BIOÉTICA,
BIODERECHO Y ESPIRITISMO
Yolanda
Polimeni
1.
Ética 2. Bioética 3. Bioderecho 4. Abarcar
la Bioética y el Bioderecho 5. Bioética, Bioderecho y ciudadanía
6. El Espiritismo
1.
Ética
La
ética tiene en cuenta el estudio del comportamiento humano,
susceptible de una valoración bajo la óptica del bien o del mal, de
lo cierto y de lo equivocado.
Tanto
puede designar el obrar humano, en ese punto significando lo mismo
que moral, como la teoría sobre ese obrar, buscando el análisis
crítico de las costumbres de determinada sociedad o persona,
buscando identificar lo verdadero de lo equivocado, e indicar las
conjeturas necesarias para moralizar el acto humano (1), valorándolo.
La
ética desenvuelve un análisis sobre las condiciones necesarias para
que un acto humano pueda ser introducido en el ámbito de la moral o
de la ética y con eso evaluado como bueno o malo, justo o injusto,
moral o inmoral. Estas condiciones son llamadas como condiciones
transcendentales porque anteceden y acompañan la práctica de
determinado acto. (2)
Regina
Fiura Sauwen y Severo Hryniewicz, en el libro Derecho “In Vitro”
__ De la Biotécnica al Bioderecho, apuntan como presupuestos o
condiciones transcendentales del acto moral:
1.
Libertad – indicada
por los autores como la condición sine
qua non de
la Ética, pues si el hombre no fuera libre no hay que hablar de
moralidad, pudiéndose comparar sus acciones a las del animal.
2.
Conocimiento o Conciencia – una
condición indispensables a la acción libre, pues, sino hubiera
conocimiento y conciencia de lo que se hace, el acto no es libre. La
conciencia o el conocimiento están ausente “cuando hay error en la
evaluación de lo que se está haciendo” o incapacidad del uso de
las facultades mentales, como en el caso de las enfermedades
mentales. (3)
3.
Norma – es
indispensable la existencia de normas para regir el comportamiento
humano, ya que la libertad absoluta sin la dirección de cualquier
norma sería amoral. “La indicación de un conjunto de normas
morales pasa necesariamente por la discusión sobre la esencia o
naturaleza humana. Esto significa que para decir como debe el hombre
proceder, se debe primeramente responder a la cuestión - ¿quién es
el hombre?” (4)
Estas
consideraciones son muy importantes para un análisis de la cuestión
bajo la óptica Espírita, lo que se hará hecho más adelante.
2.
Bioética
La
Bioética tuvo como marco inicial de su historia el Código de
Nuremberg (1947) después de la constatación de las experiencias
nazistas que constituyeron el horror de la segunda guerra mundial.
La
expresión Bioética fue utilizada por primera vez en 1971 por el
oncólogo Van Rensselder Potter, en su obra “Bioética: el puente
para el futuro”. (5)
La
preocupación como ética en las investigaciones biomédicas y
biotécnicas se intensificó a partir de la generación del ser
humano “in vitro”, ganando relevancia día a día con las
investigaciones genéticas, aunque su cuerpo de alcance sea más
amplio.
La
Encyclopedia of Biotthics, en 1978 (6), conceptuó Bioética como “el
estudio sistemático de la conducta humana en la tarea de las
ciencias de la vida y de los cuidados de la salud, en la medida en
que esta conducta es examinada a la luz de los valores y principios
morales.”
Más
amplia y más completa, a nuestro ver, es la definición dada por
Regina Fiuza Dauwen y Severo Hryniewicz, en el libre Derecho “In
Vitro” __ De la Bioética al Bioderecho, en los siguientes
términos: “Bioética es un estudio interdisciplinado, ligado a la
Ética, que investiga, en el área de las ciencias de la vida y de la
salud, la totalidad de las condiciones necesarias a una
administración responsable de la vida humana en general y de la
persona humana en particular.” (7)
Interdisciplinado
porque las consecuencias de las investigaciones biomédicas y
biotécnicas envuelven varios aspectos de naturaleza política,
económica, religiosa, antropológica, teológica y jurídica, entre
otras, exigiendo una conciencia social de sus implicaciones y un
amplio debate con todos los segmentos, teniendo en cuenta la
definición de normas limitadoras de la investigación perjudicial a
la vida en su sentido amplio.
