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Revelación progresiva |
El hombre debe procurar vivir en una atmósfera que no se asfixie, sino que por el contrario le brinde paz y alegría; el espíritu no viene a la tierra a sufrir, porque Dios no le ha creado para el sufrimiento. Viene para ensayar sus fuerzas, para progresar. Haz el bien, y en el bien vivirás. La tierra no es un desierto estéril; hay manantiales de agua cristalina para saciar la sed que siente el cuerpo, y también hay raudales de virtudes para saciar la sed que siente el alma.
La vida sin virtudes es un suicidio lento, y en cambio ennoblecida, por el cumplimiento del deber, santificada por el amor universal, es el instrumento más precioso que posee el espíritu para su perfeccionamiento indefinido.
Son pocos los niños que son malvados; la ambición, la profunda avaricia no se despierta en los primeros años, y las demás pasiones que empequeñecen al hombre no se desarrollan sino en la juventud; la niñez es el símbolo de la pureza, exceptuando a los espíritus rebeldes; la generalidad de los niños son las hermosas flores de la vida; el delicado aroma de su alma purifica la atmosfera de este mundo, tan infestado por los vicios y los crímenes de los hombres.
El hombre debe procurar vencerse a sí mismo, dominando sus pasiones, si no somos dueños de nosotros mismos, no podremos tener fuerza moral; pues esta se adquiere cuando uno ensaya su potencia dominando sus deseos, porque entonces se convence a las multitudes, no con vanas palabras, sino con hechos que tienen la elocuencia de una demostración matemática. Los hechos entran dentro de las ciencias exactas, su verdad innegable convence hasta a aquellos que son incrédulos por sistema.
Todos los hombres deberían empeñarse en dominar sus pasiones, que son sus más encarnizados enemigos; las religiones en principio todas son buenas , todas encaminan al hombre a la abstención de todos los vicios. Las religiones han sido la tea incendiaria cuando fueron creadas para pacificar y armonizar las razas. Los sacerdotes han tenido en su mano la felicidad de este mundo, pero en su mayoría han sido hombres sujetos a deseos, a veleidades, se han dejado seducir, han cedido a la tentación, y pocos, muy pocos, han sabido cumplir con su deber.
Pero siempre el espíritu llega a un punto, al instante decisivo en el cual cansado de si mismo, se decide a cambiar de rumbo porque ya está acribillado de heridas: ya no puede más, y dice: “Señor, quiero vivir! Y como querer es poder, el espíritu comienza a dominar sus pasiones, a emplear su inteligencia en un trabajo productivo, y es el comienzo de su regeneración; y cuando en una nación, o ciudad están llenos, muchos de los que la habitan, de este sentimiento entonces es cuando se observa esas épocas brillantes de verdadera civilización, de inventos maravillosos, de mágicos descubrimientos.
Si un espíritu animado de un buen deseo puede servir de consuelo a cien, y cien más, individuos, nos podemos imaginar si millones de espíritus quisieran ser útiles a sus semejantes, cuanto bien podrían hacer. Entonces es cuando se ve la roca convertida en tierra laborable, los desiertos en pueblos llenos de vida, los asesinos en misioneros, las rameras en hermanas de caridad; el hombre es el delegado de Dios en la Tierra, el puede metamorfosearla.
Por eso aquel que tiene un verdadero deseo de progreso, ha de tener una voluntad potente empleada en el bien; han llegado al momento decisivo, quieren comenzar a vivir, por eso han de procurar la enseñanza, instrucciones inefables que les proporcionen goces para valorar lo que proporciona el bien, y ver los efectos de una acción mala cuando se dejan dominar un momento por una influencia espiritual ignorante.
El hombre ha de estar siempre atento, procurando ver si lo que piensa hoy está en armonía con lo que pensaba ayer ; y si ve una notable diferencia debe ponerse en guardia y recordar que no está solo, que los invisibles lo rodean, y están expuestos a su acecho.
Cuando queremos hacer una acción mala nos preparamos con tétricos pensamientos y de igual manera cuando queremos hacer un acto meritorio todo parece que nos sonríe. Uno está contento sin saber por qué, y la causa es porque nos rodean almas benéficas atraídas por nuestros buenos pensamientos.
