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viernes, 7 de marzo de 2014

Obsesión espiritual y sus consecuencias


Obsesión espiritual, causa de las grandes angustias humanas


"Para protegernos contra  su influencia urge fortalecer la fe
por la renovación mental y por la práctica del bien  según los
moldes de los códigos evangélicos."




Hay compañeros que alguna vez nos han preguntado el por qué vivir en la Tierra y por qué tan complicada y casi siempre amarga es la vida?. Yo  les digo que esa sensación eventualmente puede ser una aspiración a la felicidad y a la libertad y que, encerrados en el envoltorio físico que nos sirve de cárcel, nos aplicamos a inútiles esfuerzos para salir de él. Con todo, algunos  luchan con coraje y a todo instante reverberan sus lamentaciones. Pero es preciso resistir enérgicamente a esas sensaciones de desánimo y desesperanza, porque los sueños de vivir con felicidad, son intrínsecos de todos los hombres, no debemos sufrir con la experiencia material y transitoria de la vida terrena.
 Comentando sobre la melancolía, encontramos en El Evangelio según el Espiritismo, al Espíritu Francois de Géneve, dictando lo siguiente: 
" Precisamos cumplir durante nuestra prueba terrena, tareas y compromisos que no sospechamos, sea quien tenga devoción a la familia o cumpliendo diversos deberes que nos encontramos. Si en el transcurso de esa experiencia, en el desempeño de las tareas, observamos los cuidados, las inquietudes, los disgustos, deshacen nuestros ánimos del alma, seamos fuertes y con coraje para derrotarlos. Avancemos y afrontemos sin temor, pues las aflicciones son de corta duración y deben conducirnos en el futuro a situaciones mejores."
Hay, por lo tanto, muchas amarguras que pueden tener sus orígenes en la infidelidad a los compromisos cristianos, de ahí la melancolía se instala en el ser, de lo que podrá resultar un proceso obsesivo. Pero, ¿Qué es una obsesión?. Etimológicamente, el término tiene su origen en el vocablo "obsesione", palabra latina que significa impertinencia, persecución. Para algunos estudiosos espíritas, la obsesión es percibida como un gran flagelo mundial. Esa visión se reviste de profunda gravedad en la sociedad que actualmente está bien instrumentalizada tecnológicamente, sea en el campo de las comunicaciones y de la informática, sea en otras áreas del saber, ampliando y profundizando las responsabilidades de cada uno de cara a la vida colectiva.

La Obsesión es una influencia maléfica en la mente.

Aurélio Buarque define la obsesión como una preocupación con determinada con determinada idea que domina al  espíritu, resultante o no de sentimentos recalcados; idea fija; manía. De la misma forma la terminología obsesión es usada, vulgarmente, para significar una idea fija en alguna cosa, tic nervioso, generador de manías, actitudes extrañas etc. Entretanto, bajo el punto de vista espírita, el término tiene un significado e interpretación más amplios. Se Consustancia con una influencia maléfica relativamente persistente que desencarnados y/o encarnados, tan o más atrasados que nosotros mismos, pueden ejercer sobre  nuestra vida mental.
Para la escuela clásica de la psiquiatría, obsesión es un pensamiento,un impulso, persistente o recurrente, indeseado y aflictivo, que viene a la mente involuntariamente, a despecho de intentar  ignorarlo o  suprimirlo. Psiquiatras que no admiten nada fuera de la materia no pueden entender una causa oculta (espiritual), pero cuando la academia científica salga de la rutina materialista, reconocerá en la acción del mundo invisíble que nos cerca, y en medio del cual vivimos, una fuerza que actúa tanto sobre las cosas físicas como sobre las cosas morales. Ese será un nuevo camino abierto al progreso es la llave de una multitud de fenómenos mal comprendidos del psiquismo humano.
Como es obvio, no descartando la posibilidad de la anomalía psicosomática, la Doctrina Espírita nos hace conocer otras fuentes de las miserias humanas, mantenidas por la fragilidad moral de los seres. Reconocemos que el uso de los fármacos antidepresivos establece la armonía química cerebral, mejorando el humor del paciente, no obstante, actúan simplemente sobre los efectos, una vez que los medicamentos no curan la obsesión en sus intrínsecas causas, apenas restablecen el tránsito de los mensages neuronales, corrigiendo el funcionamiento neuroquímico del SNC (sistema nervioso central). Sócrates ya afirmaba que
 " los médicos se equivocan, tratando de la mayor parte de las molestias, en el cuerpo, sin tratar el alma”.
Por insinceridad, en nuestro tenue esfuerzo para la reforma moral, obstaculizamos las relaciones equilibradas y equilibrantes con nosotros y con otros. Toda  nuestra desarmonía lleva a desarrollar sintonías viciosas con otras mentes dolientes, sean de desencarnados o encarnados, el que agudiza sobremanera nuestro propio desarraigo interior, resultando de ahí las ingentes dificultades para  libertarnos de las cadenas en que nos amarramos ante las garras del mal.
En la intimidad del hogar, de la familia o del Centro Espírita, del ambiente de trabajo profesional, adversarios del pasado se reencuentran. Convocados por los Benefactores del Más Allá al reajuste, raramente consiguen superar la aversión de que se ven poseídos unos al frente de los otros, y (re)alimentan con pasión, en lo íntimo de sí mismos, los rayos tóxicos de la antipatía que, concentrados, se transforman en puntiagudos dardos magnéticos, susceptíbles de provocar la enfermedad y la propia muerte.
La obsesión espiritual es sintonía o intercambio de vibraciones afines. Kardec define obsesión como la acción persistente que un Espírito inferior ejerce sobre un indivíduo, presentando caracteres variados que van desde la simple influencia moral, sin señales exteriores perceptibles, hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales. La obsesión es el encuentro de fuerzas inferiores retratándose entre si.