Ligada
a la Ética por valorar las acciones derivadas de las investigaciones
y sus resultados, así como su aplicación, estableciendo principios
indispensables a su inclusión en la moral. Esta reflexión envuelve
todos los actores sociales – tanto investigadores como el público
en general – que deben evaluar sobre el bien o el mal que puede
resultar de esas investigaciones, inventos e industrialización
promovidos por la biotécnica, estableciendo principios indicadores
de la conducta social.
Toda
y cualquier investigación científica que implique la alteración de
las condiciones naturales de la vida humana, en las condiciones de
vida y muerte, salud y bienestar de la persona, individual o
socialmente considerada, entra en la esfera de la Bioética,
exigiendo una administración responsable por la preservación de la
vida humana, razón y fin de la ciencia.
La
dignidad humana tiene que ser el punto central de toda y cualquier
reflexión científica, respetándola en su integridad.
3.
Bioderecho
La
discusión Bioética llamó la atención para las implicaciones
derivadas de las investigaciones biomédicas y biotécnicas, que
pueden traer perjuicios a la salud física y mental del hombre,
apartar el ecosistema, promover la muerte, interferir en la etnia,
agravando posturas racistas, preconceptuales, discriminatorias de
individuos y grupos étnicos, sociales, económicos, etc.
Esa
discusión evidencia la necesidad de incluir acciones en el mundo
jurídico, para el establecimiento de normas reguladoras de esas
investigaciones, su destino y la aplicación de sus resultados,
garantizando a la sociedad y a la persona humana la seguridad
necesaria a la manutención de su bienestar.
En
razón de la necesidad de preservación del patrimonio genético es
que los Derechos Humanos entran en la llamada 4ª generación. “De
entre los posibles derechos típicos de la Cuarta Generación de
derechos Humanos, estaría el no tener su patrimonio genético
alterado…” (8) hipótesis factible ante los avances de la ciencia
en la investigación genética, de la cual el Proyecto Genoma debe
atraer todas las atenciones.
El
derecho no puede estar al margen de esa discusión, siendo imperioso
el establecimiento de una legislación específica para las diversas
hipótesis.
Así,
el Bioderecho “tiene por objeto el análisis, a partir de una
óptica jurídica y de sus varios métodos, de los principios y
normas jurídicas que crean, modifiquen y extingan las relaciones
entre individuos, entre individuos y grupos, y entre esos con el
Estado, cuando esas relaciones dijeran respecto al inicio de la vida,
al transcurso de ella o a su fin.” (9)
Como
organización política, el estado surgió para atender a la
necesidad humana en la convivencia comunitaria, garantizando la paz y
bienestar social. En el ejercicio de la fundación de legislar, debe
establecer las reglas de convivencia pacífica y garantizadoras del
bienestar social.
El
Estado brasileño, merced al dispositivo 1º de la Constitución
Federal, tiene como fundamento la dignidad de la persona humana. Todo
lo que pueda afectar a esa dignidad, va a enfrentarse al fundamento
del Estado brasileño.
Por
otro lado, de acuerdo con el art. 3º de la Carta Magna, constituyen
objetivos fundamentales de la República Federal del Brasil: I –
construir una sociedad libre, justa y solidaria; II – garantizar el
desarrollo nacional; III – erradicar la pobreza y la marginación y
reducir las desigualdades sociales y regionales; IV – promover el
bienestar de todos, sin preconceptos de origen, raza, sexo, color,
edad y cualquier otras formas de discriminación.
¿Cómo,
pues, garantizar el desarrollo nacional y regional? ¿Cómo
garantizar el respeto a las desigualdades raciales, de género, color
y todas las demás formas de discriminación? ¿Cómo garantizar el
derecho a la vida del enfermo terminal, delante de la posibilidad de
la eutanasia, o el derecho a la vida de un ser que está siendo
generado con perspectivas de dolencias graves? Las
preguntas se extenderían al infinito.
Y
los tribunales son llamados a pronunciarse acerca de situaciones
dificilísimas, que aun se encuentran al margen de la ley.
A
titulo de ejemplo citamos dos casos ocurridos en los Estados Unidos:
1.
El
de la niña Jaycee, conocida como la “huérfana de nadie” por ser
desconocidos sus padres biológicos, donadores anónimos de
espermatozoides y óvulos, habiendo sido generada en una barriga de
alquiler, contratada por el matrimonio Buzzanca, que se separaron un
mes antes del nacimiento de la niña, repudiada por John Buzzanca que
declaró que nunca quiso tener un hijo de aquella forma. (10)
2.
