidez e ingenuidad, es precisamente para que los padres nos encariñemos con ellos, pues precisan de todo el amor y dedicación para dar un paso más en su evolución espiritual.

El objetivo de la reencarnación es ese, el de proporcionar a los Espíritus nuevas oportunidades de progreso, de perfeccionamiento. En la niñez se es más maleable y accesible a consejos y enseñanzas, a los encargados de su evolución, una vez pasada la época infantil, se tornan más difíciles y alcanzada la mayoría de edad, si la educación no se ha hecho en el hogar, el proceso violento en la rudas pruebas puede hacer volver su patrimonio nocivo del pasado y reincidir en las mismas caídas, si les faltó la luz interior de los sagrados principios educativos.

Los padres deben darse cuenta de la gran responsabilidad que tienen de conducir a sus hijos hacia Dios. Cualquiera que sea la religión que procesen, las luces del Evangelio a de iluminarles los pasos, para que no se h7undan con el error y alcancen el ambicionado puerto de la felicidad.

Debe nutrirse el corazón infantil con la creencia, con la bondad, con la esperanza y con la fe en Dios. Actuar contrariamente a esas normas es abrir para el pecador de ayer la misma puerta larga hacia los excesos de toda clase.

Los padres espiritistas deben comprender esa característica de sus obligaciones sagradas entendiendo que el hogar no se hace para la contemplación egoísta de la especie, y si, para santuario donde, a veces se exige la renuncia y el sacrificio de una existencia entera.

Tratemos el auxilio de religiosos, profesores, filósofos y psicólogos, con el fin de que la excesiva agresividad filial no alcance las líneas de la perversidad o de la delincuencia para con los padres y tampoco la excesiva autoridad de los padres haga violentar a los hijos.

Padres e hijos son, originalmente, conciencias libres, como libres hijos de Dios ellos están empeñados en la difícil tarea del auto perfeccionamiento, rescate de debitos, reajuste y evolución.

Los padres deben pedir fuerzas para esa difícil tarea, y al mismo tiempo encomendar a sus hijos a su ángel de la guarda para que siempre valla con ellos, los oriente, les de fuerzas para sobrellevar sus cargas, pedirles que alejen de ellos los espíritus inferiores que pudieran inducirlos al mal, y dadles animo para resistir sus sugestiones y el valor para sufrir con paciencia y resignación las pruebas que le esperan en la Tierra.

Amigos que habéis llegado a la función de padres, mirar con detenimiento todos los deberes a los que estáis obligados en esa labor tan importante, pensad que atender a vuestros hijos, y a vuestra familia es la primera obligación en vuestras vidas, pues si no lo hacéis por mucho que os esmeréis en otras funciones, habréis dejado de cumplir la primera que os ha sido encomendada dentro de la sociedad el ser o tratar de ser un buen padre, o una buena madre.

El nido familiar es la escuela donde un padre debe tratar de enseñar a sus alumnos que son sus hijos, y debe hacerlo predicando con el ejemplo, relegar a terceros esta sublime misión, siempre que valla en consonancia con la suya es bueno, pero cuando por abandono y despreocupación, por informalidad ante los compromisos dejamos relegados al olvido y al descuido esta sublime tarea, siempre terminamos con el dolor del fracaso, viendo por ello un culpable muy notorio( el padre que no supo ejercer de padre) entonces es como el maestro que deja la escuela y desprovisto a sus alumnos de enseñanza alguna, un día habrá de responder por su deslealtad e ignorancia.

Trabajo realizado por Merchita

Extraído del libro “La vida en familia “de Chico Xavier y de mi sentir e inspiración

Desapego




Vivimos en una época de celebridades, invitaciones fáciles a la riqueza, al consumismo, a las pasiones avasalladoras. Transitamos aturdidos por un mundo donde se destaca el que más tiene.

En todo momento, la publicidad televisiva, los anuncios en las revistas y periódicos, los outdoors, invitan: "Compra más. Ostenta más. Obtén más y mejores cosas."

Es un mundo en el que lujo, belleza física, ostentación y vanidad ganaron tanto espacio que dominan los juicios.

Se mide la importancia de las personas por la calidad de sus zapatos, ropas y bolsos.

Se da más atención al que posee la casa más requintada o ubicada en los barrios más famosos y ricos.

Solamente son buenos los coches que posean más accesorios y que impresionan por ser bellos, caros y nuevos. Siempre muy nuevos.

Adolescentes no quieren repetir ropas y desprecian los artículos que no sean de marca. Mujeres compran todas las novedades en cosméticos. Hombres se regocijan con los trajes caros en los escaparates.