Las múltiples facetas de la obsesión

Hay cuadros de obsesiones  por todos los lados, en todos os niveles, cuales sean de desencarnados sobre encarnados y viceversa; de encarnados sobre encarnados, bien como de desencarnados sobre desencarnados.
Nuestro mundo mental rige la vida que nos es peculiar en todas sus dimensiones, con todo, nos encontramos aún al inicio del entendimiento de las implicaciones de la fuerza mental, del significado y vigencia de las construcciones mentales en la vida. Los obsesores son hábiles e inteligentes, perfectos estrategas que planean cada paso y acompañan a sus presas por algún tiempo, observando sus tendencias, sus relaciones, sus ideales. Identifican sus puntos vulnerables (casi siempre ligados al desencaminamiento sexual) y los exploran pertinaces.
El pensamiento se exterioriza y se proyecta, formando imágenes y sugestiones que amontona sobre los objetivos que se propone alcanzar. Cuando es bueno y edificante, se ajusta a las Leyes que nos rigen, creando armonía y felicidad, todavia, cuando desequilibrado y deprimente, establece aflicción y ruina. La química mental vive en la base de todas las transformaciones, porque realmente evolucionamos en profunda comunión telepática con todos aquellos encarnados o desencarnados que se afinan con nosotros.
Nuestro universo mental es como un cielo, pero del firmamento descienden rayos de sol y lluvias benéficas para la vida planetaria, así como, en el instante en que se juntan elementos atmosféricos, desde ese mismo cielo proceden las tormentas eléctricas destructivas. De igual modo funciona la mente humana. De ella se originan las fuerzas equilibrantes y restauradoras para los trillones de células del organismo físico, pero cuando se perturba, emite rayos magnéticos de elevado tenor destructivo para nuestra estructura psíquica.
El maestro lionés recabó de los Espíritus, en la cuestión 466 de El Libro de los Espíritus, ¿Por qué permite Dios que los obsesores nos induzcan al mal? Los Espíritus respondieron: "Los seres imperfectos son instrumentos destinados a experimentar la fe y la constancia de los hombres en la práctica del bien. Como espíritu, debéis progresar en la ciencia de lo infinito, razón por la que pasáis por las pruebas del mal, a fin de llegar a las del bien. Nuestra misión es la de colocaros en el buen camino y cuando más influencias actúan sobre vosotros, es porque las atraéis por el deseo del mal. Entonces, si estáis inclinados al asesinato, tendréis una nube de espíritus que os alimentarán ese apetito. Entre tanto tendréis otros que os influenciarán para el bien. Así se restablece el equilibrio y quedáis como señores de vosotros mismos".
Renovación moral como base para la desobsesión espiritual
El venerable Codificador, en El Libro de los Médiums, afirma que las imperfecciones morales dan acceso a los obsesores y el medio mas seguro de  librarnos de ellos es atraer los buenos Espíritus por la práctica del bien. ¡ La obsesión es impotente ante Espíritos redimidos ! Y que es un Espíritu redimido? Es aquel que reconoce sus limitaciones y, como enunciado por el apóstol Pablo, siente la alegría de saberse "matriculado en la escuela del bien”.
Ese desarraigo psicoespiritual deberá ser eliminado de sociedad en el instante en que el  ejemplo del amor fue experimentado y diseminado en todas las direcciones, conforme Jesús consustancio y vivencio hasta las negruras de la muerte, prosiguiendo desde tempos apostólicos hasta los dias actuales.
El Espiritismo, desvelando la intervención de los Espíritus endurecidos en el mal en nuestras vidas, lanza luces sobre cuestiones aún desconsideradas por las ciencias materialistas como de causa psicopatológica.
Muchas veces procurado por los obsesados, Cristo penetraba psiquicamente en las causas de su inquietud y, usando de su autoridad moral, libertaba tanto a los obsesores como a los obsesados, permitiéndoles despertar para la vida animada rumbo a su recuperación y la pacificación de la propia conciencia. Por eso es muy importante recordar que Jesús no libertó a los obsesados sin imponerles la intransferible necesidad  de renovación íntima, ni expulsó a los perseguidores inconscientes sin ponerles en el camino hacia Dios.