El
segundo es el caso de la niña Elizabetta, nacida en 1995, dos años
después de la muerte de su madre, generada a partir de un embrión
congelado. (11)
Los
ejemplos arriba demuestran la gravedad del problema en el mundo
jurídico, que necesita regular las relaciones resultantes de los
avances científicos.
De
lejos, y en rápidas consideraciones, podemos recordar el derecho de
personalidad consistente en saber la persona quiénes son sus padres,
el derecho a la familia, y de una forma generalizada, todo lo que
dice al respecto de la protección de la infancia; también los
derechos sucesores, en la segunda hipótesis; de entre muchos otros
que podrían ser enumerados.
La
manipulación con la consecuente alteración genética de vegetales,
los llamados alimentos transgénicos, han dado margen a mucha
discusión. ¿Hasta que punto esos alimentos son saludables y no
perjudican la salud? ¿Existen experiencias y observaciones
suficientes para garantizar su uso por la población?
¿Ya
puede la ciencia establecer criterios de seguridad para diagnosticar
la muerte encefálica para autorizar la retirada de órganos y
tejidos para ser transplantados? ¿Puede
el aborto ser autorizado? ¿En qué circunstancias? ¿Qué se debe
entender por muerte digna? ¿Cuáles son los criterios para autorizar
la eutanasia? La
ley tiene que establecer normas de procedimiento, incluso penales,
para las diversas hipótesis, regulando las acciones humanas en ese
campo, salvaguardar de derechos fundamentales como el derecho a la
vida y a la salud.
4.
Abarcando la Bioética y el de Bioderecho
El
campo de actuación de la Bioética y del Bioderecho es extenso,
abarcando todas las cuestiones relacionadas a la manipulación
genética en animales, vegetales y seres humanos, procreación
asistida en todos sus aspectos, aborto, eutanasia, eugenia (ciencia
de las condiciones que mejor pueden favorecer la reproducción humana
y el perfeccionamiento de la raza), derecho a la salud, genoma
humano, propiedad del cuerpo vivo y muerto, transplantes de órganos
entre vivos y “pos mortem”, recombinación de genes, creación y
patentación de seres vivos, naturaleza jurídica del embrión,
circunstancias iatrogénicas, contracepción, cirugías
intra-uterinas, diagnósticos de dolencias incurables, entre otras.
En
todos esos campos, es obligación de los médicos e investigadores
informar al paciente sobre todo el tratamiento y experiencias a que
son sometidos, esclareciéndolos sobre los riesgos para la vida y
salud.
No
siempre ese es el procedimiento adoptado y los pacientes son
sometidos a experiencias diversas sin tener ninguna consciencia
siquiera de que son objeto de experiencias y tratamientos que podrán
resultar en daño a la salud, perjuicios a la propia vida.
Al
derecho cabe establecer reglas de conducta coercitivas, sujetas a
penalidades de gravedad tal, que inhiba efectivamente la acción
irresponsable y egoísta del médico o investigadores que no las
respeten.
5.
Bioética y ciudadania
En
su inicio la bioética surgió como innovación de la cultura
norteamericana, en que las reflexiones éticas dirigidas para la
ciencia y consecuencias de sus avances para la vida individual y
colectiva, buscaban fijación de criterios morales con vistas a la
realización plena del individuo.
Toda
la sociedad debe estar envuelta con la Bioética, considerando esta
una reflexión filosófica acerca de la ciencia y de la manutención
de la vida en condiciones tales que el hombre pueda conquistar
felicidad.
Bajo
este punto de vista, el Dr. Affonso Renato Meira así se manifiesta:
“La
bioética que tiene como objetivo la búsqueda del comportamiento
deseado y aceptado por las comunidades en las acciones referentes a
la salud y a la vida no puede quedar restringida a cofradías de
estudiosos que en análisis teóricos discuten el bien y el mal de
acuerdo con sus propios valores. Esas discusiones, de valor
indiscutible y círculo de los conocimientos de ese asunto, precisan
ser ampliados. La bioética tiene que tener como blanco de su interés
tanto los que manejan las tecnologías de punta en las ciencias como
los que tratan con el instrumental más simple – y también
aquellos que usufructuan ese saber.
