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viernes, 24 de septiembre de 2010

Espiritismo: Respuesta a los problemas de la persona



ESPIRITISMO: RESPUESTA A LOS PROBELEMAS DEL SER HUMANO (I)
Autor: José Eurípides García

Hace dos mil años que el Cristianismo llegó a la Tierra, con suficiente contenido de amor y fraternidad como para solucionar los problemas humanos.

Unos dos mil años ya pasaron llenos de progreso material y sin embargo, el hombre continúa siendo prácticamente el mismo.

Busca el infinito de los espacios, procura nuevos procesos y destruye metódicamente la cuna material, que es la Tierra generosa donde nació.

La tecnología lo impulso hacia lo externo, mientras que la ética no logró atraerlo hacia sí mismo.

La religión le habló de un Dios exterior, sin embargo, no pudo imbuirlo del Dios presente en él.

La filosofía le enseñó a descifrar los por qué, pero fracasó al ofrecerle una visión y una actitud de comportamiento que le den felicidad frente a la vida.

Hay abundancia y miseria en una mezcla de sonrisas y muecas. Se confunden los ideales de la belleza con las erupciones de la barbarie en un vendaval de alucinación.

Irrumpen las glorias en los laboratorios, la belleza en los santuarios del arte, los grandiosos heroísmos en los campos de guerra, las amplias expresiones del humanismo en las Academias y la delincuencia, la alienación en las calles del mundo.

La evolución de la humanidad ha sido lenta: conquista a conquista, pacientemente.

En el principio, en el silencio de las criptas, de los santuarios, en el altar de la naturaleza, el hombre realiza sus más elocuentes descubrimientos.

Bajo los espesos velos de ceremoniales extravagantes, florecen las doctrinas secretas, que a pesar de ello, están perfumadas por una alta espiritualidad. En la India, es el Brahmanismo; en Egipto el Hermetismo; en Israel, la Cábala; en Grecia y en Roma el Politeísmo. Observando la realidad exterior, todos los ocultistas penetran en el misterio de la realidad externa de la naturaleza y del hombre, extrayendo informaciones valiosas que contienen el germen de la vida abundante, eterna. El alma, a pesar de la vida dual en la Tierra y fuera de ella, es la detentora de la sabiduría.

Nacen entonces en esas investigaciones, las Ciencias de los Números, conocidas como las Matemáticas Sagradas, la Teogomía, la Cosmogonia, la Astrología, la Magia… De esas fuentes salen los grandes fundadores de las religiones: Krisna, Buda, Zoroastro y Hermes, Moisés y Jesús. También surgen los padres del pensamiento filosófico: Sócrates, Platón, Aristóteles, Pitágoras…

Sin embargo, la religión verdadera estaba por encima de las fórmulas y de los ceremoniales.

Las enseñanzas fueron reunidas en los Vedas, en el Zend Avesta, en el Libro de los Muertos, en la Biblia.

La Edad Media guardaría aún, fuertes reminiscencias de los cultos antíguos y la Masonería recitaría la iniciación esenia para preparar al discípulo y ayudarlo a subir los peldaños superiores.

Con Jesús se modificaron los rumbos del pensamiento vigente. El amor del cual se hace mensajero, es la alianza que el Padre mantiene con los hijos, no obstante la prolongada desobediencia de éstos.

Lentamente fue el Cristianismo recibiendo la introducción y el injerto de las vanas preocupaciones y transitorias aspiraciones humanas. Algún tiempo después, lo encontramos cubierto de adulteraciones y modismos adaptables a las conveniencias de clases y congregaciones, dejando al margen la transparencia de las enseñanzas primitivas, perdidas en la exégesis y en la teología, con lo que se buscaba oscurecer el mensaje sublime.

La Providencia Divina, sin cesar, prosiguió mandando a la Tierra espíritus misioneros en los diversos campos del conocimiento y de la religión a fin de que no permaneciera olvidada la palabra del Excelso Cantor.