Nos transformamos, finalmente, en esclavos de los objetos. Objetos de deseo que dominan nuestra imaginación, que impregnan nuestra vida, que consumen nuestros recursos monetarios.

Y, ¿cómo reaccionamos? ¿Hacemos algo – en la práctica – para combatir esa situación?

Sin embargo, en los deseos está la fuente de nuestra tragedia humana. Si superáramos el deseo de tener objetos ya habríamos dado varios pasos en el camino del progreso moral.

Experimente mirar los escaparates de un centro comercial. Mire cuidadosamente los zapatos, ropas, joyas, chocolates, carteras, accesorios, perfumes.

Solo por un momento, no se deje seducir. Intenta mirarlo todo como lo que efectivamente son: objetos.

Luego dítelo a ti mismo: "No poseo ninguno de esos objetos y aún así soy feliz. No dependo de nada de eso para estar contento."

Recuerda: es el deseo de poseer, sin poder tener, lo que lleva a muchos a optar por el crimen. Se apropian de lo que no les pertenece, seducidos por el brillo falaz de las cosas materiales.

Dejan atrás los sufridos, personas que trabajaron arduamente para ahorrar dinero… Dejan en pos de si frustración, infelicidad, indignación.

Pero, existen también los que se fijan en las personas. Miran a los demás como algo a ser obtenido, guardado, encerrado, no compartido. Estos, se esclavizan a sus parejas, hijos, amigos y parientes. Exigen exclusividad, generan crisis y conflictos. Manifiestan posesión e inseguridad. Extravasan egoísmo y no permiten que el otro se exprese o sea amado por otras personas.

Es el deseo, una vez más, norteando la vida, reduciendo a las personas a tiranos, deformando las almas.

Finalmente, existen los que se apegan de forma enfermiza a las situaciones. Un cargo, un status, una profesión, una relación, un talento que trae destaque. Es lo suficiente para que se dejen arrastrar por lo transitorio.

Estos aman el brillo, el aplauso o lo que consideran fama, poder, gloria.

Para ellos, es difícil despedirse del momento en que dejan de ser personas comunes y pasan a ser notados, comentados, envidiados.

¿Cuál es el secreto para liberarse de todo ello? La palabra es desapego. Pero… ¿cómo alcanzarlo en este mundo?

Recordar constantemente que todo es pasajero en esta vida. O sea, para evitar el sufrimiento, la receta es la superación de los deseos posesivos.

En la práctica, así funciona: piensa que las situaciones cambian, los objetos se rompen, las ropas y zapatos se desgastan.

Incluso las personas pasan, pues viajan, se separan de nosotros, se mueren…

Y debemos estar preparados para esas eventualidades. Es la dinámica de la vida.

Pensando de esa forma, poco a poco la persona promueve una auto-educació n que le enseña a buscar siempre lo mejor, pero sin generar cualquier apego egoísta.

En resumen, amar sin exigir nada a cambio.



Redacción del Momento Espírita

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CANCER




Cáncer, enseñanza de la Vida

El cáncer, como toda enfermedad compleja, dolorosa y agobiante, representa una etapa difícil de aprendizaje en la experiencia humana, pues asume matices especiales ya que involucra a todos los que conviven con ella, no sólo al propio enfermo y sus familiares, sino también al médico-asistente y su equipo.

El oncólogo es un profesional de la salud agraciado con la oportunidad de vivir cambios interiores concretos, que lo harán convertirse de aprendiz en misionero. Son enseñanzas entresacadas a lo largo de los años, en la convivencia constante con el dolor ajeno y la realidad trascendente de la muerte.


Si el médico alía a su conocimiento técnico la asistencia abnegada, llena de amor y compasión, y ofrece al enfermo, además de los recursos terapéuticos, el consuelo fraterno, tiene una valiosa oportunidad de crecimiento espiritual. Al actuar así se pone en la condición del trabajador que toma la carretilla y ara el terreno árido de sus propios defectos. En el trato con los pacientes recoge enseñanzas preciosas y transformadoras. Si pierde esa oportunidad, no sabe cuándo se renovará, en el transcurso de las vidas sucesivas.

Cuando el médico aporta recursos internos y externos para minimizar el dolor a su alrededor, y ayuda al enfermo a ver nuevamente el brillo del sol, es como si recibiese el galardón prometido a los justos, el premio por haber cumplido su deber, que lo hace feliz en ésta y en vidas venideras.