Es
fundamental la existencia de un sentimiento bioético en las
poblaciones para que su comportamiento sea el mejor para la salud y
la vida. Un largo y global proceso de interpenetración de culturas
entre los valores de los estudiosos e interesados en los
conocimientos biotécnicos – con los valores de las culturas de las
diferentes sociedades produciendo cambios como producto de una
verdadera asimilación – hará de la biotécnica un patrimonio de
la humanidad, la ética de todos, la ética de la ciudadanía.”
(12)
Las
cuestiones ligadas a la biotecnología y la biomedicina tienen que
ser objeto de educación de la población, serán introducidas en las
escuelas, para la formación de conciencias y toma de posición. La
sociedad no puede asistir pacíficamente a los acontecimientos, sin
tener plena conciencia de cómo su vida puede ser afectada por los
avances de la ciencia. Está es, pues, una discusión de todos.
6.
El Espiritismo
El
Espiritismo nos ofrece respuesta a una pregunta fundamental: ¿Quién
es el hombre? El hombre, en la óptica espírita, no está
restringido al cuerpo físico. Este tiene como complemento
indispensable e indisociable, el Espíritu, principio inteligente que
lo dirige y es el responsable por el sentido moral.
El
Espíritu pasa por numerosas existencias corporales, a través de las
cuales adquiere conocimientos intelectuales y morales, construyendo
su involucro psicológico vía de experiencias numerosas. Espíritu y
cuerpo interobran, uno influenciando al otro, lo que explica
reacciones diversas de persona a persona, víctimas, por ejemplo, de
la misma dolencia y en las mismas condiciones.
Por
otro lado, el Espiritismo coloca al progreso como una ley natural.
Progreso intelectual y moral que por regla andan distanciados, lo que
se puede constatar en la práctica de vida de la sociedad humana. El
progreso técnico en sí mismo no es bueno ni malo. Puede sí, ser
aplicado para el bien o para el mal, dependiendo de la moral que guía
esa aplicación. El Espiritismo, entonces, tiene una contribución
más a dar en la reflexión en torno de la investigación científica
y su disciplina, que es la conexión con la ética que presenta.
Discutir
la bioética y el bioderecho y promover la concienciación de que la
técnica y la ciencia deben estar al servicio del hombre para su
felicidad individual – pero no exclusivista, tenga en cuenta que es
imposible ser feliz en una comunidad perversa – y colectiva, se nos
presenta como una de las tareas del Espiritismo en el proceso de
esclarecimiento del individuo. Estos temas están íntimamente
asociados a las indagaciones filosóficas que se extraen de la
codificación espírita en numerosos puntos.
Cuando
muchos se asustan delante de las investigaciones genéticas en la
búsqueda del perfeccionamiento de razas animales, con la producción
de alimentos transgénicos, entre otros, encontramos en la pregunta
690 de El Libro de los Espíritus lo siguiente: “¿El
perfeccionamiento de las razas animales y vegetales por la Ciencia es
contrario a la ley natural? ¿Sería más conforme a esa ley dejar
que las cosas sigan su curso normal?”
La
respuesta es: “-
Todo se debe hacer para llegar a la perfección. El propio hombre es
un instrumento de que Dios se sirve para alcanzar sus fines. Siendo
la perfección el blanco para que alcance la Naturaleza, favorecer su
conquista es corresponder a aquellos fines” (13)
Las
investigaciones biomédicas y biotécnicas no son contrarias a las
leyes naturales, a las leyes divinas. El hombre es quien tiene que
valorar sus actos por el prisma de la solidaridad, de la fraternidad,
de la igualdad, del respeto a las diferencias, apartándose del
orgullo que lo impulsa a querer “jugar a ser Dios” sin ninguna
consideración al ser humano, y del egoísmo que lo lleva a buscar
lucros en detrimento del bienestar de la sociedad.
En
lo que decir respecto a las experiencias biomédicas se impone el
despertar de la ciencia para la realidad espiritual del ser humano,
interviniendo, por el magnetismo, en reacciones inesperadas.
“La
detección de genes responsables por dolencias es una de las áreas
más activas de la genética humana. La comparación de material
genético de personas enfermas y normales permite identificar una
“porción de genoma” que está asociado a la dolencia.
Todos
los que militan en esa área admiten que no basta simplemente la
presencia del gen mensajero de la enfermedad, pues es fundamental la
existencia de condiciones ambientales para que la molestia pueda
manifestarse. Esos factores se influencian mutuamente, generando
patrones que no podrían ser reducidos simplemente a una pura suma de
componentes mencionados. En suma, no hay una relación de causalidad
obligatoria entre detección del gene y la eventualidad de la
enfermedad.