  Conclusión
En síntesis, identificamos siempre en la obsesión (espiritual)
el resultado de la invigilancia y de los desvíos morales. Para protegernos contra su influencia, urge fortalecer la fe por la renovación mental y por la práctica del bien en los moldes de los códigos evangélicos propuestos por Jesús, no nos olvidemos de los divinos consejos de Vigilad y Orad
Jorge Hessen
(Traducido por Jose L. Martín)
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El mejor guerrero.....
Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir...
Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad...
Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo...
A veces es necesario dar vuelta la página y empezar de cero... Aunque cueste o duela ''El mejor guerrero no es el que triunfa siempre sino el que vuelve sin miedo a la batalla"
- Autor desconocido-
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HISTORIA DEL ESPIRITISMO EN ESPAÑA: ¿ Quien fue Jose María Fernandez Colavida?


Nacido en Tortosa,en 1819 – Desencarnó en Barcelona, en 1888)

Si deseáramos describir, en pocas palabras, quién es José María Fernández Colavida, deberíamos afirmar, ante todo, que se trata del ejemplo real y concreto del hombre de bien y del verdadero espírita, enseñado en El Evangelio según el Espiritismo.

Conocido, con toda justicia, como el Kardec español, trabajó y sigue trabajando permanentemente por el progreso de la humanidad, divulgando la Doctrina Espírita no solamente por medio de su perfecto conocimiento doctrinario, sino también por el fiel ejemplo que siempre ha dado de la práctica de las enseñanzas espíritas, sobre todo de la ley de amor, de justicia y de caridad.

Primer traductor y editor de los libros de Allan Kardec al idioma español, jamás buscó ventajas materiales en las obras que publicaba, donando muchas de ellas en beneficio de la divulgación doctrinaria o vendiéndolas a precios simbólicos, que ni siquiera cubrían los costos generados por la impresión. Fue gracias a su abnegado trabajo de divulgación doctrinaria que Amalia Domingo Soler, entre otros innumerables beneficiarios, pudo tener las obras de Allan Kardec, como ella misma cuenta en Memorias: «[…] Fernández Colavida me mandó la colección completa de su Revista, las obras de Allan Kardec y una carta cariñosísima. Cuando yo me vi dueña de los libros de Kardec por los que tanto había suspirado, mi alegría fue inmensa».

Fundador, director y redactor, en Barcelona, de la Revista Espiritista –Periódico de Estudios Psicológicos, posteriormente denominada Revista de Estudios Psicológicos, fue el mayor divulgador espírita a los países de lengua española. Realizó un trabajo admirable de orientación doctrinaria a espíritas de 
varios lugares del mundo, tales como Argentina, Colombia, Cuba, Ecuador, Filipinas, México, Perú, Uruguay, además de España.
Fundador de la primera librería espírita en la capital de Cataluña, fue el importador de los trescientos volúmenes y folletos sobre el Espiritismo quemados el 9 de octubre de 1861 en el Auto de Fe de Barcelona.
También fue el fundador de la Asociación de los Amigos de los Pobres, de la Sociedad Barcelonesa Propagadora del Espiritismo y el director del Grupo Espírita La Paz, instituciones en las que trabajó con ahínco por el bien del prójimo.

Presidente de honor del Primer Congreso Internacional Espírita, realizado en Barcelona en septiembre de 1888, pocos meses antes de su desencarnación, recibió el homenaje con la más grande humildad, pues jamás buscó ningún reconocimiento, excepto el de su propia conciencia.
Gran soldado de la paz del Cristo, ha trabajado de manera incesante por la unión de los espíritas alrededor del estudio y de la práctica de la moral de Jesús y de las enseñanzas codificadas por Allan Kardec. Sus manos laboriosas, herramientas luminosas en servicio constante a la causa espírita, escribían, en su más reciente encarnación, textos doctrinarios, cartas de orientaciones a espíritas de todas las condiciones sociales y de varias nacionalidades, así como llevaban auxilio a necesitados de toda especie, sea la ayuda material a las personas pobres económicamente, sea los fluidos saludables a los enfermos de cuerpo o de alma.

En la vida espiritual, esas mismas manos, además de permanecer fielmente en el trabajo de las letras y del auxilio, nos son extendidas amorosamente para sostenernos en el recto cumplimiento de nuestros deberes como espíritas.

En su tumba, donde yace el cuerpo mortal, los espíritas de España y América, como una muestra de gratitud, deseaban construir un monumento. Con todo el respeto que esa iniciativa merece, no dejemos de prestar también otro homenaje al ejemplo inmortal de ese noble Espíritu bienhechor, edificando, en nosotros mismos, el monumento de la práctica de las dos enseñanzas fundamentales para todo espírita, es decir: «Hermanos, amémonos e instruyámonos».

Por Simoni Privato Goidanich
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