Quienes no han roto aún las cadenas milenarias del egoísmo, que cargan en sus corazones la dureza de sentimientos, en fin, que no se sensibilizan con la dimensión humana del sufrimiento ajeno, no alcanzan el verdadero crecimiento espiritual en el ejercicio de la profesión. Tampoco son felices quienes proceden así, porque la dicha efectiva sólo se construye en el deber cabalmente cumplido.

El Instructor Espiritual Jerónimo, en Obreros de la Vida Eterna, afirma que “... cada hombre, por sí, se elevará al cielo o bajará a los infiernos transitorios, en conformidad con las disposiciones mentales a las que está arraigado”.



Cada ser humano es, pues, fruto de sus propios pensamientos, de sus propias acciones.
El paciente portador de neoplasia maligna, enfermedad compleja, capaz de burlar las líneas especializadas de las defensas orgánicas, por más que pasen años de la patología inicial, es en verdad un hermano debilitado que recorre el arduo camino de la vida, muchas veces, desalentado y temeroso.
Aún cuando no sea un pariente, es nuestro deber asistirlo, según las normas divinas del amor, que nos recomiendan servir a los hermanos del camino, sobre todo a los más débiles.

Como modesto colaborador de la obra divina, el oncólogo necesita desarrollar la compasión, prepararse para la triste evolución del deterioro del cuerpo físico, estar atento a los achaques del enfermo, aliviarle el dolor físico y moral, alentarlo a proseguir sin desánimo hasta el último hilo de vida terrenal, mirando con los ojos del alma al ser radiante, amado y generoso que Dios le confió.

Por Kátia Marabuco
Es médica oncóloga y presidente de la AME-Piauí


Reproducido de la revista Salud y Espiritualidad

miércoles, 22 de septiembre de 2010

MANCIAS


- Edgar Cayce -

¿ Qué son las Mancias?.-

El nombre de Mancia, proviene de la palabra griega “manteiesa”, que significa adivinación,y se utiliza como sufijo que se añade a otras palabras que se refieren a diversas formas de adivinación.
Existen varias clases de Mancias, tal como la Rabdomancia ( adivinación por medio de una varita); la Quiromancia (por las rayas de las manos); la Oniromancia (a través de los sueños); la Cartomancia (por medio de las cartas o el Tarot); la Piromancia(por los movimientos del fuego) ,etc.
Todos estos diversos elementos en los que se apoyan las diversas Mancias, parece ser que actúan como disparadores del inconsciente y sirven para que la persona que tiene esta capacidad, proyecte su mente mas adelante en el tiempo, intentando sondear el futuro en diversos temas y cuestiones. No obstante hay que tener presente que cuando se habla de cualquier tipo de Clarividencia, este supone un tema que se presta a bastantes conjeturas y del que a ciencia cierta apenas se sabe nada. La cuestión es que independientemente de las explicaciones y conjeturas que se produzcan, estas adivinancias de lo futuro, cuando no son un torpe fraude, muestran tener una realidad sorprendente e incontestable.
Sin duda, quienes practican estos “juegos” lo hacen apoyados en un conocimiento instintivo y profundo de la psicología humana , pero estos métodos disparadores de la intuición, se han ido mezclando con ciertas supersticiones, formando toda una “ciencia esotérica”, llena de misterios y de falsas credulidades. Y es que el ansia por explorar el futuro y el gusto por lo misterioso, es un factor muy frecuente en los seres humanos, impacientes por poder saber lo que les espera, pero ignorantes al no conocer que el futuro es moldeable y variable a cada momento, porque en realidad , tal como dijo Jesús de Nazaret, “a cada cual se dará según sus obras” pero no afirmó que a cada cual se le daría según susigno zodiacal o según fuesen las líneas de su mano o el simbolismo de las cartas que elija al azar o cualquier otro misterio esotérico.
A veces se pueden confundir con mancias otras técnicas que en realidad no lo son. Es el caso de la Radiestesia que no trata de adivinar el futuro, sino la presencia de energías telúricas que aparecen en presencia de yacimientos de agua o de otros minerales . Esta se apoya en el uso de un péndulo que funciona a modo de cómo lo hace la varita de los Zahoríes. Esta posiblemente amplifica las radiaciones que emiten diversos cuerpos y que quien la utiliza que es una persona sensible y entrenada para captarlas, las interpreta de modo inconsciente.
Es probable que el péndulo que utilizan los radiestesistas, lo que haga sea también amplificar algo que llega a sus mentes de forma misteriosa, en cuanto que transciende las leyes físicas conocidas.

“El hombre es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla”.
- Proverbio chino -