Agustín de Hipona, Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Tomás de Aquino, entre otros, son Espíritus de elevada jerarquía, que reencarnan para cuidar de la pureza del mensaje evangélico de Jesucristo.

Las tinieblas que no se dejan vencer por la luz, crearon el Papado, la Santa Inquisición, encendieron hogueras buscando silenciar las voces de los muertos, siempre vivos.

Las guerras santas se extendieron, llevando el horror a los hombres, y en nombre del Maestro se practicaron innumerables atrocidades.

Hombres de filosofía y ciencia, religiosos y médiums, conocieron la tortura. Las llamas de las hogueras, los martirios de las prisiones. Buscaban ahogar el pensamiento. Cuando se pensaba que las luces se apagarían, surgió el iluminismo, abstrayendo del pensamiento religioso las luces inmortales de la cultura y de la sabiduría, que tiene como exponentes a Francis Bacon y a Thomas Hobbes.

La crisis de los sistemas filosóficos de la Escolástica medieval y la influencia de los progresos científicos del Renacimiento dan origen a la nueva filosofía : el Racionalismo. Es la corriente filosófica que le concede la primacía a la razón y constituye la última respuesta al problema medieval de la razón y de la fe. La razón se alza con el predominio absoluto e intenta introducir toda la realidad a fórmulas racionales, las matemáticas son para ellos la ciencia racional por excelencia. Descartews descubre la geometría analítica, Leibniz el cálculo infinitesimal y Spinoza intenta la ética demostradas de modo geométrico. René Descartes encuentra que el mundo de los seres está constituido por tres realidades o sustancias distintas e irreducibles entre sí; a saber: el YO, cuya nota esencial es el ser pensante; el mundo corpóreo exterior delimitado por la extensión y por encima de todo, del mundo finito, se encuentra otra realidad sin límites ni extensión: Dios. Para Descartes el hombre está compuesto por dos sustancias completas y distintas, el cuerpo y el alma. Estas sustancias se hallan unidas accidentalmente y el alma está localizada en la glándula pineal, por donde recibe el flujo del cuerpo y a través del cual ejerce su influencia sobre este.

Estos conocimientos eran un avance de conceptos tradicionales de la religión como tal, la razón comienza a iluminar el pensamiento.

Dentro del mismo lineamiento, Pascal reconoce que las verdades matemáticas no pueden ser averiguadas ni conocidas por los mismos medios que las verdades morales y religiosas. Afirma que la ciencia es impotente para alcanzar a la religión, en la cual, la razón debe ser sustituida por el amor. Concluye que para creer en Dios es preciso aceptarlo y amarlo.

Separa así Pascal la ciencia de la fe. La primera puede ser alcanzada por la investigación y por el convencimiento organizado, pero lo ddivino sólo puede ser penetrado por la intuición.

En 1.632 reencarnó el espíritu que se llamó Benito Spinoza, quien consideraba que existe una sola sustancia, Dios, de la cual todas las cosas son atributos o modos. Para Spinoza, todos los cuerpos de la naturaleza son modificaciones del atributo “extensión” de la sustancia divina; y todas las almas humanas son modificaciones del atributo. Por eso para él todo es Dios, y el hombre , que no es un ser sustancial sino una modificación de la Divinidad, no puede obrar por si mismo. Estaba instaurada la doctrina panteísta. En contraposición a estas ideas filosóficas, surge el idealismo y el materialismo dialéctico, que nos da un concepto panteísta del mundo, donde la naturaleza es una emanación, una prolongación de Dios, por lo tanto, Dios mismo bajo otro aspecto. Hegel, su fundador y divulgador, influye decisivamente en la doctrina materialista de Kart Marx.
En el sisglo XIX nace el Positivismo, que tiene como fundador a Augusto Comte, que viene a oponerse a la filosofía romántica.

