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sábado, 7 de mayo de 2011

El dolor moral



Existen en el plano material muchas clínicas a las que llaman "clínicas para el manejo del dolor". Esto suele ocurrirle a la gente que padece de dolor de espalda o dolencias que no son fáciles de sanar.  Son dolores que permanecen con nosotros probablemente día y noche… o gran parte de nuestro diario vivir o por lo que nos queda de existencia.  Así mismo, tal como nuestro cuerpo físico sufre, también nuestro interior. 
    Así mismo, existe otro dolor para el cual no se anuncian las clínicas, el dolor moral dónde están esas clínicas? Dónde se anuncian? Podemos pensar que un centro espírita o una lista espiritual es una clínica de esas por la instrucción y consejos que se nos dan y que nos esclarecen tantas cosas a la luz del espiritismo brindando explicación a lo que la religión y los razonamientos humanos no encuentran. Sin embargo, por más explicaciones y causalidades que veamos el dolor sigue ahí y tenemos que aprender a manejarlo.
    En realidad el dolor moral no es igual que el dolor físico. El dolor físico es canalizado por el sistema nervioso y le transmite al cerebro un mensaje diciendo que una parte del cuerpo está dañada o lastimada. En el caso del alma, tal dolor no existe.  Entonces qué clase de dolor o sensaciones experimenta? Y, por qué medio? Es una pregunta que merece un estudio, pues el Espíritu no tiene un sistema nervioso central como el cuerpo, aunque se dice que el cuerpo periespiritual es el cuerpo del alma. Generalmente, los dolores que padece el alma, son sensaciones.  No cabe duda que el espíritu es el principio inteligente y generador de energías en su inmortal vida, estando o no encarnado. Entonces en qué radica su padecimiento? El espíritu tiene su periespíritu y éste es el reservorio de todos sus actos... Que dice esto!!? que los padecimientos, son de carácter Moral. El espíritu en su proceso de evolución entiende sus errores, ve a los que ha hecho sufrir y al ser parte de la conciencia divina, sufre su destino.  No tenemos certeza exacta de lo que es el espíritu, para mi, es un cúmulo de pensamientos y sentimientos. Pensamientos porque sabe de su propia existencia.. .Sentimientos, porque se siente vivo y interactúa con la voluntad de Dios.
     Ahora... una vez tenemos el dolor moral, cómo hacemos para vivir con esto y manejarlo sin maltratar a otros o a nosotros mismos, sin transgredir de ninguna forma las leyes divinas... o hacer daño a otros con nuestra amargura... y a la vez que podamos ser funcionales en la vida?  Esa es la pregunta que todos podríamos hacer.
     A medida que las encarnaciones se suceden, el Espíritu aquilata valores, aun así estamos sujetos a las leyes divinas. Tal como nos dice Ramatís "La siembra es libre, la cosecha, obligatoria"
    Muchas veces, hablamos de la maduración o el progreso espiritual. "Progreso espiritual", dos palabras que en su esencia quiere decir y habla del conocimiento de las leyes Universales que Dios ha creado para nuestro bien y la aplicación incondicional de las mismas. La meta del espíritu es alcanzar la perfección y entenderla. A medida que evolucionamos, ya no somos presa del materialismo. Las pasiones se debilitan a lo meramente necesarias. El personalismo, toma dimensiones universalistas disipándose entre los servicios del bien y la caridad.   El odio es el resultado de pasiones descontroladas y promotor de angustias, que llevan a la violencia física y psíquica, afectando  en la vida de nuestros compañeros de lucha. Todo acto, toda acción, genera una reacción.  No podemos olvidarnos de que todo acto vuelve a nosotros.
    Dentro de este progreso regenerador se nos dan las herramientas para manejar todas las situaciones que se nos van presentando, tanto materiales como espirituales.  Por lo tanto queda en nosotros utilizarlas para consolidar nuestro existir con las pruebas que nos toca vivir y nuestro entorno.  Muchas veces será más llevadero, otras no tanto, pues podría ser que  precisamente ese dolor sea nuestra prueba, o tal vez la llave que nos transporte a estancias mejores más adelante, sea en esta o en la próxima existencia.  Se dice que las lágrimas enjugan el espíritu y lo purifican. 
     Entonces, cuáles podrían ser esas herramientas.  La más necesaria es pedir a nuestro Padre su ayuda, y al pedirla, nos dará la suficiente luz para ver qué hacer y cómo hacer.  A veces nos sorprendemos cuando leemos algo y pensamos, "Esto parece que me lo dicen a mi"... Siempre tenemos a nuestro lado a esos hermanos guías que nos quieren y nos ayudan en tantos momentos de nuestra vida, y nos insinúan acciones que al hacerlas nos sorprendemos, pues es exactamente lo que necesitamos y en el momento en que lo necesitamos.  La otra herramienta que podríamos tener es la voluntad, para hacer lo necesario de levantarnos y continuar adelante, buscando al menos esa ayuda.
     En el espiritismo encontramos el consuelo de saber que nada es por casualidad, todo tiene una razón de ser, un motivo, un por qué, y aun cuando no lo lleguemos a saber por completo, sabemos que no importa lo que nos suceda, no es por casualidad, sino por causalidad.  No obstante hay que estudiar lo que el espiritismo nos enseña y buscar ayuda nosotros mismos para esclarecer nuestra situación.  Pedir paz, ponerse de rodillas y pedir perdón por lo que sabemos y por lo que no sabemos, solicitar de ese amoroso Padre su misericordia y su justicia, y siempre confiar en él, demostrándole que confiamos, que a pesar de nuestros pesares, seguimos a su lado y esperamos de El ese amoroso cuidado que siempre nos provee. 
     Las palabras del Maestro de las alma, Jesús de Nazaret" comienzan a manifestarse en nuestra conciencia milenaria, hartos de luchar en batalla efímeras.
    Cuando sigamos en este progreso espiritual, veremos que la humildad, se asoma, el amor se despierta, la caridad se deja sentir, la inteligencia Universal se despierta, el desprendimiento por los más necesitados es el motivo de nuestro existir. Hay quien dice que cuando nos ocupamos de ayudar a las necesidades de los demás, olvidamos el sufrimiento nuestro. Es cuando la familia es toda la humanidad y el dulce sentir de los cantos celestiales se hace escuchar en nuestros oídos y los dolores Morales dejan de existir. 
     Cuando hallamos alcanzado a comprender la maravillosa obra de Nuestro Padre Celestial y aprendamos a vivir con armonía conforme a sus leyes, el dolor y la luchas internas, capaces de perjudicar a nuestro prójimo, y a nuestro organismo, desaparecerán de nuestra alma, y el amor eterno que no duele, por el contrario, endulza nuestra  vida y por ende la de nuestros hermanos Universales se hará presente permanentemente en nuestro vivir.
 Por: Juan Carlos y Claribel- Moderadores Luz Espiritual