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domingo, 23 de octubre de 2011

Los temores a la muerte

Merchita (autora)




Cada día son más los hermanos  que analizando la vida, se preocupan por cuál será  su suerte después de la muerte. Al igual que se preocupan por obtener un hogar para vivir, miran un poco más lejos y piensan ¿Qué será de mi cuando yo muera? ¿Será verdad todo lo que se dice, existirá el infierno, podre acceder al cielo? Son tantas y tantas las cosas que se han dicho al respecto, que  uno duda y a veces dan vuelta a su cabeza, pensando seriamente en cuál será su suerte cuando  fallezcan.
   No es este el único libro, hay muchos otros,  que describen claramente, que la vida allí es tal como aquí, pero sin el cuerpo. Que aquellos que quieren encontrar un cielo, han de procurarlo dentro de sí, ya que el cielo y el infierno van dentro de uno mismo, por eso es aquí en la tierra donde nos predisponemos a estar en un sitio u otro. Dependiendo de nuestras buenas o malas acciones.
    El Espiritismo ofrece en su libro Cielo e Infierno una enseñanza muy grande  al respecto. Y muchos espiritas de renombre han descrito el mundo espiritual,   tal  como  es el  caso  de  Chico  Xavier  en su  libro  “La vida en el mundo Espiritual” Nuestro Hogar” donde podemos ver lo que le sucede a un espíritu al desencarnar.
   Las cosas que adquirimos en la tierra, como puede ser el coche, la casa, o los bienes materiales se pagan con dinero, pero los bienes del espíritu solo se pueden comprar con las buenas acciones. Es por eso, que la Doctrina espirita, nos muestra una clara imagen de lo que nos espera al otro lado de la vida. No prestar credibilidad a esos conocimientos, es cerrar nuestra puerta al progreso.
   Si a los caníbales, les dicen que existen en la tierra todas las maravillas que existen, ellos se reirán, pensarán que eso no puede ser verdad, así les sucede a todos aquellos que en nada creen, cierran su puerta, y se quedan paralizados, sin participar del progreso, porque todos tenemos que adquirir la disponibilidad para recibir más esclarecimiento de las cosas.

   Ya ha llovido mucho desde que Moisés nos mostró un Dios castigador porque éramos muy ignorantes y rebeldes, Jesús en cambio, como ya teníamos capacidad para comprender la verdad y responsabilizarnos ante ella, nos mostró el Dios amor, el Padre amoroso y dulce con sus criaturas, El cual hacia más fiesta por la entrada en el Cielo de un malo convertido al bien, que por la entrada de cien justos.
    La vida avanza y el hombre también, o nos integramos en el progreso, o nos quedamos paralizados por detrás. Y hoy en día, los conocimientos están esparcidos por todas partes, el hombre que desea saber, que pide más, puede obtenerlo, ya no existe el temor a las represalias, la verdad un día, no estará dividida, sino que como sucede con todas las cosas, la verdad prevalecerá y se hará resarcir en todas partes. Podremos llamarnos Católicos, Protestantes, Espiritas,  toda religión terminará adaptando la verdad, aunque tenga diferentes nombres.
   Si, porque la lógica y la razón, la verdad de las cosas, siempre prevalece sobre lo que se pueda especular con ella. Y el Espiritismo ha descorrido el velo  y mostrado la verdad del Espíritu;  ya conocemos muy bien a través de la Codificación Espirita, cual es el destino del espíritu, y que no muere, cambia de estado, para después volver otra vez a la vida material, a la cual viene a instruirse, a aprender, a evolucionar, y que según su forma de comportarse, así será la próxima existencia y su vida al otro lado de la vida.

Las distintas religiones, nos dicen lo mismo, pero de distinta manera, todas coincidirán un día, en la lógica y la razón, en la voz del buen sentido, porque los espiritas sabemos que el espiritismo aunque no fuese verdad lo que dice, merecería la pena aplicarlo a nuestras vidas, porque hace verdaderamente al hombre, un hombre de bien. No hay verdad más convincente y segura, que la Doctrina Espirita, ella es rigurosa con el Espíritu,le muestra su realidad, y  le dice que toda la responsabilidad de sus errores no es culpa de nadie solo de uno mismo. Y que a más conocimiento mayor responsabilidad. Por esa razón la mayoría de sus adeptos, tratan seriamente su espíritu, predisponiéndolo a una vida más concienciada, menos de apariencia, para los demás, ya que servimos a Dios y El sabe todo de nosotros, también si quiere de verdad recibir, necesita hacer, procurar merecer, ya  que los bienes del cielo se nos dan por merito propio, no a expensas de nadie, ni de favoritismos, pues ante el Padre todos somos iguales.
   Nos enseña a luchar con la adversidad, merece la pena vivir unos años o días en la lucha,  procurando resarcirnos de ella, antes que desesperar y tirarlo todo por la borda, ya que la vida es un instante comparado con la eternidad, que vive nuestro espíritu. Todo pasa y también pasarán nuestras aflicciones si nos capacitamos para una mejor vida, haciendo el bien, limando nuestras imperfecciones, hasta hacerlas desaparecer, y procurando hacer de nuestro espíritu un cielo en este mundo para merecer la paz y tranquilidad en el otro. No son adquisiciones perdidas, Dios da ciento por uno, procuremos dar de nosotros la parte que nos corresponde, para que al cambio hayamos adquirido méritos suficientes, para entrar en el paraíso, aquel que  siente y vive el alma tranquila, que  alcanzó la paz  y la serenidad con sus buenas obras, en la vida y a su alrededor.
  
Si alguien te censura injustamente y consigues olvidar heridas y agravios, Dios te dará energías renovadas para que prosigas en servicio, disipando la sombra en que te buscan envolver. - Por Regina Lucía de Souza

( Ver el blog inquietudesespiritas.blogspot.com )
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