Para los posistivistas solamente los hechos deben ser discutidos y analizados. Son totalmente contrarios a Dios, al Espíritu y a la Metafísica. El hombre debe progresar de la fe rudimentaria para la edad de la razón. Comte proclama que Dios no existe. Envueltos en estas ideas, la “Diosa Razón” debe sustituir a todos los conceptos hasta entonces vigentes. Lo abstracto debe ser abandonado.

Estas ideas influenciaron a Feuerbach, quien sustentaba que el espíritu no es nada mas que una manifestación de la naturaleza. Todas las entidades trascendentales son solamente hipótesis de los conceptos humanos. El hombre crea dioses a su imagen y semejanza.

El ateismo es una consecuencia de la razón, una consecuencia del desarrollo cultural. Naturalmente, el hombre es religioso. El materialismo es alcanzado por el hombre cuando llega a la conciencia de su limitación y también de su poder. Como discípulo sobresaliente de Feuerbach surge Kart Marx y con él, el materialismo histórico y el refuerzo del materialismo dialéctico de Hegel. “La religión es el opioo del pueblo”- proclama Marx.-“Dios no existe”.
( Continúa en el siguiente…)

ESPIRITISMO: RESPUESTA A LOS PROBLEMAS DEL SER HUMANO(II)

Autor: José Eurípides García( Viene del anterior)

Bajo estos conflictos del pensamiento humano, las contiendas filosóficas suceden a las agitaciones políticas. Osadas concepciones triunfan en las academias, creando escuelas que sólo se diferencian por sutilezas atractivas para las masas ansiosas de novedad y renovación.

El saber y la cultura dominan sobrepujando a las convulsiones sociales.
Venciendo a las tradiciones y creencias, las conquistas científicas aglutinan adeptos.

Los descubrimientos valiosos implantan directrices modernas coronando con el éxito a las mentes investigadoras. Desdeñando a las imposiciones religiosas y a la “cólera divina”, aumentan las filas del escepticismo y la negación.
La ciencia triunfa sobre la fe.
La razón vence al comodismo.
El conocimiento y el razonamiento dirigen al pensamiento.
Las extravagancias intelectuales, absoletas y ridículas, caen finalmente.
París, emergiendo en el “siglo de las luces” se transforma en la capital del mundo intelectual.
Las investigaciones no cesan. Nuevas ideas nacen sobre los escombros de ideas que mueren.
La liberación mental origina el desequilibrio moral.

Es en ese momento de expresivas y complejas realidades que aparece “El Libro de los Espíritus”, como respuesta del cielo a las preguntas aflictivas de la Tierra, como nos dice Vianna de Carvalho.

Estudiando al Divino Autor en el escenario maravilloso de la creación, Allan Kardec, el patriarca de la Doctrina Espírita, ordena, comenta, analiza y presenta conclusiones felices sobre las enseñanzas suministradas por los Espíritus, revolucionando vigorosamente los conceptos vigentes sobre Dios, el alma, la moral y la esperanza.

Fue el día 18 de abril de 1.857, cuando nace pálido como una mañana de primavera, en la librería del Sr. Didier.
Nace sencillo, pero de una profundidad incomparable.

Con la Doctrina Espírita, llega la luz y la comprensión sobre todos los problemas humanos.
En sus pasos siguen otras obras que forman la Codificación Kardeciana.

Es el Espíritu de Verdad, el Consolador que Jesús había prometido. Los Espíritus resurgen de los túmulos para decirnos que la muerte es una farsa, que la vida es eterna e inmortal. Con él viene la luz para los conocimientos humanos, el consuelo para los corazones afligidos.