La
genomanía, sin embargo, ha conducido los razonamientos deterministas
que redundan en posturas extremistas y peligrosas. Así, por
ejemplo, algunos científicos pasaron a emitir juicios de valor y
proponer conductas de intervención en seres humanos por ser los
mismos portadores de genes presumiblemente responsables por
comportamientos antisociales, por el alcoholismo, por la
drogadicción, por psicosis y neurosis y, hasta incluso, por el nivel
de inteligencia.”
La
existencia del Espíritu, su sobrevivencia después de la muerte con
la conservación de su personalidad, con todos sus conocimientos,
virtudes y vicios, en fin, todo el patrimonio espiritual, moral e
intelectual, que decisivamente interfiere en los programas
reencarnatorios, alterando condiciones de salud y bienestar –
inexplicables para la ciencia que no considera al ser espiritual en
sus experiencias – es una explicación plausible para que la
dolencia no se manifieste, que pese su existencia en el gen o se
manifieste con caracteres diversos del esperado.
La
materia, demasiadamente amplia, comporta varias reflexiones, que el
espacio no permite adentrar.
Me
permito concluir invitando a todos los espíritas a pensar en lo que
está ocurriendo en el campo de la biomedicina, sobre lo que nos
espera para el futuro, sabedores que somos que, más allá del cuerpo
físico, somos Espíritus, ser pensante y actuante en la organización
física interobrando con ella en numerosos fenómenos que no se
inserta apenas en el ámbito biológico, sino en el
bio-psíquico-espiritual.
Conectar
estas reflexiones a la ética espírita y por fin, presentar
propuestas concretas que puedan contribuir para el establecimiento de
leyes, reguladoras de las actividades unidas a la biomedicina y la
biotécnica, para que se desarrollen dentro de patrones éticos
teniendo en cuenta tan solamente la felicidad humana.
***********************
Aún muy jóven, fuí convidado a recibir unos pases en un Centro Espírita. Después de escuchar la conferencia, entramos en la sala de los pases, y nos quedamos delante del pasista, y de repente, el pasista inició un atronador y escalofriante "eructar" en la sala. Procuramos consultar lo que estaba pasando y fuimos informados,¡ pásmense !, que el eructo era un tratamiento de dispersión fluídica concentrada en el ambiente. En aquella época no profesaba el Espiritismo y obviamente quedé muy enfadado.
En los años siguientes estudié las obras de Allan Kardec, adopté la propuesta de la Doctrina de los Espíriitus como ideal de vida; con todo, trágicamente, aún hoy tengo informaciones sobre "técnicas" terapeúticas curiosísimas, realizadas en algunas Casas "espíritas". Actualmente existen instituciones que ofrecen sesiones de pases para todos los gustos e intereses, a ejemplo del pase "normal", apicado obligatoriamente después de las charlas públicas, normalmente destinado a los famosos pases; del pase "fuerte" ( solo un aspecto de los exorcismos de los obsesores en presencia del obsesado); el pase "ultra fuerte", que lo cura todo ( destinado a enfermos graves, obsesados, psicóticos, etc., con derecho a acorralamiento de obsesores e incluso "embotellamiento y enrollamiento" de los verdugos de la oscuridad); del pase "virtual" (¡? hummm..),etc. Sería caricaturesca si no fuese patética tal ocurrencia. Los hay que "transmiten" pases con gestos desabridos, malabarismos manuales,clicar de dedos, cantos peculiares, y los notorios eructos. Eso mismo, ¡ eructos !... Hay pasistas que incorporan "entidades" durante el pase, olvidados de que no se debe aplicar el pase mediumnizado, porque no es práctica espírita. No hay necesidad de incorporación mediúmnica en las sesiones de pase. El pasista puede hasta actuar bajo la influencia de la entidad, pero no puede verbalizar, aconsejar o transmitir mensajes, pero no lo puede ignorar porque la aplicación del pase magnético no comporta actitudes imprudentes, ni admite desatino en sus expresiones. Eso sí, exige un estudio contínuo de sus mecanismos, sobre todo la necesidad de su aplicación.
