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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Mensaje del Dr. Bezerra

Dr.Bezerra de Menezes

Terminado el III Congreso Espírita Brasileño, Bezerra de Menezes nos dejó el siguiente mensaje a través de Divaldo Pereira Franco : 
 
 
" Estamos ahora en un nuevo periodo, estos días marcan una fecha muy especial, la fecha del cambio de mundo de pruebas y expiaciones hacia mundo de regeneración.
 
La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente cede lugar al amanecer de bendiciones. Retroceder ya no es posible. Firmasteis, hijas e hijos del alma el compromiso con Jesús, antes de entrar en la indumentaria carnal, de servirlo con abnegación y devoción.
 
Prometisteis que le seríais fieles incluso que os fuese exigido el sacrificio. Alargándose los horizontes de este amanecer que viaja hacia la plenitud del día, alegrémonos juntos, los espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras. Pero más allá del júbilo que a todos nos domina tengamos en mente las graves responsabilidades que nos exornan la existencia en el cuerpo o fuera de él. Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio, seremos convidados no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio, al testimonio silencioso en los paisajes internos del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman, el testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que todavía se complacen en generar dificultades intentando inútilmente obstaculizar la marcha del progreso.
 
Iniciada la gran transición llegaremos al clímax y así como el planeta experimenta sus cambios físicos y geológicos, los cambios morales serán improrrogables.
 
Que seamos nosotros, aquellos espíritus espíritas quienes demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.
 
Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros debatan, pero que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar y amar siempre, trayendo a Jesús de vuelta con toda la fuerza de aquellos días que son lejanos y que están muy cerca. Jesús, hijos e hijas queridos, nos espera.
 
Que sea nuestro escudo el AMOR, nuestras herramientas el AMOR y  nuestra vida un HIMNO DE AMOR.
 
Son los deseos que pedimos, los espíritus espíritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.
 
Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre.

                                                          - Bezerra -

Origen espiritual de las enfermedades


La enfermedad no es una causa, es una consecuencia procedente de las energías negativas que circulan por nuestro organismo espiritual y material. El control de las energías es hecho a través de los pensamientos y de los sentimientos, así que, poseemos energías que nos causan enfermedades porque somos indisciplinados mental y emocionalmente. En el libro “En los Dominios de la Mediumnidad”, André Luiz explica que “así como el cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que le intoxican los tejidos, también el organismo periespiritual absorbe elementos que le degradan, con reflejos sobre las células materiales.”

Tipos de enfermedades


Podemos clasificar las enfermedades en 3 tipos: físicas, espirituales y atraídas o simbióticas. Las enfermedades físicas son disturbios provocados por algún accidente, exceso de esfuerzo o alimentación exagerada, entre otros, que provocan que uno o más órganos no trabajaren como deberían, creando una indisposición orgánica.

Las enfermedades espirituales son aquellas procedentes de nuestras vibraciones. La acumulación de energía nociva en nuestro periespíritu genera una auto-intoxicación fluídica. Cuando estas energías bajan para el organismo físico, crean un campo energético propicio para la instalación de enfermedades que afectan todos los órganos vitales, como corazón, hígado, pulmones, estómago, etc.,  atrayendo un camino de sufrimiento.
Las energías nocivas que provocan las enfermedades espirituales pueden tener su origen de reencarnaciones anteriores, que se mantuvieron en el periespíritu enfermo y mientras no son drenadas. En cada reencarnación, ya al nacer o hasta en la vida intrauterina misma, podemos traer los efectos de las energías nocivas presentes en nuestro periespíritu, que se agravan en la medida que acumulamos más energía negativa en la reencarnación actual. Mientras persistan las energías nocivas en el periespíritu la curación no se completará.

Las enfermedades atraídas o simbióticas son aquellas que llegan por medio de una sintonía con fluidos negativos. Lo que una criatura colérica, vibrando siempre maldades y pestilencia, puede atraer es justamente cosas malas.

Esa atracción genera una simbiosis energética en las personas que, por las vías fluídicas, causan en ellas la percepción de que la enfermedad está en su  organismo, pero en realidad lo está en el espíritu imantado energéticamente a ellas, provocándoles la sensación de que la enfermedad está en ellas. Pasan a sentir todos los síntomas que el espíritu siente. La persona va al medico y él nada encuentra.

André Luiz afirma que “si la mente encarnada no consigue aún disciplinar y dominar sus emociones y alimenta pasiones (odio, envidia, ideas de venganza), ella entrará en sintonía con los hermanos del plano espiritual que emitirán fluidos maléficos para impregnar el periespíritu del encarnado, intoxicándolo con esas emisiones mentales y pudiendo llevarlo a la enfermedad.

Vivimos hoy en una sociedad de profunda inversión de valores. El valor del ser humano reside en tener, hacer y parecer, en detrimento del Ser. Esa inversión de valores está generando una crisis existencial jamás vista en otros tiempos. Debido a esa fragmentación del ser humano, éste se ha vuelto un “Tener Humano”.

Para la sociedad atormentada en la cual vivimos, los valores materiales vienen en primer lugar. Esa búsqueda por una vida puramente materialista ha producido lo que la medicina y la psicología moderna denominan las enfermedades del sentido: depresión, suicidio, alcoholismo, abuso de las drogas, enfermedades degenerativas, etc. Son pedidos de  auxilio de una sociedad atormentada, carente de valores espirituales propios de la criatura humana.

Artículo tomado de la Revista Electrónica Cristiana Espiritual del  02/12/2008