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domingo, 6 de marzo de 2011

Campos Morfogenéticos


Rupert Seldrake
  LA CIENCIA DE LA VIDA

Cuando el libro de Rupert Sheldrake Una Nueva Ciencia de la Vida apareció en
Inglaterra, un editorial de Nature, la prestigiosa revista científica, le
consideró "el mejor candidato a la hoguera que ha habido en muchos años", y
sostenía que sería una pérdida de tiempo y dinero el contrastar sus
conjeturas. El Dr. Sheldrake introdujo en este libro la teoría de los campos
morfogenéticos, como él llama a los campos no-locales, aquellos no
relacionados causalmente. Estos campos, según el investigador, permiten la
transmisión de información entre organismos de la misma especie sin mediar
efectos espaciales. Es como si dentro de cada especie del universo, sea ésta
una partícula o una galaxia, un protozoo o un ser humano, existiese un
vínculo que actuara instantáneamente en un nivel sub-cuántico fuera del espacio y el tiempo. Este vínculo es lo que Sheldrake denomina campo mórfico o morfogenético. Al tratarse de una transmisión de información y no de energía, ello no contradice la Teoría de la Relatividad. Por ejemplo, un roedor australiano puede conocer sin que exista transmisión material,simplemente por resonancia mórfica, algo aprendido por un roedor de su misma especie en Leningrado. Siguiendo con el ejemplo, si llevásemos desde Leningrado a Australia un enemigo natural del citado roedor, el pariente australiano del roedor reconocería al momento a su enemigo al igual que lo  hacía su pariente ruso.

Esta teoría le fue sugerida en parte a Sheldrake por ciertos experimentos de psicología animal donde dicho efecto parecía tener lugar. Estos experimentos, realizados en los años 1920 en la Universidad de Harvard por el Dr. William McDougall, trataban de descubrir en qué medida la inteligencia de las ratas era heredada. El Dr. McDougall medía la inteligencia, en este caso, por la habilidad de los roedores en recorrer un
pequeño laberinto. Las ratas "inteligentes" , aquellas que resolvían el laberinto rápidamente, eran pareadas con otras ratas "inteligentes" y lo mismo se hacía con las ratas "torpes". Veintidós generaciones más tarde, en
vez de ser las ratas "inteligentes" las únicas más listas, todas las ratas resultaron poseer una mayor inteligencia a la hora de resolver los laberintos. Las ratas de la camada "menos inteligente" recorrían el laberinto diez veces más rápido que cualquier rata de la camada original.

Otro ejemplo citado por Sheldrake es el de los famosos monos de la isla de Koshima, en aguas de Japón. Un grupo de científicos alimentaba a estos monos con batatas o boniatos sin lavar. Una hembra que respondía al nombre de Imo, descubrió que lavando la batata en el mar, además de perder la piel la molesta arenilla, éstas sabían mejor. Pronto todos los monos de la isla de Koshima aprendieron el truco. Pero, y esto es lo extraño, todos los monos del continente comenzaron a lavar sus boniatos, y ello a pesar de haberse
evitado el contacto de los monos de Koshima con los del resto del país. Pero este extraño contagio no sólo funciona con animales, también tiene lugar con cristales. Algunas sustancias son muy difíciles de cristalizar en el laboratorio. Pero tan pronto como un laboratorio tiene éxito en la tarea, la sustancia en cuestión comienza a cristalizar con mucha mayor facilidad en otros laboratorios alrededor del mundo. Al principio se pensó que la causa pudiera ser que investigadores visitantes portaran diminutos trozos de cristal en sus ropas o en sus barbas. Pero finalmente esta causa fue desechada. Aparentemente los cristales aprenden mediante resonancias mórficas.

El Dr. Sheldrake, luego de la publicación de Una nueva ciencia de la vida,realizó dos experimentos para refutar o verificar su teoría. El primer experimento fue patrocinado por la revista New Scientist, de Londres, y el segundo por la Brain/Mind Bulletin, de Los Angeles. Ambos experimentosparecieron confirmar su teoría.

En el experimento patrocinado por New Scientist, a personas de distintas partes del mundo se les dio un minuto para encontrar rostros famosos escondidos en un dibujo abstracto. Se tomaron datos y se elaboraron medias.
Posteriormente la solución fue emitida por la BBC en una franja horaria donde la audiencia estimada era de un millón de espectadores. Inmediatamente de realizada la emisión, en lugares donde no se recibe la BBC, se realizó el mismo "test" sobre otra muestra de personas. Los sujetos que hallaron los rostros dentro del tiempo de un minuto fueron un 76 % mayor que la primera prueba. La probabilidad de que este resultado se debiera a una simple casualidad era de 100 contra uno. Según el Dr. Sheldrake, los campos no-locales, o campos morfogenéticos, habían transmitido la información a toda la "especie", sin detenerse en aquellas personas que presenciaron la mencionada emisión de televisión.