Conocemos médiums que solo aplican pases con ropas blancas, o debajo de pirámides metalizadas. Los hay que recogen en el más allá, el pase a través de viajes astrales ( a través de las milarosas apometrías), y más de una infinidad de métodos para todos los (dis)gustos. Eso sin dejar de citar que se aplican pases magnéticos en las paredes de esos centros espíritas para "descontaminarlas" de energías negativas. "¡ Por Dios, cuanta creatividad!"...
Apartándonos e esas peripecias pasistas, analicemos efectivamente el significado del tema en la institución espírita. Vimos que existen innumerables prácticas no compatibles con la Doctrina Espírita, que urge que sean tenidas en cuenta, hasta la extenuación, en las bases de la compostura cristiana, sin ninguna intolerancia, obviamente. Porque la verdadera práctica espírita es la expresión moral cristiana, consustanciada en el Evangelio de Cristo.
El buen empleo del pase no admite ninguna práctica espectacular. Los escenarios preparatorios- "manos erguidas a lo alto y abiertas, para la supuesta captación de fluídos por el pasista, manos abiertas sobre las rodillas, por el paciente,para mejorar la asimilación fluídica, brazos y piernas descruzados para no impedir el libre paso de los fluídos, y así en adelante- solo sirven para ridiculizar al pase, al pasista y al paciente. La formación de las llamadas "corrientes" mediúmnicas, con la reunión de los médiums alrededor del paciente. Las "corrientes" de manos dadas o de dedos tocándose sobre la mesa- condenadas por Kardec- no son nada más que residuos del mesmerismo del siglo XIX, inútiles, supersticiosos y ridiculizantes".
El pase deberá siempre ser dado de modo silencioso, con naturalidad. Los espíritas no están prohibidos de nada, pero prácticas alucinadas son inaceptables. A propósito del legítimo pase, " así como la transfusión de sangre representa una renovación de las fuerzas físicas, el pase es una transfusión de energías psíquicas, con la diferencia de que los recursos orgánicos(físicos) son retirados de un reservorio limitado, y los elementos psíquicos lo son del reservorio ilimitado de las fuerzas espirituales". explica el Espíritu Emmanuel.
Recordemos que Jesús utilizó el pase "imponiedo las manos" sobre los enfermos y los perturbados espiritualmente para beneficiarlos. Y enseñó esa práctica a sus discípulos y apóstoles, que también la emplearon largamente.
Entretanto en las huestes espíritas donde el pase es mejor comprendido, es más largamente difundido y utilizado.
El evangelista Mateo en una de sus narraciones, asegura que Jesús "extendiendo la mano, le dijo: ¡ Quiero, queda limpio!. E inmediatamente él quedó limpio de su lepra".
Pero, ¿qué es realmente el pase?. "Es una transfusión de energías, capaz de alterar el campo celular..." En la definición del diccionario "Aurelio", el pase sería el "acto de pasar las manos repetidamente ante los ojos de una persona para magnetizarla, o sobre una parte doliente de una persona para curarla".
En el Pentateuco mosáico localizamos la siguiente frase: "Josué, hijo de Num estaba lleno del espíritu de sabiduría, por cuanto Moisés había puesto sobre él sus manos: así los hijos de Israel le dieron oídos e hicieron como el Señor ordenó a Moisés".
Sabemos que "es muy común la facultad de curar por la influencia fluídica y puede desarrollarse por medio del ejercicio". Pero cabe aclarar que el pase e imposición de manos no son la misma cosa. Se tiene la imposición de manos como un método, pero naturalmente, una persona desprovista de los brazos puede proporcionar un pase por la fuerza del deseo y por el auxilio de los Espíritus. El flujo magnético se sustenta y se lanza a costa de la voluntad tanto del pasista como de seres desencarnados que vienen para la adaptación de los fluídos.
El evangelista Marcos describe sobre uno de los jefes de la sinagoga, "llamado Jairo, que después de visitar a Jesús, se arrojó a sus pies y le rogaba con insistencia, diciendo: Mi hija está en las últimas; te ruego que vengas y le impongas las manos para que sane y viva". En la obra Mecanismos de la Mediumnidad, André Luiz aclara que "el pase,como género de auxilio, invariablemente aplicado sin contraindicaciones, es siempre valioso en el tratamiento debido a los enfermos de todas clases".
En suma, no es demasiado recordar que el ejercicio de las prácticas espíritas sin la debida base moral, será, fatalmente, una incursión inequívoca en el mundo de la inadvertencia y, conseuentemente, en las redes de las OSCURIDADES TRASCENDENTALES.