Cuando nos empeñamos en verlo todo negro, atraemos con nuestra intemperancia a espíritus inferiores, y por un momento de debilidad, por dejarse vencer por el hastió, servimos sin querer de instrumento a los malos espíritus. Por eso hay que procurar ser resignados, y nunca desesperar, haciendo todo el bien que podamos, y así obtendremos por todas nuestras buena obras la muerte del justo.
“El progreso tiene una base; “EL BIEN “y tiene su vida propia en el amor ¡Amad sin tasa, hombres de la tierra! ¡Amad al que está sometido, para que le pese menos su condena, compadeced al déspota, que se hace esclavo de sus pasiones; ensanchad el estrecho círculo de la familia, engrandeced vuestras afecciones individuales; amad, porque amando mucho es como el hombre puede regenerarse ¡
No hay espíritu pequeño, no hay inteligencia obtusa, no hay posición, por humilde que sea, que resulte un obstáculo para ser útil a su semejante. Por eso debe el hombre procurar ser feliz en esas horas que todos tenemos en algún momento de la vida, solo necesitamos para ser feliz el querer serlo, porque todos podemos ser virtuosos. Cuando el espíritu quiere de verdad se engrandece, y tendrá cada vez más momentos de felicidad.
Señor inspíranos, guíanos por el camino del Bien, permítenos despojarnos de las sombras del ayer, impregnando a nuestro espíritu con el bálsamo reparador de tus efluvios vespertinos, para que en breve la luz se haga a nuestro alrededor y podamos contemplar un bello horizonte donde hoy todo parece contrariedad y desafectos.
- Merche -
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“Yo creo que cuando morimos atravesamos el
proceso de identificación de la personalidad que hemos sido
anteriormente.La personalidad absorbe lo que se experimentó en
cuanto a hechos, pero deja a un lado cierto número de trivialidades
tales como la raza,la importancia social y las creencias. Y así es
como creo que el alma planea una nueva expedición a la realidad
física a fin de experimentar emociones,desarrollar conocimientos
y,lo más importante, vivir en otras almas para hacer desaparecer
errores pasados”.
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Dra. Helen Wambach -
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Vivir ahora
Este es tu momento de vivir intensamente la realidad de la vida.
Es innecesario recordar que, ahora, en tu momento presente es relevante para la adquisición de los bienes inestimables para el Espíritu eterno.
Hay mucho desperdicio de tiempo, que se aplica en las consideraciones del pasado como en torno de las ansiedades del futuro.
La toma de conciencia es un trabajo de actualidad, de valorización de las horas, de realización constante.
La vida es para ser vivida ahora.
Postergar experiencias, significa prejuicio en el crecimiento en la economía de la vida.
Anticipar acontecimientos, representa precipitación de hechos que, tal vez, no sucederán, conforme ahora, toman curso.
Las emociones canalizadas en relación al pasado o al futuro disipan o gastan la energía vital, que debe ser utilizada en la acción del momento.
Si vives recordando el pasado o ansiando por el futuro, pierdes la contribución en el presente, prácticamente nada reservando para hoy.
El momento actual es la vida, que resulta de las actividades pretéritas y elabora el programa del porvenir.
Esmérate a vivir el hoy, sintiendo cada instante y valorizándolo mediante la conciencia de las bendiciones que se encuentran a tu disposición.
La vida es un sublime don de Dios.
Naturalmente, cuando recibes un presente de alguien, sientes el deseo irrefrenable de agradecer, de alabar, de bendecir.
De ese modo, agradece a Dios, el sublime legado, que es tu vida, por El concedido.
De ese modo, agradece a Deus, o sublime legado, que é a tu vida, por Ele concedido.
Si el instante es de aflicción, resígnate, actuando correctamente, y estarás produciendo para el futuro que te llegará con paz.
Si el momento es de gozo, acuérdate de los enfermos a tu regreso y reparte alegría, ampliando el círculo de aventura.
Quien despertó para la finalidad superior de la vida, la vive, a cada momento, principalmente ahora.
Por el Espíritu de Joanna de Angelis – Del libro: Alegría de Vivir, Médium: Divaldo Pereira Franco.