En el experimento patrocinado por el Brain/Mind Bulletin de Los Angeles, a varios grupos de personas se les pidió que memorizasen 3 poemas distintos.
El primero era una canción infantil japonesa, el segundo un poema de un autor japonés moderno y el tercero un galimatías sin sentido. Tal como la teoría de los campos morfogenéticos predice, la canción infantil, habiendo sido aprendida por millones de niños durante muchas generaciones, aunque éstos fueran japoneses, fue memorizada notablemente más rápido que las otras dos alternativas.

Sheldrake no fue el único en realizar experimentos de este tipo. Gary Schwarz, psicólogo de la Universidad de Yale, patrocinó un experimento similar en el Tarrytown Executive Conference Center de Nueva York. A
estudiantes de Yale que no sabían hebreo se les mostraron palabras hebreas de tres letras, la mitad de ellas sin sentido. Los estudiantes obtuvieron mejores resultados en el reconocimiento de palabras "reales" en una
proporción superior a la que cabría esperar como mero fruto del azar.

Debido a que la ciencia institucional se ha vuelto conservadora, tan limitada por los paradigmas convencionales, algunos de los problemas más fundamentales son ignorados, tratados como tabú o puestos en el último lugar de la agenda científica.
(Rupert Sheldrake)

Nuestra conciencia, según Jack Sarfatti, puede percibir al instante y, al instante, influir sobre cualquier parte del universo. Puede abandonar el cuerpo y vagar más deprisa que un fotón a través de ámbitos infinitos sobre cualquier parte del universo. En palabras del propio Sarfatti: "Dudo de la existencia de poderes de psicoquinesis y de la transferencia supraluminal de información. Sin embargo acepto la posibilidad de su existencia, ya que la mecánica cuántica parece tener sitio para ellas".

De algún extraño modo el universo es un universo participativo.
(John A. Wheeler)

La voz de la conciencia (historia)



Casi siempre aseguramos que las criaturas no entienden lo que acontece a su alrededor. Tomamos decisiones, inclusive a respecto de sus propias vidas, sin importarnos  sus sentimientos.
 Así acontece en las separaciones conyugales, en la que se decide  con quien quedaran los hijos. Así es cuando se decide cambiar de residencia y aun mismo cuando se opta transferirlos de una para otra escuela.
No en tanto, las criaturas están atentas y perciben los acontecimientos mucho más de lo que podamos imaginar.
El periodista Xiran que, a pesar del régimen de opresión  y abandono que vivió en China, mantuvo un programa  de radio,  en tinta,     cuenta una historia singular, en su libro: Las buenas mujeres de China.
Había una joven que se caso con un joven muy culto y de proyección política en china. Durante tres años, por su status, el fue a estudiar en Moscú.
Ella vivió años de felicidad a su lado. Un casamiento que fue bendecido con dos hijos.  se comentaba “era una mujer de suerte”.
Sin embargo, exactamente  en el momento en que la pareja se alegraba con el nacimiento de su segundo hijo, el marido tuvo un ataque cardiaco y murió, repentinamente.
Al final del año siguiente, el hijo más pequeño murió de escarlatina.
Con el sufrimiento causado por la muerte del marido y del hijo, ella perdió la alegría de vivir.
Un día, tomó al hijo que le quedaba  salió y se fue a la orilla del río Yangtze. Su objetivo era reunirse con su esposo y su bebé en la otra vida.
Parada a la vera del rio, ella se preparaba para despedirse de la vida, cuando el hijo le pregunto, inocentemente: “¿nos vamos a ver a papa?”
Ella sufrió un choque. ¿Cómo un niño de 5 años podría saber lo que quería hacer?
Y Preguntó, "¿qué te parece?"
El respondió: ¡“es claro que vamos a ver a papa”!  Pero yo no he traído mi coche de juguete para enseñárselo el! "
Ella comenzó a llorar. No pregunto más. Se dio cuenta de que él sabía  muy bien lo que ella pretendía.
Comprendía que el padre no estaba  en el mismo mundo que ellos, sin embargo no hacia  una distinción muy clara entre la vida y la muerte.
Las lágrimas reavivaron en ella el instinto materno  y el sentido del deber.
Tomo al hijo en el cuello y, dejando a la corriente del río llevar su debilidad, se volvió para su casa.
El mensaje de suicidio que había escrito fue destruido.
Mientras hacia el camino de volver al hogar,  el niño volvió a preguntar: “¿y entonces no vamos a ver a papa?
Procurando engullir el llanto, ella respondió: “papa está muy lejos. Usted es demasiado pequeño  para ir hasta allá. Mama le va ayudar a crecer, para que usted  pueda llevarle más cosas.  Y cosas mucho mejores.”
Después de eso, ella hizo  todo lo que una madre solita puede hacer para dar  el hijo lo mejor.
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Las criaturas no son tontas. Y mucho más de lo que podemos imaginar permanecen atentas, especialmente en todo lo que les preocupa.
Perciben las desavenencias conyugales, las dificultades domésticas, hasta el punto de caer enfermas.
Por todo eso, preste más atención a su hijo. Y, sobretodo, hable con él sobre  las dificultades y sobre las posibles soluciones.
No lo deje crecer ansioso y triste. Ayúdelo a vivir en el mundo, seguro y firme.

Redacción de Momento Espirita