- Jorge Hesen-
********************
Siempre se ha dicho que la mediumnidad es un don de Dios, una gracia, un favor. ¿Por qué, entonces, no constituye un privilegio de los hombres de bien? ¿Por qué vemos personas indignas que la poseen en el más alto grado, y abusan de ella?
“Todas las facultades son favores por los cuales se debe dar gracias a Dios, pues hay hombres que están privados de ellas. Podríais también preguntar por qué Dios concede buena visión a los malhechores, destreza a los estafadores, elocuencia a quienes sólo la usan para el mal. Lo mismo sucede con la mediumnidad. Si hay personas indignas que la poseen, es porque necesitan de ella más que las otras, para mejorarse. ¿Acaso suponéis que Dios niega los medios de salvación a los culpables? Por el contrario, los multiplica en el camino que recorren, los coloca en sus manos. Al hombre le corresponde aprovecharlos. Judas, el traidor, ¿no obró milagros y sanó enfermos en su condición de apóstol? Dios permitió que tuviera ese don para hacer que su traición fuera más detestable".
“Todas las facultades son favores por los cuales se debe dar gracias a Dios, pues hay hombres que están privados de ellas. Podríais también preguntar por qué Dios concede buena visión a los malhechores, destreza a los estafadores, elocuencia a quienes sólo la usan para el mal. Lo mismo sucede con la mediumnidad. Si hay personas indignas que la poseen, es porque necesitan de ella más que las otras, para mejorarse. ¿Acaso suponéis que Dios niega los medios de salvación a los culpables? Por el contrario, los multiplica en el camino que recorren, los coloca en sus manos. Al hombre le corresponde aprovecharlos. Judas, el traidor, ¿no obró milagros y sanó enfermos en su condición de apóstol? Dios permitió que tuviera ese don para hacer que su traición fuera más detestable".
*********************
ENFERMOS Y MEDIUMNIDAD
Toda enfermedad tiene raíces en el alma.Por éste principio general no estamos,desde luego,autorizados a deducir que la mediumnidad sea el remedio para todos los males físicos,conteniendo en si la propiedad de sanar todas las dolencias de la criatura humana.
Es al equilibrio espiritual que está confiado el trabajo de asegurarnos,en futuro remoto,la reencarnación en cuerpos relativamente,perfeccionados,sin las llagas comunes a los de hoy.
el desarrollo mediúmnico no deberá ser recomendado,pues,como fuga a dolencias conocidas o desconocidas de la ciencia oficial de nuestros dias.Correremos el riesgo de agravar males en vías de instalarse o desarrollarse,tornándolos a veces irreversibles,si encaminamos a todos los enfermos que nos buscan a un estado de florecimiento mediúmnico indiscriminado.
Habrá casos de enfermos que son médium,y algunos, hasta con dolencias infecto-contagiosas.
El buen sentido nos impele a coincidir con el Espíritu de André Luiz,en Conducta espírita,en la afirmación de que:un enfermo-médium es un médium-enfermo o sea,es un medium que precisa cuidar por su reajuste psico- orgánico,antes de intentar el intercambio mediúmnico.le cabe,de ésta forma,atender al tratamiento médico a que se somete y sustentar el aprendizaje del Cristianismo Redi-vivo.No ejercitará su sentido en tanto no se recupere parcialmente de sus males físicos,salvo si estuviera internado en sanatorios o locales adonde mantengan contacto con hermanos que atraviesan las mismas experiencias dolorosas.
Es por amor al enfermo que no le crearemos obligaciones que por el momento se siente imposibilitado de cumplir,en vista de sus deficiencias orgánicas.Su estado anormal lo sensibiliza extremadamente,tornándolo vulnerable alas influencias viciosas de Espíritus enredados en el mal,cuando asiste a sesiones mediúmnicas.
Y si insistimos en mantenerlo en tareas o en recinto inadecuado a su estado orgánico,estaremos asumiendo un límite de corresponsabilidad por el agravamiento de sus problemas.
mediumnidad no es panacea.
es un problema de trabajo y definición de responsabilidad que tenemos a nuestro frente y que nos pide el máximo equilibrio psico-orgánico para rendir lo mejor en favor de nuestro prójimo.
ROQUE JACINTO:DESARROLLO MEDIÚMNICO
*****************