Formando una conciencia ética y conectando la criatura al Creador a través del estímulo a la religiosidad interior y no de las manifestaciones exteriores de los mitos y dogmas, el Espiritismo no tiene el carácter aislado de una filosofía, de una ciencia o de una religión, porque es al mismo tiempo religión, filosofía y ciencia. Es simultáneamente revelación divina y obra de cooperación con los Espíritus humanos desencarnados y encarnados. Tiene la característica de ser impersonal, complementario y progresivo, primero por no ser fruto de la revelación de un solo espíritu, ni del trabajo de un solo hombre; segundo por ser complementación natural, expresa y lógica de las dos primeras grandes revelaciones divinas; tercero, porque como bien dijo Kardec, jamás dirá la última palabra. Es ciencia porque investiga, experimenta, comprueba, sistematiza y conceptúa leyes, hechos, fuerzas y fenómenos de la vida, de la naturaleza, de los pensamientos y de los sentimientos humanos. Es filosofía porque induce y deduce ideas y hechos lógicos sobre las causas primeras y sus efectos naturales. Es religión porque de sus constataciones científicas y de sus conclusiones filosóficas resulta el reconocimiento humano de la Paternidad Divina y de la hermandad universal de todos los seres de la creación, estableciendo de ese modo el culto natural del amor a Dios y al prójimo. Solamente así, como es, podrá el Espiritismo realizar su gran misión de transformar la Tierra, de mundo de sufrimientos, en orbe regenerador y pacífico, camino de más altas expresiones de la gloria cósmica.

El Espiritismo no necesita de exterioridades para emprender la reforma del mundo, eso lo realiza a través de cada persona, de cada grupo de personas, de cada sociedad.

Como doctrina de naturaleza progresiva, su influencia será cada vez más específica y más amplia en todos los sectores de la actividad humana, inspirando nuevos rumbos y nuevas motivaciones, suscitando nuevos pensamientos creativos y promoviendo el progreso.

A través de la literatura, de la música, de las artes plásticas, del cine, de la radio, del teatro, de la televisión, las ideas espíritas realizan un trabajo educacional de altísimo rendimiento, sembrando pensamientos más elevados y ennobleciendo los sentimientos.

En el campo de la medicina, está destinado a colaborar con la ciencia a descubrir y entender al ser humano, un complejo de cuerpo-periespíritu-espíritu, participando de la naturaleza de tres mundos diferentes que, no obstante, se interpenetran e integran, y como consecuencia, hablando de las enfermedades espirituales, físicas y periespirituales. En la Medicina Psiquiátrica, el Espiritismo está destinado a introducir una profunda innovación de conceptos y de métodos, a partir de la aceptación científica del predominio del espíritu sobre el cerebro de cada ser humano.

Eso, mas el conocimiento objetivo de las obsesiones y de los desequilibrios de naturaleza mediúmnica, darán nuevas dimensiones al entendimiento de la Psiquiatría, induciéndola a estudiar las repercusiones mutuas de las lesiones físicas, espirituales y periespirituales, para reformular todos los conceptos de diagnósticos.

En las áreas de la Psicología y del Psicoanálisis , la Doctrina Espírita introducirá modificaciones fundamentales de conceptuación y tratamiento de los problemas clínicos.

La Pediatría y la Pedagogía, encontrarán nuevas luces con el conocimiento espiritual. En el terreno de la filosofía religiosa la obra libertadora del Espiritismo es todavía más evidente. Creó nuevos conceptos de antiguas nociones del Cielo y del infierno, de los ángeles y de los demonios, del bien y del mal.

Es por cierto el aspecto más bello de la doctrina espírita, la de consolar, secar lágrimas, sembrar flores divinas de esperanzas. Por eso el propio Cristo que lo prometió y lo envió, lo denominó el Consolador.

Él realmente anima y conforta, ayuda y recobra ánimo. Por esta razón el Espiritismo nació ligado al Evangelio de Jesús, del cual no podrá nunca separarse. Si no fuera cristiana, la Doctrina Espírita carecería de sentido. Sus fundamentos son el Amor y la Justicia, su finalidad el Bien, fuente única de la verdadera felicidad; por eso es efectivamente, la respuesta a los problemas del ser humano.

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